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El I Encuentro Estatal de Libres y Combativas, la plataforma feminista creada por el Sindicato de Estudiantes e Izquierda Revoluionaria, ha sido un rotundo éxito. Desde que hace un año inundamos las aulas de feminismo revolucionario para convocar la huelga del 8M, Libres y Combativas se ha convertido en la herramienta de lucha de cientos de activistas estudiantiles y de mujeres trabajadoras. Todo este empuje y entusiasmo se plasmó en la asistencia a nuestro I Encuentro: más de 220 compañeras, trabajadoras, estudiantes, y representantes de colectivos de mujeres nos reunimos para debatir las ideas del feminismo anticapitalista, de clase e internacionalista. ¡La Casa de Vacas del Retiro en Madrid se nos quedó pequeña!
Desde las 9 de la mañana del sábado 24 de febrero compañeras de Galiza, Asturias, Euskal Herria, Catalunya, País Valencià, Andalucía, Castilla y León, Castilla-La Mancha, Madrid…procedentes de más de 30 localidades diferentes nos acreditamos en una reunión que también contó con la participación de compañeras invitadas de Inglaterra y Gales, Irlanda, Bélgica y Alemania que dieron una dimensión internacional a nuestro Encuentro.
La jornada se dividió en tres paneles de discusión: 1. Feminismo revolucionario y lucha social. 2. Sexualidades, derechos reproductivos y LGTBI+. 3. La lucha internacional contra la violencia machista y la opresión de la mujer trabajadora. Y a lo largo del día tomaron la palabra decenas de compañeras con las que vibramos, lloramos, nos emocionamos y, sobre todo, nos inspiramos.
¡Nuestro feminismo es de clase y revolucionario!
Todo el Encuentro fue electrizante Y si hubo una idea que recorrió todas las intervenciones fue la de que las mujeres estamos oprimidas, pero no todas somos iguales. A nuestra opresión de género sumamos nuestra opresión de clase, y como mujeres de clase trabajadora nada tenemos que ganar con patronas en vez de patrones, por eso nuestra lucha es anticapitalista. Como señaló Bárbara Areal al abrir el primer panel sobre Feminismo revolucionario y lucha social: “Todos nuestros derechos se consiguieron en la lucha, en las manifestaciones y en las huelgas, por eso nuestro feminismo es de combate. Nuestra emancipación como mujeres oprimidas no se conquistará en los parlamentos”.
Y esta idea la dejaron muy clara las representantes de colectivos de mujeres que pudimos escuchar de primera mano: Las compañeras de la PAH, Las Espartanas de CocaCola en lucha, las Kellys, la Plataforma Libres de Essure, las trabajadoras de las casas de niños de Móstoles, la de la red de atención contra la violencia de género de la Comunidad de Madrid, Towanda Rebels, las mujeres del colectivo Velaluz, de la Comunidad Hondureña, la Plataforma Stop vientres de alquiler…
Todas estas mujeres, en primera línea de batalla contra la violencia machista, la explotación laboral y la precariedad, contra los recortes del PP y las políticas de los grandes empresarios y banqueros, nos conmocionaron con su fortaleza moral y su compromiso, pero sobre todo porque nos vimos reflejadas las unas en la lucha de las otras. Su testimonio fue una confirmación de la brutal opresión que sufrimos las mujeres en el sistema capitalista, y como nuestra liberación es parte de un combate mucho más amplio por transformar la sociedad. Como dijo la compañera Gema Martín de las Espartanas de Coca Cola en lucha en su saludo a nuestro Encuentro: “Las mujeres no somos conscientes de nuestra talla hasta que nos ponemos en pie”.
En este primer debate abordamos también nuestra memoria histórica: somos herederas de una larga tradición de combate protagonizada por mujeres anónimas, como las trabajadoras que se levantaron en los años 30 para protagonizar la revolución y responder con las armas en la mano al fascismo. Después, sufrimos la dictadura que aplastó todos nuestros derechos. “La represión en el franquismo no era solamente física sino que se colaba por todos los poros de la sociedad: a través del poder del Estado, de la legislación, de la iglesia, del modelo de familia…” explicó la compañera Coral Latorre de Barcelona.
