Crónica de un viaje
Hemos tenido el privilegio de acercarnos al hermano pueblo cubano durante largas horas de caminatas por las calles de la Habana, tanto del centro de la ciudad, su centro turístico y sus periferias.
De Cuba se ha escrito mucho y se ha dicho de todo, tantos mitos como realidades se han puesto de manifiesto para expresar de diferentes perspectivas la realidad de un pueblo que desde hace mas de 50 años ha vivido un sistema, una revolución que se han convertido para la gran mayoría de los pueblos pobres y oprimidos en el mundo en un faro luminoso en el inmenso mar de las adversidades y calamidades que les impone el sistema hegemónico actual el capitalismo. Sistema en plena decadencia que está en una de sus peores crisis estructurales de su existencia, llevando a millones de personas a la pobreza, profundizando las desigualdades sociales y empujando a la gran mayoría de la humanidad a situaciones de barbarie.
En esta especie de crónica, no pretendemos hacer análisis profundo, si no expresar desde una visión particular, ya de ante mano subjetiva, los sentimientos encontrados, dudas, reflexiones, críticas que nos ha provocado la estadía en este hermoso país, rico en historia, cultura y con un pueblo que desde que se reconoció como tal no ha dejado nunca de luchar y que como lo muestra sus historia, ha sido siempre un botín de guerra para las clase dominantes que se creen dueñas de la sociedad y del mundo.
¿Es Cuba una Revolución Socialista hoy?
En el imaginario colectivo de las personas, cuando se es habla de revolución, es cambiar de forma total un sistema, una realidad que le he es injusta o insuficiente por otra que les satisfaga sus aspiraciones de vivir con mayor dignidad e igualdad. Ese imaginario no está nada antagónico con lo que plantea el marxismo y muchas otras corrientes y teorías del pensamiento humano sobre lo que debe ser una revolución.
Pero uno de los puntos de debate debe ser de qué tipo de revolución hablamos y hacia qué sectores sociales o cambios sociales, políticos, económicos, culturales, apunta. Dentro de la izquierda política mundial y los que no se reconocen como izquierda, pero que critican igualmente el sistema actual, el capitalismo. Tienen acuerdo, en que los avances sociales en educación, cultura, salud y en cierto modo económicos y políticos de la revolución cubana son irrefutable, mucho más si vemos que ha sido un país que desde el fracaso del socialismo real, la caída del muro de Berlín, quedo prácticamente aislado y mucho más vulnerables ante las arremetidas reaccionarias y contrarrevolucionaria del imperialismo mundial expresado en el gobierno y clase política dominante burguesa y capitalista de los Estados Unidos y sus lacayos burgueses expropiados y expulsados cubanos exiliados hoy en las tierras quiméricas del sueño americano. .
Estos se dice fácil, pero poder asimilar que un pueblo en condiciones tan extrema se halla mantenido cohesionado socialmente sin que esto implique que no hayan descontentos, criticas, contradicciones, etc. y al mismo tiempo reinventándose en su día, día, las formas de subsistir y mantener en alto su orgullo como pueblo y su optimismo por la vida, no es solo heroico, sino admirable; y la mejor demostración de la capacidad de lucha, resistencia y convicciones de los explotados y oprimidos por el sistema capitalista, de que una vez que desarrollan su conciencia política, social de clase, no hay quien los derrote por muy poderoso que se les parezca.
Entre Imaginarios y realidades
En Cuba hay un héroe popular que se llama Elpidio Valdés, un héroe que nace de la creatividad del escritor, caricaturistas e intelectual cubano, Juan Padrón que mas allá de las típicas ficciones y exageraciones de una historieta animada, refleja el carácter histórico de lucha y de superación de adversidades del pueblo cubano.
Los turistas se impresionan de ver aun por la calles de la Habana tantos carros antiguos, fachadas de edificios y casas, que los trasladas en sus imaginarios, a épocas tan lejanas, pero tan cerca cargada de romanticismo, bohemia, pero también no menos de inequidades, corrupción y desigualdades.
Pero la mayoría, no logra comprender este fenómeno, ni como hace el pueblo cubano para subsistir en un ambiente que parece haberse paralizado por la historia pero que intentan avanzar en el tiempo. Detrás de cada fachada de casas, edificios y carrocería de carros antiguos, hay miles de historias y realidades que solo es posible ver y palpar con el pueblo cubano, quitándose la camisa de fuerza del turismo tradicional y despojándose de la arrogancia de ser un extranjeros con poder de accesos a cosas que incluso en su país les inaccesible.
Por las periferias de las calles de la Habana y saliendo hacia sus zonas periféricas que están entre 1 o 2 horas del centro de la ciudad, se pueden palpar realidades no muy lejanas y distantes de nuestros pueblos neo-colonizados y dominados por las clases dominantes burguesas capitalistas.
Pobreza, reflejada en hacinamientos, precarización de servicios públicos, una austeridad extrema que hace ver al pueblo cubano en apariencia, como un pueblo que vive en pobreza extrema, niños estudiantes , denominados pioneros que van a las escuelas públicas, que son gratuitas y que en cada cuadra hay una escuela donde antes había la casa extravagante y lujosa de un burgués, latifundista, se observan con rostros de vida pero con apariencias humildes con zapatos rotos y ropa desgastadas, pero orgullosos pero humildes y sin vestigios de tristezas.
Montado en la guaguas, los buses públicos, centralizados y controlados por el estado, se observan rostros de pasados, de presentes, algunos reflejando amarguras, otros esperanzas, otros rabia, pero sin dejar de transmitir su espíritu de lucha y de ganas de vivir.
