La necesidad de llamar a una huelga general para exigir la estatización de la educación pública es hoy de máxima urgencia.
Es totalmente insuficiente apoyar a través de declaraciones y luego dejar solos a los estudiantes en su lucha. Todos los sectores debemos hacernos parte de esta lucha, especialmente las direcciones sindicales, que lamentablemente no ven a la educación como un problema que los atañe directamente, a pesar de que son sus hijos los que la están sufriendo.
El sistema de educación imperante no es algo fortuito.
Lo que ocurrió con la educación bajo la dictadura no fue una casualidad, fue algo fríamente calculado por los ideólogos del neoliberalismo, los empresarios y la derecha chilena.
El actual sistema educacional fue ideado bajo la dictadura de Pinochet para ser un reproductor de la desigualdad, nuestros hijos reciben una educación para convertirlos en mano de obra barata del sistema.
La educación subvencionada es un total fracaso, tanto la municipal como la privada.
No se puede confiar en los parlamentarios.
Pensar que se puede confiar en los parlamentarios para producir los cambios que necesita la educación chilena es un total engaño. Los gobiernos de la Concertación y los parlamentarios son los que han mantenido vigente el modelo económico pinochetista, que entre otras cosas convirtió a la educación en una mercancía más, cuyo objetivo es sacar el máximo lucro que se pueda de ella.
La educación debe ser un derecho, no una mercancía.
El sistema de educación actual ha probado su fracaso, los resultados académicos cada año siguen empeorando para los sectores más pobres del país, o sea, para la mayoría.
El negocio a costa de los sueños de los jóvenes ha llegado a límites insoportables, no puede ser que para estudiar una carrera en cualquier instituto profesional o universidad cobren cuotas superiores al salario mínimo.
Basta de desigualdad. No puede ser que con dinero del Estado se mantenga educación de segunda, tercera y cuarta categoría, mientras se enriquecen los empresarios de la educación con sus colegios privados subvencionados.
Debemos denunciar y luchar contra la represión.
Por ningún motivo podemos dejar solos a los estudiantes en esta lucha, esta también es una responsabilidad de los padres de los jóvenes, de los profesores y del conjunto de la clase trabajadora.
No podemos quedarnos solamente con aplaudir a estos chicos valientes, también tenemos que defenderlos frente a las represalias que quiere tomar el gobierno y alcaldes como Pablo Zalaquett, tenemos que hacernos parte de la lucha que están dando contra un sistema que es totalmente injusto, que sólo busca perpetuar las injusticias.
Necesitamos una huelga general para defender la educación pública.
Hay que superar las movilizaciones aisladas y atomizadas que han dado los estudiantes secundarios y universitarios, los problemas de la educación nos conciernen a todos, no solamente a los profesores y jóvenes.
Finalmente es el futuro de la sociedad y del país lo que esta en juego en esta movilización.
Las organizaciones de padres, sociales y sindicales, deben llamar a una HUELGA GENERAL por la estatización de la educación pública y la eliminación inmediata de la LGE.
Golpeemos todos al mismo tiempo, a los políticos y al gobierno que esta al servicio de los comerciantes de la educación.
Los estudiantes nos han mostrado el camino que debemos tomar para poner fin al actual sistema de injusticias y empezar a construir una sociedad más justa y democrática, o sea, una sociedad socialista.
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