Sector Público de Salud: La paradoja de la Revolución Bolivariana

Parece trillado hablar tanto de que son ya 10 años de Revolución Bolivariana, pero es pertinente recordar tal dato histórico, ya que una década es bastante tiempo para evaluar la evolución y desarrollo de los procesos sociales tan complejos y llenos de contradicciones como el proceso revolucionario venezolano.

Un elemento objetivo que nos permite dar un acercamiento a lo que realmente sucede y ha sucedido durante estos 10 años de revolución, es el Sistema Publico Nacional de Salud, algunos expertos del tema, no les gusta hablar de sistema ya que este mas que mostrarse como tal, es un rompecabezas de diferentes entes de prestación de tan vital servicio, el cual hoy se intenta evolucionar mas allá de un servicio, y ser garante de un derecho humano tan fundamental como es la vida.

En el siguiente articulo no pretendemos hacer un informe detallado de la situación actual de la salud publica venezolana, nuestra intención es aportar al debate, desde la visión de un trabajador, elementos que nos permitan acercarnos cada vez mas a las entrañas de un monstruo burocrático que promueve la ineficiencia como es el Ministerio de Salud. (Entidad Ejecutiva Gubernamental responsable de administrar la Salud Publica)

Al mismo tiempo poner en evidencia las contradicciones y paradojas de una revolución que se reclama socialista, pero que no ha sido aun capaz de transformar el estado burgués capitalista y sus respectivas relaciones de explotación, trabajador-patrono.

Llega la revolución a la salud

Desde el principio de la revolución bolivariana el gobierno ha mostrado esfuerzos por intentar cambiar y mejorar el sistema público de salud. A principios de esta década se inicia lo que se llamo el plan bolívar 2000, el cual consistiría en realizar de manera agresiva y en cayapa una recuperación y rehabilitación inmediata de toda la planta física de los hospitales y escuelas publicas, con la finalidad de dar mejor calidad de servicio al pueblo.

No caeremos en detalles con las denuncia de corrupción que quedaron en la impunidad, pero este plan quedo corto, no solo por su visión inmediatista y corta de la salud, si no que solo logro (en el caso de Caracas) rehabilitar o remodelar no mas de 6 centros de salud de los 14 que registrar el Ministerio de Salud. (Hospitales de referencia Nacional ubicados en la Capital).

Para el año 2000, según cifras de la extinta Gobernación del Distrito Federal (hoy Alcaldía del Distrito Metropolitano de Caracas), se registraban en caracas, 92 ambulatorios y 14 hospitales, una nomina de más de 14 mil trabajadores (as), entre ellos 1.000 que gozaban de fuero sindical o gremial.

Cabe destacar que en los últimos 20 años de lo que se denominaba “4ta. Republica”, hubo un proceso de desinversión en el área de educación y salud, lo que agudizo una crisis institucional que hoy se mantiene, los servicios públicos de salud y educación estaban entrando en coma y en vía de privatización, este proceso se logro revertir con la llegada de la revolución, en cuanto a la inversión y privatización, pero la transformación institucional es aun una deuda pendiente y lo veremos mas adelante.

Después de este ensayo del Gobierno Nacional, en el 2003 se impulsa la Misión Barrio Adentro, la cual se convertiría en la punta de lanza y presentación de la revolución, en cuanto a políticas del Estado en atender a la población mas necesitada.

Esta misión se desarrolla a través de los convenios Cuba-Venezuela, con la cual ambas naciones unen sus lazos políticos para hacer la revolución. Venezuela subsidia de energía a la isla y Cuba nos solidariza con un ejercito de compañeros y compañeras cubanas en el área de la medicina y la educación, con ellos se desarrolla un agresivo programa de alfabetización y de inclusión social que le han permitido al gobierno hoy mostrar importantes índices de desarrollo humano y de mejora de la calidad de vida de muchos venezolanos y venezolanas.

La Misión Barrio Adentro

Esta misión arranca en el 2003, en su primera fase se desarrolla en la Atención Primaria, con la construcción y desarrollo de nuevos módulos de salud coordinados entre el Estado, Ministerio de Salud y las comunidad organizada, a través de los sacrificados comités de salud.

Con el transcurso del tiempo esta misión ha evolucionado pasando a diferentes etapas, hoy se habla de Barrio Adentro 1, 2, 3 y 4. Cada uno de ellos atendiendo diferentes niveles de la Medicina y la Salud Publica.

