En su encuentro de enero, el Comité Político Nacional del DSA discutió las propuestas de “Refoundation”, corriente política surgida en el DSA, que habían sido perfiladas en su documento “Hacia una Estrategia Independiente Socialista para el Trabajo Electoral del DSA”. El Movimiento “People’s Party” (El Partido del Pueblo) apoyó públicamente estas propuestas e hizo un llamamiento a Socialist Alternative (SA) para que se uniera. Este artículo es nuestra respuesta a dicho llamamiento.En su encuentro de enero, el Comité Político Nacional del DSA discutió las propuestas de “Refoundation”, corriente política surgida en el DSA, que habían sido perfiladas en su documento “Hacia una Estrategia Independiente Socialista para el Trabajo Electoral del DSA”. El Movimiento “People’s Party” (El Partido del Pueblo) apoyó públicamente estas propuestas e hizo un llamamiento a Socialist Alternative (SA) para que se uniera. Este artículo es nuestra respuesta a dicho llamamiento.
Desde el éxito de la huelga de profesores de West Virginia hasta los cientos de miles de jóvenes que se manifestaron en contra de la violencia armamentística, los movimientos sociales están volviendo a emerger después de un paréntesis en la lucha. Inspirados en la campaña de Bernie Sanders en 2016 y poniendo en entredicho a un sistema capitalista que no ofrece ningún tipo de seguridad de cara al futuro, millones de jóvenes están volviendo a interesarse por las ideas socialistas. Y lo que es quizás más importante, miles de ellos se han unido a una organización socialista. Las elecciones de 2018 son una oportunidad para dar una expresión política a los movimientos sociales y a las ideas socialistas, exponer la naturaleza capitalista de la dirección del Partido Demócrata y construir la izquierda.
Mientras Socialist Alternative y otros grupos de izquierda han crecido desde la elección de Trump, el mayor aumento en la afiliación ha tenido lugar en el DSA, que cuenta ahora con más de 35.000 militantes a nivel nacional. Según se acercan las elecciones de mitad de mandato, crece el entusiasmo porque salgan elegidos más cargos socialistas y, por supuesto, cada vez hay una mayor apertura hacia ideas anticapitalistas. ¿Pero qué clase de campañas electorales tendrán lugar en esta nueva oportunidad política, con qué programa político y a través de qué partido político? Hoy en día, la idea dominante en el DSA es pragmática – si queremos que salgan elegidos más cargos socialistas, la manera más sencilla es que se presenten como Demócratas.
Este planteamiento resulta atractivo para muchos activistas. Si tu objetivo es simplemente salir elegido, los obstáculos que se presentan a terceros partidos o independientes pueden resultar desalentadores. Pero ser elegido no debería verse como un fin en sí mismo, y las elecciones deben ponerse en el contexto de la gran pregunta que afecta a la clase trabajadora: cómo podemos ganar un cambio socialista amplio. A lo largo de la historia, una vez elegidos, los socialistas se han encontrado con enormes obstáculos, con todo el sistema político trabajando en bloquear sus iniciativas, en marginarles y obligarles a aceptar el status quo. El poder tiene muchas formas de presionar a políticos de todo tipo, incluso socialistas. La cuestión fundamental es: ¿Cómo utilizamos los socialistas las campañas electorales como una parte de la lucha por el cambio?
Las lecciones de Seattle y Minneapolis
En 2013 fui elegida en Seattle, y reelegida en 2015, ambas veces con “Socialist Alternative” junto a mi nombre en la papeleta de votación Con un único voto socialista en el Ayuntamiento, hemos sido capaces de dictar la agenda en muchos temas: encabezando la aprobación del salario mínimo de 15 dólares (el primero en una gran ciudad), gravando con impuestos a los ricos para construir casas asequibles, y varias victorias a favor de los derechos de los inquilinos. Muchos de los éxitos en Seattle ayudaron a dar confianza a los movimientos populares a lo largo del país, particularmente respecto al salario mínimo de 15 dólares la hora. Desde el principio, nos dijeron que no debíamos presentarnos de forma independiente y que debíamos rebajar nuestras ideas socialistas. Pero nosotros no alcanzamos victorias para la clase trabajadora construyendo coaliciones electorales con los Demócratas pro-sistema, a través de negociaciones pragmáticas con otros miembros del Ayuntamiento o comprometiendo nuestros principios.
