Los líderes capitalistas, desesperados por calmar a los mercados
Mientras el sistema continúa adentrándose en su mayor crisis desde los años 30, los esfuerzos frenéticos de los líderes capitalistas mundiales para revertir este proceso son absurdos, contradictorios e inefectivos. “¿Hay alguien que mande o estamos en un tren fuera de control?” preguntó el presentador de un noticiario británico el 8 de agosto – el día que la bolsa de Wall Street bajó un 6% y el resto de las bolsas también se desplomó.
En cuestión de semanas, hubo pérdidas de más de 5 billones de dólares en los valores de la bolsa a nivel mundial – la mitad de estas pérdidas en una sola semana. La confianza en las economías más poderosas del mundo ha sido cuestionada. Los líderes de la eurozona se tambalean de una cumbre a otra sin ser capaces de resolver la crisis.
El 5 de agosto, la agencia de calificación de crédito, Standard & Poor, bajó la calificación de los bonos estadounidenses de AAA a AA+. Esto, según dijeron, se produjo por el duelo entre demócratas y republicanos acerca del techo de endeudamiento para Estados Unidos – ahora establecido en 14 billones de dólares, el más alto del mundo. S&P descubrió que sus cifras iniciales eran erróneas (“solamente” por 2 billones de dólares). Pero, con un pesimismo extremo sobre las perspectivas de crecimiento, mantuvieron que los mercados tendrían dudas en comprar deuda estadounidense.
Pero, aparentemente, los que más han invertido en bonos estadounidenses – sobre todo el gobierno chino, con dos tercios de sus reservas en divisas extranjeras, de un total de 3 billones de dólares, en dólares – no tienen ninguna intención de vender. Puede que diversifiquen más hacia Europa y otros países pero, como la mayoría de los acreedores del gobierno estadounidense, no van a vender, y el coste de la emisión de deuda para los Estados Unidos no ha subido dramáticamente.
Sin embargo, el periódico oficial chino “Diario del Pueblo” aprovechó la oportunidad para sugerir que el gobierno estadounidense no debe “ignorar los grandes riesgos que un dólar débil puede suponer para la frágil recuperación económica mundial por una subida de precios de las mercancías denominadas en dólares (…). Es hora de que los Estados Unidos se aprieten el cinturón y resuelvan sus problemas estructurales, para poder recuperar su reputación y restaurar la confianza mundial.”
La mayor preocupación en relación con la economía estadounidense es si va a enfrentarse a una recaída o segunda recesión. Hay temor de que las medidas de austeridad que se necesitan para bajar los niveles de deuda en los Estados Unidos y algunos países de la eurozona, podrían en realidad sofocar su aún débil recuperación económica. También hay renovadas expectativas en el anuncio por parte de la Reserva Federal de un nueva ronda de ’ajuste cuantitativo’ (inyección de dinero), en respuesta al pronóstico de que los Estados Unidos tienen una probabilidad del 50% de entrar en recesión antes de final del año.
El miedo sobre el futuro de la economía mundial se ha reflejado en el precio del oro y el petróleo. El oro, siempre un favorito en tiempos inciertos, saltó a un nuevo record de 1.720 dólares por onza en agosto. El precio del petróleo ha bajado considerablemente debido a la preocupación de que un crecimiento global débil puede llevar a una bajada en la demanda.
Como el CIT ha argumentado en muchas ocasiones, la muy débil recuperación, producida por masivas inyecciones de dinero público, no ha estado acompañada por crecimientos considerables de PIB. Aparte de algunas notables excepciones, no ha traído trabajo para las decenas de millones de desempleados ni frenado lo que parece una guerra contra los pobres – recortes enormes en gasto público. La perspectiva para los jóvenes de nuevos recortes y recesiones económicas está detrás de las grandes explosiones de rabia vistas recientemente en las calles británicas. Se necesita urgentemente la preparación en serio de huelgas y huelgas generales en una serie de países para detener los ataques a los derechos de pensiones y otros servicios públicos.
El CIT advirtió que, sin una dirección clara de los líderes sindicales hacia la lucha contra los recortes – en Europa y otros países – los choques con la policía y los ataques a la propiedad podrían hacer erupción en las áreas urbanas más deprimidas. Ahora se hacen comparaciones entre la Gran Bretaña de hoy y los disturbios bajo el gobierno de Thatcher en los 80, y las insurrecciones de los desposeídos en los barrios de París hace dos años. El pillaje y los incendios tienden a dañar a las mismas comunidades en los que viven los más oprimidos. Pero es completamente entendible que la rabia de los jóvenes contra el sistema y contra una policía corrupta y frecuentemente racista estalle en las calles. Lo que realmente se necesita es atacar a los verdaderos saqueadores: los banqueros y las grandes empresas.
Un programa de empleo y vivienda para todos, acompañados de una lucha por la nacionalización bajo el control y la gestión democrática de los trabajadores de los bancos y de los grandes monopolios puede canalizar la gran rabia y frustración de los jóvenes y los trabajadores contra el sistema.
Medidas contra la crisis
En julio hubo una reunión extraordinaria de los ministros de economía de la eurozona para acordar otro rescate a Grecia. En pocas horas, ya estaba claro que esto no resolvería los problemas de base de este país para evitar el impago de su deuda nacional.
