Crisis y elecciones: ¿A donde vá Brasil?

Nuevamente brasil se ve frente a un escenario explosivo: elecciones generales y agravamiento de la crisis económica. La ultima vez que esto aconteció fue en 1998. En aquel año como consecuencia de la crisis asiática y rusa, la economía brasileña estaba practicamente quebrada. Un acuerdo con el FMI, apoyado por el gobierno de Clinton junto a otros países, garantizo un paquete de ayuda del orden de unos 41 billones de dólares.

La ayuda del FMI evito un colapso económico en medio del proceso electoral y permitió que Fernando Henrique Cardoso (PSDB) conquistase la reelección derrotando una vez mas a Luis Ignacio Lula da Silva del Partido de los Trabajadores (PT).

Algunos dias despues de asumir, Cardoso promueve una sobre-desvalorizacion del Real, liberando el cambio, pero no consigue evitar una recesion profunda en 1999.

Con una desvalorizacion del real frente al dólar y la continuidad de crecimiento norteamericano aumentaron levemente las exportaciones. Pero esto no impidio que el segundo mandato de Cardoso fuese marcado por el estancamiento economico, el aumento del desempleo y por una gran insatisfaccion popular. Hubo un resurgimiento de las luchas sociales y tambien una mayor división entre los partidos burgueses que daban sustento al gobierno. En este contexto, el PT crecio en apoyo popular, como fue demostrado en las elecciones municipales del 2000.

Cuando la situación Argentina se comenzó a agravar en el 2001, el FMI nuevamente ofreció un paquete de ayuda a Brasil de un orden de 15 billones de dólares. "Medida preventiva solamente" dijeron.

Los billones de dólares del FMI, millares de paginas en los periódicos, muchas horas en programas de TV y millares de kilómetros recorridos en viajes internacionales por el equipo económico de Cardoso, no fueron suficiente para probar que la capital de Brasil no era Buenos Aires.

De hecho el nivel de cambio flexible a partir de 1999, la reactivación de las exportaciones (principalmente en el año 2000) y la superioridad industrial brasileña evitaron un estancamiento absoluto como el que Argentina vive desde 1998.

Pero la llamada "Era FHC" llevo a un crecimiento absurdo de la deuda publica (de cerca de 30% a un 60% del PIB), una profunda desnacionalización de la economía y una fuerte dependencia externa. Esta situación ha hecho que el país necesite por año alrededor de unos US$ 50 billones para cumplir sus compromisos externos. Esto equivale a US$ 1 billón por semana.

Con una situación de desacelerización económica internacional, la amenaza de una doble zambullida de la economía de los EUA y el colapso de Argentina, los principales socios comerciales de Brasil, las inversiones internacionales en el país van cayendo y las exportaciones no consiguen avanzar lo suficiente.

Con las mayores tasas reales de intereses del mundo, Brasil viene arrastrando niveles de crecimiento económico bastante bajos. La tasa media de crecimiento en los años de aplicación de las políticas neoliberales, en la década del 90, no paso del 1,7%.

En el momento del anuncio un nuevo paquete de ayuda del FMI en agosto, la situación de la economía brasileña llegaba casi al default. La fuga de capitales, el alza del dólar y el riesgo país batían el récord. Prácticamente se interrumpieron las líneas de crédito al país y la amenaza de una moratoria se torna bastante real.

Pocos días antes del anuncio del acuerdo, el secretario del tesoro Norteamericano Paul O´Neill había declarado que su país no concordaba con una nueva ayuda financiera a brasil, porque no quería que el dinero de los contribuyentes de EUA, fuera a parar a las cuentas de Suiza de la corrupta elite Brasileña!

Pocos días después O´Neill, en visita a Brasil, retrocede y abre condiciones para que se realice uno de los mayores paquetes de ayuda del FMI. La promesa es de US$ 30 billones en total, de los cuales US$ 3 billones serán entregados en septiembre, US$ 3 billones en noviembre y los restantes US$ 24 billones en el 2003 al nuevo gobierno, electo en octubre de este año y deberá asumir estos compromisos.

