Los movimientos sociales siempre han sido los protagonistas de la lucha en contra del neoliberalismo por una Bolivia justa. En las guerras del Agua y Gas, ganamos las batallas en la calle, derrocando la derecha y facilitando la elección de Evo y el MAS en 2005.
Derrumbamos a los roscos políticos neoliberales que sólo sirvieron los intereses de los latifundistas, grandes empresarios y transnacionales. Con la nacionalización parcial de los hidrocarburos, subieron los ingresos estatales y con el dinero el MAS creó programas como la “Renta Dignidad”, “Juancito Pinto” y “Yo Sí Puedo” para ayudar a los pobres. La reforma agraria y la aprobación de la nueva constitución, a pesar de las limitaciones de ambos, también son pasos adelantes para los movimientos sociales.
Manfred Reyes Villa y los demás candidatos de la derecha quieren anular todos estos cambios. ¡No podemos permitirlos!
El 6 de diciembre, debemos votar por Evo para presidente y por los candidatos del MAS para la Cámara de Diputados y el Senado. Así, fortalecemos los movimientos sociales, consolidando los logros de los últimos años y ganando otra batalla necesaria en contra de derecha.
Sin embargo, la lucha sólo está empezando y no la vamos a ganar por las elecciones, sino en las calles. Todavía, el 60% de la población vive con menos de $2/día, y los trabajadores carecen de una fuente laboral y un salario digno. 100 familias latifundistas controlan 25 millones de hectáreas, cinco veces más que los campesinos indígenas. Las transnacionales aún mantienen una influencia importante sobre las industrias de Bolivia, incluyendo la minería, los hidrocarburos y la agroindustria.
Además, la oposición continúa viva, manteniendo su poder económico. Causa sufrimiento para el pueblo con los incrementos de los precios de la canasta familiar y organizando paros y bloqueos. Continúan mamando al pueblo a través de su dominación de los medios de “comunicación”. Financian sus “comités cívicos” y grupos de choque para construir su movimiento “autonómico” separatista. Esto se dirigió a la toma violenta de las instituciones estatales de los departamentos del oriente y culminó en la trágica Masacre del Porvenir en Pando en septiembre del 2008.
No hemos podido terminar con la pobreza, desigualdad y explotación porque el capitalismo las requiere para sostenerse. Hasta que derrumbemos al capitalismo, siempre tendremos estos problemas. Las elecciones son muy importantes, pero sólo es una parte de la lucha, y no es la decisiva.
La única forma de superar la pobreza y terminar con la oposición derechista es mediante una revolución socialista. Para que los campesinos indígenas no sean pobres, necesitamos erradicar el latifundio y poner la tierra bajo el control democrático del pueblo. Así podríamos orientar el cultivo para garantizar alimentos para todos.
Para contar con fuentes laborales con un salario digno, los trabajadores y el pueblo necesitan el control democrático sobre las empresas grandes, las transnacionales y la industria boliviana. Así podríamos utilizar nuestros recursos naturales y organizar la producción para asegurar que todos tengamos lo necesario: electricidad, agua, vivienda, escuelas, hospitales, etc. Esto es lo que significa la revolución socialista: control democrático sobre nuestra riqueza.
Si el MAS no gana el Senado será porque es totalmente anti-democrático y no significa que los movimientos sociales deben esperar para luchar por una revolución socialista. Incluso si el MAS gana la Presidencia y las dos Cámaras del Congreso, el avance hacia una revolución socialista dependerá enteramente de la movilización de las masas. Si el MAS no aprueba leyes revolucionarias, hay que forzarlo a que lo haya. Además, los capitalistas no cederán sus privilegios simplemente porque somos una mayoría. Ellos no respetan la democracia y harán todo lo posible para proteger sus intereses. Esta es la verdadera realidad innegable.
El arma principal de la oposición derechista es su control sobre la tierra y la economía. Para vencerla, tenemos que quitarle esta arma. Todos los movimientos revolucionarios victoriosos lo han mostrado: la rusa del 1917, la cubana del 1959, etc. Los que no han quitado el poder económico de los capitalistas, se encuentran en la tumba: la revolución alemana del 1919, la boliviana del 1952, la chilena del 1973, etc.
La única fuerza capaz de quitar el poder económico de los capitalistas y hacer una revolución socialista son los movimientos sociales. Pero, los movimientos tienen que ser organizados, movilizados y dirigidos por una dirección revolucionaria y socialista. Lastimosamente, el MAS y los dirigentes actuales no están preparando los movimientos sociales para esta lucha, entonces nosotros tenemos que hacerlo.
Tenemos que juntarnos para formar un Frente Revolucionario Socialista que lucha con las bases de los movimientos sociales para convencerlas de la necesidad de derrumbar al capitalismo y hacer una revolución socialista. Hay que hacer este trabajo dentro de las bases del MAS, de los sindicatos, federaciones y comunidades de campesinos indígenas, los barrios pobres y las universidades.
Para defendernos de los ataques de la derecha, tomar las empresas y tierras y ponerlas bajo el control democrático del pueblo, necesitamos Comités de Defensa y Lucha en los sitios de trabajo, el campo, los barrios pobres y las universidades. Deben tener estructuras democráticas para unir los movimientos sociales al nivel local, departamental y nacional para vencer a los capitalistas, hacer una revolución socialista y formar un gobierno trabajador y campesino.
El 6 de diciembre, es importante asegurar los logros de los últimos años y darle otro golpe duro a la oposición. Pero para avanzar en la lucha y vencer a la derecha de manera definitiva, necesitamos derrumbar el capitalismo. Por eso, Alternativa Socialista Revolucionaria dice: ¡Votar por Evo es Importante, Pero lo Más Importante es Luchar por Socialismo!
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