Alemania: WASG Congreso Nacional

Un peligroso movimiento a la derecha

Entre amenazas de parte de la dirección nacional de irse, el Congreso nacional del WASG (Alternativa electoral por el trabajo y la Justicia Social) el último fin de semana aceptó unificarse con el Partido de Izquierda. PDS (L.PDS ) y tomar medidas contra el WASG de Berlín si este sigue adelante y corre su propia lista de candidatos en las elecciones regionales de septiembre. El Congreso se encontró con el trasfondo de amenazas cada vez más abiertas de dirigentes del WASG de abandonar el partido si no conseguían sus propósitos. El grupo dirigente alrededor de Oskar Lafontaine estaba determinado a derrotar la oposición al abandono de los principios fundadores con objeto de asegurar una rápida fusión con el L.PDS.

El punto central de los debates fue la cuestión de Berlín. Esto porque desde el 2001 el gobierno de la ciudad de Berlín ha sido encabezado por la coalición entre el SPD (Partido Socialdemócrata) y el L.PDS que, de muchas maneras, ha marcado la pauta en el recorte de las condiciones de vida. La coalición de la ciudad rompió con los acuerdos nacionales de salarios para reducir salarios y aumentar horas, ha llevado adelante amplias privatizaciones y muchos recortes sociales. Frente a esta situación el WASG de Berlín decidió que era imposible levantar una lista conjunta con el L.PDS a menos que este cambiara su posición. Esta decisión del WASG de Berlín ha estado bajo constante ataque por la dirección nacional del WASG como una amenaza para sus planes de unificación. Los miembros de Alternativa Socialista (SAV, el CIT en Alemania) han jugado un importante papel en la adopción de esta posición de principio contra los recortes sociales por el WASG de Berlín y como consecuencia han sido amenazados por la dirección nacional del WASG. Los medios a nivel nacional han seguido de cerca el debate que ha sido presentado entre Lafontaine, los dirigentes del L.PDS y la Trotskista Lucy Redler, la miembtro del SAV elegida como la primera candidata del WASG de Berlín para las elecciones de Septiembre.

Desde la apertura del Congreso la dirección del WASG continúo su política de minar la auto confianza de los miembros del WASG, subrayando que solo la fusión con el L.PDS permitiría una salida hacia adelante y, sobre esta base, trató de entusiasmar con la construcción de "un partido alemán de toda la izquierda" sin ninguna discusón política real sobre que debería defender ese partido.

Esto realmente ignora la realidad. El aumento de 2.200.000 en los votos de "izquierda" entre el 2002 y las elecciones de 2005 al parlamento federal (Bundestag) se debió abrumadoramente a la formación del WASG y luego al ingreso de Lafontaine en el WASG poco antes de las elecciones. Con sus propias fuerzas el L.PDS ha sido llevado al estancamiento en el mejor de los casos o a la declinación, especialmente en Berlín desde la formación de la coalición, mientras al mismo tiempo ha sido incapaz de construir apoyo en Alemania Occidental. Pero, debido a que Lafontaine jugó un papel importante en asegurar el 8.7% de los sufragios a la izquierda el pasado septiembre, las amenazas de escición de sus partidarios tuvo un gran impacto en el congreso del WASG.

A pesar de esta presión, al menos un tercio de los delegados al congreso apoyaron la decisión del WASG de Berlín de presentarse independientemente. Una resolución presentada por los miembros más izquierdistas del ejecutivo del WASG llamando a "cambios fundamentales en el curso de la construcción del partido" y oponiendose a cualquier "medida administrativa" fue derrotada apenas por 156 votos contra 143, incluso después de que Lafontaine interviono especialmente para decir que esa era "la decisión más importante" que enfrentaba el congreso.

Votación cerrada

El resultado de esta votación claramente alarmó al ala derecha que, apoyada completamente por Linksruck (el grupo vinculado con el SWP británico), que se movió para cambiar el orden original de la votación para asegurarse que su resolución fuera adoptada antes de una moción "de izquierda moderada" que se oponía por iguial a la resolución de Berlín y a la adopción de "cualquier medida administrativa" contra Berlín. Sin embargo, un número de delegados frustrados por esta derrota, ya había abandonado el congreso y por lo tanto permitió a la derecha obtener un mayor margen de victoria en posteriores votaciones.