El cambio de actitud del gobierno Norteamericano refleja la gravedad de las consecuencias de un default brasileño en un escenario internacional marcado por las grandes perdidas de los bancos Norteamericanos, con una moratoria Argentina y con los enormes fraudes financieros de corporaciones Norteamericanas.

El objetivo central del FMI es garantizar la situación de los bancos privados. Los reales beneficiarios del paquete de ayuda del FMI viven en Nueva York y Washington y no en Brasil.

En la practica, el préstamo del FMI permite a los bancos ganar tiempo y obtener mejores condiciones para retirar su dinero del país ante la perspectiva de quiebra financiera de Brasil o de una renegociacion forzada de las deudas, con la de que esta podría terminar siendo resuelta en un gobierno del PT.

Aquello que fue presentado por el equipo económico de Cardoso como una prueba de confianza a Brasil, en la practica es la más clara demostración de pesimismo frente al futuro de la economía Brasileña. El propio magnate de los negocios y gran especulador George Soros ha dicho que el acuerdo con el FMI seria como que "Brasil sangrase antes de la muerte, como Argentina" y llego a proponer una condonación de la deuda Brasileña (Valor Económico, 13/08/02).

La condición central para la asignación del acuerdo con el FMI fue la mantencion de un piso mínimo de 3,75% de superávit primario del país, es decir, la garantía de una cifra en torno a los US$ 22,5 billones exclusivamente destinadas al pago de intereses de la deuda.

A condição central para a assinatura do acordo com o Fundo foi a manutenção de um patamar mínimo de 3,75% de superávit primário do país, ou seja, a garantia de uma fatia de algo em torno de US$ 22,5 bilhões do orçamento exclusivamente para ao pagamento dos juros da dívida.

Pero este piso es considerado por varios economistas como insuficiente para cumplir los compromisos del país en los próximos años. La presión para que brasil eleve la meta de superávit primario no fue puesta ahora por el FMI, porque en medio de la campaña electoral, podría encontrar resistencia de parte de los candidatos, particularmente de Lula y Ciro Gomez.

Sintomáticas en cuanto al pesimismo con relación al futuro de la economía brasileña son las recientes materias del Financial Times y The Economist abiertamente apuntando -luego del paquete de ayuda del FMI- a la posibilidad de colapso de la economía brasileña.

Según un relator del banco HSBC, la mantencion del alza del dólar, la fuga de capitales y la interrupción en las líneas de crédito a brasil, aun después del acuerdo "talvez han sido el más rápido voto de desconfianza en la historia de los paquetes de socorro del FMI".

Aunque los dólares del FMI consigan evitar un colapso antes de las elecciones y en la entrada de un nuevo gobierno, el cuadro que se presenta para el próximo año es de enorme incertidumbre.

QUIEREN AMARRAR A LULA AL ACUERDO CON EL FMI

La actitud inédita de Fernando Henrique Cardoso de recibir en el palacio de Planalto, sede del gobierno federal de brasil, a los cuatro principales candidatos a la presidencia de la república el mismo día refleja el miedo de ver el final de su gobierno transformarse en una repetición de los últimos meses de gobierno Alfonsin -Argentina- en 1989. En aquella ocasión, el presidente argentino tuvo que abandonar el cargo pocos meses antes del termino de su mandato debido al colapso económico del país.

Esta actitud sirve fundamentalmente para amarrar una bola de acero a los pies de los candidatos presidenciales, particularmente a Lula.

Con excepción de Serra del partido de gobierno, todos los demás candidatos recibidos por Cardoso critican la política económica de gobierno, sin embargo se han comprometido a cumplir el acuerdo con el FMI, incluso en lo que se refiere a la meta de superávit primario de las cuentas publicas.

Lula comparo la ida al FMI con la visita al dentista. "Guste o no me guste, mas no tengo otra salida", declaro.

La estrategia central de Lula y de la dirección del PT fue intentar tornar al partido mas digeribles para las clases medias y la elite económica nacional e internacional.

Para esto el partido ha profundizado el proceso de bajar al máximo las demandas de su programa, asumió el compromiso de cumplir los contratos firmados, pagar la deuda puntualmente, no revertir las privatizaciones realizadas y cumplir las condiciones de acuerdo con el FMI garantizando la meta de superávit primario de 3,75%.

