Es vital la intervención de la clase trabajadora para luchar por políticas socialistas
En nuestra última entrevista nos hablaste de la campaña del miedo con la que el sistema está intentando que la gente no vote a Syriza. ¿Cómo se ha desarrollado?
El circo de la clase dirigente y sus representantes políticos se ha desmoronado. Comenzaron una gran campaña de miedo pero estaba claro que no tendría ningún efecto significativo y que Syriza sería el siguiente gobierno. La pregunta ahora es, ¿será un gobierno en minoría o con mayoría absoluta? Aunque la clase dirigente todavía intentar mantener esta campaña de miedo, es muy débil e inefectiva. Ahora han vuelto su atención a la “domesticación” de Syriza, para asegurar que gobierne dentro de los límites impuestos.
¿Actualmente cuál parece el resultado más probable de estas elecciones?
Es general e internacionalmente aceptado que Syriza ganará. En la última semana hubo un pequeño incremento de Syriza en las encuestas de opinión, de alrededor de 1%. En realidad esto es una estabilización del liderazgo de Syriza. Incluyendo la abstención, el apoyo a Syriza está alrededor del 25-27%, y descontando esta se alza hasta el 30-33%, que está cerca, pero no es suficiente, para un gobierno con mayoría absoluta.
¿Cuáles son las alternativas a un gobierno en mayoría de Syriza?
El liderazgo de Syriza ve al partido de los “Griegos Independientes” como su socio de gobierno más viable. Este es escisión “patriótica” y populista de Nueva Democracia (el mayor partido capitalista de derechas). Este partido se opuso al memorándum y a la troika desde el principio.
La mayoría de la izquierda no quiere cooperar con Syriza. El Partido Comunista (KKE) rechaza incluso la posibilidad de votar en el parlamento a favor de un gobierno de Syriza debido a su desastrosa posición sectaria.
Si los “Independientes Griegos” tampoco tienen suficientes escaños, Syriza se vería forzada a colaborar con partidos que son considerados “partidos de la troika” (aquellos que han aceptado e implementado o apoyado en general las políticas de austeridad infligidas a Grecia por el Fondo Monetario Internacional, la Unión Europea y el Banco Central Europeo, como “To Potami” (“El Río”) o el nuevo partido del anterior primer ministro George Papandréu, “Movimiento Socialdemócrata”.
¿Cuál es la respuesta de la clase dirigente a la posibilidad cada vez más cercana de una victoria de Syriza?
Ahora se están concentrando en asegurarse de que un gobierno de Syriza sea tan estable y tan efectivo para ellos como sea posible. Una gran proporción de los portavoces capitalistas en Grecia e internacionalmente dicen que “es tiempo de negociar” y que “debemos ser flexibles”, etc. Esto es un intento de incorporar a Syriza dentro del sistema y ponerle freno a los peligros que Syriza podría representar para sus intereses en cuanto a la liberación de poderosos movimientos de masas y políticas que vayan contra las medidas de austeridad.
Pero es importante saber que esto no es uniforme. Por ejemplo, la clase dirigente alemana y los países de su entorno todavía tienen una posición muy dura contra cualquier negociación seria. Sin duda, estarán dispuestos a hacer algunas concesiones en negociaciones con un gobierno de Syriza, pero de un carácter muy limitado.
¿Cómo está respondiendo Syriza a esta presión?
El liderazgo está contestando justo como le gustaría a la clase dirigente. Todo su programa se ha quedado completamente desdibujado, e incluso algunas de las reformas que habían sido consideradas muy básicas están ahora en cuestión.
Por ejemplo, al líder de Syriza, Tsipras, le preguntaron recientemente en una entrevista sobre la gran lucha de la gente de Hakidiki contra las minas de oro. No contestó con una posición clara pero dijo que “se cumplirá la ley” y “se estudiarán detenidamente los contratos”. ¿Qué significa esto?
En cuanto al salario mínimo, que ha sido uno de los puntos más importantes en el programa de Syriza, ahora no está claro cuando se va a conseguir y se está hablando de una implementación gradual. Sobre las privatizaciones y los despidos de miles de trabajadores del sector público dicen que “estudiaremos su legalidad”.
Debido a esto, hay muy poco entusiasmo real hacia Syriza en la sociedad griega. Pero también está el sentimiento de que no hay otra opción, tenemos que votar por Syriza y darle un gobierno en mayoría si es posible. También de que si solamente hicieran una décima parte de lo prometido, las cosas serían mejor que hoy.
¿Cómo ha participado Xekinima en las elecciones y por qué?
Apoyamos el voto a Syriza y hemos lanzado una gran campaña. Producimos una tirada de 150.000 boletines y una edición especial de nuestro periódico que se agotaron rápidamente, lo que es impresionante considerando que la campaña electoral es de solamente 11 días.
