INESTABILIDAD DE LA DERECHA, OPORTUNIDADES PARA LA IZQUIERDA
Las elecciones autonómicas del pasado 25 de Noviembre han supuesto un vuelco para la ya difícil situación política catalana. Los resultados han dejado un panorama de inestabilidad que amenaza con dejar a esta comunidad en un estado de virtual ingobernabilidad.
El reparto de escaños en el Parlament (de 165 escaños en total, 68 escaños necesarios para la mayoría absoluta) ha sido el siguiente (la ganancia o pérdida de escaños entre paréntesis):
CiU 50 (-12) ERC 21(+11) PSC 20(-8) PPC 19(+1) ICV-EUiA 13(+3) C’s 9 (+6) CUP 3 (+3) SI 0 (-3)
Lo más destacable de estos resultados es el fracaso de CiU al intentar aprovechar el ambiente social pro-soberanista con fines electorales. Este fracaso puede suponer la muerte política de Artur Mas y podría poner en peligro la unidad de CiU. Las contradicciones internas dentro de la coalición eran evidentes incluso antes de las elecciones y ahora se pueden acentuar muchísimo. Duran i Lleida (líder de UDC) siempre se había mostrado crítico con el giro soberanista que Artur Mas imprimió a CiU. Al no haber defendido nunca la independencia no tiene problemas en desmarcarse del proceso soberanista. Pero por el otro lado, Artur Mas sí que se siente obligado a hacer ver que continúa con el proceso y ve que es la única forma de seguir haciendo recortes sin más desgaste político. Habrá que ver si son capaces de solucionar temporalmente esas contradicciones. No es descartable que a medio plazo la coalición incluso pueda acabar rompiéndose.
Otro aspecto importante es el desplazamiento hacia la izquierda del voto, lo cual ha supuesto el ascenso de ERC como segunda fuerza política de Catalunya (desbancando al PSC), el aumento de diputados de ICV-EUiA y la entrada en el Parlament de las CUP. La población está buscando una alternativa a las políticas neoliberales para salir de la crisis y estos resultados electorales demuestran que cada vez tienen más claro que esta salida debe venir de la izquierda, con la creación de un partido de masas de los trabajadores.
Por último, hay que destacar el espectacular aumento de C’s, que pasa de 3 a 9 diputados y que parece haber recogido votos tanto de CiU como del PSC o el PPC.
Los principales factores que han influido en estos resultados son:
-Alta participación (69.5%): Normalmente los altos niveles de participación conllevan buenos resultados para los partidos de izquierda. Los votantes de derecha son disciplinados y votan siempre. Los de izquierda no.
-Castigo a las políticas de austeridad: Los recortes han pasado factura a los dos partidos de los recortes: CiU y PPC. Los votos perdidos por CiU habrían ido hacia ERC, PPC y C’s. Los de PPC hacia C’s. Sin embargo el PPC no ha acusado tanto este castigo porque los votos recibidos por la movilización del voto españolista lo ha compensado.
-La cuestión nacional: El proceso soberanista ha tenido una gran incidencia en estas elecciones. Tanto CiU como PPC habían planteado estas elecciones como una elección entre Catalunya y España. Esta confrontación ha movilizado el voto españolista, permitiendo al PPC aguantar el castigo por los recortes. Los votantes soberanistas, por otro lado, parece que han castigado a CiU por intentar apropiarse del proyecto independentista. También es cierto que la suma de los partidos nacionalistas prácticamente se ha mantenido. Lo cual puede indicar que los movimientos han sido más en el eje económico-social que en el nacionalista. Dentro del eje económico, la mayoría de derechas (CIU-PP) ha perdido peso que se ha trasladado hacia lo que sería “más o menos” el centro de la actual correlación de fuerzas (PSC, ERC, Ciutadans). También ha habido traspaso de parte de este “centro” hacía la izquierda (ICV-EUiA, CUP).
La situación tras las el 25-N es de gran inestabilidad y amenaza con dejar a Catalunya en un estado de práctica ingobernabilidad, lo cual hace muy probables unas nuevas elecciones anticipadas a medio plazo. Este carácter inestable del próximo gobierno supone una oportunidad para las fuerzas de izquierda, que deberían luchar para derribarlo y buscar una salida a la crisis actual más favorable para la clase trabajadora.
CiU está obligada a pactar con ERC, PSC o PPC y debe hacerlo rápido, para aprobar la ley de presupuestos de 2013 lo antes posible. Pero todos los pactos posibles son potencialmente negativos para todos sus integrantes.
