La farsa que acaban de consumar en Paraguay es el mejor ejemplo del cinismo de la elites dominantes de la mayoría de los países del mundo y su “democracia”
El golpe de estado en Paraguay nos viene a demostrar una vez más cuanto vale para la clase dominante la democracia, ellos normalmente hacen gárgaras con que vivimos bajo sociedades democráticas y la necesidad de respetar el Estado de Derecho, toda esta fraseología la usan mientras ellos mantienen bajo su control el aparato del Estado, una vez que pierden este control se acaba todo este discurso y tienen que sobrepasarlo pero intentando dar la idea de que siguen respetando su antiguo discurso.
La farsa que acaban de consumar en Paraguay es el mejor ejemplo del cinismo de la elites dominantes de la mayoría de los países del mundo y su democracia, Lugo sin ser un militante de la izquierda radical y que no toco los intereses de la casta dominante, igual era un personaje desagradable para la burguesía paraguaya, porque igual los sectores más populares veían en Lugo un presidente que podría abrir espacio a ellos para la protesta social y la organización de los trabajadores y campesinos, algo que la casta dominante lo ve como incompatible con su dominación de clase.
Lamentablemente el presidente Fernando Lugo se negó a organizar a los sectores populares que deberían haber sido su base de apoyo y por el contrario se dedico a entregar todo tipo de concesiones a la derecha oligárquica de su país, con la ilusión de que esta manera ellos no harían nada en contra de él, algo que finalmente no le sirvió de nada, su “moderación” no puso término a la desconfianza de la derecha, igual seguía siendo un personaje ajeno y molesto para ellos, dado que no sentían que estaban controlando fuertemente los hilos del poder.
La oligarquía dominante y el imperialismo siguieron haciendo su trabajo para ponerle fin al gobierno de Lugo, ellos jamás dejaron de preparar el terreno para lograr sus objetivos y sacar del medio a este presidente molesto para la elite, nunca dejaron de conspirar en contra de Lugo, especialmente con el tema de los hijos y los posibles hijos de un sacerdote católico, lo que le daba un especial revuelo al tema. Hasta llegar finalmente a organizar la matanza de Curuguaty, todos los antecedentes permiten pensar que esta fue una trampa montada por la derecha, para ser utilizada por ellos mismos, montando una farsa leguleya o un tragicómico simulacro de juicio político, violando todas las normas del debido proceso, pero que finalmente han presentado como apegado a la constitución y el estado de derecho paraguayo.
Ahora viene la farsa internacional, de las castas dominantes de los otros países, con las acostumbradas condenas cínicas a los acontecimientos en Paraguay, los llamados consulta de los embajadores para cubrir las apariencias de los gobiernos regionales, pero como en el caso de Chile terminaran diciendo que no tomaran ninguna medida que afecte al “pueblo” paraguayo y de nuevo veremos una situación muy similar a la ocurrida en Honduras donde finalmente han terminado avalando a los golpistas y todos tan amigos como siempre.
Es necesario sacar lecciones de estos acontecimientos, debe quedar claro para el pueblo paraguayo y para todos los trabajadores del resto de los países de América Latina es que no se puede tener ninguna confianza en la altisonantes declaraciones de la elites dominantes de cada una de nuestros países y todavía menos en las del imperialismo norteamericano y su supuesta defensa de la democracia, para ellos la democracia es válida y sirve siempre y cuando ellos controlen los gobiernos y los parlamentos, pero apenas sienten que esta no es la situación se acabo el juego democrático y bienvenidos sean los golpes de estado y entre más camuflados sean estos mejor, para seguir hablando de democracia y de respeto al estado de derecho, que finalmente vienen a ser como la farsa perfecta para la dominación.
En todo caso es preocupante la incapacidad del movimiento social y de los partidos de izquierda del conjunto del continente y del mundo en dar una respuesta clara a los golpistas, organizando movilizaciones de solidaridad efectivas que junto con denunciar estos hechos, debe exigir a los gobiernos de sus respectivos países tomar medidas efectivas contra los golpistas paraguayos en este momento, pero en el futuro contra cualquier intento golpista, como es el caso de los intentos que estamos viendo en estos momentos en Bolivia.
Independiente de cuál sea el juicio que tengamos sobre Fernando Lugo, debemos repudiar su mañosa destitución y no permitir que se termine dando credenciales de demócrata al actual presidente impuesto por los golpistas, el actual dictador Federico Franco.
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