Recientemente el PT se retiro formalmente de la organización para un plebiscito popular sobre el Area de Libre Comercio de las Américas (ALCA), que esta siendo organizado por varios movimientos sociales y partidos de Izquierda para la primera semana del mes de septiembre. La razón de la salida del PT es buscar evitar la vinculación de la candidatura de Lula con cualquier acción radical que pueda asustar a los inversores internacionales.

Aunque ahora, los políticos de derecha acusan al PT por su participación en el plebiscito popular del 2000, donde cerca de 6 millones de brasileños votaron favorablemente por la suspensión del pago de la deuda externa e interna.

El PT consiguió atraer para una coalición formal al Partido Liberal (PL) y tiene como candidato a vicepresidente al senador José Alencar, uno de los mayores empresarios brasileños del sector textil. Lula ha defendido que su candidatura junto con Alencar representa un gran pacto social en el país, una alianza de la producción contra la especulación, los trabajadores con los empresarios honestos, nacionalistas y defensores del desarrollo económico.

Lula también ha atraído al sector mas opositor del PMDB que incluye viejos políticos burgueses como el ex gobernador del estado de Sao Paulo Orestes Quercia y al actual gobernador de Minas Gerais Itamar franco (ahora sin partido). Esta en curso también un proceso de aproximación al mismo tiempo con el ex presidente de la república José sarney.

Esta política de alianzas provocó un trauma en la base petista. Amplios sectores de izquierda ligados a la iglesia católica -una base tradicional del PT- repudiaron la coalición con el PL que hoy es utilizado por varios lideres y organizaciones político/religiosas pentecostales de derecha.

En el estado de Alagoas la candidata a gobernadora del PT, senadora Heloísa Helena, renuncio a su candidatura con posibilidades de victoria para no tener que enfrentarse con el PL.

De forma general existe en el sector mas organizado de los trabajadores una desconfianza y confusión ante el giro a la derecha del PT. Un amplio sector aun piensa que para no perder su cuarta elección, Lula debe moderar su conducta y evitar conflictos. Una vez venciendo en las elecciones, el PT tendría entonces condiciones de promover las transformaciones profundas que necesita el país.

Un sector mas critico no concuerda con la actual postura, pero aunque entiende que el voto a Lula y no al PT es la única forma de derrotar a los candidatos de la burguesía. Ese sector se ve reflejado en la postura del Movimiento de los Trabajadores Rurales Sin Tierra o MST.

Los militantes y dirigentes del MST miran críticamente este giro a la derecha del PT, pero al mismo tiempo, declaran oficialmente el apoyo a Lula. La posición oficial de la CUT, la mayor central sindical del país, también es de apoyo al candidato del PT.

A pesar de todo, el pasado de lucha, oposición y combatividad de Lula y del PT aun son una marca del partido para amplios sectores de trabajadores. Lula no esta encabezando las intenciones de voto debido a la moderación de su política actual, pero sí por su historia de combatividad y su pasado de oposición a este gobierno.

Una parte de sectores más organizados, principalmente entre la juventud a su vez comienzan a desilucionarse con el PT. Cayendo en un profundo escepticismo en torno a la lucha política. Otra parte busca otras formas no partidarias de acción y un sector minoritario declara apoyo a candidaturas que se encuentran a la izquierda de Lula. Este es el caso del candidato a presidente por el PSTU, José María de Almeida. En las elecciones de 1998, Zé María obtuvo cerca de 200 mil votos, un 0,3% del total. Esta vez debería estar aumentando un poco ese porcentaje.

A pesar de todo el esfuerzo de moderación por parte de Lula y la dirección del PT, aun difícil para los banqueros, especuladores, la burguesía nacional y extranjera, tragarse un gobierno del PT.

Al mismo tiempo que intentan amarrar a Lula, las elites temen que en un contexto de crisis profunda u ascenso de las luchas, un gobierno del PT podría perder el control sobre su propia base social.

El PT mantiene una amplia base social entre los trabajadores organizados y aun no cambio completamente su carácter de clase en un proceso de aburguesamiento en la misma línea de la social democracia europea, por ejemplo.

