¡Basta de represión, continuar la lucha por la republica catalana de los trabajadores y la juventud!
El lunes 14 de Mayo el Parlament de Catalunya elegía President de la Generalitat a Quim Torra. Tras impedir antidemocráticamente la investidura de Puigdemont, Jordi Sámchez y Jordi Turull, el Gobierno del PP y el aparato del Estado toleraron inicialmente su nombramiento, pero no tardaron en amenazar con destituirle en la práctica si se rebelaba contra la tutela política del gobierno de Madrid. Y han cumplido su palabra. Nada más anunciar Torra el nuevo Govern en el que incluye a varios consellers que están encarcelados sin juicio o exiliados, el PP, Cs y la dirección del PSOE vuelven a pisotear los derechos democráticos del pueblo de Catalunya anunciando que prolongarán por tiempo indefinido el 155.
Caza de brujas contra la izquierda que lucha por la república
El PP, un partido lleno de corruptos y franquistas, con sólo 4 diputados y un 4% de apoyo entre el electorado catalán, pretende seguir gobernando de manera semidictatorial Catalunya con el apoyo de Cs y del PSOE. Rajoy y sus aliados no sólo han anulado de facto la autonomía catalana contra la voluntad de todo un pueblo, sino que en la carrera por ver quién es más españolista y está dispuesto a pisotear la democracia con más descaro, Albert Rivera marca la pauta y dicta la estrategia del gobierno y del PSOE. Es realmente escandaloso ver a Pedro Sánchez arrodillarse ante Rajoy y Rivera en su intento de subirse al carro de la derecha más rancia, y exigir cambios en el Código Penal para “encajar mejor” el delito de rebelión y que la ley impida ocupar cargos públicos a fuerzas políticas o candidatos que no acaten la Constitución. Que buen papel de ministro orwelliano del Pensamiento podría hacer el jefe de la socialdemocracia española.
Pero no olvidemos que esta última amenaza es parte de toda una campaña de criminalización sin precedentes contra el movimiento independentista y todas aquellas organizaciones e individuos de la izquierda, incluidos raperos y tuiteros, que desafían al régimen del 78. Las denuncias por “adoctrinamiento” e “incitación al odio” contra 500 docentes y 134 centros educativos hechas por la Guardia Civil y respaldadas por un ministro de Educación que canta a pulmón batiente el “Novio de la Muerte”, son todo un símbolo de la brutal involución democrática que estamos viviendo. Los ataques a la libertad de expresión, manifestación y organización se han recrudecido, mientras una jauría de tertulianos de extrema derecha que copan los platós de televisión, jalean las detenciones y procesos judiciales contra militantes y regidores de la CUP, activistas de los CDRs, y afiliados de sindicatos como CGT, IAC, COS, CSC o CoBas por participar en movilizaciones y huelgas contra el 155.
¿Cómo no comparar esta política de caza de brujas con la represión y las farsas judiciales que organizaba el franquismo? La persecución política no busca amordazar únicamente a quienes defienden ideas independentistas. Cualquiera que luche contra el intento del PP y sus aliados de imponer la “España una, grande y libre” está en el punto de mira. Un ejemplo de lo que pretende el bloque del 155 son las declaraciones de la diputada popular Andrea Levy exigiendo que los profesores acusados de “adoctrinar” sean inhabilitados y baste una denuncia anónima para procesarles. ¡Quieren tejer una red de espías y chivatos anónimos para perseguir a los disidentes, como bajo la dictadura!
Ante esta situación de “emergencia democrática”, utilizado la terminología a la que recurría Pablo Iglesias no hace mucho tiempo, es realmente chocante que los dirigentes de Unidos Podemos sigan mirando a otro lado y mantengan un silencio sepulcral. O peor: que se sumen cobardemente a las calumnias que propagan la derecha y los dirigentes españolistas del PSOE contra las masas que luchan por la república en Catalunya, manteniendo la equidistancia entre las víctimas de la represión y el Estado, calificando de “violencia” la actividad de los CDR, o reprochando al pueblo catalán que haya “despertado al fascismo” por resistir la ofensiva reaccionaria del Rajoy y sus cuerpos armados.