En este espacio no podía faltar una denuncia abierta del papel que la Iglesia Católica juega en perpetuar nuestra opresión. La misma Iglesia que apoyó a la dictadura, que sigue disfrutando de un control omnipresente sobre la educación (el 90% de la enseñanza privada concertada es suya) donde mantiene un púlpito privilegiado para esparcir todo su discurso machista, homófono y sexista. Como explicó Miriam Municio: “La jerarquía de la Iglesia es una máquina de terror, involucrada hasta el cuello en abusos sexuales a menores y en el cruel robo de bebés. Todo ello en connivencia impune con el aparato del Estado”
Y no sólo la iglesia quiere controlar nuestra sexualidad, el sistema saca enormes beneficios con nuestro cuerpo, como explicaron las compañeras en lucha contra el anticonceptivo ESSURE. Su testimonio fue especialmente desgarrador. Son mujeres que decidieron no volver a ser madres y han sufrido mutilaciones genitales, perdido las trompas de Falopio o incluso el útero después de vivir un calvario de efectos secundarios. Todo por haber sido engañadas y haber utilizado un anticonceptivo absolutamente inseguro implantado en sus cuerpos por la farmacéutica Bayer para engordar sus beneficios en connivencia con la Seguridad Social. Lo que exigen es justicia y reparación y “elegir ser madres o no sin que nadie se lucre a costa de nuestra sexualidad”.
También hay que destacar la intervención de Hannah Sell, dirigente del Socialist Party organización hermana en Inglaterra y Gales de Izquierda Revolucionaria. En un discurso muy potente denunció la política misógina de Trump, y el carácter de la actual rebelión que millones de mujeres están protagonizando en EEUU y en todo el mundo, como parte de una lucha global contra el capitalismo depredador y su violencia machista institucionalizada.
Nadie debe decidir sobre nuestro cuerpo
Bajo el sistema capitalista nuestro cuerpo es una mercancía más: horrores sin fin como la prostitución, la pornografía y la compra de bebés a través de los vientres de alquiler son la consecuencia directa. Nuestra postura es clara: ¡nuestro cuerpo, nuestra decisión! La explotación de la mujer a través de la prostitución, la pornografía o los vientres de alquiler jamás puede ser regulada, sólo abolida. Este fue el tema a debate en nuestro segundo panel: sexualidades, derechos reproductivos y LGTBI+, introducido por la compañera Mónica Iglesias de Asturias.
El cuerpo de la mujer es mutilado y explotado a placer por el sistema capitalista: en las guerras imperialistas, en las esterilizaciones forzosas de las comunidades indígenas, en la matanza actual de miles de mujeres en Latinoamérica y en todo el mundo por una violencia machista institucionalizada y sistémica. Y cuando queremos defender nuestros derechos reproductivos, chocamos con la legislación capitalista y la presión que ejerce la reacción en todas sus formas, empezando por la Iglesia.
La compañera irlandesa de ROSA ((Reproductive rights, against Oppression, Sexism and Austerity) nos explicó la maravillosa lucha que están librando las mujeres contra el artículo 8 de la Constitución que les impide abortar, con grandísimas movilizaciones en las calles que han provocado una auténtica convulsión social. Pero además, las compañeras de ROSA han impulsado la desobediencia organizada, consiguiendo y distribuyendo píldoras abortivas seguras ente las mujeres que las necesitaban. La situación actual es que el movimiento ha obligado al Gobierno conservador irlandés a celebrar un referéndum sobre el derecho al aborto y seguramente estemos en la antesala de una gran victoria del movimiento feminista revolucionario.
También hubo intervenciones dedicadas a la lucha LGTBI+ defendimos alto y claro que ¡Queremos ser lo que somos! Para que la lucha LGTBI+ no sea asimilada por el sistema a través de “Orgullos Gay” convertidos en macro fiestas lucrativas para los empresarios, defendemos el carácter revolucionario de una sexualidad libre y exigimos ser escuchadas y escuchados para hacer valer nuestros derechos. Y este 8 de marzo las reivindicaciones del colectivo van a estar presentes en toda la jornada de huelga feminista que ya está convocada en más de 150 países.
¡El feminismo de clase y revolucionario es internacionalista!
El tercer panel comenzó después de la comida. Parecía que era imposible mejorar lo que habíamos vivido con los dos primeros debates, pero la dimensión internacional de la lucha de las mujeres amplió aún más la perspectiva de la discusión. La introducción corrió a cargo Ana García, secretaria general del Sindicato de Estudiantes. Después de ella subieron al escenario compañeras e invitadas de Honduras, Bélgica, Alemania e Inglaterra y Gales para explicar la movilización que recorre el globo.