Según cifras dada por el presidente Chávez en acto de inauguración de unos de los centros de salud de Barrio Adentro en septiembre del 2008, en 10 años el Estado venezolano, y específicamente desde que se inicio Barrio Adentro, se ha desarrollado una infraestructura hospitalaria y de salud que se expresa en los siguientes números: 986 nuevos centros de Salud, distribuidos de la siguiente forma: Centro de Diagnostico Integral CDI, Sala de Rehabilitación Integral SRI, Centros de Alta Tecnología, CAT. 1.550 puestos de odontología, 459 de ópticas (Misión Milagro), para un total de 14.470 centros de atención primaria, además de 61 obras de construcción y recuperación de hospitales, entre ellas los 35 hospitales nacionales que ya existían, donde se han invertido mas de 104 millones de bolívares fuertes (millardo).

Estas cifras son realmente loables si comparamos que antes de la llegada de la revolución en 1998, el país contaba con 4.804 ambulatorios y un promedio de 20 médicos por cada 100 mil habitantes. Actualmente es de 60 médicos por cada 1oo mil habitantes, y de 21% de atención primaria a la población, hoy es del 95%.

Pero aun el sistema esta en crisis

Es loable que una de las conquistas del pueblo es la Misión Barrio Adentro, pero mas allá de los números hay aun una realidad que ponen en una paradoja todo este esfuerzo del gobierno. Barrio Adentro ha estado funcionando como un sistema paralelo y forma parte de ese rompecabezas llamado sistema público de salud. A pesar de las enormes inversiones que el estado ha hecho en salud pública, la misma sigue siendo agenda pendiente para la revolución.

En Venezuela siguen existiendo las clínicas privadas, la cuales mas que extinguirse han duplicado sus ganancias, convirtiéndose en una verdadera industria de la salud curativa, incluso el gobierno es uno de sus principales subsidiarios al derogar cuantiosos recursos en pólizas de seguro, los llamados HCM, lo que pone en evidencia que no tiene confianza en su propio sistema publico de salud.

Esta póliza se ha convertido incluso en una de las principales reclamaciones reivindicativas de los trabajadores (as) públicos de la salud. Vaya que gran paradoja.

En Venezuela, más allá de la controversia política y de la posición política de una gran parte de las trabajadoras y los trabajadores profesionalizados de la salud, entiéndase médicos (as), enfermeros (as), etc. Es una realidad objetiva, que el país cuenta con un déficit considerable de profesionales en el área de la salud. En gran medida obedece a la formación profesional orientada mas a la rentabilidad y la productividad que a la eficiencia y al servicio publico, al mismo tiempo el gobierno ha manejado muy mal el tema laboral con los trabajadores y las trabajadoras de la salud, en especial con los (as) médicos (as), lo que ha provocado que en los últimos años un gran números de profesionales de la medicina emigren a otros países o migren internamente al servicio privado, según cifras del gremio de médicos en Venezuela, Venezuela es uno de los países que mas exporta recursos humanos a países del primer mundo en el área de salud.

Inversión, rehabilitación y recuperación de infraestructuras, pero no hay política integral de salud.

En los últimos 3 años el gobierno se ha dado a la tarea de dotar de materiales y equipos médicos a los centros de salud, ha construido nuevos centros de salud, como el Cardiológico Infantil Latinoamericano, y toda la red de Barrio Adentro ya mencionada, pero aun así no se ve un avance en el sistema.

El sistema de salud en Venezuela esta disperso y atomizado en diferentes sub.-Sistemas, están las instituciones públicas, las privadas y las autónomas, además de las que desarrolla y mantiene cada institución o ente del Estado, Entiéndase IPASME (Instituto de salud de los trabajadores y trabajadoras del Sector educación), Institución Venezolano de Seguridad Social (IVSS), los hospitales o servicios de salud de los militares, los servicios de Salud de cada ministerio o ente del estado, los institutos autónomos y ahora el sistema o red Barrio Adentro.

Todo un rompecabezas que fragmenta y dispersa los esfuerzos del gobierno en materia de salud publica, que además ocasiona distorsiones y degenera el servicio de salud, convirtiéndolo, en algunos casos, en unos servicios corporativos y no garantes de la salud y la vida.

Adicionalmente, esta el drama de las condiciones laborales del sistema, no manejamos cifras nacionales, pero solo en Caracas y puede ser una referencia, existe según cifras del ministerio de salud mas de 28 mil trabajadores, entre los que se contabiliza los que administraba la Alcaldía Mayor y que fueron transferidos en julio del año pasado al Ministerio de Salud. Se estima que un porcentaje bastante alto, de aproximadamente un 40%, están tercerizados, es decir, no cuenta con las relaciones laborales del resto de los trabajadores y las trabajadoras, estos están bajo el régimen de contratados o de suplencia, la mayoría de ellos con años en precarias e indignas condiciones.

Cabe destacar que en este apartado se ha hecho algún importante esfuerzo por saldar esta deuda con los trabajadores, pero la monstruosidad burocrática del sistema, hace ver pequeño cualquier esfuerzo o cambio en el sistema.

