Ted Grant, uno de los fundadores de Militant, el antecesor del Partido Socialista, ha muerto a la edad de 93 años, en Londres. Grant, de origen Sudafricano, fue uno de los dirigentes más destacados del movimiento marxista, trotskista, en los últimos 60 años. Él hizo una gran contribución en un número de importantes asuntos teóricos y políticos., como su análisis del fenómeno del ‘bonapartismo proletario’, el desarrollo de los estados obreros deformados en Europa del Este y China en la situación posterior a 1945.
En un comienzo, él se inclinó hacia un análisis de Rusia y Europa del Este como ‘capitalismo de estado’, pero pronto lo corrigió. Irónicamente, el principal teórico de lo que hoy es el Socialist Workers Party (SWP), el difunto Tony Cliff, adoptó esas ideas descartadas y las desarrolló en su errónea teoría del ‘Capitalismo de Estado’. La replica de Ted Grant, en su panfleto, ‘La Teoría Marxista del Estado’, incluso hoy en día es una respuesta muy efectiva a las ideas del ‘Capitalismo de Estado’ y un análisis de los procesos en curso en los estados Estalinistas en la situación posterior a 1945. Los mismo es cierto respecto a su análisis de la Revolución China y otro número de asuntos.
Incluso en esa etapa, por supuesto, su mejor periodo políticamente, Ted Grant no era infalible políticamente, como algunos de sus partidarios de sus últimos tiempos sostienen. Él se opuso, correctamente, a la entrada en el Partido Laborista cuando el momento era inapropiado a fines de los años 40, solo para capitular a aquellas fuerzas trotskistas que se unieron al Partido Laborista después que el Revolutionary Communist Party (Partido Comunista Revolucionario) se desintegró en 1949. Él lo racionalizó sobre la base que ‘realmente no importaba’ dado el aislamiento del Marxismo, si los Marxistas estaban dentro del Partido Laborista o fuera. De hecho, en ese momento una táctica independiente podría haber sido más efectiva, con el trabajo concentrado en los sindicatos.
Sin embargo, Ted Grant si mantuvo el hilo de la defensa de los análisis básicos del Trotskismo contra el ultraizquierdismo y el oportunismo. Esto permitió a una nueva generación, como Keith Dickinson, Ted Mooney y Terry Harrison, unirse al movimiento Trotskista, con otros como yo mismo y Tony Mulhearn uniéndose un poco más tarde en Liverpool. Esta fue la base principal, junto con Londres, y uno o dos aislados, en áreas como South Wales y Nottingham, de lo que posteriormente fue Militant.
El lanzamiento de Militant
En su obituario de Ted Grant, Alan Woods sostiene que, "en 1964, decidimos lanzar un nuevo periodico llamado Militant. Tuvimos nuestra primera reunión en una pequeña sala en un pub en Brighton". Esta es una pieza descarada de falsificación histórica, que desafortunadamente es una constante de su pequeña organización cuando trata de la historia del Trotskismo en Gran Bretaña. De hecho, Alan Woods no participó en ninguna de las actividades del Labour Party Young Socialists (Jóvenes Socialistas del Partido Laborista) a escala nacional hasta después de 1964. Militant fue fundado en 1964 pero ciertamente no "en un pub en Brighton", donde Alan Woods era un estudiante en esa época.
La fundación de militante fue el producto de discusiones principalmente en Liverpool y Londres. Este absurdo intento de rescribir la historia no le hace justicia a la memoria de Ted Grant ni a la contribución que él hizo. Es un intento al servicio del propio Alan Woods para aumentar su perfil ‘histórico’. Yo fui elegido como el primer editor de Militant, en 1964, y era el único trabajador a tiempo completo, y en 1965, con Keith Dickinson, trabajando conmigo como un valioso colaborador, no pagado, a tiempo parcial, para el periódico desde 1965. Esto comenzó una colaboración con Ted Grant, que no fue siempre fácil, pero duró por 25 años.
La fortaleza de Ted Grant era su defensa de los principales postulados del Marxismo aplicados a los acontecimientos contemporáneos. Su debilidad, evidente desde el inicio de nuestra colaboración, fue su aproximación dogmática y su incapacidad de reconocer y desarrollar los talentos independientes de otros, particularmente la generación más joven que estaba llenando las filas de Militant. Esto fue tolerado por otros dirigentes de Militant sobre la base que, en general, hacia acuerdo político, aunque algunos choques importantes tuvieron lugar sobre algunos asuntos, especialmente sobre matices y aproximaciones.
Ted Grant hizo una contribución muy importante en los años 60 y 70 al desarrollo de Militant como una fuerza significativa en el movimiento obrero Británico. Sin embargo, en ocasiones no dio la talla, en particular en la situación rápidamente cambiante en los años 80. Por ejemplo su falta de tacto fue una fuente de conflicto en el drama de Liverpool, de 1983 a 1987. En esa época, aunque Ted Grant era respetado en esa época por los adherentes y líderes de Militant, ya había sido evidente por algún tiempo que sus mejores tiempos, especialmente sobre la plataforma pública, habían quedado detrás de él.