Con el PDeCAT y la derecha catalanista no habrá liberación de Catalunya
Dicho todo lo anterior, la designación de Quim Torra, un dirigente identificado con el catalanismo más reaccionario y derechista, ha causado bastante sorpresa y malestar dentro del movimiento de liberación nacional, especialmente entre los sectores que componen la espina dorsal de la lucha por la república. Cientos de miles de jóvenes y trabajadores que (dentro y fuera de Catalunya) rechazamos el 155, y hemos resistido la represión del Estado para hacer cumplir el mandato del 1 de octubre, no podemos cerrar los ojos ante el intento descarado de los políticos burgueses del PDeCAT y la dirección de ERC por llegar a acuerdos con el Estado y Rajoy, abandonando de una vez por todas la acción en las calles y la movilización revolucionaria. En esta estrategia hay que insertar la elección de Torra por Puigdemont, más allá de la retórica de las declaraciones puntuales.
El odio nada disimulado de Torra contra el 15M, sus comentarios despectivos y xenófobos contra sectores de la población catalana nacidos fuera de Catalunya, va contra todo lo que ha hecho avanzar durante los últimos meses la lucha por la republica catalana. En 2012, mientras miles de personas rodeaban la Generalitat contra los recortes del Govern del PDeCAT (entonces Convergencia) presidido por Artur Mas, Torra escribía: “Lo de esta mañana es intolerable. Inmediatamente me viene la idea de Tejero y el tricornio (…) Siento la misma náusea, el mismo sudor frío (…) Esta pandilla de tontos del 15 M nos lleva directamente al quinto mundo. Y lamento ser tan bestia pero hoy no hay tiempo para matices” ¡Es el mismo desprecio por el pueblo, por la juventud, que muestran Arrimadas, Rajoy o Rivera cuando hablan del 1 y 3 de Octubre! ¿Cómo puede encabezar la desobediencia al Estado y llevar adelante la lucha por la república alguien así?
Por supuesto, que personajes procedentes de la ultraderecha y que defienden ideas aún más reaccionarias y derechistas, como Rivera, Arrimadas o Albiol acusen a Torra de “excluyente” o “supremacista” refleja el cinismo y desvergüenza de la clase dominante española. Pero es precisamente el nombramiento de Torra lo que proporciona a la derecha españolista munición para su demagogia y dificulta la tarea de ganar a miles de jóvenes y trabajadores para la lucha por la república catalana.
Aunque en su discurso de investidura prometió trabajar por hacer “realidad” la república, Torra no expuso ni una medida concreta de cómo hacerlo, ni propuso el menor compromiso para terminar con los recortes, la precariedad, el desempleo y la falta de futuro para la juventud. Mientras planteaba al Gobierno de Rajoy diálogo “sin condiciones”, ni siquiera pidió la libertad inmediata de los presos políticos y el cese de la persecución contra los CDR y activistas de izquierda. Ahora, con el nombramiento de los Consellers detenidos, intenta recuperar terreno y borrar su pasado, pero carece de un plan de movilización para responder a la ofensiva de la derecha españolista y el Estado.
El nombramiento de Torra ha venido a confirmar lo que desde Esquerra Revolucionària hemos sostenido desde hace mucho tiempo: es necesario desplazar a estos políticos catalanistas burgueses de la dirección del movimiento de liberación nacional, y que sus auténticos protagonistas, la juventud y los trabajadores, se hagan con el liderazgo con una estrategia revolucionaria capaz de unir a todos los oprimidos contra el enemigo común: la burguesía española y catalana y el sistema capitalista.
El 1 y 3 de Octubre muestran el camino
Para romper con la dinámica actual, y frenar la ofensiva reaccionaria, sólo hay una alternativa: la movilización masiva en las calles, siguiendo el ejemplo del 1 y 3 de Octubre. Eso es lo que reclamábamos el 15 de Abril más de un millón de personas, cuando inundamos nuevamente las calles de Barcelona por la libertad de los presos políticos. La manifestación fue un clamor por la huelga general ya. Un mes después, los dirigentes de ERC, PDeCAT y JxCat siguen sin dar respuesta a esta exigencia y hacen todo lo posible por meter a la gente en casa, insistiendo en que la prioridad es tener un “gobierno efectivo” y reconocido para negociar con Rajoy. ¡Como si el gobierno y el Estado no hubieran dado pruebas suficientes de que lo único que quieren discutir son las condiciones de la rendición!
Dentro del movimiento por la república catalana hay dos tendencias opuestas. La que representa a la mayoría del movimiento, formada por la juventud, los trabajadores y amplísimos sectores de las capas medias que están girando a la izquierda, que hemos decidido construir una república y romper con el régimen monárquico reaccionario del 78 por lo que este representa: su justicia machista y franquista, su casta política corrupta, las leyes y medidas capitalistas que recortan nuestras pensiones, sanidad y educación, que nos condenan al empleo precario, los desahucios y el paro.
