Crecimiento del apoyo a la independencia
La masiva manifestación de la Diada, el pasado 11 de septiembre de este año ha impulsado la cuestión nacional a lo alto de la agenda política. La enorme participación y el revuelo político subsiguiente se han añadido a la crisis política y económica general que se está desarrollando en todo el estado español. En estos acontecimientos, podemos ver que las contradicciones nacionalistas históricas no resueltas, que están profundamente entrelazadas con el capitalismo español, se están mezclando con la crisis económica, la desilusión generalizada con los poderes políticos establecidos y el movimiento de masas contra la austeridad. Esto está creando un cóctel de condiciones explosivas que evolucionarán próximamente.
Crecimiento del apoyo a la independencia
Durante los periodos de “estabilidad” primero y de “boom económico” después, que llegaron después de la Transición, el capitalismo presumió de haber resuelto los problemas fundamentales del pasado, incluyendo el de la cuestión nacional. Sin embargo, después de haberse profundizado por la opresión de décadas de dictadura, esta cuestión no ha sido resuelta, y sobre la base de una sociedad capitalista que crea divisiones no se puede resolver. Ha habido una solidificación lenta pero constante del apoyo a la independencia en Catalunya en los últimos años. Ahora, debido al efecto de la crisis, hemos visto otro aumento del apoyo a la independencia, y algunas encuestas citan un apoyo de hasta el 50%. En respuesta a esto, los marxistas necesitan preparar el terreno para la lucha por los derechos democráticos de las naciones, empezando por las necesidades de la lucha de clases, y forjando la unidad de la clase trabajadora para conseguir el objetivo de un socialismo y liberación verdaderos y para todos.
PP y CiU – fundamentalmente lo mismo pero divididos
Con la crisis, se están abriendo divisiones entre diferentes sectores de las clases dirigentes. Un ejemplo de esto es el desarrollo de las tensiones entre sectores de las clases dirigentes representadas por CiU y PP respectivamente. Fundamentalmente, estos dos partidos tienen una visión común de la “solución” a la crisis. Los dos creen que la solución es hacer pagar a los trabajadores a través de privatizaciones, recortes y la destrucción de sus condiciones de trabajo. Ambos han cooperado, tanto en Catalunya como en Madrid, en la aprobación de presupuestos y reformas anti-obreros, y en última instancia, estarán dispuestos a hacerlo de nuevo cuando les convenga por cuestión de imagen. Pero la profundidad de la crisis y la lucha por una fuente de recursos que disminuye, junto con la oposición de la clase trabajadora, han llevado a Mas y a Rajoy a una guerra suicida que ha polarizado aún más la cuestión nacional. La batalla cara a cara entre Mas y Rajoy es otro síntoma del punto muerto en el que se encuentra la clase dirigente.
Sin embargo, las diferencias que existen entre ellos no deben exagerarse o malinterpretarse. Ambos llevan una bandera en una mano para apuntalar sus apoyos y un hacha en la otra para atacar a la clase trabajadora con la austeridad. Su supuesta posición actual de confrontación les es muy beneficiosa para sus intereses oportunistas: Rajoy para apuntalar el voto españolista y conseguir una mayor polarización, y Mas para ocultar sus recortes bajo la bandera independentista. Sus batallas verbales tienen un elemento de representación teatral. Sin embargo, lo que está en juego no es solamente sus maniobras políticas, sino verdaderas fuerzas sociales y sentimientos que podrían desarrollarse fuera de su control.
Rajoy, que rechazó las demandas de “pacto fiscal” de CiU, estaba bajo presión para no aceptar que una comunidad autonómica tuviera un mejor acuerdo fiscal que otra debido a la crisis de deuda y déficits de todas ellas, muchas de ellas gobernadas por el propio PP. Acordar un pacto fiscal hubiera causado una guerra civil dentro de las filas del PP, incluso solamente basándose en la cuestión de la financiación de las autonomías. Además, los sentimientos “españolistas” sobre los que se basa el PP significan que cualquier otra concesión de Rajoy de derechos a regiones como Catalunya o Euskalerria podría romper al gobierno desde dentro. Cualquier debilitamiento del poder central para dictar a las regiones la implementación de medidas de austeridad podría complicar la agenda de la patronal y esto haría enfadar a “los mercados”.