Esta no es la primera vez en la historia del movimiento Marxista en que un líder puede jugar un papel pionero en una etapa, pero demostrar falencias una vez que la situación cambia. El trágico ejemplo de Plejanov, el ‘padre del Marxismo Ruso’, viene a la mente. Él también fue decisivo en el periodo que la tarea era plantar las raíces, defender tenazmente al Marxismo contra el oportunismo y el ultraizquierdismo. Pero Plejanov demostró ser completamente incapaz frente a grandes eventos cuando el ritmo de la lucha de clases y la historia cambiaron.
Nuevos tiempos, nuevas pruebas
Cuando Militant creció hasta llegar a ser el más grande y efectivo movimiento Trotskista en Gran Bretaña y la mayor parte de Europa, se hizo necesario presentar nuestras ideas en la forma más popular y accesible, sin rebajarlas o esconder nuestras posiciones. Otros portavoces y líderes más jóvenes de Militant estaban más implicados y con más capacidad para realizar esta tarea que Ted Grant. Esto de ninguna manera devalúa su contribución pasada ni disminuía el papel que él todavía podía seguir jugando en el desarrollo de Militant y las ideas Marxistas.
Sin embargo, Ted Grant no reconoció sus limitaciones, lo que llevó a confrontaciones en aumentos en las filas de Militant a fines de los ’80. Esto se combinó con su fracaso en analizar acontecimientos contemporáneos claves. Una de esas ocasiones fue el "lunes negro" de octubre de 1987, el colapso financiero en Wall Street. Ted Grant defendió que este era un precursor de una nueva depresión del tipo de la de 1929. Nos opusimos a esto, yo, Lynn Walsh y la mayoría de lo que después sería el Partido Socialista.
Choques similares se desarrollaron sobre otros asuntos, como las perspectivas para Sudáfrica, y la cuestión del estalinismo, en una época en que las señales eran no solo que se estaba desintegrando sino que un retorno al capitalismo, algo que no había ocurrido previamente, podría tener lugar en Rusia y Europa del Este. Ted Grant y Alan Woods, debido a su incapacidad de entender los cambios en la situación, dieron apoyo crítico a los organizadores del golpe de Estado en la Unión Soviética en 1991. Ellos lo justificaron sobre la base que Trotsky había previsto la posición de ‘apoyo crítico’ a una fracción de la burocracia. Sin embargo, la burocracia estaba tan degenerada que no había ningún sector, en 1991, que todavía mantuviera su adhesión a la economía planificada.
Irónicamente, como habíamos visto antes, uno de los grandes méritos históricos de Ted Grant fue su análisis en la situación posterior a 1945 del desarrollo de los Estados Estalinistas de Europa del Este bajo la presión del Estalinismo Ruso. Sin embargo, él fue incapaz de reconocer la realidad cambiada en esos Estados a comienzo de los años 90. Junto con Alan Woods, fue solamente a fines de los años 90 (!) que llegó a la conclusión que el capitalismo si había retornado a Rusia.
Este fue el trasfondo de la escisión del grupo de Ted Grant / Alan Woods de las filas de Militant en 1992. Él había fracasado en ganar apoyo a sus ideas, recibiendo solamente el 7% de los votos en el Congreso Nacional de los adherentes de Militant. La base ostensible de la división fue el lanzamiento de una organización abierta en Escocia, lo que fue denunciado como "el final de un trabajo de 40 años".
La ‘táctica’ de trabajo en el Partido Laborista, desafortunadamente, se osificó tanto en las mentes de Grant y Woods que se transformó en una ‘estrategia’ permanente, sin desvios, sin tomar en consideración el colapso de las ‘organizaciones tradicionales’. Increíblemente, ellos mantuvieron que los socialistas y los Marxistas deberían seguir trabajando en el Partido Laborista porque este seguía siendo ¡un ‘partido obrero’ en su base!
Después de la escisión de 1992, sus grupos en Gran Bretaña y en todas partes, quedaron en los margenes del movimiento de trabajadores. No son un factor en la mayoría de los asuntos cruciales que confrontan los sindicatos y el movimiento de trabajadores. Alan Woods se ha transformado en un ‘consejero benevolente’ de Hugo Chávez y, posteriormente, también ha abandonado la perspectiva de la ‘democracia obrera’ para Cuba. Él cree que Fidel Castro está haciendo ‘criticamente’ el trabajo del Marxismo y el Trotskismo en Cuba. Esto es ostensible debido a los últimos ataques de Castro a la ‘corrupción’, y a sus intentos de movilizar a un sector de jóvenes contra ella. Sin embargo, aunque hay que reconocer los grandes logros de la Revolución Cubana, para manenerlos, es vital que una democracia obrera sea establecida en Cuba, tanto para el país como para la ampliación de la revolución en América Latina.
Así, en ocasión de la muerte de Ted Grant la nueva generación de socialistas debería reconocer su gran contribución en el nivel de las ideas, en uno de los periodos más difíciles en la historia del movimiento Marxista. Al mismo tiempo, es necesario aprender de sus errores y evitarlos si vamos a construir un movimiento capaz de establecer el socialismo democrático en Gran Bretaña y el mundo.
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