Por el contrario, basamos nuestras campañas electorales y nuestro acercamiento al ayuntamiento en la lucha de clases. Elegimos como candidato a alguien que es miembro de un partido comprometido en utilizar las elecciones y a los miembros electos como una plataforma para construir movimientos de masas, para arrancar concesiones a un poder político especialmente hostil y para avanzar con audacia hacia un programa socialista. Como he dicho en innumerables ocasiones: “Lo que se pueda ganar en el ayuntamiento depende de la fuerza de los movimientos en las calles”.
Socialist Alternative también jugó un papel importante en la victoria del salario mínimo de $15 en Minneapolis aunque nunca hayamos tenido cargos en la ciudad. Desde que el candidato de SA Ty Moore defendía, en su campaña por la alcaldía en 2013 que se perdió por poco margen, el salario mínimo de 15$, hemos mantenido una lucha de tres años con dicha reivindicación construyendo movimientos de masas, lo que finalmente se tradujo en que Minneapolis fuera la primera ciudad del medio-oeste del país en aprobar los $15 la hora. A partir de esta victoria, la compañera de SA Ginger Jentzen llevó a cabo el año pasado una intensa campaña para ganar la alcaldía de Minneapolis. Aunque Ginger fue derrotada por la mínima, la construcción del movimiento durante la campaña fue un gran éxito. Antes de las elecciones, el control sobre la renta, las viviendas asequibles o el control corporativo de las políticas de la ciudad eran tan sólo asuntos secundarios, pero nuestra campaña los colocó en el centro de la discusión política y construyó movimientos por una vivienda digna mientras construíamos de forma consciente el movimiento socialista y adquiríamos una experiencia muy importante. El DSA está en buena posición para poner en marcha durante este año, por lo menos, de 5 a 10 campañas como ésta a lo largo del país, con el objetivo no sólo de ganar votos sino de extender las ideas socialistas y construir el movimiento. Podría ser un paso para presentar candidatos fuertes tanto independientes como socialistas en la mayoría de las ciudades más importantes durante el próximo año y en 2020.
DSA, los Demócratas y la independencia política
El DSA es ahora una organización fuerte que está debatiendo ideas y tácticas. Cuenta con diferentes grupos y tendencias. Políticamente, es muy significativa la aparición del comité “DSA Refoundation”, lo que celebramos desde SA aunque no coincidamos políticamente en todas las cuestiones. “Refoundation” pelea porque el DSA adopte un programa más radical y presente más candidatos independientes que contribuyan a construir movimientos de la clase trabajadora. Ésta es la razón por la que apoyamos muchas de las propuestas de “Refoundation” que puedan ayudar a poner las bases para un nuevo partido revolucionario de la izquierda.
“Refoundation” tiene el potencial para conseguir un apoyo más amplio para DSA porque los miles de nuevos activistas del partido que están llenando de vida todas sus secciones no están atados a las políticas del DSA del pasado. Mientras el partido siempre ha sido una organización completamente reformista dominada por líderes sindicales que siempre han apoyado a los Demócratas más conservadores, esta forma de actuar es ampliamente rechazada por sus nuevos miembros. Muchos de los nuevos activistas están luchando por posiciones más socialistas y combativas.