Las calles internas de la ciudad de la Habana, ciertamente puede percibirse cierta pobreza material, carencias, pero no son elementos de pobreza típica que estamos acostumbrados los que venimos de países similares al del Cuba, sino el resultado de una política criminal por parte de los gobiernos burgueses-capitalistas-imperialistas de los Estados Unidos con su bloqueo genocida; y de una elite política burocratizada que no ha tenido la capacidad de ver que su mayor error político, ha sido creerse una vanguardia histórica que se sobre puso sobre el resto de la sociedad y que por el hecho, de que algunos tuvieron la iniciativa y la capacidad material de tomar un fusil y acceder a la ideas políticas revolucionarias universales para hacer de Cuba un revolución política y social, han venido paulatinamente sometiendo a un pueblo a una situación social que el que viene desde fuera y no se propone comprender la historia del pueblo cubano y sus desarrollos socio políticos, creerá que es una situación desesperada donde solo sobreviven los más fuertes, al mejor estilo del modelo capitalista, o que el socialismo es un sistema de austeridad, privaciones y ausencia de democracia real desde abajo.
Nuevos Retos y Amenazas
Hoy el pueblo cubano está en otra prueba más de fuego cruzado contra los sistemas hegemónicos de sociedad. Por una parte se mantiene la lucha contra el capitalismo e imperialismo, pero por otra parte contra un supuesto socialismo que se ha revertido contra sí mismo generando profundas contradicciones sociales que hoy son amenazas objetivas para una contrarrevolución ya no desde Miami y otras periferias del imperialismo mundial, sino desde adentro.
Las reformas políticas económicas de “modernizar el socialismo” por ejemplo, que ha estado implementado el gobierno cubano, bajo la dirección del único partido político oficial, el partido comunista. Han estado introduciendo progresivamente valores capitalistas que están distorsionando aun más el modelo Socialista cubano.
El turismo por ejemplo, que es una fuente importante de obtención de recursos económicos, se está convirtiendo más en una alternativa para una minoría y en elemento de creación de mayores desigualdades en la gran mayoría de la población.
La contradictoria política de apertura del mercado extranjero aun con cierto control del estado, pero no de aperturas políticas democráticas de controles desde la base social de trabajadores y pueblo organizado hacia el estado, está generando contradicciones peligrosas que si no son corregidas en lo inmediato, será cuestión de tiempo para que los que hasta ahora han sido las principales banderas de la revolución se pierdan y por tanto se nos apague el farol de esperanzas en el cual se nos ha convertido la revolución cubana para los que intentamos luchar por un mundo mejor, diferente, más humano, por un socialismo verdadero, democrático y revolucionario.
El factor subjetivo de la conciencia
Es preocupante, que dentro del espíritu de esperanza de sectores amplio e importantes del pueblo cubano, sobre todo de las bases “históricas” del partido y de la revolución, se estén planteando las reformas económicas, como alternativas para seguir avanzando al socialismo e incluso debatiéndose como permitir dentro de los negocios particulares, el ejercicio privado y libre de la enseñanza y de la atención médica especializada, lo cual sería el inicio del camino para una privatización si no total, parcial de la educación y la salud, baluartes fundamentales de la revoluciona cubana.
La resignación de capas amplias del pueblo cubano que independiente de su edad, solo asumen una posición básica humana de subsistencia y vive del día, día por que ya le da igual si es este es uno u otro sistema, ya que han asumido que no tienen otra opción que sobrevivir.
Igualmente, es preocupante la apatía y despolitización de amplias capas de jóvenes de los últimos 20 años que solo han vivido del periodo especial y de la actual situación; y que de la revolución solo saben lo que en la propaganda oficial les repite todos los días. Solo se preocupan por el día, día, seducidos cada vez con copiar los modelos de vida y consumo del mundo occidental del capitalismo desarrollado.
Adonde va la revolución y que tenemos que hacer los revolucionarios.
Pero la historia no puede ser borrada como se borra un error gramatical en una carta o escrito, aunque hay sectores con las expresiones antes descrita, aun entre ellos y en la mayoría del pueblo cubano, hay consciencia de que más allá de errores y contradicciones existió un periodo histórico de la revolución que hay que defender reivindicar y profundizar.
Aun hoy mantiene vestigios de ese pasado; y así como las reformas políticas actuales del gobierno están abriendo oportunidades para la contrarrevolución, también se están abriendo oportunidades para que los revolucionarios de Cuba y del mundo actuemos bajo el más profundo sentimiento y convicción política del internacionalismo revolucionario, para luchar hombro a hombro con los trabajadores cubanos, el pueblo organizado, los intelectuales de izquierdas y progresistas, los estudiantes, la juventud rebelde, para corregir los errores históricos de la revolución, acabar con el personalismo de la política.
Cerrarle el paso a las reformas pro capitalista, abrir los mecanismo de control democrático del pueblo organizado sobre el Estado y llamar y luchar por una revolución mundial para no solo derrotar el bloqueo genocida, si no también ya no ser Cuba un farol que ilumine esperanzas, sino un plataforma de inicio de un cambio mundial radical, donde una vez por toda prevalezca la humanidad como ente colectivo en armonía con su medio ambiente y no la humanidad subyugada por la dictadura de una minoría, individualista, rapaz, mezquina que nos quiere llevar a un callejón sin salida.
Son todas estas las banderas que debemos asumir en estos nuevos tiempos de la revoluciona cubana y de la lucha de clases a escala global. Seamos diferentes, pero golpeemos juntos por un socialismo verdadero, democrático y revolucionario en Cuba y en todo el mundo.
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