La suspensión de la visita del dirigente Evo Morales meses atrás a Chile revelo entre otras cosas como es la casta política dominante de este país; chovinista, racista y prepotente.
Los trabajadores y jóvenes en Chile debemos repudiar esta actitud y dar un saludo a todos los hermanos latinoamericanos y especialmente respaldar a nuestros hermanos bolivianos, los que fueron capaces de derrotar a un gobierno que solo gobernaba para los ricos y las transnacionales y a pesar de haber logrado eso, todavía esperan solución a sus graves problemas económicos.
Los trabajadores debemos tener claro por qué es necesario entregar una salida al mar al pueblo boliviano y por supuesto con soberanía, junto con desenmascarar a los que se oponen a esta medida.
¿Quiénes se oponen?
Básicamente son las FF.AA., La Derecha y la Concertación, los que se declaran ultra “patriotas”, lo más vergonzoso se da dentro de la Concertación donde el PS apoya esta posición. Este es el mismo partido que en su declaración de principios se declara latinoamericanista e internacionalista.
Por otro lado no hay que olvidarse que las FF.AA. y la derecha cuando fueron gobierno bajo la dictadura, destruyeron casi por completo la poca industria nacional y entregaron el país a las transnacionales. El cobre, el agua, la luz, los teléfonos, los recursos marítimos y forestales y muchas otras riquezas han sido vendidas a multinacionales norteamericanas, europeas o japonesas. Y lo que no hizo la dictadura lo termino de entregar la Concertación, que hoy esta llegando incluso a privatizar nuestras carreteras, liberalizar aun más las inversiones de los fondos de pensiones de los trabajadores, dándole el golpe de gracia a la educación y ahora a la salud publica. Ajohnando además que acaban de hipotecar y entregar en bandeja el país a EE.UU. con la firma del TLC
También deberíamos hacer un poco de historia y recordar como obtuvo Chile ese territorio, básicamente lo hizo mediante una sangrienta guerra de rapiña, contra un país empobrecido y casi sin ejército. Con el fin de apropiarse del salitre y el guano que había en la zona.
Algo similar ocurrió con el despojo del territorio al pueblo Mapuche, donde también actuó el “valeroso” y “patriótico” ejercito chileno, masacrando a miles de mujeres, niños y ancianos que estaban totalmente desarmados, a esta guerra le llamaron eufemísticamente “la pacificación de la araucania”.
Con una Bolivia derrotada y destruida tras la guerra, a la clase dominante chilena no le fue difícil darle legitimidad a esta usurpación, bajo esas condiciones es que se obligo a firmar un tratado a Bolivia, que legalizaba el despojo.
Tanto en el caso Mapuche como con los bolivianos, fue usurpación y robo y el que lo hayan legalizado, no cambia en nada ese hecho concreto.
Pocos años después de estas “hazañas” el mismo ejercito masacro a miles de trabajadores salitreros; chilenos, peruanos y bolivianos en la escuela Santa Maria de Iquique, entre los masacrados había un alto porcentaje de veteranos que habían participado en la guerra del 79 y que habían creído en el discurso chovinista de sus respectivos gobiernos.
Los trabajadores del salitre, aprendieron de una forma bastante amarga, que los enemigos no eran los trabajadores de los países vecinos, sino los empresarios chilenos y sus FF.AA. que no dudaron ni un segundo en disparar a sus propios “compatriotas” para defender los intereses del imperialismo ingles (en ese tiempo) y de la burguesía chilena. Porque no hay que olvidar que cada cierto tiempo los empresarios y burguesía de este país cambian de amo, según como soplen los vientos a nivel internacional. Hoy sin duda es EE.UU. quien manda a la clase dominante chilena, solo basta recordar el rol que jugaron los imperialistas antes, durante y después del golpe de estado contra el gobierno de Salvador Allende.
Sin embargo, nuestra defensa del pueblo boliviano no tiene nada que ver con las opiniones chovinistas de la burguesia y de dirigentes políticos bolivianos. Esta claro que en Bolivia se esta haciendo un uso político del tema para desviar la atención de los trabajadores y campesinos pobres.
Porque cuando los políticos burgueses y los empresarios culpan de la pobreza del pueblo boliviano a su no salida al mar, están desviando la atención de sus verdaderas causas; básicamente una vergonzosa concentración de la riqueza, o sea, la mala distribución del ingreso, donde un sector minoritario de la población es muy pero muy rico y la gran mayoría es muy pobre, una situación que en Chile también se repite.
¿Quién va controlar la salida al mar?
Si los grandes empresarios de Bolivia, junto a las transnacionales terminaran controlando la probable salida al mar de Bolivia, los trabajadores y campesinos bolivianos seguirán sumidos en la miseria como hasta ahora.
Solo un gobierno de los trabajadores, campesinos y pueblos indígenas puede garantizar que los recursos naturales de nuestros países no sigan siendo saqueados por las transnacionales, EE.UU. y por las elites dominantes que representan tanto Lagos en Chile como Meza en Bolivia.
Todas las personas merecen respeto, la xenofobia, el nacionalismo, el racismo, la discriminación sexual y cultural son actitudes muy negativas, pero lo peor de todo es cuando este tipo de actitudes comienzan a generalizarse. No dejemos que el gobierno, sus políticos, los milicos, los curas, los empresarios y los medios de comunicación nos contagien con su asqueroso discurso chovinista, que solo busca dividir a los trabajadores de los diferentes países, con el único objetivo de conservar sus privilegios.
Para construir una sociedad más justa y solidaria, tanto los trabajadores chilenos como bolivianos debemos organizarnos y elevar nuestro nivel de conciencia, fortalecer nuestras organizaciones de clase y exigir voz y voto en las decisiones que se tomen en cada país.
Los trabajadores debemos entender que solo una sociedad socialista bajo un gobierno democrático de los trabajadores, con una economía planificada en base de los intereses de la mayoría de la población y no en base de los intereses de una minoría como es ahora, puede dar solución a este y los principales problemas que tenemos, poniendo fin a la miseria a que nos tiene sometido el capitalismo y sus defensores que hoy están en el poder.
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