“En las últimas 4 semanas el apoyo a la unión se ha evaporado a un ritmo sorprendente. La campaña por la independencia ha invadido el territorio del “No” con un ataque relámpago” (Peter Kellner, de la organización internacional de estudios de mercado “YouGov”).
Por primera vez durante la campaña una encuesta de opinión ha posicionado al “Sí” por delante con un 51% de la intención de voto. La encuesta de YouGov para el “Sunday Times”, publicada el 6 de septiembre, ha sacudido al sistema político y económico en Gran Bretaña.
Horas después de su publicación, George Osborne anunció que los conservadores, laboristas y liberal-demócratas habían acordado un “plan de acción” que daría “más poder a Escocia en cuestiones como impuestos, presupuestos y estado del bienestar”. Esta concesión, cuando ya más de 500.000 personas han votado por correo, muestra el nivel de pánico dentro de la campaña del “No”.
Enormes errores de cálculo
Irónicamente, los líderes del SNP (Partido Nacionalista de Escocia) habían ofrecido en 2012 un referéndum con múltiples opciones que incluiría la cuestión de más competencias sobre las que ya tiene Escocia. Esta fue rechazada por el gobierno de coalición de conservadores y liberal demócratas y por los laboristas, que con una actitud prepotente consideraron que podrían infligir una derrota decisiva al SNP y eliminar completamente la amenaza de la independencia. Ahora están pagando las consecuencias de este error colosal.
Como escribió el comentarista y consejero capitalista Andrew Rawnsley en el periódico “Observer” el pasado fin de semana: “Estoy seguro de que hubiera habido una gran mayoría a favor de una maximización de las competencias si se hubiera ofrecido esta opción. Por lo tanto, mi conclusión es que si Escocia vota por la independencia del Reino Unido, una generación de políticos de Westminster tendrán que reflexionar en sus memorias post-dimisión sobre por qué fueron tan lentos para detectar esto y darle una respuesta adecuada.”
Incluso si gana el “No” el próximo jueves, está claro que será inevitable conceder nuevas competencias a Escocia, a las que rápidamente podrían seguir nuevas demandas para otro referéndum por la independencia, como ocurrió en Quebec en los 1990.
Una revuelta contra la élite política
Actualmente hay una posibilidad clara de una mayoría de votos a favor de la independencia. No hay ninguna duda de que ha habido un trasvase significativo de apoyo hacia el “Sí”, especialmente en las zonas obreras de Escocia. Como Partido Socialista Escocia ha explicado muchas veces, cientos de miles de personas ven el referéndum como un voto de castigo contra la élite política que está implementando recortes en nombre de las grandes empresas.
La encuesta de YouGov subraya este punto. En las últimas 4 semanas el apoyo al “Sí” se ha incrementado en los votantes laboristas del 18% al 35%; para los menores de 40 años, del 39% al 60%; y entre la clase trabajadora, del 41% al 56%. El apoyo a la independencia también ha crecido entre las mujeres del 33% al 47%.
Grandes sectores de la clase trabajadora están tomando la oportunidad de votar “Sí” para contraatacar a la odiada élite política de Westmister que es responsable de los recortes en subsidios, los salvajes recortes en el sector público, y los sueldos congelados. Este voto se ha convertido en una revuelta masiva de las víctimas de las políticas de austeridad contra sus enemigos de clase.
En la ausencia, temporal, de acciones masivas organizadas por los sindicatos contra los recortes (defendida por el Partido Socialista como una estrategia vital para detener la marea de los recortes), el referéndum se ha convertido en una representación de la lucha de clases, reflejando la gran ira de las masas y su deseo de un cambio económico y social.
Participación masiva
La semana pasada miles de personas hicieron cola en las oficinas municipales de toda Escocia para asegurarse de que estaban incluidos en el censo antes de que terminara el plazo para registrarse. Se estima que en los últimos dos meses se han registrado más de 300.000 votantes, y se espera un nivel sin precedentes de participación de más del 80% en el referéndum.
