El cuarto y último día de la Escuela Latinoamericana se enfocó en la importancia del movimiento indígena en América Latina, especialmente en relación a la tarea clave de construir las fuerzas del Marxismo.
Sin embargo, empezó con un informe breve de los camaradas venezolanos quienes anunciaron los resultados del referéndum para enmendar la constitución para permitir la re-elección ilimitada del presidente Hugo Chávez. En una campaña dura y estrecha, el referéndum fue aprobado por 54% de la población, una victoria importante para Chávez pero la cual no parará la oposición creciente y tampoco borrará las dificultades enormes y complejas que ambos Chávez y nuestras camaradas se enfrentan especialmente con la llegada de la crisis económica.
Camarada Celso de Chile, quien tiene muchos años de experiencia en la lucha de los Mapuches indígenas, abrió la charla diciendo que los capitalistas temen que el crecimiento continuado del movimiento indígena en Latinoamérica causará inestabilidad para su sistema. Como consecuencia, ellos están en una lucha activa en contra de ello.
El movimiento indígena, sin embargo, no es nada nuevo; los indígenas han luchado en contra del imperialismo por más de 500 años. No obstante, en su mayoría, el movimiento Marxista de Latinoamérica, no se ha tratado con esta lucha como algo fundamental, prefiriendo ver el movimiento indígena como un problema social como cualquier otro. Por ejemplo, en el “Tesis de Pulacayo” de 1946 de los mineros bolivianos dirigidos por los Trotskistas, presentó un plan revolucionario para tomar el poder pero ni siquiera una vez mencionó la palabra “indígena” a pesar de que más de 60% de la población boliviana es indígena.
Es un problema que tenemos que resolver en el siguiente periodo. En particular, los camaradas bolivianos han expresado un deseo de empezar un debate serio dentro de la organización con respeto a nuestras consignas y material en cuanto al rol de los campesinos indígenas en la revolución socialista.
Para concretizar el punto, Celso leyó un correo del camarada Adam de Bolivia pidiendo las ideas de los otros camaradas de América Latina sobre el asunto. El correo notó que debido al hecho de que el campesino indígena es el sector más radicalizado y movilizado en Bolivia, la mayoría de nuestros contactos son hijos e hijas de campesinos indígenas quienes se han trasladado a la ciudad de Cochabamba para estudiar o trabajar. Los campesinos indígenas, al contrario de los campesinos no-indígenas, no tienen una conciencia instintivamente pequeña burgués (exigiendo que la tierra sea transferida del latifundio a campesinos individuos) sino que una conciencia socialista (exigiendo la colectivización de la tierra bajo el control de las comunidades indígenas). Para terminar, el correo preguntó hasta que punto podemos ser flexible con nuestra material y consignas, y más concreto, si sería posible decir que la revolución socialista podría ser dirigida por ambos la clase trabajador y los campesinos indígenas en un país como Bolivia.
Luego, Celso dijo que sólo es el inicio de la conversación que incluye muchos temas aparte de la cuestión de dirección de la revolución. Tenemos que analizar con seriedad la conciencia de las poblaciones indígenas con respeto a la colectivización de la propiedad y control comunal. Pero también, tenemos que entender que para los pueblos indígenas, no sólo se trata de la tierra, sino que también la lucha por el territorio y la autonomía, y que las comunidades indígenas se consideran parte de una nación indígena distinta. La forma en la que tratamos con estos temas es muy importante.
Para concluir, Celso dijo que el movimiento indígena, porque es un movimiento para tierra, territorio y autonomía, se enfrenta directamente con los intereses del imperialismo y el capitalismo en general. En Chile, los Mapuches están involucrados en una batalla constante contra las transnacionales y el estado chileno y su lucha tiene un apoyo inmenso en Chile.
La necesidad de tratar con este tema es de importancia concreta no solamente porque el CIT recién ha comenzado a trabajar en Bolivia y está en el proceso de abrir trabajo en nuevos países donde la lucha indígena es extremadamente importante también. Sino que todo Latinoamérica se la considera como algo central para la lucha general. El CIT tiene que profundizar el debate y su análisis sobre este tema, desarrollar nuestra posición y producir material
Debido a los limites del tiempo, antes de escuchar los comentarios de otros camaradas, Celso dio una pequeña introducción sobre la importancia del Marxista peruano, José Carlos Mariátegui, quién trabajó con la cuestión indígena con profundidad.
