Los taxistas de la central ciudad china de Yueyang, provincia de Hunan, continuaron su huelga el domingo contra los excesivamente altos costos de alquiler
Los taxistas de Yuenyang iniciaron su huelga el viernes cuando decenas de conductores detuvieron sus taxis fuera de un edificio del gobierno, exigiendo la intervención del gobierno municipal para reducir la elevada cuota mensual que deben pagar a las compañías de taxi. Más conductores se sumaron a la huelga el sábado. La policía arrestó a 11 huelguistas el sábado después de los enfrentamientos. Los arrestados presuntamente detenían los taxis que seguían funcionando, causando daños a los vehículos y a los conductores que se negaron a respetar la huelga, dijo una fuente policial. Algunas agencias de noticias informaron el incidente como un "motín", pero no es claro cuan fiable es esta información.
Privatización = caos !
Yueyang cuenta con 11 empresas de taxi que controlan 1600 vehículos y que emplean a 3.000 conductores. En China es normal que los taxis funcionen las 24 horas del día, con dos conductores teniendo turnos de 12 horas tras el volante. Los conductores de Yuenyang deben pagar hasta 7.100 yuanes (600 mil pesos) cada mes a sus empresas en alquiler y derechos de licencia, informó la agencia de noticias AFP. Esto, para las empresas muy lucrativas, la estructura empresarial es el resultado de la privatización y desregulación de los servicios de taxi en la mayoría de las ciudades, como parte de las reformas introducidas en el sector de transporte, a partir de mediados de 1990 en adelante. La privatización se presentó como una forma de aumentar la eficiencia, mejorar servicios y crear “espíritu emprendedor”. Internacionalmente como en cualquier otra parte, la realidad ha significado precios más altos, aumento de la presión sobre la fuerza de trabajo, y superganancias para unos pocos patrones que no han reinvertido para mejorar el servicio.
El otoño pasado se vio una ola de huelgas de taxis en más de diez ciudades en toda China, debido a una ira de similar ante los cobros excesivos, que obligan a los conductores a trabajar largos turnos. La crisis económica ha afectado aún más el uso de taxis, así como los ingresos caen, muchas personas eligen el autobús u otras alternativas más baratas que los taxis.
Otra queja común detrás de las huelgas de taxis, es la cuestión de los taxis "ilegales", principalmente manejados por trabajadores migrantes que son pobres, carecen de derechos de residencia, y tienen pocas otras formas de ganarse la vida. Muchos de los taxistas migrantes están organizados por compañías de taxi clandestinas, trabajando en condiciones aún peores que los conductores con licencia. Las tensiones entre los choferes de taxi con licencia y sin licencia, ha sido uno de los factores detrás de los violentos enfrentamientos que se han destacado en las últimas huelgas de los taxistas. La crisis capitalista, que en China ha adoptado una forma extrema, con casi 30 millones de trabajadores migrantes perdiendo sus trabajos, es probable que aumente la tensión, como más taxis "ilegales" aparezcan en un momento en que los taxistas están encontrando cada vez más difícil reunir un salario.
Necesidad de una solución democrática socialista
Los socialistas señalan que estos problemas no pueden resolverse de una manera fragmentada, a través del laberinto existente de las empresas desreguladas. Se necesita una solución colectiva, con la centralización de taxis y otros servicios de transporte en una ciudad a escala regional, bajo propiedad pública y control democrático. Los taxistas al igual que otros trabajadores deben gozar del derecho inalienable para formar sus propios sindicatos que representen sus intereses. Estos sindicatos deben organizar hoy, tanto a los conductores con licencia y sin licencia, a los habitantes de la ciudad y a los migrantes, en una organización democrática común. Bajo propiedad pública, con conductores y otros trabajadores del sector de transporte elegidos en la dirección por sus propias bases , sin salarios inflados, sino con el salario medio dentro de la industria; el sector del transporte podría ser planificado en una forma armoniosa para satisfacer las necesidades de la población y teniendo plenamente en cuenta las preocupaciones ambientales.
En una sociedad donde sólo uno de cada diez tiene un automóvil, el servicio de taxi es un servicio público vital. El aumento del pasaje de taxi no es una solución, especialmente en una recesión económica. En la mayor parte del país el transporte público está subvencionado a través del sistema fiscal, precisamente porque es "público" y proporciona un servicio fundamental. Por lo tanto, para resolver el caos del taxi en China y satisfacer tanto las demandas de los usuarios y trabajadores del sector, los siguientes pasos son necesarios:
- Revertir la privatización y la desregulación – por la gestión democrática y propiedad pública de los taxis y el sistema de transporte público!
- Construir sindicatos independientes y de lucha ahora, para todos los choferes de taxi, con licencia y sin licencia y otros trabajadores del transporte – la unión hace la fuerza!
- Por el escrutinio público de las ganancias, las cuentas fiscales y los vínculos con la burocracia gubernamental de todas las compañías de taxi. Por una democrática revisión basada en comités elegidos de representantes de trabajadores y consumidores, ambientalistas y expertos técnicos; a fin de determinar un precio justo y la política de subvenciones para el transporte local.
- No a la represión! Liberación de los huelguistas arrestados. Legalizar el derecho a huelga y a organizarse en China.
- Por la unidad de los trabajadores en la lucha! Construir organizaciones comunes y democráticas, incluyendo estructuras en todas las luchas de masas – involucrando la participación de los habitantes de la ciudad, los migrantes, los desempleados y “xiagang”, en una organización común. Un tema importante es el llamado fraternal por solidaridad y una lucha conjunta, incluyendo demandas escritas, pancartas y también orientarse a los usuarios para ganar su apoyo.
Nota
Xiagang es el trabajador despedido que todavía cobra una ayuda de la empresa, pero que aun no ha encontrado nuevo trabajo. Ellos no son considerados como desempleados en las encuestas.
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