Tiempo para la lucha de nuestras vidas
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Gran Bretaña ha sido 'Con Dem-nada' a un futuro de salvajes ataques a los servicios públicos, salarios, pensiones y prestaciones, combinado con los aumentos de impuestos para la clase media y trabajadora
La coalición Conservador / Demócrata Liberal (Coalición Con-Dem) se ha improvisado en un intento desesperado por crear un gobierno suficientemente fuerte para lanzar un ataque total contra el nivel de vida de la clase trabajadora. Dos tercios del nuevo gabinete fueron a la escuela pública. Este es un gobierno de la élite, para la élite, y se va a poner a dar martillazos al resto de nosotros.
Mervyn King, el gobernador no electo del Banco de Inglaterra, habló en nombre de la mayoría de la clase capitalista de Gran Bretaña cuando dio la bienvenida a los planes de recortes del gobierno e incitó a ir más allá en su presupuesto de emergencia. No hay que olvidar que fue Brown, en 1997, quien dio por primera vez al Banco de Inglaterra independencia del gobierno, liberándolo para hacer campaña descaradamente en nombre de la clase capitalista. Sin embargo, Cameron y Clegg no necesitan ser incitados. Los 6 billones de libras en recortes que se han declarado son la punta de un enorme iceberg. No se sabe cuan rápido el resto del iceberg será revelado, pero no hay duda de que lo será. Los recortes que serán anunciados en el presupuesto de emergencia sólo serán el principio. Según el Financial Times (13 de mayo de 2010), "El señor Osborne (ministro de finanzas) tendrá que anunciar recortes al gasto público de 57 billones de libras por año, a partir de un presupuesto no protegido de alrededor de 260 billones de libras – recortes de alrededor del 22%. Ni que decir que esto se convertirá en una aguda prueba de voluntad política… el sector público de Gran Bretaña se enfrentará a medidas de austeridad similares a las observadas en Irlanda, Grecia, Portugal y España."
Y al igual que en esos países, veremos movimientos de masas de la clase trabajadora en oposición a los recortes. Tales movimientos pueden obligar incluso a gobiernos fuertes, a retirarse. En Gran Bretaña la profunda debilidad y división de este 'gobierno de perdedores' será revelada.
Las destrozadas ilusiones de los votantes Demócratas Liberales
Casi siete millones de personas votaron Demócratas liberales. La gran mayoría creía que los Demócratas liberales eran un partido radical, anti-tory. Ahora sus ilusiones han sido brutalmente destrozadas, mientras los demócratas liberales han alegremente quemado su manifiesto electoral a cambio de un poco de poder. Fue el único partido del stablishment que efectuó una declaración en contra de la guerra en Afganistán, ahora los negociadores de los Demócrata liberales han aceptado la continuación de la ocupación sin dudarlo un instante.
Ellos se han inscrito, también entusiastamente, a los planes de los conservadores para reducir el gasto público. Los conservadores, decididos a asegurarse de que el socio de la coalición toma su parte de culpa, han rodeado al Ministro de Hacienda, George Osborne, de un guardián del hacha del Partido Demócrata Liberal. Vince Cable se ha convertido en secretario de negocios. David Laws, un millonario y ex-director general de JP Morgan, ha tomado el trabajo de primer secretario del tesoro, un puesto que el tory Philip Hammond ocupó en la oposición, y que predijo debería resultar en que la cara de su ocupante sería apaleada y blanco de tiro en los lugares de trabajo por todo el país. Los Demócratas liberales han asumido también el cargo de Secretaría de Escocia. Los recuerdos del thatcherismo son tan profundos en Escocia que los conservadores siguen siendo prácticamente inelegibles – con sólo un asiento! Los Demócratas liberales actualmente tienen siete, pero, al vincular su carro al de los conservadores, también se enfrentarán ahora al olvido, en Escocia.