El legado de Thatcher, la criminalidad del impuesto sobre el sufragio (“poll tax”), las huelgas de los mineros, el desempleo masivo, la destrucción de comunidades bajo los tories… todo esto son fuerzas que empujan a un voto por la independencia. “Ahora es nuestro turno” es una opinión muy común y extendida. El capitalismo británico está pagando por sus crímenes pasados y presentes.
Rechazo de los políticos establecidos
Los líderes laboristas, que prometen la misma austeridad que están implementando los tories, son casi igual de odiados. El odio y el asco expresado en las reuniones públicas contra Ed Miliband, Alistair Darling y especialmente Tony Blair, es atroz. Las encuestas también son una prueba concluyente. El 61% de los escoceses no confía en Alistair Darling, el líder de la campaña “Better Together” (“Mejor Juntos”). El 67% desconfía de Ed Miliband, al que le va solamente un poco mejor que a David Cameron, cuyos niveles de desconfianza llegan al 73%.
Pero tampoco inspiran confianza los líderes del SNP, ya que el 58% no confía en las palabras de su líder, Alex Salmond. La plataforma política del SNP promete recortar el impuesto de sociedades para las grandes empresas y está buscando un pacto de austeridad sobre la moneda con el Banco de Inglaterra que significaría implementar los recortes de los tories mientras estén en el poder. Por lo tanto, la clase trabajadora no los ve como un partido en el que puedan confiar.
Por esta misma razón, como anticipó el Partido Socialista Escocia hace dos años, se ha abierto un gran espacio a la izquierda del SNP y los líderes de la campaña oficial por el “Sí”. El debate del referéndum ha llevado a un extenso interés por las ideas políticas, sobre cómo construir una Escocia “mejor y más justa”. ¿Cómo terminar con los recortes, subir el salario mínimo y defender los servicios públicos?
La respuesta de la campaña “Hope Over Fear” (Esperanza contra el Miedo) con Tommy Sheridan, en el que Partido Socialista Escocia juega un rol primordial, ha supuesto una expresión concreta de este deseo de cambio definitivo.
Las reuniones a las que se ha dirigido Tommy Sheridan han tenido el carácter de grandes asambleas de una clase trabajadora enfadada y enérgica. Su condena del sistema capitalista y sus demandas de que bajo la independencia se termine con los recortes, y de que los recursos económicos del petróleo y la infraestructura energética privatizada deben ser de propiedad pública para implementar un salario digno y terminar con los contratos de cero horas recibe vítores y aplausos entusiastas.
El punto de referencia en el que Sheridan se ha convertido durante la campaña es una expresión de la necesidad de un partido de la clase trabajadora combativo que pueda liderar exitosas campañas, como la campaña contra el impuesto sobre el sufragio de final de los años 80 y principios de los 90.
Sin solución capitalista
Partido Socialista Escocia también lucha por el tipo de reformas y mejoras para la clase trabajadora que correctamente demanda Tommy Sheridan. Sin embargo, también explicamos, de manera clara, que en una Escocia independiente bajo el capitalismo la austeridad no terminaría. De hecho, Alex Solmond y SNP están preparados para continuar con los recortes después del referéndum, sea cual sea el resultado. Las políticas socialistas son esenciales para alcanzar el final de la austeridad como hemos subrayado en nuestro programa por una Escocia socialista. Éstas han sido distribuidas y articuladas ampliamente durante la campaña.
Una demanda central de este programa es forjar una respuesta unificada de la clase trabajadora a los recortes capitalistas, no solamente en Escocia sino también en Inglaterra, Gales e Irlanda del Norte. Para dar la vuelta a las políticas de recortes y privatizaciones es vital la solidaridad de clase de los sindicalistas a través de una campaña de masas coordinada en toda Gran Bretaña. Y también lo es la demanda de la construcción de un nuevo partido de masas de la clase trabajadora que represente los intereses de la mayoría trabajadora.
