La inestabilidad social y política, continuara en el próximo periodo
Chile entro en un nuevo ciclo político, un alto porcentaje de la población ya no cree en la instituciones democráticas de la burguesía, no le cree las dos derechas, la Alianza y la Concertación, actual Nueva Mayoría, que son las grandes derrotadas en la segunda vuelta de la elección presidencial, solo votaron 5,6 millones de un padrón electoral de más de 13 millones de electores habilitados para votar. Está claro que la crisis de liderazgo afecta por igual a las dos derechas, ambas están a la baja en su adhesión, cada vez menos gente cree en ellos.
El día de las elecciones del domingo 15 de diciembre, todos los periodistas y medios de comunicación destacaban precisamente como las mesas se encontraban vacías o mostraban como los vocales de mesa dormían dada la falta de votantes que le dieran algo que hacer.
Por otro lado decir que la abstención claramente demuestra alguna posición política sería absurdo, pero que la mayoría de la población no asista a votar algo nos está indicando con respecto a la falta de una verdadera democracia en Chile, la gente ya dejo de creer que participando bajo las actuales condiciones se pueda cambiar algo con su voto. Esto debe ir unido al enorme malestar que existe entre la población como ya quedo demostrado en las grandes movilizaciones del año 2011 y 2012, donde varios millones de jóvenes y trabajadores salieron a manifestarse en las calles de todas las ciudades del país. Otro elemento importante a tomar en cuenta es que los que asisten a votar son fundamentalmente los viejos, prácticamente casi nadie menor a los 40 años voto en estas elecciones, o sea, precisamente los que no votaron, son los que estuvieron en las calles en la grandes movilizaciones de los años 2011-2012 y como ellos mismos lo han dicho no tienen ninguna confianza que las nuevas autoridades harán algo concreto para cambiar las cosas que los afectan.
La inestabilidad social y política, continuara en el próximo periodo.
Un sector de la elite dominante tiene la ilusión que con la vuelta de la Concertación (actual Nueva Mayoría) lograran un nuevo periodo de estabilidad social y política en el país, creen que ellos podrán tapar los hoyos o las grietas que presenta el capitalismo neoliberal, grietas que quedaron expuestas después de las ofensivas de los estudiantes y trabajadores de los años 2011-2012, como dice el refrán “la ilusión es lo último que se pierde”. En su desesperación por ganar las elecciones la señora Bachelet y la Nueva Mayoría, hicieron muchas promesas, que no podrán realizar en la práctica, como por ejemplo, educación gratuita, Nueva Constitución, una Reforma Tributaria, solo por mencionar algunas. Puntos en todo caso planteados de una manera muy tramposa, como por ejemplo la de una “Nueva Constitución” (léase la letra chica) “pero por vías institucionales”, esto significa que los que deberían redactar esta Nueva Constitución, serian los parlamentarios, personajes que junto a los partidos tradicionales son los que tienen menos credibilidad en el país, esto ya parte muy mal, un alto porcentaje de la población quiere una Asamblea Constituyente, para elaborar una Nueva Constitución realmente representativa de todos los habitantes de este país, muchos de los que votaron por Bachelet de verdad piensan que esta candidata en su futuro gobierno llamara a una Asamblea Constituyente, todavía no se enteran de la letra chica de su propuesta y cuando se enteren veremos que su reacción no será muy positiva. Muchos tienden a creer que de verdad ella hará un gobierno distinto al anterior que ella dirigió, donde debemos recordar que se reprimió duramente a los estudiantes cuando ellos se movilizaron contra el lucro en la educación, donde también se reprimió brutalmente las huelgas de los trabajadores, llegando incluso al asesinato de un trabajador forestal, precisamente defendiendo los intereses de los empresarios de la madera, el caso más emblemático en todo caso fue la represión que sufrió el movimiento mapuche, que termino con varios jóvenes mapuche asesinados y con la aplicación de la Ley Antiterrorista, una ley asquerosamente anti-democrática, que instauro el dictador Pinochet, para reprimir al movimiento social, pero esta vez aplicada por una presidenta “socialista” en teoría.
Serán incapaces de domesticar al movimiento social.
El malestar ya está bastante generalizado entre la población, especialmente entre los jóvenes que no vivieron bajo la dictadura, tanto estudiantes como trabajadores, con ellos ya no sirve la extorsión que pueden ejercer con las generaciones más viejas y el miedo que estas tienen ante la posibilidad de ir “demasiado lejos” y volver a una nueva dictadura, estos jóvenes solo conocen los gobiernos Concertacionistas o el de Piñera y por ambos se sienten estafados y engañados, además debemos sumar que el apoyo real a la señora Bachelet es muy bajo, ella en teoría tiene 62% pero de un 40% que voto, entonces solo tiene un 25% de apoyo real, que es mucho menos de lo que obtuvo en las elecciones presidenciales del año 2005, cuando salió elegida presidenta por primera vez.
El movimiento estudiantil ya lo ha dejado claro, no tienen ninguna confianza en la señora Bachelet, más con los antecedentes de la represión de su anterior gobierno al movimiento estudiantil y ya amenazaron con recibir su futuro gobierno con movilizaciones y manifestaciones, los jóvenes quieren ver medidas concretas que apunten a terminar con la educación privada y con el lucro existente en ella.
Todo parece demostrar que la “luna de miel” con el futuro gobierno será muy corta, y dadas las altas expectativas que muchos tienen en Bachelet, la decepción también lo será y esto será como echar bencina a la hoguera social que ya hemos visto en los años anteriores.
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