Celso empezó con una referencia a Lenin quién dijo que, frecuentemente, revolucionarios que fueron brutalmente atacados por los capitalistas durante su vida, están despojados de su contenido revolucionario y convertidos en héroes inocuos una vez que se mueran. Lo mismo está pasando ahora con Mariátegui en Perú donde académicos, socialdemócratas, el partido comunista, etc. están distorsionando las ideas revolucionarias de Mariátegui para ganar apoyo para sus ideas reformistas o académicas.
Mariátegui, sin embargo, fue un revolucionario verdadero quien hizo contribuciones importantes al Marxismo, no sólo con respeto a la lucha indígena sino que también sobre temas importantes como el internacionalismo. Aseguró que aunque el socialismo como una doctrina nació en Europa, no es una doctrina europea sino que global. En Latinoamérica, esta doctrina tiene sus raíces en los pueblos y culturas indígenas y los Marxistas tienen que entender esto para que se desarrolle su movimiento.
El debate sobre el Mariátegui y los movimientos indígenas involucró camaradas de todas las secciones de América Latina además de Sascha representando el Comité Ejecutivo Internacional (CEI). Hubo varias contribuciones importantes. Fue notado que el movimiento de los trabajadores es diferente en cada país de América Latina, subrayado por la importancia del movimiento indígena en algunos países y nosotros como Marxistas no debemos ignorar estas diferencias sino que seriamente tratar con ellos.
También fue notado que existe una relación directa entre el desarrollo del capitalismo de Europa y la destrucción y saqueo de las culturas indígenas y riqueza de Latino América. Tenemos que reconocer esto y tener cuidado cuando hablamos del “progreso” industrial que trajo el capitalismo, lo cual para millones significó la destrucción de su civilización.
Sascha dijo que el debate sobre los movimientos indígenas refleja la fuerza del CIT como una organización marxista, la cual no vea al Marxismo como un dogma ya finalizado sino que está dispuesto a tratar con temas diversos y complicados como el rol de los campesinos indígenas en la revolución socialista. Enfatizó que es innegable que las fuerzas indígenas juegan un rol fundamental en el desarrollo de movimientos de masas y movimientos revolucionarios no sólo como campesinos pero también como miembros de la clase trabajadora. Aunque es un asunto nuevo para el CIT, sin duda será discutido en el próximo periodo y el hecho de que ahora tenemos fuerzas en algunos de los países donde el movimiento indígena es más fuerte es extremadamente importante y nos ayudará mucho con esta tarea.
Para cerrar la segunda Escuela Latinoamericana, camarada André de Brasil subrayó el sentido de urgencia que existió durante los cinco días de dialogo y debate debido a la crisis económica la cual cada día se está poniendo más y más grave. La escuela contó con la participación de más de 100 camaradas de Brasil, Venezuela, Chile, Bolivia, Grecia, Alemania, los EEUU y Bélgica además de dos del Comité Ejecutivo Internacional (CEI). También, fue asistido por seis miembros del Colectivo Libertad Socialista con el que la sección brasileña espera fusionar en el periodo siguiente.
Camarada Sascha del CEI apoyó el sentimiento de André diciendo “todo ha cambiado”, refiriendo al efecto de la crisis capitalista sobre la conciencia de las masas y la lucha por el socialismo pero también con respeto al desarrollo del CIT desde el 2002, la última vez que visitó a Brasil. Hemos expandido a nuevos países como Venezuela y Bolivia, hemos revitalizado el trabajo en Chile y hemos hecho avances cualitativos en Brasil, expandiendo a nuevos partes del país (como Río de Janeiro) y por nuestro trabajo en el Partido Socialismo y Libertado (P-SoL) y Conlutas (una coalición nacional de sindicatos y organizaciones de trabajadores).
Pero también, tenemos oportunidades concretas de expandir a otros países como México, Argentina, Costa Rica, Nicaragua, Honduras, Guatemala y Perú. Todavía el CIT es joven en Latinoamérica pero aún con nuestras fuerzas pequeñas estamos listos de participar directamente en los movimientos y luchar por una revolución socialista en América Latina.
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