Cual es el origen de Estado Islámico y cómo luchar contra él?
La barbarie de asesinatos arbitrarios no se limitan a los territorios de Irak y Siria actualmente bajo el control del Estado Islámico (EI,ISIL o ISIS). En Arabia Saudita, un país que ampara un gran número de personas que financian a ISIS , ha habido por lo menos 19 decapitaciones públicas desde principios de agosto. Pero como es un aliado del imperialismo norteamericano, la atención que se presta es menor… La hipocresía del imperialismo no conoce límites. Pero las prácticas bárbaras del Estado Islámico engendran preguntas legítimas: ¿de dónde viene este grupo y cómo se puede detener su actividad?.
El monstruo de Frankenstein
El Estado Islámico es sostenido por los jeques de los países del Golfo ricos en petróleo . Al igual que Al Qaeda, ISIS se inscribe en la versión wahabísta del Islam político de la elite gobernante de Arabia Saudita y Qatar, aunque ISIS , como Al Qaeda, ,califica a la familia real saudita de "traidores".
La doctrina conservadora del wahabismo data del siglo 18, cuando la península arábica había perdido gran parte de su importancia económica y estratégica. Más adelante, la Primera Guerra Mundial dio lugar a que la región fuera rediseñada (incluyendo la creación de una frontera artificial entre Irak y Siria por los acuerdos de Sykes-Picot de 1916 firmados entre Gran Bretaña y Francia), pero también dio lugar al retorno del wahabismo en Arabia Saudita, y los británicos vieron allí un aliado.
Después de la Segunda Guerra Mundial, el régimen conservador saudita se convirtió en un importante aliado del imperialismo norteamericano. Este régimen fué autorizado a cometer “ actos bárbaros "que no eran un problema mientras el imperialismo se asegurase el acceso al petróleo.
Los Estados Unidos disponian también de esta forma de fácil acceso a aliados como los muyahidines que luchaban contra la invasión soviética de Afganistán a partir de 1979 El entrenamiento de combatientes pakistaníes que, más tarde, fueron enviados a luchar contra los rusos en Afganistán también ha sido importante. La barbarie y la desesperación creciente relacionada con la pobreza extrema – reforzada por el aumento de la magnitud de las políticas neoliberales después de la caída del estalinismo – formaron la base social que promovió el surgimiento de caudillos rivales. En este ambiente caótico, los talibanes, surgidos de los combatientes mujaidines fueron capaces de hacerse con el poder como un “ factor estabilizador”.
Después de los atentados del 11 de septiembre de 2001, el imperialismo norteamericano se ha vuelto contra su antiguo aliado. Mientras que en _1988 y la famosa película de acción ’Rambo III’ se dedicó a ’luchadores valientes muyahidines’ en 2001, estos combatientes fueron descritos como la cabecilla obrera del ’eje del mal’ ’contra la que Bush y Blair fueron a la guerra.
Las guerras en Afganistán e Irak no han permitido al imperialismo estadounidense acabar con grupos como Al Qaeda . El terreno para la acción y crecimiento de estos grupos sigue siendo fértil : la miseria social persiste y deja más espacio para la intolerancia religiosa y la barbarie. Esta barbarie recibe importante apoyo financiero de los jeques conservadores de los países del Golfo. El resultado es una extraña combinación de prácticas feudales y petrodólares apoyada por una estrategia de propaganda moderna que presta especial atención a las redes sociales para atraer a los combatientes occidentales.
Hasta hace muy poco, el imperialismo norteamericano pero también su aliado turco de la OTAN sostenian por lo menos indirectamente a ISIS , el grupo que ha proclamado el Estado Islámico (EI ). Como parte de la lucha contra el régimen de Assad en Siria, ISIS era después de todo un factor muy útil. Pero ahora que ISIS, debido al descontento suní motivado por la dominación chiíta en Irak después de la guerra, ha conseguido más apoyo y crece hasta amenazar los recursos petroliferos en la región kurda, se ha convertido en una amenaza para los intereses imperialistas. Aún en mayo de 2013 ,el senador conservador John McCain (una especie de Rambo contemporáneo) se fue a Siria, donde se fotografió con los combatientes que luego contribuyeron al desarrollo de ISIS, como el ex jefe de la rama iraquí de Al-Qaeda, al-Baghdadi, quien más tarde se autoproclamó “califa” del Estado Islámico.
Décadas de intervención imperialista y de apoyo a regímenes dictatoriales han fracasado. Estos planes han dado lugar a una pequeña capa de super-ricos, por un lado, y el otro a la creciente miseria para la mayoría de la población ( incluyendo la mayoría de la población saudita, que vive por debajo del umbral de pobreza ). La población es víctima de las divisiones sectarias y de la barbarie. Incluso desde el punto de vista del imperialismo norteamericano, esta estrategia ha dado lugar al desarrollo de monstruos Frankenstein incontrolables. Pero para ser claros: estos monstruos son el obra de las clases dominantes y sus títeres locales, no de la población.