Millones de votantes Demócratas liberales, y muchos – quizás la mayoría – de sus activistas abandonarán el Partido Demócrata Liberal, porque lo ven como una traición terrible. A nivel parlamentario, sin embargo, parece que por ahora la coalición ha sido aceptada a regañadientes, incluso por los diputados más radicales del Partido Demócrata Liberal. Esto sólo es posible porque los Demócratas liberales – aunque siempre han sido un partido capitalista – han sufrido su propio equivalente al blairismo. Clegg y sus aliados alrededor del "Libro Naranja"(tendencia partidaria) han luchado con éxito para mover el partido a la derecha en una serie de cuestiones, sobre todo en cuestiones económicas. El resultado es una situación en la que los negociadores tories pueden describir, probablemente, una genuina felicidad por el descubrimiento de que había mucho en común con su contraparte Demócrata liberal – ambos "socialmente liberales y económicamente conservadores", como lo expresó William Hague. Cameron y compañía se vieron obligados a esta coalición por su incapacidad para ganar una mayoría. Pero ahora sucede que están tratando de usarlo para sus propios fines, incluso apoyándose en los Demócratas liberales contra la propia ala ultraconservadora de los tories. La dirección de los conservadores ha estado preparada para contemplar la posibilidad de unirse al resto del mundo y permitir un referéndum sobre el sistema de votación diferente al actual sistema electoral de escrutinio uninominal mayoritario (first past the post), con el fin de intentar crear un gobierno estable junto con los Demócratas liberales.
Los conservadores también se han dispuesto a prometer parlamentos a plazo fijo y, en una medida anti-democrática que incluso tiene un elemento de bonapartismo parlamentario, al prometer que el apoyo del 55% de los diputados será necesario para disolver el Parlamento. Aunque si esta medida se hace a los libros de estatutos, que dista mucho de ser cierto, no será viable en la realidad. Si el 51% de los diputados vota para disolver el Parlamento, ningún gobierno va a ser capaz de negarse a convocar a elecciones generales sobre la base de que el 55% es requerido por la Constitución!
Gobierno inestable
A pesar de todos los esfuerzos de Clegg y Cameron para crear un gobierno estable, esta coalición débil y raquítica es propensa a destruirse bajo la presión de los acontecimientos en un momento dado, probablemente en respuesta a los movimientos de masas de la clase trabajadora. Los parlamentarios Demócratas liberales más radicales pueden de mala gana consentir la situación ahora, pero la presión sobre ellos será enorme, cuando sus ministros propongan recortes del 22% al gasto público. Los Demócratas liberales ganaron muchos votos de los jóvenes al afirmar que debían suprimir los derechos de matrícula – aunque, en realidad, Clegg prontamente utilizó la crisis económica como una excusa para posponer esta promesa hacia un futuro lejano. Ahora los diputados Demócratas liberales probablemente se sienten de brazos cruzados mientras su gobierno levanta la tapa de las matrículas y los gastos salvajes de la universidad. Combinado con el creciente desempleo juvenil de masas – el más alto en veinte años – esto conducirá a una situación explosiva entre los jóvenes en Gran Bretaña. Jóvenes en Lucha por Empleos (Campaña Juvenil del Socialist Party) desempeñará un papel crucial en la organización de la ira, incluso poniendo en marcha a los estudiantes secundarios y las huelgas estudiantiles.
Las medidas previstas por el gobierno es muy probable que, como hemos advertido, conduzcan a una recesión de "doble caída". Como David Blanchflower, ex miembro del Comité de Política Monetaria del Banco de Inglaterra, lo expresó el 12 de mayo: “Cualquiera que vaya a empezar los recortes [en la actual situación económica] esta, básicamente, empujándonos hacia esa espiral de la muerte. Eso es lo que hemos evitado hasta esta fecha. Tenemos que estimular el crecimiento, no retirar miles de millones del sistema.” Esto es exacto, pero no impide que los representantes del capitalismo por todo el mundo cedan a la voluntad del mercado – es decir a las opiniones de un puñado de jugadores multimillonarios – que demanda rápidos y exigente recortes en el gasto público. En España, el primer ministro, Zapatero, ha anunciado un nuevo recorte 'sorpresa' del 5% en el pago de la administración pública después que recibió una llamada telefónica de Obama pidiéndole que tomara "medidas decididas".
La clase trabajadora española ha dado una "respuesta decidida" llamando a una huelga general del sector público. Estamos en el comienzo, a escala europea, de lo que será la madre de todas las batallas para defender a los trabajadores de los ataques del capital. Hace veinte años en Gran Bretaña nuestro partido, (entonces el Militant) dirigió un poderoso movimiento de 18 millones de personas que provocó la caída de Thatcher – la Dama de Hierro – y su odiado impuesto (Polltax). Clegg y Cameron se parecen más a chihuahuas (como Boris Johnson sugirió) que a hombres de hierro, pero vamos a necesitar un movimiento similar para derrotarlos a ellos y sus recortes. Con el Polltax, incluso sin la intervención de socialistas organizados, habría habido un masivo flujo de ira contra la injusticia del impuesto. Nuestra función consistió en canalizar la ira hacia un movimiento organizado. La escala de los futuros recortes en Gran Bretaña significa que enfrentaremos la misma situación, e incluso más que eso. Es cierto que la comprensión política de la clase trabajadora todavía no ha alcanzado a la nueva situación económica, y que la confusión que existe puede ser prolongada por la falta de un partido obrero de masas. Pero, a pesar de estas complicaciones, la clase trabajadora se verá obligada a resistir para defenderse y con el tiempo sacará conclusiones políticas de su experiencia en aquellas luchas.