Construir un movimiento socialista efectivo que pueda ayudar a alcanzar victorias para la clase trabajadora requerirá un análisis claro del Partido Demócrata y qué es necesario para que los cargos electos resistan las presiones. El Partido Demócrata está controlado por los intereses empresariales más poderosos del mundo. Los líderes Demócratas preferirán la estabilidad del sistema que arriesgarse a perder el control de la lucha social ayudando a construir una resistencia de masas al régimen podrido de Trump. La dirección del Partido Demócrata sin embargo llama a los activistas a “esperar hasta noviembre” y poner todo nuestros esfuerzos en que salgan elegidos. Nosotros rechazamos esta postura. La acción de masas, desde las manifestaciones, a la desobediencia civil y las huelgas, es el mejor terreno para que la clase trabajadora, los oprimidos y la juventud ganen las batallas que nos lleven a alcanzar un cambio social real. Nuestra estrategia electoral debe estar unida a la construcción de movimientos sociales más que ignorarlos o ser un obstáculo para ellos.
La dirección del Partido Demócrata (incluso su ala izquierda) no ha llamado a ninguna movilización en un momento en el que millones de personas están dispuestas a organizarse y llevar a cabo acciones contra Trump. Aun así, millones de trabajadores progresistas y jóvenes han votado a los Demócratas, y Bernie Sanders ha atraído a nuevas fuerzas y generado debates en el ala izquierda del partido, que antes estaba en descomposición.
Muchos en el DSA piensan que presentarse en las listas del Partido Demócrata no es incompatible con llevar a cabo una campaña audaz o utilizar a los cargos electos para obtener victorias reales para la clase trabajadora. Pero la cuestión del partido no se puede separar tan fácilmente de la cuestión de las políticas socialistas y las estrategias de lucha. Tanto ganar respaldo en el Partido Demócrata como mantener contactos, incluso con el ala izquierda, crea una enorme presión por adaptarte a una estrategia política favorable a las empresas. Asegurarse el respaldo de los Demócratas significa limitar tu programa político y hacerlo compatible con el sistema. Después de las elecciones, las reivindicaciones de los líderes del Partido Demócrata tan sólo consisten en tratar de contentar a todo el mundo para mantener el apoyo del partido. Resistir estas presiones supone construir una fuerza alternativa de poder, así como una organización con estructuras democráticas que den apoyo a sus representantes. Sin esto, incluso aquellos cargos electos que se declaren socialistas difícilmente serán eficaces en su lucha por la clase trabajadora. No es casualidad que entre aquellos cargos electos en EEUU que se han declarado socialistas en público o en privado, ninguno, en la historia reciente, haya llevado la lucha de clases hacia la victoria de ninguna forma comparable a la de Socialist Alternative en Seattle.
Los socialistas deben ganarse a aquellos que buscan de forma honesta transformar el Partido Demócrata, pero también deben advertir de su naturaleza pro-capitalista y del papel político que juega de cara a la clase billonaria. Este año, la gente quiere asestar un golpe político a Trump y a los republicanos en las elecciones de mitad de mandato. Aunque los socialistas entendemos este sentimiento, nuestro deber es proponer una alternativa audaz a las políticas de la clase dominante con campañas socialistas independientes que sean viables. Esto debe ir unido a hacer un llamamiento a construir un nuevo partido de masas para la clase trabajadora que pueda ser decisivo para derrotar los planes de la derecha. No debemos olvidar que en los comienzos del gobierno de Obama, los Demócratas controlaban el Congreso, pero al final, su gobierno a favor de las grandes empresas, llevó a la desilusión a la mayoría de sus nuevos votantes. Sin una alternativa amplia de izquierdas y con Sanders negándose a presentarse de forma independiente, Trump fue capaz de explotar parcialmente esta hostilidad hacia los Republicanos y los Demócratas.
Aunque es cierto que miles de activistas están tratando de transformar el Partido Demócrata en un partido realmente de izquierdas, también está creciendo un sentimiento sobre la necesidad de un partido político independiente. Las conclusiones las podemos extraer directamente del Partido Demócrata Por ejemplo, el candidato Gayle McLaugihng, de Richmond Progressive Alliance (RPA), que se presenta para Gobernador de California, está llevando a cabo una campaña de izquierdas a la que se ha unido Socialist Alternative y estamos entusiasmados ante su objetivo de convertir RPA en una organización a nivel estatal.