La contradicción entre una situación objetiva de crisis y una dirección petista intentando frenar las luchas, llevara a profundizar la reorganización de la izquierda con un sector mucho más amplio de los trabajadores y de la juventud buscando una alternativa de izquierda.

En este contexto la posibilidad de una ruptura del PT por la izquierda y la formación de un nuevo partido mucho mas parecido al viejo PT de sus orígenes estaría dada.

¿QUIÉN PUEDE CONTRA LULA?

En este momento la disputa mas cerrada en la campaña electoral sé esta dando entre los candidatos que postulan una posición "anti-Lula".

A pesar de todo el apoyo de la maquina de gobierno, de los medios y de la elite económica nacional e internacional, José Serra no consigue avanzar en el electorado. Èl carga el peso de un gobierno impopular y que termina de forma deprimente.

Al mismo tiempo la táctica de "terrorismo" electoral tampoco ayuda a Serra. La frase "O Serra o el caos", no ha tenido el mismo efecto que tuvo con Cardoso ante la crisis del 98. La táctica inicial del PSDB de atemorizar al electorado acabo jugando en su contra y afecto a su propio candidato.

La ultima carta de Serra es el horario electoral gratuito en la televisión y la radio. La coalición que apoya a Serra dobla en tiempo a sus principales adversarios.

Si en las próximas semanas, la candidatura de Serra no despega, habrá una tendencia aun más fuerte de orientación de las fuerzas conservadoras en dirección a Ciro Gómez.

Ciro estuvo afiliado al PSDB, ex -gobernador del estado de Caerá al nordeste del país y ocupo la cartera del ministerio de hacienda cuando Cardoso dejo su cargo para correr por la presidencia en 1994, pocos meses después de la implantación del Plan Real.

En el inicio del primer mandato de Cardoso, Ciro rompe con el PSDB e intenta posicionarse como alternativa critica pero confiable a los ojos de las elites, en caso de desgaste del gobierno.

Para esto, se afilio al pequeño PPS, formado por a partir del cambio de nombre del viejo Partido Comunista Brasileño (PCB) completamente desfigurado con el ingreso de una avalancha de políticos carreristas y conservadores.

En 1998, Ciro Gómez obtuvo 11% de los votos en las elecciones presidenciales, llegando en tercer lugar tras Cardoso y de Luía. Desde esa vez él consiguió formar una coalición con el viejo populista Leonel Brizola y su PDT (ex aliado del PT en 1998). Tiene como candidato a vicepresidente a Paulo Pereira presidente de Fuerza Sindical, una central sindical neoliberal y rival de la CUT que es mayoritariamente petista.

Ciro ya consiguió atraer partidos que fueron antigua base de sustentacion de Cardoso, como el PTB y la mayoría del PFL refugio de algunos lideres políticos derechistas y conservadores más importantes del país. Cada día aumenta también el numero de políticos del propio PSDB que abandonan el barco de Serra y pasan a apoyar a Ciro Gómez.

UNICA SALIDA: ROMPER CON EL FMI!

La crisis brasileña no se resolverá con un acuerdo con el FMI. Por el contrario, cuanto más el país insiste en las relaciones con el Fondo, mas se hunde en la arena movediza de la crisis del capitalismo.

En un cuadro de recesión económica internacional, con una economía norteamericana encabezando la crisis, las posibilidades de recuperación efectiva de la economía brasileña son casi nulas.

Solo existe una salida para la crisis desde el punto de vista de la mayoría del pueblo brasileño. Esta salida pasa por romper con el FMI.

La única solución para los trabajadores brasileños esta entre dejar de pagar la deuda porque el país quebró, como sucedió en argentina, o no pagar como respuesta soberana, organizando la resistencia popular y con los trabajadores tomando las riendas del destino del país.

Bloqueando y confiscando el capital especulativo y las remesas de ganancias al exterior, expropiando los bancos, estatizando con control democrático de los trabajadores el sistema financiero y las grandes empresas, y planificando la economía de manera de atender a los intereses de la mayoría del pueblo, seria posible enfrentar a la crisis de frente.

El sentimiento general del electorado es por cambios. Este sentimiento podría ser fortalecido si hubiese una consciencia clara de las tareas que precisan ser cumplidas por la clase trabajadora organizada y sus aliados entre la población oprimida.