Sin embargo, el apoyo de Mas y CiU al movimiento en favor de la autodeterminación también es extremadamente inestable. Dentro de las filas de CiU probablemente hay sectores, como el liderado por Duran i Lleida, que piensa que Artur Mas está yendo demasiado lejos, pero que por no entorpecer las próximas elecciones permanecerán callados. La propia CiU no ha hablado abiertamente a favor de la independencia, pero ahora la usa como una herramienta para presionar a Madrid y obtener condiciones favorables. El temor a una pérdida de beneficios de las grandes empresas catalanas ya ha causado que grandes líderes burgueses, como el presidente de Planeta, intenten tomar el control sobre el nacionalismo catalán, por miedo de que esto pueda afectar a su margen de beneficios. Sin embargo, el nacionalismo catalán es más profundo que esto, y el proceso no va a ser controlado fácilmente desde arriba, por ejemplo, desde CiU, especialmente si se les empuja a la izquierda. El cambio de tono de Mas, que intenta evitar presentar un programa claro de separación del estado español, prometiendo por ahora solamente un referéndum en los próximos 4 años, ya será visto por muchos como insuficiente.
¿Catalunya está pagando más de lo que debería? El vínculo entre la oposición a los recortes y los sentimientos nacionalistas.
Está claro que por el momento, los argumentos simplistas expuestos por CiU de que Madrid toma más de lo que da en términos de financiación, ha tenido algún efecto en capas de gente enfadada por los recortes que se están haciendo en Catalunya. Esta retórica ha ganado un amplio apoyo. Basándose en el apoyo a este argumento, y a pesar de su impopularidad en amplias secciones de la clase trabajadora, CiU muy probablemente ganará las próximas elecciones del 25 de noviembre, posiblemente con una mayoría más amplia.
El movimiento obrero y la izquierda deben dejar claro que cualquier intento de CiU de aparecer como “anti-recortes” es un disparate. CiU está comprometida ideológicamente con realizar recortes masivos, más allá de los 4 enormes paquetes de austeridad que ya ha implementando. Bajo su control, cualquier recurso de Madrid se destinaría al pago de la deuda de los ricos y al rescate de los bancos y de las grandes empresas, mientras que se continuaría pisoteando los derechos y condiciones de los trabajadores. ¿Conseguirían los trabajadores cualquier beneficio financiero o menos recortes en servicios en una Catalunya independiente capitalista, o a través de un “pacto fiscal” negociado con CiU? NO. El debate liderado por CiU acerca de las finanzas de Catalunya es una mezcla de verdades y mitos, en los cuales no tienen cabida las necesidades de los trabajadores, ya sean de Barcelona, Madrid o Sevilla. El verdadero problema es el sistema capitalista y su programa de austeridad, que está desangrando a la clase trabajadora. Los recursos para incrementar el gasto en servicios públicos, en la creación masiva de puestos de trabajo y en servicios públicos decentes, debe venir de la toma de la riqueza de los ricos, no a expensas de gastos públicos esenciales en otras regiones que alimentan la estrategia de “divide y vencerás”.
Catalunya en Europa
Uno de los eslóganes de la Diada fue “Catalunya, nuevo estado de Europa”. Mas y CiU – fieles a los mercados capitalistas – sienten la presión de sus jefes capitalistas europeos. Por eso, recientemente, la batalla se ha centrado en el tema de la Unión Europea, la legalidad o ilegalidad de un estado catalán independiente, y si continuaría o no en la Unión Europea y el euro. Rajoy y otros ministros intentan asustar con la idea de que una Catalunya independiente sería expulsada de la UE y el euro (que de hecho sería el resultado inicial atendiendo a las leyes europeas), mientras que Mas argumenta que Catalunya sería automáticamente readmitida debido a su peso económico.