La idea que muchos en la izquierda plantean, incluyendo Tommy Sheridan, es que es posible hacer una transición a una forma de capitalismo socialmente más justa. Esto se resume en el documento “Common Weal (Bien Común) que propone el “modelo nórdico” de Noruega, Dinamarca y Suecia para una Escocia más justa.
Nosotros hemos contestado a este documento explicando que dada la escala de la crisis económica no hay posibilidad de una mejora sostenida y a largo plazo de las condiciones de la clase trabajadora dentro del marco del capitalismo. Necesitamos construir un movimiento de masas de sindicatos y de sectores más amplios de la clase trabajadora para derrotar la agenda de recortes, y esto vinculado con la lucha por derrocar el capitalismo introduciendo políticas socialistas decisivas.
No es posible volver al crecimiento económico sin precedentes de después de la Segunda Guerra Mundial sobre el que se construyó el modelo socialdemócrata nórdico. Hoy, el capitalismo trata de conducirnos a una erradicación de las pasadas conquistas de la clase trabajadora, incluyendo en los países nórdicos.
¿Y ahora qué?
Diez días antes de que comience la votación el resultado del referéndum se encuentra en el filo de la navaja. Una mayoría del “Sí” tendrían efectos sin precedentes en la élite capitalista británica y traería consecuencias trascendentales. Cameron podría verse obligado a dimitir y los tories podrían caer en una crisis, acelerando una posible escisión hacia el Ukip. Como explicó el comentarista político Martin Kettle el lunes 8 de septiembre en el periódico “The Guardian”, “Este fin de semana lo impensable se ha abierto paso a codazos en la agenda política británica. No hay ningún otro asunto ahora en la política británica que importe. Estos puede que no sean los diez días que sacudirán el mundo, como llamó John Reed a la Revolución Rusa. Pero serán los 10 días que podrían cambiar toda nuestra vida, sacudiendo al pueblo y al estado británico hasta sus cimientos.”
Los capitalistas, para evitar lo que sería un desastre para ellos, podrían proponer nuevas concesiones de competencias. El “Proyecto Miedo” (mote de la campaña oficial por el “No”) se intensificará de nuevo hasta el próximo jueves. La reina ha declarado que está “horrorizada” por las encuestas, y “preocupada” sobre su posición constitucional si gana el “Sí”. También podría haber una intervención militar británica en Siria e Irak antes del 18 de septiembre, que podría tener influencia en el voto. Y continuarán las advertencias funestas sobre un colapso financiero y económico.
El Partido Laborista caería en una crisis después de una victoria del “Sí”. Como comentó Paul Mason: “Si la mañana del 19 de septiembre nos levantamos con las noticias de una gran ventaja para la independencia, los niveles de conmoción en los círculos oficiales serán extremos. Pero aún más traumatizados estarían los laboristas. La perspectiva de una mayoría laborista en el gobierno de Westminster después de 2016 sería remota.”
En realidad, si los laboristas adoptaran un programa combativo socialista y ofrecieran una clara alternativa a la austeridad, obtendrían una mayoría en Westminster (incluso sin los parlamentarios escoceses). Lo que está minando las posibilidades de una mayoría laborista en el gobierno es la fidelidad servil de Miliband y Edward Ball (representante sobre Hacienda de los laboristas) a las políticas capitalistas y a los presupuestos de los tories. Por esto los sindicatos deberían liderar la construcción de un nuevo partido de las masas trabajadoras de forma urgente.
El Equipo Escocia
Los líderes del SNP ya se están moviendo para intentar incluir a figuras laboristas como Alistair Darling y Johann Lamont en el llamado Equipo Escocia, al igual que liberal demócratas y tories. Equipo Escocia es el organismo que negociaría con el gobierno británico los términos de la independencia. Esto es parte de un intento del SNP de enfriar las entusiastas expectativas de grandes secciones de la clase trabajadora en Escocia que demandarán un cambio real y fundamental después del referéndum.
