El gobierno represor y derechista israelí de Benjamin Netanyahu, a través de su ejército de ocupación, provocó el lunes 14 una brutal masacre de manifestantes en Gaza, el día en que se recordaba la Nakba (la Catástrofe, es decir, el desalojo violento de población palestina de sus tierras para proclamar el Estado de Israel, hace setenta años), y en el que también se protestaba por el traslado de la Embajada estadounidense a Jerusalén.El gobierno represor y derechista israelí de Benjamin Netanyahu, a través de su ejército de ocupación, provocó el lunes 14 una brutal masacre de manifestantes en Gaza, el día en que se recordaba la Nakba (la Catástrofe, es decir, el desalojo violento de población palestina de sus tierras para proclamar el Estado de Israel, hace setenta años), y en el que también se protestaba por el traslado de la Embajada estadounidense a Jerusalén.
Las masivas y pacíficas manifestaciones que, en recuerdo de los millones de refugiados palestinos, han recorrido Cisjordania y Gaza acercándose a las vallas y muros impuestos unilateralmente por Israel, han sido atacadas salvajemente por el Ejército, en particular en Gaza, provocando al menos 60 muertos y 2.700 heridos (la mitad de ellos por bala, y 225 menores de edad). Han disparado a sanitarios, a heridos, a niños… El último en morir, de momento, es un bebé de 8 meses. Una carnicería jaleada por la Administración Trump y aceptada y consentida por muchos gobiernos e instituciones europeas. Ha sido la jornada con más asesinados por la represión israelí desde el bombardeo masivo de Gaza en 2014. Mientras, en Jerusalén, los militares israelíes se apropiaban violentamente de las banderas palestinas portadas por los manifestantes.
Los datos de la represión son aún más graves por las precarias condiciones sanitarias de Cisjordania y sobre todo de Gaza, estrecho territorio bloqueado sin piedad por Netanyahu y por los militares que detentan el poder en Egipto. Ser herido de bala en Gaza es más dramático que en muchos otros sitios: el 20% de los medicamentos esenciales están agotados, incluyendo los antibióticos, la sangre para donar se agota continuamente, y los gobiernos israelí y egipcio se niegan a abrir las vallas para permitir el paso de heridos graves que se debaten entre la vida y la muerte.
Ésta era una masacre anunciada. La política represiva de Netanyahu ha quedado clara a lo largo de todo el ciclo de movilizaciones palestinas, iniciado el pasasdo 30 de marzo*. Durante este mes y medio han muerto 109 palestinos y 12.000 fueron heridos (la mitad por bala). Es evidente que al gobierno capitalista israelí no le preocupa la seguridad de sus conciudadanos, como dice, ¿¡qué peligro representan estas manifestaciones para la seguridad!? No, lo que les preocupa es que el pueblo palestino se vuelva a levantar como en la primera Intifada, que se movilice masivamente contra su injusta ocupación, y, sobre todo, los efectos que eso pueda tener sobre la población árabe, y también judía, de Israel. La clase dominante israelí teme más a las manifestaciones de masas, a la acción colectiva de la población palestina, que a cualquier misil que pueda salir de Gaza. Pretenden aterrorizar a los palestinos, recluirles en sus casas, que acepten su situación sumisamente, y desviar la atención de los problemas internos de los israelíes.
Hace 70 años los sionistas pensaban haber impuesto definitivamente su dominio en la zona para siempre. Pero pese a toda la represión, pese a la ocupación posterior de Gaza y Cisjordania, pese a tantos mártires caídos, no han podido ni podrán doblegar las aspiraciones de un pueblo entero por autodeterminarse, por condiciones de vida dignas en todos los sentidos, y por acabar con el yugo actual. La respuesta al terrorismo de Estado de Israel es la lucha en la calle, masiva, organizada, y controlada por comités democráticos (incluyendo los medios para su autodefensa).
¡Abajo la ocupación de Cisjordania y Gaza!
¡Abajo el Gobierno Netanyahu!
¡Solidaridad con el pueblo palestino!
– Por una solución justa al problema de los refugiados palestinos. Reconocimiento de la injusticia histórica de la Nakba, y del derecho al retorno de los refugiados que quieran, al tiempo que se garantiza una vida digna para todos.
– Reconocimiento del derecho de autodeterminación, por un Estado palestino independiente, democrático, socialista e igualitario con capital en Jerusalén, junto a un Israel socialista y democrática, lo que garantizará la verdadera igualdad de derechos para todos.
*http://izquierdarevolucionaria.net/index.php/internacional/otros-oriente-medio/11036-el-gobierno-netanyahu-responde-a-la-movilizacion-masiva-en-gaza-con-una-masacre
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