La voluntad de cambio podría transformarse en consciencia de la necesidad de un programa antiimperialista y anticapitalista. Esta consciencia podría transformarse en organización, en millones de trabajadores, jóvenes, campesinos, luchando juntos sobre la base de una política de ruptura con el FMI y no de sumisión al capital especulativo internacional.

Esto permitiría no solo ganar las elecciones, sino también construir la base social organizada para las verdaderas transformaciones que son necesarias.

Para evitar la total "Argentinizacion" de la crisis en brasil es preciso argentinizar las luchas y la resistencia obrera y popular. Movilizar las masas, construir Asambleas Populares, movimientos de piqueteros, ocupaciones de fabricas con gestión obrera de la producción, derrumbar presidentes. Estos son los ejemplos de Argentina que debemos reproducir aquí.

Un gobierno del PT que asumiese esta alternativa anticapitalista contaría con el apoyo de los trabajadores latinoamericanos, de todo el movimiento anti-globalizacion y también de los trabajadores norteamericanos que ya están perdiendo con la crisis del capitalismo.

Ciro Gomez, Jose Serra y Garotinho, independiente de lo que dicen o dejan de decir, nacerán y morirán como marionetas de las elites. De Lula podemos por lo menos exigir que adopte una política coherente con la historia del PT y su base social.

Si Lula y la dirección del PT continúan rehusando a asumir este papel, pagaran un alto precio. En un gobierno de Lula, de cualquier forma seria posible construir una base social amplia que defendiese esa alternativa de izquierda, en medio del revés sufrido por las elites con una derrota de sus candidatos.

Por eso, a pesar de todo, es preciso elegir a Lula para derrotar a los candidatos de George Soros y de los especuladores y tiburones capitalistas. Al contrario de lo que dicen algunos sectores más sectarios de izquierda, no es verdad que no existe ninguna diferencia en la victoria de Lula o de otro candidato.

Pero un voto critico a Lula no basta. Es preciso fortalecer un polo de izquierda, dentro y fuera del PT, en los sindicatos y movimientos sociales, que presente un programa socialista como alternativa a la crisis.

Es esto lo que los militantes de Socialismo Revolucionario, tendencia marxista del PT y sección brasileña del CIT/CWI defiende en estas elecciones. En Sao Paulo SR presenta al dirigente de APEOESP (sindicato de los profesores y el mayor de la CUT) Miguel Leme como candidato socialista y diputado estadual con el lema "Nuestro PT es socialista y sin patrones".

Entorno a esta campaña podemos reunir activistas que quieren votar contra los candidatos de la burguesía y rechazan a la vez un giro a la derecha del partido.

En un escenario latinoamericano de profunda crisis y resistencia de las masas, la radicalizacion de la lucha de clases en brasil y el inicio en la construcción de una alternativa de izquierda y socialista podrá intensificar la ofensiva del movimiento de masas en todos los pueblos latinoamericanos. Esto tendría un efecto sobre las luchas de los trabajadores en todo el mundo.

BRASIL : Campeón mundial en desigualdad social.

Además de campeón mundial de fútbol, brasil detenta varios otros títulos no tan deseados. Como la mayor tasa real de intereses del mundo, brasil posee el segundo mayor contingente de desempleados del planeta en números absolutos. Solo pierde frente a India que tiene una población mucho mayor que la brasileña. Existen 54 millones de desempleados o trabajadores sin ningún tipo de asistencia y precarizados en el país. Según datos oficiales, brasil posee 50 millones de indigentes, incapaces de ingerir las 2.300 calorías mínimamente necesarias a diario.

En términos relativos, el porcentaje de desempleados en Brasil salta del 78ª lugar del ranking mundial en 1990 al lugar 23ª en el año 2000.

Brasil es aun el segundo país del mundo en números de homicidios, apenas atrás de Colombia. Todos los años cerca de 44 mil personas son asesinadas. Se trata de una verdadera guerra civil no declarada que afecta fundamentalmente a la población más pobre y más joven._

Miembro de Socialismo Revolucionario, sección Brasileña del Comité por una Internacional de los Trabajadores CIT/CWI, 25/09/02

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