Posibles gobiernos tras las elecciones:
-CiU+ERC: Parece a priori el pacto más lógico. Pero ambos partidos se verían en posiciones demasiado incómodas. CiU sería empujado hacia posturas demasiado soberanistas para su gusto y ERC debería apoyar unos presupuestos de austeridad, lo cual le supondría un duro desgaste. De hecho, ERC ya ha descartado formar gobierno de coalición con CiU, aunque sí que facilitará su investidura.
-CiU+PSC: Podría ser un pacto estable, pero significaría la puntilla final para el PSC y, de rebote, para el PSOE, cuyo camino a la Moncloa pasa por Catalunya. Además, el reciente caso de corrupción urbanística que ha salpicado al PSC dificulta su alianza con CiU, que también está bajo la sospecha de la corrupción.
-CiU+PPC: En realidad es el pacto más natural. Entre PPC y CiU existe más sintonía de la que quieren admitir. El principal problema es que después de la “representación” de la campaña electoral no pueden llevarlo a cabo, al menos a corto plazo.
-Geometría variable: Es la opción elegida por CiU durante la anterior legislatura. CiU podría gobernar en minoría con acuerdos puntuales con diferentes fuerzas políticas (apoyándose en el PPC en las políticas económicas neoliberales y en ERC para llevar adelante el proceso soberanista). Es una opción que cada vez va cobrando más fuerza, dadas las dificultades que está encontrando CiU para encontrar un socio estable.
La posibilidad de un referéndum de autodeterminación queda por tanto supeditada a la estabilidad que pueda tener el nuevo gobierno y depende de las posibles alianzas que pueda necesitar CIU. Tras el batacazo electoral, Artur Mas tardó muy poco en decir que la idea del estado propia habría que dejarla temporalmente en la nevera, lo cual muestra su hipocresía.
El nuevo panorama político supone un cambio en las perspectivas de las luchas sociales. La entrada de las CUP es la mejor noticia parlamentaria en décadas y generado una gran ilusión entre los activistas de base de las luchas sociales. Parecen que pueden convertirse en un referente para la calle si realmente actúan en consecuencia con su discurso hasta ahora. Utilizar el parlamento como altavoz es una táctica muy buena que ha dado grandes resultados al CIT en diversos países. Imaginemos que la campaña en contra del pago del euro por receta fuera promovida, no solamente desde la calle, sino también desde el parlament. Su efecto sería mucho más profundo.
En cierta forma, la CUP ha ocupado un espacio político que estaba vacío debido a las carencias de EUiA y a su alianza con ICV. EUiA, con el soporte de IU, reúne a priori las características necesarias para ocupar ese espacio: tiene implantación en todo el territorio, una fuerte base social y un gran número de activistas repartidos en todos los movimientos sociales y sindicales. Sin embargo, ICV les empuja hacia la derecha. Por ejemplo, mientras algunos militantes de base de EUA estan planteando un acercamiento a las CUP, ICV está planteando un frente de izquierdas, pero mirando hacia la derecha (PSC y ERC).
Las dos únicas organizaciones que pueden plantar verdadera cara a los recortes con políticas alternativas alentadas desde la lucha diaria de base son EUiA y CUP. Creemos que esta alianza (abierta también a otros grupos de izquierda como SR o RG) tendría un potencial de crecimiento enorme. El “ecosocialismo” de ICV también podría tener encaje teórico en esta alianza, pero siempre que fuese a nivel de programa, no de militantes o votos. Este programa debería incluir el no pago de la deuda ilegítima, la nacionalización de los bancos, el cese de las políticas de austeridad y recortes, las inversiones masivas para generar empleo, la solidaridad internacional entre pueblos para crear una confederación socialista europea…
La unidad de la izquierda no se ha de basar en acuerdos de reparto de poder y funciones desde las cúpulas. Los acuerdos se han de forjar desde abajo, desde la base, trabajando día a día juntos en asambleas de barrio, sindicatos, comités de huelga, Asociaciones de vecinos, … EUiA, RG, CUP, SR y otros grupos llevan tiempo trabajando codo con codo en esas luchas. Se trata de hacer subir ese codo con codo hacia arriba. También podrían sumarse muchos independientes de los movimientos sociales y sindicales.
El papel tanto de las CUP como de EUiA es básico en este proceso. Son las únicas fuerzas de izquierda real que van a tener voz en el parlament. Las CUP parecen haber obtenido el reconocimiento de amplias capas de los militantes de base de las luchas y EUiA aportaría una mayor conexión con las luchas y con la clase trabajadora del resto del Estado Español y si trabaja bien la cuestión nacional, podría forzar a IU a tomar una postura más clara respecto a este tema.
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