Economía mundial: Crisis capitalista

Karl Marx estaba en lo cierto

Se incluyen comentarios de un economista que ha llegado a las mismas conclusiones que el CWI analizando la crisis de la economía mundial desde un punto de vista capitalista.

"Karl Marx hubiera saboreado este momento. El capitalismo financiero está siendo golpeado desde todos los ángulos" (The Guardian)

Los brujos y agoreros del capitalismo se equivocaban, mientras que los socialistas y marxistas estaban en lo cierto. Esto es lo que significa la caída de Lehman Brothers, el cuarto banco de inversión más grande del mundo.

El "domingo sangriento" financiero fue seguido por un "lunes derretido", con la caída de los precios de las acciones en todo el mundo. Esto ha destrozado los actuales fundamentos ideológicos, y algunos aspectos más, del capitalismo.

Los representantes del capitalismo argumentaban que la caída del estalinismo y con ello, de las economías planificadas de Rusia, del este europeo y de otros lugares, dejó al capitalismo como el único vehículo efectivo para distribuir bienes y servicios a la población mundial. El futuro iba a ser una interminable subida de los estándares de vida.

Nosotros razonábamos que se mantenían las contradicciones inherentes del capitalismo, como un sistema basado en la producción sólo por el beneficio y no por la necesidad, especialmente el ciclo económico de "auge y quiebra". Sin embargo, esto ha sido ocultado por un periodo sin precedentes de "financialización" del sistema gracias a una masiva extensión del crédito.

Pero al igual que una goma elástica que se estira hasta que se rompe, este sistema está en este punto de ruptura. Por ejemplo, Lehman Brothers fue "apalancado", es decir, se le ha prestado, en una escala monumental de 35 veces el valor de sus activos. Tenía 164 años, había sobrevivido a dos guerras mundiales, a la depresión de la década de 1930, a la caída y rescate en 1984, pero ahora ha caído de rodillas ante esta crisis. Su todavía jefe, Dick Fuld, conocido como "El gorila" por sus maneras agresivas, se pagó a sí mismo 22 millones de libras esterlinas el último año, a pesar de que la debilidad del banco era ya obvia. Pero él no sufrirá, excepto por la pérdida de honor, lo que si que van a perder los 25.000 empleados de Lehman Brothers.

Las raíces de la crisis son bien conocidas. Yacen en la desintegración del mercado inmobiliario en EE.UU y especialmente del sector de la hipotecas "subprime" que prestaba dinero a la mayoría de las personas pobres que no tenía esperanzas de poder pagar sus infladas hipotecas. Sin embargo, no hay sólo un problema financiero sino que hay una cadena inminente de crisis, bombas sin explotar que podrían todavía encenderse, junto a la caída de otras grandes bloques de construcción de la "arquitectura financiera" de EE.UU. y del capitalismo mundial.

¿Por qué la Reserva Federal de EE.UU. rescató Bear Stearns, Freddie Mac y Fannie Mae, y no lo ha hecho con Lehman? La sencilla respuesta es que Hank Paulson, Secretario del Tesoro estadounidense, y los estrategas económicos del capitalismo estadounidense creyeron que a menos que esas empresas fueran rescatadas, podía producirse una crisis similar a la de 1929. Nouriel Roubini, es un economista capitalista que está de acuerdo con nosotros en la seriedad y escala de esta crisis, ha llamado a las acciones de Paulson "socialismo para los ricos".

Otros bancos e industrias amenazados se han alineado en consecuencia esgrimiendo sus cuencos para pedir limosna, exigiendo las ayudas estatales que antes no tenían ninguna importancia en el conocido como "capitalismo de libre mercado". Si ellos han sido ayudados, ¿qué ocurre con los dos millones de trabajadores en EE.UU. que han perdido ya sus hogares, y que según Roubini podrían llegar a10 millones, si reclamaran un trato igual que a los plutócratas financieros? Si no lo actuaba así, podría minar las posibilidades de McCain, el candidato presidencial de los republicanos, que podría ser visto únicamente como a favor de los ricos que han sido salvados por sus amigos de la Fed (Sistema de Reserva Federal).

Por ello, se ha permitido morir a Lehman Brothers pero se ha organizado un rescate "no oficial" para salvar Merrill Lynch. Otro de los grandes financieros, American Internacional Group (AIG), responsable de asegurar contra los "riesgos" en el gran mercado de derivados, y también esponsor del Manchester United, está al borde del precipicio. Sin embargo Ken Lewis, jefe ejecutivo del Banco de América, dio que la caída de AIG supondría un golpe para el sistema más grande que la bancarrota de Lehman. Urgió a las autoridades a encontrar un camino para apoyar a las compañías. "No conozco ningún gran banco que no esté expuesto significativamente a la caída de AIG" ha comentado. "Esto supondría un problema mucho más grande que ninguno de los que hasta ahora hemos visto".

