Elecciones municipales: un golpe contra la política de Sarkozy
Las elecciones locales de marzo, las municipales y cantonales fueron marcadas por un fortalecimiento de los votos para la Izquierda (PS, PCF y verdes) aunque la derecha se mantiene en ciertas ciudades. Al mismo tiempo, los votos para las listas de extrema-izquierda particularmente las presentadas por la LCR (Liga Comunista Revolucionaria) obtuvieron buenos resultados. Los votos, a diferentes niveles, confirmaron la desconfianza y el rechazo de la mayoría de la población a la política de Sarkozy y de su gobierno. En cuanto al FN – Frente Nacional (1), no se levantó en estas elecciones.
Desde que fue elegido hace 10 meses Sarkozy, cada elección aporta una suerte de reequilibrio. En efecto en el momento de los comicios legislativos de junio de 2007, la victoria de la derecha con la UMP (2) no fue tan aplastante como en las elecciones presidenciales, un mes antes. Y esto, en provecho de votos para los diputados PS y el mismo PCF. Esta lógica se reforzó dando a la izquierda ganadora con ocasión de las elecciones municipales y cantonales.
La situación económica pesó mucho. Con numerosas personas que viven con salarios bajos y pequeñas jubilaciones, la cuestión del poder adquisitivo fue un factor clave. Mientras que los productos alimenticios y la gasolina aumentan, el anuncio del incremento del 40 % de los salarios de los grandes patronos franceses en 2007 fue chocante. Y frente a esto, Sarkozy mostró muy claramente que defendía a los grandes patronos con su política de regalos fiscales y sus viajes de lujo. Entre los pequeños jubilados que habían votado en gran número por Sarkozy, la sanción cayó antes de las elecciones.
Políticamente, Sarkozy había anunciado que estas elecciones serían una prueba nacional para la derecha. Pero frente al descontento creciente desde enero, tuvo que adoptar un perfil bajo. Así numerosos candidatos UMP no quisieron el apoyo de Sarkozy durante la campaña. Justo antes de las elecciones desapareció de las pantallas y entre las dos torres fue más discreto.
Más en profundidad, hay un desmoronamiento de la base electoral que eligió a Sarkozy. Esta base, lo decíamos el año pasado, era muy volátil. Las huelgas de este otoño de los ferroviarios dieron el primer golpe mostrando que era posible oponérse al gobierno. Esto no bastó para parar los ataques. Pero en el momento de estas elecciones, muchos se volvieron hacia el PS, el PCF y los Verdes para mostrar su rechazo. El MODEM (movimiento demócrata de Bayrou) cosechó a veces una parte de este rechazo a Sarkozy por parte de un electorado menos obrero y más centrista de derecha.
Un voto importante para la izquierda plural
La izquierda plural se reconstituyó en numerosas ciudades desde la primera vuelta de las elecciones municipales haciendo un máximo de listas de unión de la izquierda. Su éxito ha sido comprobado y más de 47 % de los votantes votaron por estas listas desde la primera vuelta. Ciertas ciudades eligieron una mayoría de izquierda desde la primera vuelta como Lyon o en otra medida Rouen, y en otras los resultados de las listas del PS-PCF y Verdes pueden ganar a la segunda vuelta: Estrasburgo, Toulouse, Marsella posiblemente y Amiens.
Numerosos trabajadores procuraron mostrar el rechazo de la política de Sarkozy mediante este voto. Sin embargo, esto no fue una marea PS tampoco. En ciertas localidades, el candidato UMP se mantiene. A veces los del PS son percibidos como arribistas o corrompidos y no pasan, es un poco el caso de Guérini en Marsella contra Gaudin, el candidato a alcalde saliente del UMP. En los barrios populares, a menudo un elector de cada dos no se desplazó a la primera vuelta. El voto para el PS por tanto no se hizo con los ojos cerrados.
El PCF cuando se presentaba detrás del PS fue invisible. En cambio, allí dónde dirigía las listas de unión, o allí dónde se presentaba sólo con un candidato del PS contra él, la mayoría de las veces, recobra su electorado popular en las ciudades obreras y los barrios. (Ciotat, Dieppe, El Havre, Marsella Nord)
El PS vuelve a salir vencedor de estas elecciones pero no recobra, sin embargo, una cohesión suficiente para aparecer como la alternativa posible para Sarkozy. Según las ciudades y las corrientes del PS, estas elecciones sirvieron para confirmar proyectos diferentes para el PS. En ciertas ciudades, como París o Montpellier y Marsella, se efectúan alianzas con MODEM. En el PS, algunos buscan, como Ségolène Royal, ir el máximo hacia el centro cristiano demócrata aunque el MODEM es un movimiento muy disparatado y sin unificación. La base de su programa sin embargo es una aceptación completa del capitalismo. Esto va en el sentido de perfilar cada vez más el PS como un partido Demócrata a la americana. Sin embargo, son las listas con el PCF y los Verdes las que todavía constituyen la base más segura en el momento de las elecciones para una gran parte del PS.