Algunos nacionalistas catalanes promueven la idea de una Catalunya “más social” en una Europa más federal. Ésta es una fantasía bajo las condiciones del capitalismo. La crisis en Europa está exacerbada debido a los conflictos nacionales y a los intereses que la sociedad capitalista no puede resolver. El futuro del propio euro está en serias dudas. La salida de Grecia y, quizás, de Portugal, es una opción seria de los dictadores del capital. Y tienen problemas en admitir que incluso el estado español podría terminar expulsada del euro. El proyecto de Mas es el de una Catalunya capitalista, construida sobre las víctimas que vaya dejando el euro. Los simpatizantes de Mas y CiU tienen la visión de un estado pequeño y efervescente en medio de las aguas tranquilas de Europa. Pero ésta no es la Europa de hoy. Una visión de un estado-nación de este tipo no prosperará o crecerá, sino que estará bajo el mismo martillo del capitalismo europeo.
El derecho de autodeterminación y la unidad de los trabajadores
Hay aspiraciones claras en Catalunya por una mayor autonomía, incluyendo la independencia. Sería equivocado declarar, que es solamente un fenómeno de las clases altas o medias. Es un proceso general con un impacto amplio en toda la sociedad catalana, incluyendo en la clase trabajadora. El movimiento contra la austeridad ha alentado nuevos sentimientos nacionalistas, añadidos a la rabia histórica que ya existía. Sin embargo, una parte importante de la sociedad catalana aún tiene dudas sobre los desarrollos en dirección a la independencia y los ven con algo de preocupación.
Hay diferentes tipos de aspiraciones nacionalistas. SR no apoya el nacionalismo de las clases dirigentes ni su agenda. No pueden actuar en interés de los trabajadores, cualquiera que sea su vestimenta o su bandera. Sin embargo, una cosa completamente diferente son las aspiraciones nacionalistas de la clase trabajadora de Catalunya. Como siempre han hecho los marxistas, basándonos en estas aspiraciones, apoyamos el derecho de autodeterminación, incluyendo el derecho de formar un estado independiente. Sin embargo, advertimos de los peligros en este proceso, especialmente en Catalunya, donde hay comunidades minoritarias significativas. Si la lucha por la independencia es capitalista en su naturaleza y/o está basada en un sector de la población, puede tener el efecto de dividir el movimiento obrero y debilitarlo en un momento de violentos ataques capitalistas. El socialismo es fundamentalmente una idea internacionalista, y se construye basándose en la unidad de toda la clase trabajadora. Esta es la verdad concreta de cualquier organización genuinamente socialista.
SR lucha para romper las barreras entre los trabajadores y unirlos en una causa común que hoy es la lucha contra la austeridad y por políticas socialistas alternativas. SR tiene un enfoque flexible, apoyando el derecho de autodeterminación y la independencia, pero tratando de tener una posición equilibrada sobre qué defenderá mejor los intereses de los trabajadores, mientras defendemos los derechos democráticos de todos.
Ruptura del estado español
La ruptura del estado español debilitaría enormemente el capitalismo, no solamente en el estado español sino también fuera. Pero la ruptura del estado español no representa necesariamente una solución para los trabajadores.
Las encuestas actuales muestran que hay un crecimiento y una radicalización del apoyo a la independencia, pero para muchos otros esto también está mezclado con un deseo de mayor autonomía y de una relación más federal o bilateral con el estado español. Un referéndum verdaderamente democrático sobre la cuestión nacional debería, por lo tanto, plantear una variedad de posibilidades, en lugar de un referéndum polarizado entre un “sí” o un “no” a la independencia. Un referéndum de este tipo representa, por una parte, el deseo del capitalismo español de concentrar alrededor de éste a los que desean “defender España”, y por otra, un deseo de asustar a los catalanes para que voten a favor del “status quo”, con la amenaza de un aislamiento inmediato de España y Europa.