Cuales podrían ser las perspectivas

Hoy las trabajadoras y los trabajadores de la salud en general cuentan con unas de las peores condiciones socio-laborales y económicas de la Administración Publica, contratos colectivos vencidos, algunos de ellos por mas de 10 años como el caso de los obreros, lo que evidencia la desastrosa división social del trabajo, donde el obrero es distinto al empleado, este al medico y viceversa, o que ha facilitado la corrupción, la degeneración gremial y sindical y que la burocracia estatal solo ponga paños calientes en atender el tema de la salud. Es decir la Salud Publica pareciera ser un hueco sin fondo donde todo lo que ingresa se pierde, donde pareciera que no existiera solución alguna.

Donde prevalecen más los intereses particulares y grupales que el beneficio colectivo y nacional, es conocido en el mundo laboral de la salud pública, las mafias que existen en los hospitales, es evidente los tráficos de influencia, el clientelismo, el burocratismo extremo, entre otras lacras del capitalismo.

Pero a pesar de pintar un panorama tan oscuro hay elementos objetivos de transformación del sistema, pero para llegar a ellos hay que romper con los paradigmas de la tecnocracia de que todo se soluciona desde arriba, se tiene que ver a la salud como un sistema, que no solo son hospitales, ambulatorios, que es toda la seguridad social que necesita la población, que no es solo arreglar infraestructuras y comprar equipos de alta tecnología, si no vemos hacia adentro del sistema, de que son sus recursos humanos, las trabajadoras y los trabajadores.

No habrá una transformación real y objetiva mientras no sean tomados en cuenta las y los trabajadores y las comunidades organizadas; usuarios y usuarias del sistema, no basta con la demagogia y el parafraseo hipócrita de participación y poder popular, tiene que haber acciones concretas.

En primer lugar, creemos que las trabajadoras y los trabajadores y las comunidades organizadas deben pasar a una etapa más subversiva y de mayor acción, es decir, dejar el paternalismo estatal y tomar acciones mas allá de los reclamos reivindicativos asistenciales y económicos, que son importantes, pero que no son la solución.

Es claro que lo que respecta a las Trabajadoras y los Trabajadores de la Salud hemos sido muy golpeados y la moral y los ánimos de lucha, en algunos casos, esta muy baja y que pareciera que la resignación es más fuerte que la voluntad y la convicción de la lucha por el cambio. Pero todo camino trasformador es espinoso y lleno de obstáculo.

El Sistema Publico de Salud no solo nos muestra la paradoja de la revolución bolivariana, sino que pone en evidencia las profundas contradicciones de la revolución, del cual pareciera alejarse mas cada día que pasa, y que no se puede hacer socialismo o transformaciones con discurso, retóricas o desde arriba, con una participación maquillada que al final no es mas que la representatividad democrática del pasado.

El gobierno esta a tiempo de corregir el rumbo, las trabajadoras y los trabajadores de la salud aun tenemos tiempo y condiciones para hacer los cambios necesarios, pero será un trabajo duro. Aunque se ve aislado, revolucionar la salud pública podría ser la chispa necesaria para revolucionar definitivamente la revolución bolivariana y conducirla de verdad al socialismo revolucionario.

Desde el CSR, hacemos el llamado a las trabajadoras y los trabajadores de la salud a mejorar nuestros niveles de organización, a convocarnos todos y todas en grandes asambleas de trabajadores y trabajadoras por cada centro de salud, donde se discuta democráticamente la situación local y nacional de la Salud, donde se puedan elegir voceros y voceras revocables en cualquier momento, organizados en comités de trabajadores (as) para plantear y ejecutar políticas de planificación, administración, coordinación, contraloría y gerencia de los centros de salud. Debe ser desde la articulación de las trabajadoras, los trabajadores (entiéndase Obreros, empleados, técnicos, asistentes, auxiliares, profesionales, especialistas), comunidades organizadas y el gobierno como facilitador y solo ente ejecutivo, para que se desarrollen los programas y las políticas publicas de salud.

Es necesario, entonces, luchar por la democratización de los sindicatos y gremios profesionales, trasformar estas instancias organizativas en la fase de transición a los comités de trabajadores (as), donde se derrumbe la contradicción y la división social del trabajo y nos reconozcamos todos y todas como trabajadores y trabajadoras de un servicio tan vital como la salud, creemos que este debe ser un paso fundamental. La lucha por las mejoras salariales y de condiciones laborales debe, entonces, estar vinculada también a la lucha política, entiéndase política, por la reivindicación de las trabajadoras y los trabajadores de la salud como garantes de la salud y la vida del gran colectivo nacional y protagonistas de su propio destino.

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