"…No hay mejor homenaje a la muerte de un revolucionario que tomar y defender las ideas por las cuales él dio la vida…" Miguel Enríquez
El 5 de octubre de 1974, Miguel Enríquez, Secretario General del Movimiento de Izquierda Revolucionaria de Chile, cayó valerosamente, a los 30 años, combatiendo contra los agentes de la dictadura, que durante los años 73 y 74 tuvieron como prioridad destruir al MIR, aplastar a sus cuadros y militantes. Miguel pudo haberse exiliado, pero prefirió mantenerse en la resistencia clandestina para testimoniar con su ejemplo combatiente, que era posible luchar y derrocar a la dictadura. Fue un revolucionario y un hombre cabal. Hoy día a medida que el tiempo pasa crece su estatura heroica.
Los seres humanos, especialmente los revolucionarios generosos e intelectualmente críticos y brillantes como Miguel, no se reemplazan fácilmente. Cada vez que muere alguien en la plenitud de su vida es un mundo que perece. Los miles de militantes sociales asesinados por los militares chilenos y sus secuaces de civil, constituían una parte de lo mejor de una generación decidida a poner fin al capitalismo y a la injusticia social, jóvenes en su mayoría dispuestos a hacer grandes sacrificios personales.
En una época en que no era fácil hacerlo por los costos que suponía, Miguel supo distanciarse del estalinismo y del reformismo que llevaba hacia la derrota, condenó públicamente, por ejemplo, la invasión soviética a Checoslovaquia.
La izquierda chilena y también a escala internacional, ha pasado por varias décadas difíciles. En Chile al golpe de estado y la dictadura terrorista y mafiosa de Pinochet, vino luego a sumarse el impacto mundial de la caída de los regímenes estalinistas del Este de Europa, el mal llamado "Socialismo Real", la caída de la URSS especialmente, que tantos sueños había creado entre un gran sector de la izquierda tradicional chilena, fue un golpe desmoralizador para miles de activistas y militantes. No hay nada peor que caer preso de los propios mitos. Los viejos partidos obreros han desaparecido, como instrumentos de cambio social. El PS se ha transformado en una maquinaria que gestiona el capitalismo neoliberal, vaciada de militancia popular, de socialista solo le queda el nombre. El PC está reducido a una pequeña expresión del gran partido de masas que fue en el pasado.
Los trabajadores chilenos aún no logramos superar la atomización social, hacer balance de la catastrófica derrota del 73, y levantar un proyecto socialista de sociedad que encante a amplios sectores de nuestro pueblo. Falta en suma construir una nueva representación de los trabajadores chilenos.
Pero no han acabo con nosotros, hacemos nuestro el legado de revolucionarios socialistas como Miguel Enriquez, estamos entre los que no han capitulado ni a la corrupción de la gestión del poder burgués, ni a la desmoralización. Una nueva generación sin el peso de la derrota se está formando para culminar la tarea transformadora que Miguel y los de su tiempo no puieron llevar a cabo. Tomamos y defendemos las ídeas por las que el revolucionario dío la vida, y confiamos en nuestra futura victoria, la victoria de la humanidad libre de las cadenas de la explotación, del racismo, la victoria de la sociedad socialista y democratica. Esta lucha es nuestro homenaje permanente a Miguel Enriquez y a todos los revolucionarios de su generación caídos.
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