Resistencia de masas contra los patrones y el gobierno continúa
El jueves 19 de marzo, vio a tres millones de trabajadores y jóvenes tomar las calles de más de 200 ciudades francesas. Esta respuesta masiva a la convocatoria de una huelga nacional y demostraciones contra los crecientes ataques a los puestos de trabajo, servicios públicos y al nivel de vida, por los patrones franceses y el gobierno de Sarkozy; refleja la prevalencia de un ánimo de ira entre los trabajadores franceses y los jóvenes. Una encuesta de opinión realizada por una revista de París el martes 17 de marzo mostró un 78% de apoyo a nivel nacional para la huelga y recientes encuestas políticas han mostrado un completo colapso en el apoyo para el presidente francés.
Mientras el desempleo aumenta, con despidos masivos y el recorte de horas en los sectores público y privado, la respuesta del gobierno a la crisis capitalista mundial como: las inyecciones de dinero en efectivo para los patrones y los rescates bancarios, junto con un asalto a los servicios públicos, incluida la atención sanitaria; ha sido recibida con indignación. El jueves las manifestaciones fueron más grandes y rabiosas que el 29 de enero (que vieron a más de dos millones movilizarse a nivel nacional), pero ambas reflejan el creciente consenso en la sociedad francesa que la resistencia es necesaria para defender los empleos y los niveles de vida, de cara a la crisis.
Además, significativamente, en estas manifestaciones se produjo una mayor participación de los trabajadores del sector privado que han sido los más afectados por la masacre de puestos de trabajo, en particular en la industria automotriz. La demostración de París – con una fuerza de 350 mil – incluyó grandes y animados contingentes de trabajadores metalúrgicos y de automóviles, e incluso trabajadores de McDonalds!
En respuesta a la huelga, el primer ministro francés, Fillon, reiteró que el gobierno simplemente tiene la intención de seguir en su curso actual y aplicar su anti-sociales "reformas", a pesar de la oposición de masas. Sin embargo, Fillon y el gobierno de Sarkozy, reconoce que la clase obrera francesa, con sus tradiciones de lucha, no será tan fácilmente ignorada. La reciente observación de Sarkozy, de que "a menudo las cuestiones sociales se encienden en mayo", (en referencia a la herencia de la huelga general revolucionaria francesa de 1968), refleja el miedo del capitalismo francés a un ascenso de la clase obrera que impulse un movimiento eficaz que podría forzar la mano de los patrones y Sarkozy.
Dirigentes sindicales
Las acciones de los dirigentes sindicales, sin embargo, hasta ahora han tenido el efecto de retener el desarrollo de este movimiento. Su anuncio del viernes que el próximo día de acción será el 1 de mayo, no da señales de cambio alguno en su enfoque. Gauche Revolutionnaire (CIT en Francia), con la ayuda de activistas del CIT belga, intervinieron en las manifestaciones en París, Rouen y en otras partes, argumentando en contra de la estrategia tomada en las movilizaciones (un llamado cada 2 meses); y contraponiendo un programa de acción militante, en forma de una huelga general unida para defender el empleo y los servicios públicos. El magnífico ejemplo de los trabajadores de Guadalupe y Martinica, en el Caribe francés, cuya huelga general llevó a una victoria histórica (incluyendo la prestación de un extra de 200 euros al mes para los salarios más bajos) servirá como una espina en el costado de la dirección sindical como el movimiento se desarrolle. Una bandera en París decía "200 euros más aquí también!".
Gauche Revolutionnaire tiene un activo rol dentro del actual Nuevo Partido Anti-capitalista (NPA), encabezado por Olivier Besancenot, cuya aprobación pública ha superado a todos los demás dirigentes de los otros partidos en las últimas semanas. Muchos trabajadores han respondido con entusiasmo al lanzamiento del NPA en febrero y el partido fue bien recibido en las manifestaciones del jueves. Sin embargo, si quiere ganar el apoyo de la masa de los trabajadores y jóvenes, debe ser construido como un partido de masas, que pueda dar a las luchas de los trabajadores y los jóvenes una expresión política.
Gauche Revolutionnaire lucha porque el NPA adopte un programa socialista, basado en el poder de la clase trabajadora para organizar y cambiar la sociedad. Ese partido, basado en las luchas de los trabajadores y jóvenes, podría hacer que se ponga fin a la aguda crisis del sistema capitalista y sus ataques a los niveles de vida; a través de la transformación socialista de la sociedad.
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