El anclaje del voto de extrema izquierda anti Sarkozy
Si la marea rosa verdaderamente no se efectuó es también porque el voto para listas anti Sarkozy de extrema izquierda fue bastante importante. Las listas presentadas o sostenidas por el LCR son las que recibieron el mejor eco. Estas listas obtuvieron más de 70 electos en toda Francia. Oscilan entre el 2 % por 15 % en ciertas ciudades. Los programas eran muy variables según las ciudades: algunos evocaban el lanzamiento por la LCR de un nuevo partido, otros no. El lanzamiento del nuevo partido realmente se efectuó sólo en muy pocos lugares. Los programas de las listas claramente fueron opuestos a la política de Sarkozy y hablaban de luchas. Además, estas listas se planteaban en independencia del PS en estas elecciones y frente a su política liberal. El eco que recibe Olivier Besancenot nacionalmente (el 4,08 % a la elección presidencial) reforzó este voto para las listas sostenidas por el LCR.
Lutte ouvrière (Lucha obrera) se presentaba también, y obtuvo 36 electos desde la primera vuelta. 15 de ellos han sido elegidos en listas LO. Respecto de los otros 21, son elegidos en el marco de las listas de unión de la Izquierda PS PCF Verdes LO desde la primera vuelta. Esta táctica es por lo menos asombrosa: LO la hizo aceptando, para obtener electos, votar el presupuesto de ciertas municipalidades PS como en Clermont Ferrand. ¿Seguirán ellos este compromiso o se negaran a votar presupuestos que incluyen cada vez más numerosas recortes sociales, sin hablar de servicios públicos que son traspasados a los privados?
El voto de extrema izquierda está hoy alrededor de 5 al 10 % incluido en las elecciones locales que a menudo son más duras que las nacionales para pequeñas listas. Es a menudo más que eso en los barrios o las ciudades populares. Votando por estas listas, cada vez más trabajadores y jóvenes quieren sancionar la política de Sarkozy y mostrar que para esto hace falta una fuerza verdadera de oposición, que sostenga las luchas de los trabajadores. Para estas elecciones, este voto radical se ancló entre los trabajadores y los jóvenes más combativos.
¿ Y después?
Hoy, estas elecciones debilitan el gobierno y Sarkozy. Sin embargo, esto no significa el fin de los salarios bajos, las pequeñas jubilaciones o la disminución de la velocidad de los ataques previstos contra el régimen general de las jubilaciones, el contrato de trabajo, la Función Pública… Sarkozy puede maniobrar sus declaraciones y decir que finalmente tendrá en cuenta el voto. En la realidad, él y Fillon no dejan de decir que van a continuar su política y lo hacen, como sobre las jubilaciones en este momento. En las instituciones locales (regiones, ciudades), la izquierda plural se volvió mayoritaria. Pero su política no rompe en nada con las políticas de rentabilización, de privatización también de servicios públicos administrados por las administraciones locales. No constituyen una verdadera oposición a la política de Sarkozy y de los patronos.
Durante todo el período electoral, las múltiples huelgas sobre los salarios o sobre el empleo (Snecma, Miko, Smoby, Kléber) mostraron que no hay elección frente a la ofensiva continua de los patronos. La construcción de una lucha unificada de los trabajadores del sector público y del privado es urgente.
Una parte de los trabajadores y de los jóvenes lo sabe y busca una alternativa política. En estas elecciones, a menudo vota por la extrema izquierda, a veces por el PCF todavía. Sin embargo, es en las luchas que esta alternativa combativa de los trabajadores y de los jóvenes hace más falta. Frente a los ataques de Sarkozy y para oponerse a los frenos que son las direcciones sindicales, hay que organizarse. La construcción de un nuevo partido debe ser la tarea principal de los próximos meses. Como lo muestran estas elecciones, el lugar sigue vacante en Francia para una alternativa política combativa independiente de trabajadores y jóvenes. La urgencia está en lanzar verdaderamente la construcción de un nuevo partido y hacerlo en vinculación con el desarrollo y la unificación de las luchas de los trabajadores.
1) El Frente Nacional (FN) es un partido político de extrema derecha. Fue fundado en octubre de 1972 y dirigido desde entonces por Jean-Marie Le Pen. En su mayor auge El Frente Nacional llegó a ser el tercer partido político francés en las elecciones legislativas de 2002, y Jean Marie Le Pen llegó segundo en la primera vuelta ese año superando al candidato PS, y disputando la segunda vuelta con el presidente Jacques Chirac. Desde entonces los resultados electorales del FN han disminuido drásticamente.
2) La Unión por un Movimiento Popular-UMP (en francés, Union pour un Mouvement Populaire) fue fundada para dar apoyo a la candidatura del presidente Jacques Chirac en las elecciones de 2002. El partido es miembro del Partido Popular Europeo y también de la Unión Internacional Demócrata, forum de los partidos conservadores a escala mundial. El partido UMP apoya oficialmente a Nicolas Sarkozy
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