En el debate del congreso quedó claro que tanto los argumentos en favor del WASG de Berlín como contra las "medidas administrativas" estaban ganando terreno. Contra este trasfondo fue el propio Lafontaine quien tuvo que hablar para poder obtener una mayoría de 160 contra 121, diciendole al WASG de Berlín que tenían que retirar su lista. Posteriormente el congreso votó con una mayoría de 150 contra 110 por "medidas administrativas" contra Berlín. Sin embargo, reflejando la oposición de muchos delegados a la expulsión, tanto Lafontaine como la resolución dijeron que "debería evitarse" las expulsiones y el cierre del WASG en Berlin. Significativamente, en ninguna de estas votaciones Lafontaine gnó la mayoria absoluta de los delegados que acudieron al congreso.

Sin embargo, el día inmediatamente siguiente delegados de la zona de residencia del aliado número uno de Lafontaine, Klaus Ernst, presentaron una resolución de emergencia llamando a la expulsión de los miembros del SAV. El ala derecha de la dirección no intentó pasar esta resolución en el congreso pero, como alguinos de sus adherentes explicaron; esta era una "advertencia amigable". Mientras el ala derecha no quería un voto sobre esta resolución, los delegados del ala izquierda insistieron que fuera puesta a votación, y el 95% de los que votaron lo hicieron contra la expulsión, con una gran parte del ala derecha y algunos elementos del Linksruck absteniendose.

Los metodos de chantaje de Lafontaine y sus partidarios provocaron tres renuncias de "moderados de izquierda" del ejecutivo del WASG. Uno de esos tres, el muy conocido intelectual Joachim Bischoff, en su discurso de renuncia al congreso, las amenazas de escisión de Klaus Ernst y otros como "olor a maniobra de establo socialdemócrata" en el WASG. La declaración de Bischoff tuvo un gran recibimiento de muchos delegados, pero ¡fue hecha el día después del voto decisivo! Si Bischoff hubiera dejado claro lo que había pasado el ´primer día del congreso, su posición podría haber ayudado a derrotar al ala derecha. Pero su silencio ayudó a la decha a asegurar su victoria y luego su renuncia les ayudó a alcanzar una comoda mayoría en el nuevo ejecutivo del WASG.

Lafontaine realmente tenía muy pocos argumentos fuera de la "unidad de la izquierda". Él y sus partidarios exigieron que el WASG de Berlín aceptara las decisiones nacionales. Sin embargo, el L.PDS de Berlín ignora la políticas nacionales tanto del L.PDS como del WASG al obligar a los desempleados a tomar los llamados "trabajos de un euro". Ahora en Berlín, más de 30.000 desempleados solo reciben benficios del estado si aceptar trabajar como mano de obra barata por el pago de un "bono" de un euro por hora trabajada.

Lafontaine sostuvo que las tácticas en elecciones regionales tenían que ser decididas nacionalmente, pero que las desiciones sobre la participación en coaliciones regionales tenían que ser decididas localmente. La razón claramente es que él quiere permitir al L.PDS de Berlín continuar su coalición con el SPD.

¿El futuro del partido?

Las desiciones del congreso del WASG amenazan el futuro del partido. Esta claro que el ala derecha no está realmente interesada en construir un partido con masas de miembros y que en su deriva por la unidad con el L.PDS, está preparada a aceptar participar en gobiernos que llevan a cabo recortes sociales. Parece probable que ahora habrá un intento de unificar ambos partidos antes que la meta original de 2007, y que la dirección probablemente tratará de excluir del nuevo partido al menos a algunos de sus oponentes. Sobre esta base el futuro a medio plazo de tal partido es una cuestión abierta.

Inmediatamente después del congreso del WASG algunos miembros han abandonado erradamente el partido. En Berlín, el SAV defenderá que el WASG dbería mantener su curso y esforzarse por presentar una lista de principios contra los recortes sociales en las elecciones. Ellos son acusados de escisionistas y negarse a discutir, aunque en Berlín el L.PDS se niega incluso a aceptar ofrecimientos de dicutir las elecciones, que el WASG de Berlín les ofreció en abril.

El año pasado ha mostrado tanto en la realñidad como en los sondeos de opinión el enorme potencial que existe en Alemania para un partido que se oponga a los ataques de la clase dominante sobre las condiciones de vida. El WASG empezó a organizar y a dar dirección a esta oposición, pero ese fue solo el primer paso. Si una fusión entre el WASG y el L.PDS crea un partido que implemnta recortes sociales cuando se encuentre en el gobierno y cuyos lideres recurren a amenazas de escisión para obtener sus objetivos, entonces ese no será un paso hacia el partido de principios y campaña que los trabajadores alemanes necesitan.

 

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