Sector público y privado se unen bajo un ánimo de rabia
Una huelga nacional y una manifestación multitudinaria en Roma tuvieron lugar el pasado viernes 13 de febrero. No fue una huelga general, pero cientos de miles de huelguistas participaron en una acción coordinada por el llamado del sindicato de trabajadores metalúrgicos FIOM (parte de la CGIL, la mayor federación sindical de Italia) y la sección de la CGIL, que organiza a los trabajadores del sector público. En Roma 700.000 trabajadores con cuello azul y blanco, marcharon codo a codo, en una unidad que no se había visto en Italia durante algún tiempo.
Estaban con un gran ánimo de lucha. Los trabajadores del sector público estaban protestando contra el escandaloso acuerdo de salarios, que fue firmado por las otras dos principales federaciones sindicales – CISL y UIL. Junto con los metalúrgicos, que también se oponen al nuevo acuerdo, que debilita los contratos nacionales y fortalece la ofensiva de los patrones ofensiva contra los salarios y las condiciones laborales. Todos demandaban que los trabajadores no deben ser los que paguen el precio de la crisis económica.
La creciente inestabilidad ha obligado a las direcciones de CGIL a romper filas con la CISL y UIL y mostrar alguna oposición a los ataques de la patronal y del gobierno de Berlusconi. Además de socavar los contratos nacionales, el gobierno tiene previsto aumentar la edad de jubilación de las mujeres de 60 a 65. Es evidente que la federación de empresarios considera que esta medida, que se está vendiendo como el establecimiento de “igualdad” entre hombres y mujeres, es un preludio para un aumento más generalizado en la edad de jubilación para todos los trabajadores. Al mismo tiempo, el gobierno se propone hacer más difícil para los trabajadores del sector público llamar a huelga.
Todo esto en el contexto de una implacable crisis económica. En diciembre hubo un aumento del 500% en el número de trabajadores despedidos (en "cassa integrazione" – desempleo temporal con prestaciones pagadas por el Estado). Para los trabajadores metalúrgicos el aumento fue del 1000%! La situación es nefasta para decenas de miles de trabajadores ‘precarios’, a quienes simplemente no se le han renovado sus contratos y no tendrán derecho en la mayoría de los casos a algún beneficio.
Si bien es positivo que la CGIL haya organizado la acción, su respuesta es insuficiente. Es evidente que muchos trabajadores están por luchar. La huelga general de 12 de diciembre del año pasado, convocada por la CGIL en contra de la crisis económica, movilizó más de un millón de manifestaciones en ciudades de todo el país. Pero no hay planes claros sobre qué hacer.
Por el contrario, la CGIL parece ser la dirección de la retaguardia del movimiento. Otra huelga general debería haber sido, evidentemente, el siguiente movimiento además con una manifestación nacional en Roma. Pero su ‘estrategia’ de movilización comprenderá más huelgas sectoriales (en particular en las escuelas) que culminarán con una manifestación nacional el 4 de abril. Pero será menos que una huelga ya que se trata de un día sábado!
Al igual que otros en la izquierda, en Lotta y Controcorrente estamos en campaña a favor de una huelga general para el 13 de febrero. Ahora es importante movilizarse en los lugares de trabajo para el 4 de abril, que probablemente sea muy grande, al mismo tiempo que llamar por una huelga general de 24 horas.
Una clara estrategia y un programa para impulsar el movimiento hacia adelante no sólo incluye demandas para romper el contrato de acuerdo nacional, revertir los ataques al sector público y ampliar los beneficios a todos los trabajadores; sino que debe incluir la demanda de nacionalización bajo control obrero y la gestión de todas las empresas amenazadas de pérdidas de empleo y cierres. Una batalla se esta librando en el interior del CGIL y el PRC (Partido de refundación comunista) porque un programa de este tipo sea adoptado.
Debido a la opresión del sistema económico capitalista y el elitismo burocrático, la gran mayoría de los jóvenes y estudiantes se encuentran en la parte inferior de la sociedad que es explotada y oprimida; entre muchos jóvenes, por lo tanto, existen fuertes sentimientos de ansiedad y de resistencia. Con el fin de encontrar una salida para ellos y para la sociedad en general, los jóvenes deben unirse en solidaridad con la clase trabajadora en general, y participar en la lucha democrática socialista.
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