En los próximos meses y años surgirán muchos debates dentro y alrededor de DSA en la medida en que los nuevos activistas socialistas traten de incidir en la dirección de la organización. Una parte importante de estos debates será la estrategia electoral, y las elecciones de 2018 son una buena oportunidad para empezar a clarificar estas cuestiones. Aunque la resolución del Comité Político Nacional del DSA en cuanto a la estrategia electoral tiene muchos aspectos positivos, no explica de manera concreta cómo los socialistas pueden tener el mayor impacto posible en las elecciones de 2018 para construir un movimiento que termine con el capitalismo. Es preocupante que centren sus estrategias en la voluntad de conseguir que cientos o miles de candidatos salgan elegidos, sin tener suficientemente claro el programa político que estos cargos tendrán que defender cuando inevitablemente se enfrenten a las enormes presiones a las que estarán sometidos cuando trabajen en instituciones capitalistas.
Cómo pueden ganar los socialistas en 2018
Coincidimos con las conclusiones de “Refoundation” respecto a que es mejor que DSA presente a sus candidatos socialistas independientes en vez de solamente unirse a las iniciativas electorales de activistas de izquierdas. Este año, el DSA debería prepararse urgentemente para presentar candidatos independientes abiertamente socialistas con reivindicaciones claras en favor de los intereses de la clase trabajadora y que conecten con la necesidad de una transformación socialista de la sociedad. Los candidatos deben ser elegidos cuidadosamente con el propósito de llevar a cabo campañas viables que puedan tener un gran impacto político, transformar las discusiones políticas, construir el movimiento y hacer crecer a la izquierda socialista. Esto sería un gran paso adelante en comparación con la presentación de candidatos que no construyan de manera efectiva una alternativa para la clase trabajadora.
El DSA creció drásticamente en 2017 por muchas razones. Los jóvenes que participaron en la campaña de Sanders querían combatir a Trump y a la clase billonaria. El DSA, al contrario que “Our Revolution” (la organización de Sanders), se auto proclama socialista, mantiene reuniones de afiliados, estructuras participativas y su trabajo va más allá de las elecciones. Además el DSA, al contrario que otros grupos socialistas, no pide requisitos a los afiliados, mantiene posiciones políticas no muy definidas en determinados asuntos y requiere un bajo nivel de compromiso a la hora de participar.
Esta forma poco precisa en algunas cuestiones por parte del DSA y su enfoque poco claro de plantearse las elecciones no fueron una barrera para su crecimiento en 2017, pero ahora el DSA se enfrenta a una pregunta: ¿Cuál es el siguiente paso? La mayoría de la clase trabajadora y la juventud más progresista se concentrará en derrotar a los Republicanos en 2018, pero los Demócratas no convertirán sus deseos en hechos debido a su naturaleza pro-capitalista y su deseo de proteger los intereses del sistema. Dando esto por hecho, en distritos cuidadosamente escogidos habrá oportunidades de presentar campañas socialistas que sean viables para dar salida a la rabia acumulada contra la desigualdad y los ataques de la derecha a nuestras condiciones de vida.
Este año, la izquierda socialista debe priorizar el extender nuestras ideas mediante estas campañas, con reivindicaciones concretas y una estrategia de construcción de movimientos sociales. Si el DSA lanzase de 5 a 10 campañas electorales serias aprendiendo de las lecciones de los logros más importantes alcanzados por la izquierda independiente- incluyendo los de SA y RPA en California- sería un gran paso adelante. Cinco o más campañas independientes de DSA en 2018 ayudarían a los activistas a ganar experiencia, desarrollar sus ideas socialistas y contraponer nuestra estrategia frente a la dirección del Partido Demócrata.
Las campañas electorales de SA que tuvieron éxito, la organización del movimiento y el trabajo sindical, son consecuencia de nuestra forma de comprender el marxismo, la táctica y la estrategia de la lucha de clases, así como de nuestra idea de la urgente necesidad de acabar con el capitalismo a nivel internacional y sustituirlo por una sociedad socialista. La reciente y amarga experiencia del gobierno de SYRIZA en Grecia ha puesto en evidencia una vez más que sin una ruptura clara con el capitalismo, los gobiernos de “izquierda” o acaban destruyéndose, o apoyando la agenda de los capitalistas.