Los socialistas y sindicalistas deben oponerse a que se dejen estas negociaciones de vital importancia, sobre asuntos como la moneda y los poderes de una Escocia independiente, a los políticos pro-recortes. Por el contrario, nosotros demandaríamos elecciones democráticas para ese organismo, abierta a todos, incluyendo la presentación en estas elecciones de candidatos sindicalistas y socialistas que llevarían las demandas independientes de la clase trabajadora a estas conversaciones. Entre estas demandas estarían la devolución de 4.000 millones de libras robadas de los servicios públicos escoceses como resultado de las políticas de austeridad de los tories desde 2010.
Sea cual sea el resultado del referéndum, la demanda de que no se recorte ni un penique más de los presupuestos de Westminster muy probablemente crecerá. El voto por el “Sí” podría llegar hasta 2.000.000 de personas que estarían buscando un final a los recortes de servicios y salarios. Aun así está claro que los líderes del SNP están preparándose para seguir recortando en más de 3.000 millones de libras en los próximos dos años. Los sindicatos deberían inmediatamente demandar el final de todos los recortes en Escocia, y vincular esto con una campaña masiva de huelgas generalizadas y coordinadas contra las políticas de austeridad.
Seguir construyendo la alternativa
Hay una necesidad urgente de construir sobre el enorme potencial que hemos visto durante el referéndum entre cientos de miles de personas de la clase trabajadora que están buscando una salida a la austeridad capitalista. Debemos seguir construyendo sobre la respuesta de la clase trabajadora a la campaña Esperanza contra el Miedo y la reemergencia de la figura de Tommy Sheridan para ayudar a proporcionar una voz política más fuerte para el socialismo después del referéndum.
Partido Socialista Escocia ha ayudado a iniciar la conferencia por una coalición escocesa de sindicalista y socialistas el 1 de noviembre en Glasgow. Esta tiene como objetivo unir a todos aquellos que quieran construir una alternativa electoral socialista y de la clase trabajadora contra los recortes.
Después de un voto por la independencia podría haber movimientos para establecer un partido o coalición de izquierda con algunas de las fuerzas pro-independencia. Esta podría iniciarse con algunos de los líderes de la campaña “Radical Independence” (Independencia Radical) y algunos de los académicos alrededor del documento Bien Común. Sin embargo, si se basa en el programa del Bien Común (y su probable falta de orientación de clase) no hay seguridad de que esto sea un paso adelante para resolver la falta de representación política de la clase trabajadora.
Cualquiera que sea el resultado de la votación del próximo jueves, el terreno político habrá cambiado decisivamente en Escocia. La tarea urgente de capitalizar y canalizar el gran odio que se ha hecho evidente en una lucha de masas para terminar con la política de recortes y fortalecer las ideas del socialismo en Escocia necesitará aumentar después del 19 de septiembre.
Partido Socialista Escocia apoya el “Sí” y que la independencia sea usada para:
• Nacionalizar, bajo control y gestión democrática de los trabajadores, las industrias del gas y el petróleo, las energías renovables y los sectores más importantes de la economía escocesa. Esto liberaría miles de millones de libras para invertirse en programas de creación de empleo y la reconstrucción de los servicios públicos.
• Poner el sector financiero bajo propiedad pública y bajo el control democrático de los trabajadores.
• Renacionalizar el abastecimiento de gas y electricidad y el transporte y los sectores privatizados de la economía.
• Aumentar los impuestos a los más ricos y las grandes empresas. Incrementar el salario mínimo y terminar con los ataques contra el estado del bienestar.
• Salarios decentes y fin de los contratos de cero horas.
• No a la OTAN. “Trident” (programa de misiles nucleares británico) y todas las armas de destrucción masiva fuera de Escocia. Inversión en empleos socialmente útiles.
• Abolición de todas las leyes anti-sindicatos
• Los sindicatos deben romper con el laborismo y construir un partido de masas de los trabajadores
• Revertir todos los recortes. El gobierno escocés debe representar a las personas trabajadoras, desempleadas y pobres que defienden los puestos de trabajo, los salarios, los servicios públicos y pensiones y rechazan hacer recortes que les hagan pagar por la crisis.