No obstante, los socialistas tienen una tarea vital en la campaña por un programa que llevará al avance del movimiento en cada etapa. No hay duda de que los dirigentes sindicales de derecha querrán intentar un compromiso con el gobierno – aceptando algunos recortes para tratar de impedir otros. Pero sólo una lucha militante y decidida contra todos los recortes será un éxito. En Gran Bretaña, el primer paso debe ser una campaña a favor de una masiva manifestación nacional liderada por los sindicatos contra todos los recortes en los servicios públicos. Esto debe estar vinculado al desarrollo de comités locales de lucha contra los recortes que reúnan las diferentes campañas, en preparación para el movimiento de masas que será necesario. En Gran Bretaña, como en otros países, la necesidad de una huelga general, probablemente a través del sector público, inicialmente, se planteará en una cierta etapa.
Esto necesita ser vinculado a defender el caso de una alternativa socialista al capitalismo. A diferencia de los gobiernos de Europa, no aceptamos los dictados de los mercados. En lugar de doblar la rodilla ante estos chantajistas multimillonarios, el poder para sostener a los gobiernos y a todos los pueblos por rescatar, debe tomarse de ellos. No sólo los bancos deben ser nacionalizados bajo control y gestión democrática de los trabajadores, sino que un monopolio estatal del comercio exterior debería ser introducido.
Representación política
Fue para poner el caso de una alternativa socialista que la Coalición Sindicalista y Socialista (TUSC) se planteó en las elecciones generales. Como se ha explicado en otra parte, las excelentes campañas de TUSC no fueron plenamente reflejadas en los votos que hemos recibido. En parte porque TUSC no había tenido tiempo de establecer un perfil nacional sino que además, tal y como esperábamos, porque muchos trabajadores que estaban de acuerdo con nosotros sintieron que no tenían más remedio que votar por el Nuevo Laborismo con el fin de intentar detener a los tories. Esto no representó apoyo para el Nuevo Laborismo, que, a diferencia del Partido Laborista del pasado, es un partido capitalista; sino más bien la esperanza de que los recortes fueran un poco más suaves con un gobierno del Nuevo Laborismo. Irónicamente, Margaret Hodge, la millonario diputada del Nuevo Laborismo de Barking, describió con exactitud la realidad cuando ella le rogó a un votante en la televisión de Londres "solo tape su nariz y vote por mí", en ese caso para detener tanto al BNP y a los tories. De hecho, aunque el Nuevo Laborismo, dijo que no iba a empuñar el hacha en el primer año, no habría habido ninguna diferencia fundamental entre los recortes de un gobierno del Nuevo Laborismo y los de la actual coalición. Como Alistair Darling (anterior Ministro de Hacienda Laborista), explicó, los recortes del Nuevo Laborismo habrían sido "más profundos y duros que los de Margaret Thatcher".
Desde las elecciones, algunos han argumentado que existe la posibilidad de un Nuevo Laborismo girando hacia la izquierda, ahora que está fuera del poder. No creemos que esto esté en la agenda. Después de la elección, un puñado de personas entraron al Partido Laborista se informó, alrededor de doce por circunscripción, parcialmente Demócratas liberales desilusionados. Sin embargo, para tener alguna oportunidad de recuperar el Nuevo Laborismo capitalista para la clase trabajadora debería tomar una afluencia de masas hacia el partido – de los sindicalistas y los jóvenes – decididos a reconstruir las estructuras democráticas que han sido destruidas. Para decirlo suavemente, esta no ha sido la experiencia de los otros ex-partidos socialdemócratas en Europa, que no han alterado su carácter capitalista cuando están fuera del poder y han permanecido largamente como cáscaras vacías. Es más, las nuevas formaciones de izquierda – en particular, SYRIZA en Grecia – se han desarrollado mientras que los ex-partidos de los trabajadores han estado fuera del poder. TUSC representa un importante paso preparatorio hacia esta formación – que podría llegar a desarrollarse muy rápidamente bajo el impacto de los eventos tormentosos que se avecinan.