La clase trabajadora es la fuerza imprescindible para derrotar al capitalismo. Los socialistas debemos unir las luchas del día a día de los trabajadores con demandas concretas que no sólo mejoren nuestras condiciones ahora, sino que transformen la sociedad de forma fundamental. SA hace un llamamiento a poner bajo control público las 500 mayores empresas para que sean controladas democráticamente por la clase trabajadora en su propio interés, en vez de en el interés avaricioso de unos pocos. No podemos resolver los problemas de la desigualdad, pobreza o crisis medioambiental bajo la dictadura de Wall Street, porque no podemos controlar lo que no poseemos. Partiendo de esto, vemos la necesidad de una organización cohesionada con las ideas claras, trabajando a nivel internacional con revolucionarios socialistas con quien podamos compartir lecciones y desarrollar un análisis y un plan de acción común.
Nuestro éxito electoral no ocurrió porque algunas personas quisieran presentarse individualmente y después calculando si nos uníamos a ellos o no. Al contrario, vino de un análisis de la fuerza del movimiento, de sus reivindicaciones, de las carreras electorales donde podíamos tener el mayor impacto posible y analizando las personas y las tareas necesarias para construir de la mejor forma posible el movimiento socialista. Esto requirió mucha disciplina y concentrar nuestros recursos en el “punto de ataque” para causar el mayor impacto posible con nuestras ideas socialistas. Mientras vemos la necesidad de tener organizaciones federales más amplias, así como movimientos en los que podamos participar, una organización cohesionada con ideas claras como Socialist Alternative es esencial la mayoría de las veces para combatir a la clase billonaria.
Hacia un nuevo partido
También vemos la necesidad de poner las bases para crear un partido de izquierdas independiente en EEUU. El DSA puede jugar un papel importante extendiendo esta idea en todas las campañas de 2018 que sea posible uniéndose con otras fuerzas como el RPA en California, “Movement for a People’s Party” en Seattle o “Cooperation Jackson” en Mississipi. Una campaña en pos de un partido amplio de izquierdas debería incluir también una orientación hacia los sindicatos de izquierda como el de enfermeras/os, profesoras/es, y hacer que la gente se una entre sí y a su vez se aleje del Partido Demócrata. Socialist Alternative está dispuesta a participar en cualquier formación de izquierdas que surja y contribuir en los debates que tengan lugar en su seno.
Socialist Alternative ha trabajado con el DSA en muchas luchas a lo largo del país a pesar de nuestras diferencias, desde la campaña de Ginger Jentzen en Minneapolis a la lucha en contra de la ultraderecha en Boston, las luchas por la vivienda en Seattle, y muchas otras. Durante años, la antigua dirección del DSA usaba el fantasma del estalinismo para desacreditar las ideas genuinamente socialistas, e incluso prohibían la entrada en la organización de miembros de partidos que funcionasen con “centralismo democrático”. Damos la bienvenida al hecho de que muchas secciones del DSA estén considerando acabar con esta prohibición.
Rechazamos completamente los métodos estalinistas, burocráticos y verticales. Para lograr una sociedad donde haya control democrático, los trabajadores y las organizaciones de izquierdas deben de ser democráticas, debatir y decidir sobre cuestiones que luego se implementen de forma conjunta. Ofrecemos nuestra experiencia, talento e ideas en las discusiones con el DSA y esperamos profundizar en nuestra colaboración a lo largo del país.
Nos gustaría trabajar con “Refoundation” en todo lo que sea posible para seguir discutiendo la necesidad de presentar candidatos socialistas, independientes del Partido Demócrata, y de construir un partido de masas para la clase trabajadora. Si el DSA desarrolla campañas independientes sólidas en 2018, será un paso muy importante en esta dirección. El objetivo no será tan sólo conseguir que los candidatos sean elegidos, sino elevar la conciencia política y el nivel de organización de la clase trabajadora en su lucha por un futuro socialista.
Be the first to comment