Si se observa lo que está por detrás de las palabras vacías de los candidatos presidenciales de la derecha, vemos que no hay nada nuevo. Son los mismos políticos neoliberales, lacayos del imperialismo y represores del pueblo que siempre.
El candidato derechista principal, Manfred Reyes Villa, y sus amigos empresarios y latifundistas se enriquecieron mucho mediante el neoliberalismo, bastante para comprarse casas grandes por todos las partes de Bolivia y en Miami, también. Lo que ellos quieren es anular los cambios de los últimos años, reestablecer la dominación de la derecha sobre los movimientos sociales y reinstalar el sistema neoliberal.
En su Plan de Gobierno, Manfred habla del “bienestar colectivo…igualdad de oportunidades y el desarrollo productivo de base ancha…” Pero incluso cuando intenta tapar sus intenciones reales con palabras de “igualdad y progreso” la verdad sale por las grietas. Su plan continua, “Cuando sostenemos que vamos a generar las condiciones necesarias, hablamos de garantizar la SEGURIDAD HUMANA…Las Fuerzas Armadas de la nación asumirán un rol activo en la seguridad interna…coordinando actividades con la Policía Nacional y la Policía Vecinal (de creación en nuestro gobierno)”.
Manfred Reyes Villa tiene un pasado oscuro y sangriento. Se graduó de la infame Escuela de las Américas en los EEUU y sirvió como edecán del dictador brutal, Luis García Meza, cuando más de 500 fueron asesinadas y miles más torturadas. Como alcalde de Cochabamba, firmó los contratos con las transnacionales que luego provocó la Guerra del Agua. También, se alió con Goñi cuando masacró a 67 personas en Octubre Negro durante la Guerra del Gas del 2003. ¡Para colmo de males, su acompañante es Leopoldo Fernández, el latifundista y ex-prefecto y de Pando, quien está actualmente detenido en la cárcel San Pedro acusado por genocidio!
Ahora, como un pilar principal de su programa quiere aumentar el rol de las Fuerzas Armadas en la “seguridad interna” con la ayuda de una “Policía Vecinal” que él mismo creará. Ya sabemos lo que significa esto: seguridad para los ricos de privatizar todo, explotar a los trabajadores y campesinos indígenas y mantenerlos en la pobreza. Para el pueblo, significa represión militar y paramilitar cuando luchen por una mejor vida. Ya hemos visto esta película. Siempre termina con miles de luchadores de la izquierda muertos, reprimidos o exiliados.
Los movimientos sociales no podemos ignorar la amenaza de la derecha el 6 de diciembre. Debemos votar por Evo y el MAS para consolidar los logros de los últimos años y frenar los planes de la derecha de anularlos. Sin embargo, no podemos terminar con la derecha y asegurar que los cambios sean permanentes sólo mediante las elecciones.
Sólo los movimientos sociales pueden hacer esto con la organización y preparación necesaria para quitar el poder económico de la derecha, derrumbar el capitalismo y construir un país socialista donde no existen latifundistas, transnacionales y empresarios elites.
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