Lo que está claro es que la crisis del capitalismo ha llevado a un enorme cuestionamiento y oposición al estado y al sistema que fue aplaudido como la solución a todos los problemas después de la Transición. Cuando el movimiento masivo del 15M explotó, reflejó una creencia muy extendida – especialmente entre los jóvenes – de que el proyecto pos-Transición de la sociedad española ha fracasado. Esto no solamente refleja los sentimientos de los catalanes, sino que se encuentran en todo el estado español. El movimiento también mostró el poder de la solidaridad y la lucha unida a nivel estatal. Esto también se mostró en la huelga general de marzo y se volverá a mostrar el 14 de noviembre. SR cree que más que confiar en el partido de derechas CiU, cualquier lucha por una autodeterminación real tiene que empezar por una lucha de la clase trabajadora, organizada a nivel estatal e internacional, con base en nuestros intereses comunes, y en un programa común por una alternativa socialista que defienda el derecho de Catalunya y de otras nacionalidades a decidir.
La lucha por una Catalunya socialista
SR hace hincapié en que la lucha por los verdaderos derechos democráticos y nacionales es la lucha por el socialismo y que un programa socialista incluye el derecho de las naciones a separarse si lo desean y a la formación de una genuina confederación socialista en bases igualitarias y voluntarias. La lucha de la clase trabajadora trasciende las barreras nacionales y las fronteras. Sin embargo, ignorar la existencia de diferentes naciones con sus propios derechos y que la integridad sería igualmente desastrosa llevaría a un enfoque unilateral que podría, de hecho, confundirse con un nacionalismo españolista.
La izquierda necesita intervenir decididamente con un programa de clase para unir a los trabajadores de todo el estado y ganar a trabajadores del resto del estado español por la demanda democrática al derecho de autodeterminación en Catalunya. Esto solamente puede hacerse forjando solidaridad en temas sociales, luchando juntos contra el enemigo común y, sobre todo, expresando la necesidad de una verdadera transformación socialista de la sociedad donde el derecho de autodeterminación, incluyendo la independencia, sería defendido y protegido. Bajo la bandera de una lucha por una Catalunya socialista, como parte de una federación libre y voluntaria, este enfoque podría desligar a los trabajadores y a las clases medias de CiU y de PP.
Peligros para la clase trabajadora: no a las tácticas de división
En los próximos meses, es muy probable que el estado español y sus representantes políticos intentarán bloquear referéndums y protestas usando tácticas de división y otros métodos. También demonizarán el nacionalismo catalán e intentarán crear divisiones sectarias entre Catalunya y el resto del estado español. Esto podría fortalecerse con elementos nacionalistas españoles más extremos que contesten con la misma moneda, y podría llevar a un mayor crecimiento de la extrema derecha y el populismo español. El discurso de los elementos españolistas, con la conclusión de que los vascos y los catalanes están saqueando España, se debe enfrentar a una explicación anti-capitalista de que los que están saqueando España son los banqueros y los mercados.
Las divisiones de la Guerra Civil todavía existen. Portavoces del ejército y líderes políticos del PP han utilizado palabras como “traición” y han amenazado con actuar si hay movimientos en el futuro hacia la independencia.
Debemos tomar como aviso el crecimiento de “Amanecer Dorado” en Grecia que, de manera similar, ha crecido de la nada y ahora está atacando a inmigrantes y activistas de izquierda y ganando escaños en las elecciones. Éste es un aviso para las organizaciones obreras de todas partes.
En este momento somos fuertes y habrá futuras oportunidades para conseguir el socialismo. Debemos aprovechar todas las oportunidades para fortalecer las ideas de una transformación socialista de la sociedad y la unidad de los trabajadores. Una campaña sectaria para dividir a los trabajadores plantea grandes peligros para futuras luchas.Debemos oponernos a cualquier desarrollo en esta dirección. El movimiento hacia el separatismo también lleva consigo el peligro de la fragmentación de la lucha de clases, que se fortalece por la ausencia de un polo de atracción para los militantes a nivel nacional, ya sea en el movimiento sindical o en el de la izquierda. Esta es una contradicción que solamente puede superarse si se llena este vacío, y si se construye desde las bases un frente unido de trabajadores y de organizaciones de izquierda, incluyendo a Izquierda Unida (IU) que es la única organización de izquierdas que tiene una base significativa en todo el estado, armada con un programa para derrocar el gobierno del PP y luchar por un gobierno de los trabajadores.