Los bombardeos van a detener a ISIS?
El Estado Islámico ha tenido un rápido crecimiento en el curso del cual no ha dudado en saquear bancos y tomar el control de los recursos petroleros y de gas (que, por cierto, también aumenta el comercio con Siria). El objetivo principal de la ISIS son todos aquellos que no siguen la versión ultraconservadora suní del Islam, es decir, principalmente musulmanes chiitas. Las decapitaciones de los periodistas y la atroz persecución de decenas de miles de yezidís ( una de las religiones más antiguas de Oriente Medio) centraron la atención de todo el mundo en el crecimiento del grupo. Pero la razón principal que hay detrás de la intervención militar es el hecho de que este grupo no se limita a Siria y tiene como objetivo todo Oriente Medio.
Las divisiones sectarias en Irak – de las que los Estados Unidos son en parte responsables con su apoyo al régimen chiíta de Irak – no se han terminado. Este régimen no ha dudado en discriminar y perseguir a los sunitas, quienes tenían una posición privilegiada bajo Saddam Hussein. ISIS está integrado en su mayoría por jóvenes desesperados y radicalizados completamente marginados y que,faltos de perspectivas, desahogan su ira causada por la persecución de los sunitas integrandose en ISIS , lo que les conduce a una revuelta reaccionaria.
Sin perspectivas de futuro, la puerta está abierta a expresiones reaccionarias de desesperación financieramente apoyadas en el marco de un largo conflicto sectario regional. Las bombas no van a solucionar nada al respecto, salvo causar más estragos. El apoyo militar directo al régimen chiíta iraquí no hará sino aumentar las divisiones sectarias, incluso puede ayudar a consolidar la posición de ISIS cuando sus predecesores de Al-Qaeda en Irak habían perdido apoyo debido a su comportamiento violento hacia la población local.
Incluso si los ataques aéreos consiguen a ISIS , que vensdrá a continuación, para llenar el vacío? ¿Cuáles son las consecuencias para la región? Un estado kurdo en el que la población haya dejado de lado a los líderes mafiosos iraquíes? Un fortalecimiento de Irán? Entonces, ¿cómo se organizarán los sunitas iraquíes?
Con la presencia de grupos fundamentalistas en el norte de Nigeria y Pakistán pasando por Malí, Libia, Somalia y Yemen, mantener la situación bajo control comienza a ser muy complicado para el imperialismo norteamericano y la Coalition of the Willing. ¿Qué pasará si ISIS o una organización similar tiene mañana acceso a las armas nucleares de Pakistán? Los bombardeos no resolverán nada, del mismo modo que la intervención en Afganistán en 2001 o e Irak en 2003 no trajo estabilidad.
¿Qué tiene que suceder entonces?
La ola revolucionaria de 2011 en Oriente Medio y Norte de África no fue sólo el comienzo de una nueva era de la protesta de los trabajadores, sino que también mostró el fracaso de la estrategia de Al Qaeda & Co.No fue el terror de masas sino con la lucha colectiva de masas la que condujo a la caída de los dictadores y a las discusiones sobre lo que debe ocurrir a continuación para sacar a la gente de la pobreza.
Los acontecimientos en Túnez y Egipto tiuvieron importantes repercusiones regionales y un efecto unificador. Estos levantamientos revolucionarios no han llevado a su conclusión lógica, es decir, una ruptura anticapitalista, y el proceso revolucionario se ha estancado para dejar las manos libres a otras fuerzas, como los salafistas o los militares . El impasse se acentuó aún más con la intervención imperialista directa e indirecta en Libia y Siria.
La cuestión clave es la construcción de un movimiento unificado de los trabajadores para luchar contra la élite local e internacional. En Irak, las acciones comunes de chiítas y sunitas en 2004 contra la ocupación norteamericana (más de 200.000 personas se habían manifestado juntas) muestra que no se trata de una fantasía. Si las masas de los trabajadores de los diferentes grupos étnicos y religiosos son incapaces de organizar y dirigir la lucha juntos, entonces la violencia imperialista y sectaria amenaza con continuar.
La construcción ,desde la base, de organizaciones democráticas y no sectarias es esencial para organizar la defensa de todas las comunidades y para levantar un programa anticapitalista para salir del derramamiento de sangre, la represión y la pobreza . Dicho programa debe ser dirigido contra los intereses y la codicia de los dirigentes políticos y militares pro-capitalistas que quieren aumentar su influencia en Irak . Este programa anticapitalista debe abogar por su expulsión del poder y reemplazarlos con los representantes del movimiento de los trabajadores elegidos democráticamente y la defensa de una solución socialista al servicio de los intereses de todos los trabajadores y los pobres.
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