Gema Martínez de la Comunidad Hondureña en Madrid, abría su intervención explicando que “la violencia contra la mujer es epidémica” en Honduras: una mujer asesinada cada siete horas, una mujer desaparecida al día o una mujer violada cada media hora, dando una medida de la situación de las mujeres pobres en América Latina. Pero como informaba la compañera de Alemania, en el otro polo del mundo, en un país capitalista avanzado donde la clase obrera fruto de la lucha ha alcanzado mayor “Estado del Bienestar”, la mujer trabajadora también está muy lejos de la igualdad, y están estallando luchas contra la precariedad y los bajos salarios en las que somos las protagonistas.
Un espacio importante en este panel lo ocupó la denuncia de la triple opresión de las mujeres migrantes y sus hijas e hijos: oprimidas por ser mujeres, trabajadoras y extranjeras. Las compañeras Oumaima y Omama de Barecelona hicieron una representación brillante del día a día de las mujeres de origen musulmán en el Estado español. De cómo el sistema intenta levantar prejuicios por razón de lugar de nacimiento y raza para dividirnos. Pero nosotras luchamos contra ellos, contra esa falsa “liberación” que obliga a estas mujeres a quitarse el hiyab. Como señalaron las compañeras: “Quién realmente nos oprime son las personas que nos discriminan. Pedir a una mujer musulmana que se quite el hiyab para no sufrir machismo es como pedirle a una mujer negra que se pinte de blanco para no sufrir racismo o a cualquier mujer que no vuelva sola de madrugada para que no la violen.” Nosotras luchamos para que cualquier mujer pueda decidir lo que se pone o se quita ¡sin sufrir por ello!
El ritmo de las intervenciones fue tremendo, pero cuando tomó la palabra la compañera Susana Guerrero todas las asistentes quedamos conmovidas e indignadas. Víctima de la violencia pedófila y de una justicia burguesa que en lugar de encarcelar a los maltratadores los hace impunes, el testimonio de Susana nos encogió el corazón, pero nos inspiró como ninguno, trasladándonos toda su fuerza y determinación para derrotar la injusticia de la que es víctima: “Durante años se ha dado y se está dando cobertura y protección a un depredador sexual, que abusó de mí durante años en mi infancia hasta dejarme embarazada siendo aún menor. Ahora soy yo a quien fiscalía sienta en un banquillo el 1 de Marzo, mientras el agresor campa a sus anchas.” Toda la sala puesta en pie gritó alto y claro: “Nosotras si te creemos”.
La rebelión social que estamos protagonizando las jóvenes y trabajadoras amenaza todas las esferas de poder. Por eso Susana Guerrero, Juana Rivas, la victima de la violación de La Manada, y tantas otras mujeres que el sistema pretende convertir en culpables, juzgadas y criminalizadas en los tribunales y los medios de comunicación, son para nosotras un ejemplo del feminismo que queremos: no un feminismo de salón, de pose, de postal y postureo, sino el feminismo que nos puede liberar como mujer trabajadora pobre, oprimida y sometida por el machismo patriarcal del sistema capitalista. En palabras de las compañeras de Velaluz: “Hoy volcaban todo su apoyo a Susana Guerrero y Nayara en el encuentro feminista 24F de Libres y Combativas en Madrid. En el acto se reflejó que un nuevo cambio está surgiendo, con un campo de visión mucho más amplio, sano, real y en donde lo que verdaderamente interesa son los derechos”.
Este Encuentro ha mostrado la vitalidad y la fuerza de Libres y Combativas, y amplifica toda nuestra intervención de cara a la huelga feminista del próximo 8 de marzo. Una huelga contra la violencia sistémica e institucional contra las mujeres, contra la desigualdad salarial, por nuestros derechos reproductivos, contra la propaganda sexista y homófoba de la Iglesia Católica, contra la cosificación de la mujer, contra la prostitución y la esclavitud de nuestro cuerpo, contra el negocio de los vientres de alquiler, contra la justicia machista y patriarcal…
Una huelga en la que seremos millones de mujeres en pie de guerra contra el sistema, contra la derecha y sus aliados, contra los que recortan nuestros derechos sociales y democráticos, contra los parásitos y las parásitas que nos explotan cada día. Y en esta gran movilización damos la bienvenida a nuestros compañeros de los centros de estudio y trabajo que se quieran sumar para estar junto a nosotras y hacer más fuerte nuestro movimiento, precisamente porque no queremos que hagan de esquiroles en la huelga sino que tomen plena conciencia de que esta es también su batalla, de toda la clase trabajadora, de toda la juventud, de todos los oprimidos.
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