• Por un plan socialista de producción en una Escocia independiente y socialista como parte de una confederación voluntaria con Inglaterra, Gales e Irlanda como un paso hacia una Europa socialista.
Gran asistencia para escuchar a Tommy Sheridan y los argumentos socialistas por la independencia
La reunión pública en Dundee del 4 de septiembre “Esperanza contra el Miedo – Argumentos Socialistas por la Independencia” estuvo abarrotada por más de 500 personas. La prensa local dijo que la asistencia había sido de más de 800 personas. El lugar de reuniones se cerró 10 minutos antes del comienzo de su comienzo mientras más de 100 personas se quedaron fuera por falta de espacio. Aquí se organizó de forma espontánea una reunión adicional para aquellas personas que no pudieron entrar para escuchar a Tommy Sheridan.
Sinead Daly, miembro de Partido Socialista Escocia, abrió la reunión y explicó que ésa era la reunión número 96 de Esperanza contra el Miedo y que más de 20.000 personas habían ya escuchado al socialista Tommy Sheridan y las razones por las que pide un voto por la independencia en el referéndum. La asistencia masiva a las reuniones en ciudades, pueblos e incluso aldeas en toda Escocia refleja el gran interés por escuchar las razones de la izquierda y de los socialistas para votar por la independencia.
“Hoy necesitamos discutir cómo usaremos los poderes de la independencia para acabar con la pobreza y construir una sociedades para millones de personas, y no para una minoría de millonarios. Queremos ver una Escocia independiente y socialista por el interés de la clase trabajadora”, explicó Sinead.
Jim McFarlane, un miembro prominente del sindicato Unison en Dundee y portavoz de Partido Socialista Escocia dijo:
“Oficialmente, el 26% de los niños en Dundee son pobres. El 18 de septiembre cientos de miles de trabajadores pueden dar su veredicto sobre los años de recortes y de caídas en los niveles de vida.
Voy a votar “Sí” porque soy un sindicalista y socialista. He trabajado para ayuntamientos laboristas y del SNP y en cuanto a recortes ambos son culpables, sin ni siquiera protestar o hacer campaña en contra.
Estamos haciendo una campaña por la propiedad pública de los bancos y las industrias del petróleo y el gas y los sectores más importantes de la economía. La independencia debe usarse para proporcionar un salario decente para todo y suficientes recursos para el estado del bienestar y terminar con los contratos de cero horas.
Necesitamos un nuevo partido de masas de la clase trabajadora con políticas socialistas para proporcionar todo esto en una Escocia independiente. Un movimiento masivo contra los recortes y por una Escocia independiente y socialista, vinculada con las luchas por el socialismo en Inglaterra, Gales e Irlanda es la única salida real de la austeridad salvaje.”
Angela McCormick, miembro de Partido Socialista Escocia, también habló, subrayando el escándalo de los costes de Trident y lo que podría hacerse con este dinero si se invirtiera en la creación de puestos de trabajo y en servicios públicos”.
Cuando Tommy Sheridan se levantó para hablar, fue recibido con un gran aplauso. Sheridan laceró a los políticos de los recortes, desde Thatcher y su “engendro”, David Cameron, hasta Ed Miliband:
“Nunca votamos por Thatcher, nunca votamos por Cameron, pero tuvimos que cargar con ambos gobiernos. Habla con tus compañeros de trabajo que estén indecisos y diles que voten “Sí”. Vuelve a casa, mira a los ojos a tus hijos y diles: ‘Os he salvado de otro gobierno tory para siempre’”.
Después de la independencia “vamos a invertir en las cosas que más le importan a la gente corriente, no en ilegales e inmorales armas de destrucción masiva”. Sheridan también demandó propiedad pública, salarios decentes, el fin de la pobreza en una Escocia independiente y recibió una prolongada ovación de la audiencia.
En esta reunión pública, se vendieron más de 100 copias del periódico “Socialist” y se distribuyeron más de 300 copias del panfleto de 4 páginas de Partido Socialista Escocia sobre el referéndum. Además los asistentes donaron a la campaña cientos de libras.
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