Frente a esta mayoría, existe también un ala nacionalista y catalanista de derechas, cuyas fuerzas dentro del movimiento de masas son reducidas, pero que tiene un enorme protagonismo en la dirección. Esta tendencia burguesa teme la iniciativa revolucionaria de la población e intentará sembrar el mayor desánimo posible.
Lo verdaderamente excepcional de esta situación es que a pesar de los encarcelamientos, la represión indiscriminada, y la campaña de españolismo vociferante que inunda los medios oficiales, millones de personas en Catalunya hemos llegado a la conclusión de que no queremos seguir viviendo bajo un régimen antidemocrático, clasista, machista y racista como éste. Junto a nosotros, hay también sectores de jóvenes y trabajadores que rechazan la corrupción, los recortes y la represión del PP y el Estado pero no apoyan la república porque desconfían de la derecha catalanista y los burgueses del PDeCAT, de quienes sólo han recibido recortes, ataques a sus derechos e incluso insultos racistas y xenófobos. Estos sectores sólo podrán ser ganados a la causa de la república con un programa de medidas que mejoren drásticamente las condiciones de vida de todos los oprimidos. No queremos una república de la burguesía catalana, sino una república socialista que haga realidad la liberación nacional y social, y que sea la punta de la transformación socialista en el resto del Estado español y en Europa.
Necesitamos una Izquierda Revolucionaria fuerte
Reflejando el malestar con la candidatura de Torra, las asambleas territoriales de la CUP del Baix Llobregat, Barcelonés y Camp de Tarragona exigieron un debate sobre la posibilidad de votar no en la investidura. Arran, la juventud de la CUP, difundió un comunicado considerando a Torra una “mala opción”. El discurso de Carles Riera fue muy crítico, insistiendo en que se movilizarían contra el Govern de ERC y JxCat si renuncia a construir la república o aplica medidas contrarias a los intereses del pueblo. Esas palabras hay que llevarlas a la práctica, levantando un frente unitario de toda la izquierda que lucha por la república catalana, basada en los CDR, la CUP, los sindicatos alternativos que convocaron y apoyaron el 8N, el Sindicat d’Estudiants y el SEPC, las bases de ANC y Omnium, y los militantes de Catalunya en Comú, de CCOO y UGT, que han participado en la movilización del 15A, para derrotar la represión un plan de lucha contundente, empezando por la convocatoria una huelga general.
Junto a la movilización sostenida y masiva, hay que defender un programa de independencia de clase y las ideas del socialismo en el movimiento de liberación nacional. Y eso requiere construir una Esquerra Revolucionària fuerte en todos los territorios de Catalunya y del Estado español.
Únete a Esquerra Revolucionària/ Izquierda Revolucionaria para luchar por la república catalana de los trabajadores, la juventud y el pueblo
- • ¡Abajo el 155! Libertad para todos los presos políticos. Retirada de las fuerzas de la policía nacional y la guardia civil de Catalunya.
- • Derogación de las contrarreformas laborales y de las pensiones. Jubilación a los 60 años con el 100% del salario y contratos de relevo para la juventud.
- • Salario mínimo de 1.100 euros y 35 horas semanales sin reducción salarial.
- • Prohibición por ley de los desahucios. Parque de vivienda pública con alquileres sociales, expropiando los pisos vacíos en manos de los bancos.
- • Remunicipalización de los servicios públicos privatizados, manteniendo y ampliando las plantillas y respetando los derechos laborales.
- • Derogación de la LOMCE, LEC y el 3+2. Enseñanza pública de calidad, democrática, laica y gratuita desde infantil hasta la universidad.
- • Derecho a la sanidad pública digna, gratuita y universal.
- • Solidaridad real y concreta con los refugiados: ni cupos ni campos de internamiento. Derogación de la Ley de Extranjería y de los CIEs.
- • Plenos derechos democráticos de expresión, reunión y organización. Derogación de la Ley Mordaza.
- • Nacionalización de la banca y los sectores estratégicos de la economía para rescatar a las personas y garantizar el bienestar de la mayoría.
- • Por el derecho de autodeterminación para Catalunya, Euskal Herria y Galiza. Por la república socialista de Catalunya y la república socialista federal, basada en la unión libre y voluntaria de los pueblos y naciones que componen actualmente el Estado español y que así lo decidan.
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