En respuesta a nuestros llamados por un nuevo partido obrero de masas, Len McCluskey, candidato a secretario general de UNITE (Sindicato británico e irlandés), ha dicho que UNITE debería lanzar una gran campaña para recuperar el Partido Laborista bajo su dirección. Creemos que esta es una estrategia equivocada. Luchamos para que UNITE detenga el financiamiento del Nuevo Laborismo y empiece a construir un nuevo partido. No obstante, una campaña seria para reclamar el Nuevo Laborismo por los sindicatos afiliados sería un gran paso adelante sobre la política actual de la mayoría de los dirigentes sindicales de aferrarse a las faldas del Brownismo y el Blairismo.
Una campaña seria tendría que exigir que el Laborismo adopte un programa socialista. Demandas claves deben incluir la derogación de todas las leyes antisindicales y la oposición a todos los recortes en los servicios públicos, no sólo en palabras sino en las acciones. Arriba y abajo los concejos Laboristas del país van a aplicar los recortes masivos del gobierno en el gasto público "bajo protesta". Sería necesario demandar que ellos “entren en el camino de Liverpool” y, siguiendo el ejemplo del Ayuntamiento de Liverpool en la década de 1980, negarse a aplicar los recortes, movilizando a la fuerza laboral y a la población en una campaña de masas en su apoyo. Esta campaña de desafío rápidamente podría derribar al gobierno tory / liberal. También sería necesario exigir que los pro-capitalista y pro-guerra Blairistas y Brownistas sean expulsados del partido. Ligado a esto sería la reconstrucción de la democracia dentro del Partido Laborista, que en la actualidad no existe a nivel nacional. Los sindicatos, los principales financiadores del Nuevo Laborismo, ya ni siquiera tienen derecho a presentar mociones en la mellada conferencia anual.
No creemos que una campaña para reclamar el Nuevo Laborismo podría tener éxito. Sin embargo, si así fuera nosotros giraríamos hacia ese desarrollo. Del mismo modo, si nosotros probamos estar en lo cierto, los sindicatos afiliados tendrían que sacar la conclusión de que el Nuevo Laborismo no puede ser reclamado y tomar el camino de la construcción de un nuevo partido de masas de la clase trabajadora.
La primera cuestión que pondrá a prueba la fuerza de la izquierda en el Nuevo Laborismo es el debate sobre su próximo líder. El carácter del Nuevo Laborismo es resumido por David Milliband, el favorito para tomar el liderazgo. Seamas Milne (periodista) lo describió con precisión (Guardian, 13 de mayo de 2010): "El heredero de Blair, que votó a favor de invadir Irak, apoyó el gobierno de Bush durante la crisis de Georgia en 2008 y ha seguido anhelando después la mercantilización de los servicios públicos." Los dos Eds – Milliband y Balls – no son mejores. No hay diferencias políticas entre estos candidatos. ¿De estar en el poder, las políticas que aplicarían serían casi indistinguibles de aquellas de la coalición Conservadores / Demócratas liberales.
Sin embargo, John McDonnell miembro del Grupo socialista de campaña (sector de izquierda del Laborismo) del Parlamento, ha indicado que volvería a presentarse. La última vez no pudo obtener los 48 diputados necesarios en la papeleta, demostrando la debilidad de la izquierda del Laborismo. Esta vez, el umbral es más bajo, son 33 diputados, pero ahora hay sólo 18 parlamentarios en el Comité de Representación Laborista respaldados en el Parlamento. McDonnell es casi seguro será el único candidato que se plantee en defensa de los intereses de los trabajadores. Por lo tanto, los miembros del Partido Socialista sostendremos, a todos los sindicatos afiliados, si se toman en serio la lucha para reclamar el Nuevo Laborismo, deberían ordenar a sus patrocinados parlamentarios el apoyarlo.
Movimientos de masas por delante
La campaña de elección general fue la peor que se recuerde. Sin embargo, marcó un importante punto de inflexión en la historia de Gran Bretaña. Cameron y Clegg no han creado un "nuevo" tipo de política. Su coalición es un gobierno más para los multimillonarios y banqueros – pero la profunda crisis del sistema capitalista de ganancias, significa que será un gobierno más brutal, cruel, anti-clase trabajadora que todos los que hemos visto en nuestras vidas. Mientras en Grecia, España y otros países la clase obrera responderá con resistencia de masas. Tendremos la oportunidad de construir un apoyo de masas por el socialismo, como la única alternativa real a la atroz brutalidad del mercado.
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