El pueblo tamil "no está preparados a rendirse"
Unas semanas después de declarar 'victoria' en la guerra civil de Sri Lanka, que se prolongó durante varias décadas, el gobierno de Rajapakse esperó usar ‘elecciones’ en el norte de la isla para consolidar su poder. Estas elecciones debían seguir como las elecciones en el Este. Allí, después de las deserción de su comandante de los Tigres de Liberación de la Tierra Tamil al lado gubernamental de Karuna en 2004 y la represión gradual de las hostilidades, las elecciones fueron ‘ganadas’ (a punta de pistola y por prácticas fraudulentas) por los aliados del gobierno central.
En las elecciones de 8 de Agosto, en Jaffna, la ‘capital’ de los Tigres, poco más que un quinto de los votantes aptos fueron a las urnas. El resultado es en sí mismo un retroceso para la Alianza para la Libertad del Pueblo Unido (UFPA), el partido en el poder, que ganó con una votación de cincuenta por ciento, pero esto solo equivale a un mero 10.602 votos. De esos votos, aproximadamente 3.000 fueron votos de musulmanes quienes son originalmente residentes de Jaffna, expulsados por los Tigres hace diez años y ahora viviendo más lejano, al sur de Jaffna, en la provincia de Puttalam. ¡Cuatro de los nuevos concejales son musulmanes de esta área!
La alianza gubernamental fue muy seguida en las elecciones por ITAK, el título electoral de la Alianza Nacional Tamil. La alianza veo más de 8.000 personas preparadas a apoyarla. (Otros grupos pro-tamiles recibieron casi más 2.000 votos.) El principal partido capitalista de oposición, el Partido Nacional Unido, apoyado a menudo por tamiles en otras elecciones, solo recibió 83 votos en la elección de Jaffna.
Estas elecciones nunca irían a representar los verdaderos sentimientos del electorado predominantemente tamil después de la lucha desesperada para autodeterminación hubiera sido aplastado finalmente. Las elecciones fueron apresuradamente organizadas, supervisadas por las “tropas de ocupación” y contestadas por los partidos en el gobierno que contralaba el local y tenían muchos recursos para atormentar la gente a votar por ellos.
En Vavuniya, la alianza gobernante salió peor que en Jaffna. Una vez un importante centro de comercio y alguna industria al sur de la ‘frontera’ con el territorio controlado por los Tigres, esta población sufrió graves daños antes del último empujón de las fuerzas armadas de Sri Lanka a Mannar en el Oeste y Killinocchi en el Norte.
Derota para Rajapakse en Vavuniya
En Vavuniya, una mitad del electorado fue a las urnas. Veinte por ciento del electorado de Vavuniya es cingalés, pero la alianza gobernante del partido del presidente recibió menos de veinte y cinco por ciento del voto total. El partido tamil que apoya el gobierno, el Frente de Liberación Popular Democrática, quedó en segundo lugar. El concejal ahora será gobernado por concejales de TNA en alianza con el Congreso Musulmán (cuyos partidarios son tamiles). La polarización en el Norte fue mostrado por el número de votos para el Partido Nacional Unido—solamente 228, que significa que el principal partido capitalista de oposición en el país no ganó un escaño en Vavuniya.
El intento del ‘victorioso’ gobierno chovinista cingalés para legitimar su dominación en el Norte, sin embargo ha sufrido un considerable atraso en estas elecciones. Esto es a pesar del hecho que las elecciones fueron apresuradamente organizadas y no dieron tiempo para los tamiles a desarrollar partidos sinceramente independientes, democráticos y socialistas.
Pero la mayoría aplastante de tamiles en el país y los democráticos y socialistas sinceros todavía están enojados con el trato de los refugiados tamiles y los intentos del gobierno de asentarse familias militares cingaleses en el Norte. Cien miles de tamiles todavía están encarcelados en los bárbaros campos de concentración del gobierno. Muchos están sin hogar—sus casas, sus trabajos y sus vidas destrozados. En los monzones recientes, los campos se han convertido en una nueva forma de campos de exterminio. Los baños primitivos han inundado inevitablemente. Excremento humano cubre los terrenos. Algunos de los refugiados se fueron re-asentados (todavía ‘están detenidos’), pero decenas de miles continúan a vivir en estas condiciones horribles. Los han dejado enfrentar enfermedades, angustia y numerosas muertes, especialmente de niños y personas de edad.
Diferente en el Sur
La otra elección de 8 de Agosto fue en la provincia del “Campo Colina” Uva—Badulla y el pobrísimo Monoragala. Han noticias que menos de la mitad de la población se registran para votar en esta área remota, tal como es su falta de confianza que alguien luchará para cambiar sus vidas miserables.
Aquí otra vez, los ministros del gobierno se pavonearon de apoyar los candidatos locales. Ellos dieron millones de rupias a la campaña y se presentaron el sobrino del presidente por el escaño alto de jefe de gobierno. El Partido Socialista Unido (CIT) tenían pocas probabilidades, con los trabajadores oprimidos de plantaciones de te hasta rehusando los panfletos antigubernamental para no meterse en problemas. El principal partido de oposición, el UNP, que normalmente no gana contra el gobierno por un margen muy pequeño, solo recibió más de 22% de la votación a la 72% de la UFPA. Incluso el chovinista cingalés Frente de la Liberación Popular (JVP) fue estrujado hasta el 2,5%, consiguiendo un solo escaño. Todos de los 429 votos del Partido Socialista Unido representan alguna esperanza para el futuro—que habrá votantes preparados para apoyar, e incluso abogar, por un partido que defiende a los intereses de los trabajadores y los pobres y no para partidos que simplemente exprimen su sangre.
Una campaña socialista para unir los trabajadores cingaleses y tamiles
Más otra ronda de elecciones ocurrirá en el sur del país brevemente. A partir, las elecciones para presidente se esperan a mediados de enero. Para volver a otro mandato, Mahinda Rajapakse tiene que recibir más de 70% del voto cingalés. Aunque el 74% en Uva fue tranquilizador, las elecciones en el norte indican que eso no es garantizado. El Partido Socialista Unido está preparado para hacer una campaña en las próximas elecciones sobre los temas que enfrentan los trabajadores de todas las comunidades.
“El Fondo Monetario Mundial finalmente ha acordado su préstamo masivo al gobierno de Sri Lanka y mucha gente cierran los ojos,” comentó Siritunga Jayasuriya del Partido Socialista Unido. “En este momento ellos piensan que esta enorme cantidad de dinero, además del fin de la guerra, los beneficiará.”
“Participaremos en las elecciones de Galle, y, más probable, en las elecciones presidenciales cuando llegará. También preparamos una importante campaña de carteles en la capital, Colombo, para publicar los temas que afectan más a los trabajadores—el aumento continuo en el coste de vida, los ataques sobre los derechos sindicalistas y democráticos, la dotación insuficiente de las escuelas, etc. Todavía faltan muchos meses para las elecciones presidenciales, y los trabajadores y jóvenes de Sri Lanka gradualmente se darán cuento de que los chovinistas de Rajapakse no son sus amigos.”
“Hemos visto de las elecciones en Vavuniya y Jaffna que el pueblo tamil no tienen ganas de entregarse al gobierno. La base para un resurgimiento en la lucha y en las ideas socialistas existe. Solo tenemos que mantener y aumentar nuestras fuerzas, levantando la bandera de las ideas socialistas y organizando para un resurgimiento de la lucha obrera unida que reunirá los trabajadores cingaleses, tamiles y otros. Esto es la única manera de trascender el chovinismo y “comunalismo” que ha corrompido nuestro país por mucho tiempo.”
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