Petición abrumadora de una huelga general para comenzar la lucha
El pasado sábado 12 de diciembre, 200.000 personas asistieron a la masiva manifestación en Madrid organizada por los mayores sindicatos españoles, UGT (Unión General de Trabajadores) y CCOO (Comisiones Obreras). La manifestación representó la primera oportunidad para la clase obrera y los jóvenes de España, un país asolado por la crisis, con más de 4 millones de desempleados y cuyos niveles de vida están cayendo, para mostrar a nivel nacional la rabia que ha crecido últimamente. A pesar del relativo bloqueo de los principales medios de comunicación en los días anteriores a la manifestación, la masiva participación, con miles de delegaciones de las diferentes regiones del estado español, fue una impresionante demostración de fuerza. Sin embargo, una característica chocante de la manifestación fue la vasta separación entre los participantes en la protesta y los líderes sindicales, en cuanto a la militancia y al deseo de lucha.
El principal énfasis de los líderes sindicales fue por el “diálogo social” para asegurar la “protección social” durante la crisis. Para los participantes en la manifestación la situación real de la España de hoy, con paro masivo, una aguda crisis social y millones de personas viéndose forzadas a situaciones de pobreza, es el fruto del enfoque de “diálogo social” de los líderes sindicales. En la situación actual, con la patronal y el gobierno acelerando los ataques a los derechos de los trabajadores, puestos de trabajo y servicios públicos, el mensaje claro de los miles de trabajadores y jóvenes en la protesta del sábado era que el período para el diálogo social ha pasado. ¡Ahora es el momento para levantarse y luchar! Los eslóganes y cánticos de la multitud pidiendo una huelga general dominaron la manifestación.
Huelga general
A pesar de esto, la cuestión de la huelga general ni siquiera fue mencionada por los líderes de UGT y CCOO. Atados a unos diálogos esporádicos con el gobierno y la organización de la patronal (CEOE), los líderes sindicales hasta ahora han evitado que se hayan tomado acciones de protesta importantes en contra de las devastadoras consecuencias de la crisis. Sin embargo, está claro que dada la situación y teniendo en cuenta el ánimo de los manifestantes del sábado, sus pretensiones de mantener la tapadora sobre la rabia de los trabajadores no podrán continuar indefinidamente. Los intentos de diálogo han revelado que, desde el punto de vista de la clase capitalista, cualquier medida para combatir la crisis se basará solamente en nuevos ataques a los trabajadores. La reforma del mercado de trabajo, y el ataque a los derechos de los trabajadores con alto nivel de organización de los sectores industrial y público, para poder abaratar su despido, es su último objetivo.
En el contexto de desempleo masivo existente, estas medias, que facilitarían aún más la avalancha de pérdidas de empleo, no encontrarán a la clase trabajadora descansando. Además de esto, el gobierno está planeando otros ataques devastadores para corregir el déficit público de 60.000 millones de euros (por ejemplo, han anunciado recientemente planes para retrasar la edad de jubilación). Las medidas de emergencia que el gobierno ha tomado hasta ahora, como por ejemplo las prestaciones de desempleo de emergencia a los parados que no la percibían, representa un desesperado intento para evitar el colapso social y estadillos sociales, pero no un “movimiento a la izquierda” como algunos han argumentado desde la izquierda española. El gobierno del PSOE sigue siendo fundamentalmente capitalista, e inevitablemente intentará corregir su déficit a base de atacar los niveles de vida, y las prestaciones y servicios sociales en el próximo periodo.
Esta situación moverá de manera decisiva a los trabajadores y a los jóvenes a un periodo de lucha. Dado que la crisis está teniendo un impacto a nivel general, la perspectiva de huelgas general está necesariamente incluida en esta situación. El CIT intervino en la manifestación del sábado con una delegación internacional, y recibió una respuesta positiva ante la demanda de la convocatoria inmediata de una huelga general de 24 horas.
Esta convocatoria de una huelga general recibiría una respuesta entusiasta por parte de los trabajadores y los jóvenes a través de todo el estado español. Serviría para unir fuerzas contra la crisis y sus efectos y dar una visión del poder de la clase trabajadora en acción. Se deberían formar comités de lucha en los lugares de trabajo, comunidades, escuelas y universidades para preparar una huelga general de 24 horas que sea comienzo de una lucha unida contra la patronal y el gobierno.
Necesidad de una izquierda socialista combatiente
La incapacidad del capitalismo para proporcionar las necesidades básicas a la mayoría de la sociedad es más clara en España que en ningún otro lugar de Europa Occidental. Particularmente, desde el punto de vista de los jóvenes, con una cifra oficial del 38% de paro al término del boom en la construcción, y sin perspectiva de otro motor de crecimiento económico que pueda llevar a una creación de empleo a gran escala, el futuro, basado en el capitalismo, se presenta muy crudo. Esta situación pone una gran responsabilidad sobre los hombros de los auténticos socialistas e izquierda, de aprovechar la oportunidad presentada por este descrédito del sistema capitalista para construir una alternativa socialista.
El fin del sistema capitalista y de la dictadura del mercado por el que la vida y el futuro de millones de jóvenes se ponen en juego a cambio de mayores beneficios; y su sustitución por un sistema socialista, donde la riqueza y los recursos son propiedad pública y están controlados en base a una economía planeada democráticamente, ofrece la única salida de la situación actual sufrida por la mayoría de la población. Sin embargo, para conseguir el apoyo de las masas, la izquierda necesita diferenciarse claramente de los partidos capitalistas, proponiendo una transformación de la sociedad de línea socialista.
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