Como parte de la “Iniciativa de los 1000” (una coalición de grupos de izquierda unidos alrededor de un programa anticapitalista radical), hemos discutido con Syriza la posibilidad de presentar candidatos a su lista. Desafortunadamente, no lo hemos conseguido. La dirección de Syriza quería una alianza con otras fuerzas de izquierda, pero de un carácter meramente simbólico, en el cual estas fuerzas no tendrían ninguna posibilidad real de ser electos. Nos descartaron para presentar candidatos en zonas en las que podríamos tener una campaña muy fuerte y efectiva. Nosotros dijimos que si va a haber colaboración con otras fuerzas de la izquierda, Syriza tiene que dar a estas fuerzas el potencial de obtener un buen resultado, ya que no tiene sentido retirarles de sus plazas fuertes y dejarles participar solamente donde tienen pocas o ninguna posibilidad de ser elegidos. Además, había un tiempo muy limitado para hacer campaña. En base a esto tanto Xekinima como otros compañeros en la “Iniciativa de los 1000” decidió que no nos presentaríamos.
La actitud de la dirección de Syriza es indicativa de una tendencia más amplia. Por ejemplo, 50 personas que no son miembros de Syriza han sido incluidos en la lista. De estos, solamente uno está a la izquierda de Syriza. Quieren un grupo parlamentario que pueda ser controlado fácilmente por el ala derecha del partido.
La razón principal para apoyar a Syriza, a pesar de estas limitaciones, es que su victoria tendría un efecto liberador en la clase trabajadora, los movimientos sociales y la sociedad en general. La clase trabajadora tiene la esperanza de que con un gobierno de Syriza los ataques que sufren se pararán y que, al menos, hasta cierto punto serán revertidos, y que algunas de las demandas del movimiento de masas serán satisfechas. Así que, a pesar de la falta de claridad de parte de la dirección, y su acomodamiento a la clase dirigente, creemos que una victoria de Syriza representará un cambio significativo en el balance de fuerzas de clase en la sociedad. Esta puede tener un efecto catalizador que abra un nuevo periodo en la lucha de la clase trabajadora.
Quizá Syriza no cambie las leyes del mercado de trabajo, que ha sido completamente desregularizado, pero los trabajadores saldrán a demandar su derecho a no ser despedidos, a una jornada de ocho horas, pago por las horas extraordinarias y convenio colectivo. Quizá Tsipras no está preparado para echar a la compañía minera “Eldorado Gold” de Halkidiki pero la gente de Halkidiki no tendrá otra opción que salir a la calle a demandar que la compañía para su trabajo en las minas de oro. Esperamos que esto ocurra a través del movimiento de la clase trabajadora en Grecia. Quizá Tsipras no esté dispuesto a abolir TAIPED, el organismo que está supervisando todas las privatizaciones “express” que se están dando, pero los trabajadores sentirán que ahora se podrán mover a la acción para resistirlas (ya sean estas de compañías de servicios públicos o de playas, montañas y bosques).
No importan los compromisos que la dirección esté dispuesta a hacer, los trabajadores sentirán que no hay mejor ambiente en el que luchar para defender sus derechos y esta es la razón fundamental por la que Syriza debería tener apoyo, aunque condicional y crítico.
Nosotros dejamos claro que no solamente pedimos el voto por Syriza, sino por un programa radical, socialista y revolucionario como el único camino viable para un gobierno de Syriza.
¿Qué piensa Xekinima que debería hacer un gobierno de Syriza al día siguiente de ser elegido?
Por supuesto, debe paralizar inmediatamente el pago de la deuda y romper el memorándum con la troika, lo que es fundamental para cualquier plan contra la miseria del pueblo griego.
Debe cambiar inmediatamente las leyes laborales y para la universidad, para permitir el asilo en los campus, la libertad de expresión y de reunión, etc. También debe subir el salario mínimo al anterior a la entrada de la troika (750 euros al mes). Debe cerrar TAIPED, el organismo que es responsable de la privatización de las obras públicas y las bellezas y recursos naturales del país; congelar y revertir las privatizaciones que se han dado en los últimos años, y parar los proyectos controvertidos que están ahora en construcción, como en Halkidiki.
Esto causaría una reacción del sistema capitalista, tanto nacional como internacionalmente. Y a este solamente se puede enfrentar con éxito implementando medidas decididas anti-capitalistas, nacionalizando los bancos y los pilares de la economía para planificar la economía en base a la necesidad, y no en base a los beneficios empresariales. Esto debe hacerse basándose en el control y la gestión democrática de los trabajadores.
Y debe estar vinculado con las luchas de los trabajadores en el resto de Europa. Estamos seguros de que si Syriza siguiera este programa tendría un gran efecto internacional, sobre todo para los trabajadores del sur de Europa. Esto podría sentar la base para una alternativa socialista internacional a la Unión Europea capitalista y el gobierno de la troika.
En la campaña electoral Syriza habla de los aspectos internacionales de sus políticas y de Podemos (el nuevo partido de izquierda en España), y de otros movimientos internacionales “progresistas”. A pesar de que el programa de Syriza es muy tibio y con muchos compromisos, está teniendo un gran efecto en Europa e internacionalmente. Esto muestra lo que se podría lograr con un programa socialista, más radical. Ahora, las políticas de Syriza son neo-kenesianas y pretenden acabar con las políticas de austeridad dentro del sistema capitalista.
Las condiciones de la crisis capitalista hacen que este programa no sea realmente viable. Solamente un programa que rompa con el sistema capitalista puede ofrecer una solución. Esto solamente se puede lograr con una intervención de las masas de la clase trabajadora, y las masas populares, que puedan, bajo ciertas condiciones, empujar a Syriza más a la izquierda de lo que pretende o imagina su dirección. Por esto seguirá luchando Xekinima después de la elección de un gobierno de Syriza.
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