Parte de la izquierda se posiciona sobre esta cuestión de una manera demasiado simplista, planteando que la ruptura del estado español es buena, y eso es todo. Hay un peligro de que la izquierda se convierta en “cheerleaders” oportunistas e incondicionales del nacionalismo. La tarea del marxismo es la de entrar en los debates y en las luchas de todos los trabajadores y los jóvenes, vinculando siempre los problemas con la necesidad de la solidaridad obrera y, sobre todo, de la necesidad de socialismo y democracia genuinos de los trabajadores. Y no solamente la lucha de los trabajadores en todo el estado español, sino también la lucha de los trabajadores en la Península Ibérica, Europa y, de hecho, el mundo.
¡Qué las elecciones catalanas del 25 de noviembre sean un referéndum contra la austeridad!
Claramente, CiU ha convocado las elecciones para fortalecer su posición y distraer la atención de sus recortes. Estas elecciones son una oportunidad para la izquierda. La posición de IU, otras organizaciones de izquierda y los sindicatos es crucial para hacer de estas elecciones un referéndum sobre la austeridad tanto de PP como de CiU, y para construir la unidad de clase. En estas elecciones tenemos que vincular la lucha contra la austeridad con el derecho democrático de autodeterminación en Catalunya.
El derecho a un referéndum de autodeterminación
El derecho a un referéndum está claro. El pueblo catalán debe tener esta opción. Sin embargo, con CiU en el poder, lo más probable es que la pregunta planteada por este referéndum no será pro-obrera. SR apoya un referéndum con múltiples opciones que incluyan mayor autonomía y confederalismo.
También explicamos que la clase trabajadora a través de sus propias organizaciones – los sindicatos, grupos de pequeños comerciantes, asambleas locales y de centros de trabajo y que, si es necesario, se deben establecer comités de unidad obrera – deben plantear una posición clara sobre las preguntas que deberían aparecer en un referéndum.
La construcción de un partido de masas de los trabajadores, un componente crucial
La ausencia de una alternativa de izquierda masiva que arrastre a miles de nuevos trabajadores y jóvenes a la actividad política, con un programa y una estrategia capaz de unir a la clase obrera y de luchar por un verdadero socialismo es un factor clave en estos eventos. Todas las fuerzas – especialmente las bases – de las organizaciones de izquierda existentes, especialmente IU, podrían jugar un papel en la construcción de una fuerza como ésta. Pero los ingredientes necesarios incluyen un programa en el que se recoja el derecho de autodeterminación, el no pago de la deuda, un gran programa de inversión pública en puestos de trabajo, la nacionalización de los bancos bajo control democrático, etc. Basándose en este programa, se podría construir un frente unido – en Catalunya, pero también en todo el estado español – para popularizar la idea de un gobierno de los trabajadores con estas políticas socialistas revolucionarias.
En las elecciones catalanas, SR hace un llamamiento a votar por candidaturas de los trabajadores que tomen una posición en defensa de nuestros derechos y de oposición a la austeridad. Desgraciadamente, probablemente habrá varias candidaturas de izquierda (incluyendo una alianza entre EUiA y los “eco-socialistas” de ICV, y una lista presentada por los nacionalistas de izquierda CUP) y el frente único no será posible. Mientras que defendemos un voto por estas candidaturas, creemos que solamente sobre la base de una unidad de principios, tanto electoralmente como en las crecientes luchas, la izquierda y la clase trabajadora puede mostrar una salida al caos de la crisis.
Demandamos:
• CiU/PP/PSOE tienen la misma agenda capitalista pero con distinto disfraz. Construyamos una alternativa de los trabajadores para terminar con el capitalismo.
• Un voto por candidaturas verdaderamente socialistas, la refundación de la izquierda y la unión del movimiento obrero. Que las elecciones lo sean contra la austeridad y por la unidad. Un programa para terminar con el capitalismo.
• El derecho a un referéndum (con múltiples opciones) pero sin dejar que el capitalismo decida la agenda. La construcción de una campaña de los trabajadores que plantee una posición de clase.
• Una Catalunya verdaderamente socialista como parte de una confederación libre y voluntaria del estado español, la Península Ibérica y Europa. Libertad para todas las naciones y unidad de todos los trabajadores.
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