Antes de que el acuerdo del 21 de julio se implemente, tiene que ser ratificado por todos los gobiernos de la eurozona, en su mayoría a través de sus parlamentos, que también mayoritariamente no tuvieron sesiones durante agosto. Willem Buiter de Citigroup comentó que “conseguir que los 17 parlamentos de la eurozona apoyen grandes cambios es como conseguir que un ciempiés salte una valla.”
Solamente dos semanas después, bajo la presión de los líderes de la eurozona y, especialmente, de Merkel y Sarkozy, el Banco Central Europeo se vio obligado a anunciar nuevas medidas para tratar de impedir que las bolsas cayeran en picado después de las noticias sobre la rebaja de calificación de la deuda estadounidense. La política anterior de no comprar bonos italianos y españoles en el mercado libre fue revertida. Esto redujo, al menos temporalmente, los intereses sobre la deuda de estos países. Ha habido también discusiones sobre expandir los poderes para intervenir, usando los 440.000 millones del Fondo de Estabilidad Europeo, pero han sido dificultadas por la necesidad de unanimidad en la eurozona. Solo estos dos gobiernos por si solos necesitan conseguir 840.000 millones en los próximos 18 meses, pero éste es el total de los rescates que ya se han entregado a Grecia, Irlanda y Portugal.
La medida del BCE aliviará la situación en relación con las deudas de Italia y España. Pero las obligaciones vinculadas con ésta, les llevará a enfrentarse a sus poblaciones.
Tobias Blattner, anteriormente un economista del Banco Central Europeo, declaró que la intervención del BCE ha hecho muy poco para evitar que la crisis de confianza se agarre a los mercados de valores. “Ésta refleja el pensamiento de que el crecimiento está en muy mala situación en ambos lados del Atlántico, y por esto la intervención del BCE no cambiará nada fundamentalmente.”
El primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, intentó dar la impresión en agosto de que no había grandes problemas en Italia. Pero su país tiene una de las mayores deudas en porcentaje de PIB (casi el 120%) y su economía no ha conseguido crecer más que una fracción de 1% durante las últimas dos décadas. Recientemente ha llegado a un acuerdo con su gobierno de adelantar la fecha límite para que los recortes de presupuestos consigan un equilibrio en las cuentas públicas – desde la fecha original de 2014, bastantes después de las próximas elecciones generales, hasta 2013, también después de las próximas elecciones. El propio Berlusconi ha dicho que no se presentará a las próximas elecciones, al igual que Zapatero, pero necesita desesperadamente un gobierno en el poder que no permita que tres grandes causas judiciales en su contra continúen.
David Jones, un analista de la firma IG Index, cree que los inversores seguirán sin convencerse de invertir en nada, a pesar de los varios intentos de los líderes y autoridades internacionales de dar seguridad a los mercados. “El sentimiento de que los políticos tanto en Europa como en Estados Unidos van siempre unos cuantos pasos detrás de la crisis no ha cambiado”, declaró. “Los mercados aún creen que los políticos hablan mucho pero actúan poco.” Aquí ve él una razón política fundamental por la que “los mercados han estado tan débiles en agosto”.
Richard Hunter, un corredor de bolsa de Hargreaves Lansdown dijo: “Los mercados están esperando un plan de Europa y de Estados Unidos sobre cómo rebajar sus déficits.” Pero a causa de la propiedad privada y del rol de los estados de defensa de los intereses nacionales de sus propios capitalistas, este plan claro es algo que el capitalismo, por su propia naturaleza, no puede proporcionar.
Anarquía capitalista, desarrollo socialista
Ninguna de estas medidas que tratan de controlar un sistema anárquico y ciego, parecen detener la espiral de la mayor crisis desde los años 1930. Las medidas que se toman para rescatar su sistema significarán más recortes y austeridad, y aún más sufrimiento y angustia para las vastas mayorías de la población mundial. Según la publicación médica Lancet, como resultado directo del colapso económico en Grecia e Irlanda, las tasas de suicidio se han disparado en los últimos dos años en un 17% y un 13% respectivamente.
Las crisis acumuladas – económica y política – de las últimas semanas solamente han servido para subrayar el modo caótico y derrochador en el que funciona el capitalismo… o en el que no consigue funcionar. Solamente un 58,1% de los estadounidenses en edad de trabajar tienen un trabajo de verdad. Decenas de millones de personas en el mundo – jóvenes y mayores – están desempleadas cuando podrían estar produciendo bienes y proporcionando servicios.
Basándonos en la propiedad pública y en el planeamiento democrático, todos los recursos humanos y físicos de la sociedad podrían ser aprovechados para el beneficio de la gran mayoría en lugar de una minoría cada vez más rica.
El poder de los bancos y de los políticos capitalistas sobre la vida de millones, o para ser exactos, de miles de millones, tiene que romperse. Movimientos masivos incluyendo huelgas generales mostrarán el poder que la clase trabajadora puede tener en la sociedad. Vinculado con la energía y la rabia de la juventud, se pueden construir rápidamente partidos masivos de la clase trabajadora. La confianza en la idea de una alternativa socialista al capitalismo puede y debe ser reconstruida inmediatamente.
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