Hay que intensificar y escalar la lucha contra los recortes en el Estado español y en toda Europa.
Al igual que en el 29S y en el 29M, la Huelga General del 14N ha sacudido la sociedad, con un seguimiento de la huelga cifrado por los sindicatos en el 77%, y que se pudo notar especialmente en sectores como el del transporte y la industria, donde la clase trabajadora se encuentra más sólidamente organizada. Muchos que no pudieron hacer la huelga, debido al temor de perder su puesto de trabajo en sectores con menos penetración sindical – servicios, hostelería, etc. – participaron, sin embargo, en las enormes manifestaciones. Hubo millones de participantes en todo el estado, cinco millones según los sindicatos, con más de un millón tanto en Madrid como en Barcelona. En algunos lugares, como en Galicia, se dieron las mayores manifestaciones de su historia e incluso las manipuladas cifras oficiales (45.000 manifestantes en Ferrol, 60.000 en A Coruña) nos dan una idea del carácter histórico de estas manifestaciones.
En las empresas industriales claves del país, y en el transporte (si tomamos en cuenta los servicios mínimos pactados – por desgracia) la huelga fue de casi el 100%. En eso, tanto como en la paralización de los centros de la ciudad, el 14N se ha convertido en una nueva muestra de que en este país, tanto como en otros, ni una rueda fundamental de la economía se puede mover sin el permiso de la clase obrera organizada.
Casi el único “punto negro” del día, fue el rechazo de la convocatoria por la dirección de los sindicatos mayoritarios en Euskadi, lo que supone un sectarismo absurdo, sobre todo teniendo en cuenta el carácter realmente internacional del día de lucha. A pesar de eso, las bases de dichos sindicatos mostraron una gran determinación en la lucha y en fábricas importantes, como la de Volkswagen en Pamplona, hicieron huelga de todas formas. En eso, vimos un ejemplo importante de como la base del movimiento obrero está dispuesta a avanzar en su lucha a pesar de sus “dirigentes” cuando sea necesario. Es una tendencia que hay que fortalecer, y que veremos crecer próximamente.
El éxito de estas movilizaciones, al igual que el seguimiento de la huelga por parte de millones de trabajadores, muestra a las claras que no estamos dispuestos a soportar las condiciones de miseria, paro, pérdidas de derechos y destrucción de nuestros servicios públicos que nos están imponiendo el gobierno del PP al dictado de los mercados. Sin embargo, tenemos que aprender de las pasadas huelgas generales, y continuar la lucha para que el 14N no se convierta en otra acción simbólica que los líderes de los sindicatos mayoritarios, CCOO y UGT, utilicen como válvula de escape de nuestra rabia para volver a desmovilizarnos. Después del 29M, esta táctica desmovilizadora nos llevó a que el trámite parlamentario de la Reforma Laboral destruyera aún más los derechos de los trabajadores, y esto después de que Toxo y Méndez solamente consideraran esta vía parlamentaria para “mejorar” la Reforma Laboral, en lugar de confiar en la fuerza de la clase trabajadora organizada para conseguir echarla abajo.
Ahora, nos encontramos con un caso parecido. El jueves, las direcciones de CCOO y UGT ya estaban anunciando el gran éxito de la movilización, y pedían al gobierno que cambie su política económica… o que si no busque “el aval de la ciudadanía” a través de un referéndum. Por supuesto, no vamos a conseguir ningún cambio en estas políticas, a no ser que se dé una lucha sostenida y escalada de los trabajadores que supongan una verdadera presión. Esto se ha visto, por ejemplo, en relación con el drama de los desahucios. Las medidas tomadas por el gobierno el día siguiente de la huelga general, aunque limitadas, sólo han podido darse después de una gran movilización a través de acciones directas para detener desahucios, concentraciones y ocupaciones de sedes bancarias, etc.
De la misma forma, tenemos que seguir luchando contra este gobierno de recortes y miseria hasta derribarlo, y contra aquellos que nos intentan desmovilizar. Iniciativas locales de varias plataformas y colectivos han formado comités de huelga, muchas veces alrededor de asambleas del 15M, para organizar a los trabajadores, y éstas deben extenderse a todos los barrios y localidades, pero también a todos los centros de trabajo y de estudio. Estas asambleas deben servirnos para organizar desde las bases una estrategia combativa y vencer la estrategia desmovilizadora de las direcciones sindicales. Algunos sindicatos minoritarios ya están proponiendo una nueva jornada de huelga general como parte de esta estrategia contra la “austeridad” del PP y de los diferentes gobiernos autonómicos, por ejemplo Co.bas Canarias está proponiendo una nueva huelga general para principios del 2013. Desde Socialismo Revolucionario proponemos que esta nueva huelga general sea de 48 horas para que suponga el primer paso en la escalada de nuestras acciones. Los encierros de trabajadores que se están extendiendo por los hospitales de Madrid en contra del ataque frontal del gobierno del PP, pueden añadir otro elemento y una nueva fuerza a la estrategia de lucha de nuestra clase: la de ocupaciones de centros de trabajo, ministerios, ayuntamientos, etc, para resistir despidos, privatizaciones y recortes y efectivamente paralizar los ataques del gobierno y la patronal.
Estas asambleas también deben servir para que los trabajadores podamos establecer los servicios mínimos democráticamente, libres de las presiones de los diferentes gobiernos que imponen muchas veces servicios mínimos abusivos. Las grandes diferencias en los niveles de servicios mínimos del mismo sector entre diferentes comunidades, no dependen por seguro de las necesidades de los trabajadores en cada zona de España, sino de estas presiones e imposiciones.
Como ha mostrado el gran escándalo de los desahucios, el gobierno se encuentra ahora en una posición mucho más débil que el 29M que se reflejó en su intento de calmar la situación en torno a los desahucios. El clamor contra los desahucios y la actual y abusiva ley hipotecaria se ha dado incluso desde sectores tan impensables como los jueces, la policía, e incluso desde el propio PP, en la figura de la Defensora del Pueblo, y marquesa, Soledad Becerril. Aunque el PP pretenda seguir agarrándose al poder a través de la mayoría absoluta de las pasadas elecciones, su situación solamente puede seguir debilitándose, y abre la posibilidad de un cambio de gobierno, y de que los trabajadores podamos conseguir un gobierno que realmente luche por nuestros intereses. Para ello es necesario que los trabajadores contemos con una representación política armada con un programa verdaderamente socialista que rechace el pago de esta deuda injusta e ilegítima que nos quieren hacer pagar, y la nacionalización de la banca y de los sectores claves de la economía. Con estos recursos en manos públicas, en lugar de unas pocas manos privadas, se podrán garantizar las necesidades de los trabajadores (renta básica, educación, sanidad, vivienda, trabajo digno, etc) a través de una economía democráticamente planificada.
Además del plano estatal, hay que destacar que el 14N ha supuesto la primera Huelga General ibérica, además de huelgas generales de horas en todo el sur de Europa (Grecia e Italia), y de otras acciones en países centrales de Europa como en Bélgica (paros sectoriales), Alemania y Francia (manifestaciones). Esta extensión de la lucha en Europa es histórica y pone sobre la mesa la cuestión de la convocatoria de una Huelga General europea contra la Europa pro-capitalista que castiga a los trabajadores de todos sus países para calmar a los “mercados”, y por la creación de una nueva Europa de los trabajadores que defienda los intereses de la gran mayoría y no de la oligarquía empresarial y financiera.
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