Una derrota masiva para la derecha y para la izquierda y una gran victoria para la izquierda, fue el resultado de las elecciones anticipadas en Alemania.
Los resultados electorales representan una derrota para la clase dominante alemana y tendrán importantes consecuencias para la clase trabajadora en Alemania y en Europa.
Los dos principales partidos capitalistas alemanes, los Demócrata Cristianos (CDU/CSU) y los Social Demócratas (SPD), sufrieron grandes derrotas después de que ambos llevaron a cabo brutales recortes a los estándares de vida y a los servicios públicos, o prometieron hacerlo.
Los Socialdemócratas gobernantes perdieron sobre 2,300,000 votos desde 2002 como resultado de sus brutales políticas que combinaron la reducción de los salaries reales para los empleados y los ataques Hartz IV sobre los desempleados con reducciones impositivas para los ricos y las grandes compañías. Todo esto en el nombre de estimular la economía alemana pero el desempleo llega a 6 millones.
La oposición Cristiano Demócrata estaba atónita y casi sin habla la noche de las elecciones cuando descubrió que lejos de ganar apoyo, habían tenido el peor resultado electoral y había perdido más de 1,850,000 votes, recibiendo un menor porcentaje de votos que en 2002. Su política de drástica reducción impositiva para los ricos, y la disminución implicada en el gasto público que esto significaría, ayudó a alejarle el apoyo. A pesar que las grandes perdidas del SPD significaron que los Demócratas Cristianos terminaron con el mayor porcentaje de votos, su propia gran perdida de apoyo mina su autoridad.
Rechazo a los recortes sociales.
El gran ganador fue el Partido de Izquierda que ganó más de 4 millones de votos, 8.7%, con una política de rechazo de los recortes sociales. El Partido de Izquierda fue formado por una combinación del rebautizado PDS y miembros del Partido WASG (Trabajo y Justicia Social) que había sido formado el año pasado. Mientras el PDS había recibido solamente sobre 1.900.000 votos en 2003, la votación de más del doble del voto de izquierda refleja el apoyo que el WASG y especialmente Oskar Lafontaine, el antiguo dirigente del SPD y Ministro de Finanzas, fue capaz de generar.
Con el trasfondo de una rabia cada vez mayor contra el gobierno Schröder SPD/Verde, Lafontaine pudo agrupar un apoyo significativo por sus ataques sobre las políticas neo-liberales de Schröder. Los éxitos del Partido de Izquierda también fueron importantes en limitar el avance del neo-fascista NDP, aunque este pudo incrementar su votación desde 266.000 a más de 740.000, una clara advertencia de lo que podría pasar en el futuro si el movimiento de trabajadores fracasa en ofrecer una seria alternativa.
En las últimas semanas de la campaña electoral, el SPD pudo reconquistar algún apoyo atacando a los Demócrata Cristianos y presentándose como un mal menor. Desafortunadamente el material del Partido de Izquierda no siempre pudo contrarrestar esto, especialmente en la ciudad de Berlín donde sus dirigentes locales están envueltos en los recortes sociales y el empeoramiento de los salarios y las condiciones de trabajo.
Situación caótica
Según las palabras de numerosos comentadores los resultados de las elecciones han producido una situación caótica donde no hay un Nuevo gobierno obvio. Se están discutiendo diferentes combinaciones de partidos. Los patrones alemanes desean un gobierno que pueda llevar adelante más recortes, pero ahora pueden terminar con un gobierno débil. La formación de una "Gran Coalición" entre el CDU y el SPD haría más fácil al Partido de Izquierda y al WASG construir apoyo si desarrolla una política consistente de oposición a los recortes y hace campaña sobre esto entre clase trabajadora alemana.
Lo que esta claro es que cualquier gobierno alemán basado en el capitalismo estará bajo enorme presión para hacer recortes. Muchos trabajadores tendrán la esperanza que los Cristiano Demócratas no entren al gobierno. El Partido de Izquierda y el WASG, aunque con comprensión de este sentimiento, tendrá que mostrar a esos trabajadores que votando por el SPD no se terminarán los ataques. El SAV, el CIT en Alemania, está sosteniendo que el resultado electoral es un masivo impulso a la izquierda que necesita ser consolidado con la construcción de un partido de trabajadores de lucha con un programa socialista.
La elecciones no han significado el fin de la continua ofensiva de los patrones. El día después de las elecciones Siemens, el empleador privado más grande de Alemania, anunció que reducirá 10.000 de su fuerza de trabajo alemana de 164.000
El Domingo mostró que millones en Alemania están rechazando la política de la clase dominante, la tarea de los socialistas y de la izquierda es ayudar a construir a partir de esto un movimiento que rechace el capitalismo y luche por un futuro socialista.
Traducido por Patricio Guzmán, Chile.
Este artículo fue escrito el 20 de septiembre de 2005. socialistworld.net
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