Lehman no era, eso parece, crucial para la economía de EE.UU, mientras que Fannie, Freddie e incluso Bear Stearns tienen un papel más relevante en la financiación de los gobiernos locales estadounidenses. La mitad de los 9.000 bancos en los EE.UU podrían haberse colapsado si no hubiesen sido rescatados. Pero las consecuencias de la caída de Lehman podrían ser todavía muy duras con enormes repercusiones internacionales; por ejemplo, las deudas de los inversores japoneses en Lehman son considerables.

Inestabilidad

El capitalismo estadounidense, y particularmente el sector financiero, no están todavía fuera de peligro. La industria de derivados es altamente inestable, los precios de las propiedades comerciales están cayendo y, sobre todo, las instituciones de seguros (como salvaguarda contra las bancarrotas de las firmas) también podrían colapsarse. Existe la amenaza de un efecto dominó, lo que significa que la crisis no es una cuestión de cinco minutos.

La crisis se extenderá, de hecho ya lo ha hecho, dentro de la economía real tanto en Gran Bretaña, que ya ha entrado en recesión, como en los EE.UU.. Esto ha arrastrado inevitablemente a Europa, Japón, al resto de Asia, y últimamente, a China. Los primeros que la sufrirán serán los trabajadores del sector financiero, muchos de ellos trabajadores de cuello blanco. 63.000 ya han sido despedidos, la mayoría en Londres y Nueva York. Y más de 20.000 puestos de trabajo en los servicios financieros británicos podrían desaparecer en el próximo año.

Cerca de 1ÂŽ04 millones de personas trabajan en la banca, finanzas y seguros en Gran Bretaña. Algunos de los afectados han colgado mensajes descorazonadores en las páginas web: "dh (argot para querido marido) ha perdido su trabajo. Sin ahorros y probablemente no nos pagarán esta semana… ¿Cómo nos vamos a organizar? ¿Cuánto tiempo nos darán los prestamistas si no puedes pagar la hipoteca?"

Les concedemos una lágrima a estos trabajadores pero no a los bien "engrasados" y bien vestidos "señores del universo" que, a pesar de sus lágrimas de cocodrilo, no sufrirán realmente. Los desempleados subirán ahora sustancialmente, con una estimación de medio millón de puestos de trabajo perdidos a añadir a las colas del paro en Gran Bretaña. Estos sucesos suponen una acusación al capitalismo neoliberal, cimentado en las reglas del mercado, dónde un puñado de billonarios pueden arruinar la vida de millones de personas.

Además, no entienden completamente el funcionamiento de su propio sistema. Alan Greenspan, antiguo jefe de la Reserva Federal de EE.UU., confesó al respecto de los "nuevos instrumentos financieros" que "él no los ha utilizado". Eddie George, antiguo gobernador del Banco de inglaterra, también ha admitido que no los entiende. ¿Qué oportunidad tenemos entonces el resto de nosotros de entender estos dispositivos que se han convertido en "armas financieras de destrucción masiva"?

La solución no es la nacionalización capitalista ("de facto") de Bear Stearns o el todavía más explícito ejemplo de la intervención del gobierno estadounidense en Fannie y Freddie. Estos bancos en quiebra no deberían haber sido nacionalizados sino puestos bajo el control y la dirección de los trabajadores con una compensación basada en la necesidad probada y la protección de los pequeños depositantes. Además este debería ser el primer paso para que se unieran a un plan de producción socialista y democrático para el conjunto de la economía.

Los hechos confirman o desmienten las ideas. El capitalismo ha caído en el periodo más favorable para este sistema.

Si la clase obrera no quieren ser arrastrada al abismo del desempleo y la pobreza, deberían abrazar los armas políticas del socialismo y el marxismo.

Aquí debajo se encuentran los comentarios del economista Nouriel Roubini, profesor de economía, que ha llegado a las mismas conclusiones que la CWI analizando la crisis desde un punto de vista capitalista. Estas tesis fueron publicadas en el periódico londinense The Independent el 17 de septiembre de 2008.

Esta, se va a convertir en la peor crisis económica desde la Gran Depresión y en la peor recesión en EE.UU. desde hace décadas.

No es sólo una crisis de las hipotecas "sub-prime", es una crisis de todo el sistema económico "sub-prime", lo que al final del día implicará una pérdida de créditos de al menos 1 billón de dólares (561.000 millones de libras esterlinas) o, probablemente, de 2 billones.

Como ya predije hace varios meses, los agentes de bolsa no independiente sobrevivirán. Los incumplimientos de créditos en los mercados financieros, 62 billones de asientos de protección nominal y un stock sobresaliente de sólo 6 billones de dólares en bonos, los riesgos y el colapso de muchas empresas de riegos, nos llevarán al colapso del mercado.

Cientos de pequeños bancos con una gran exposición a los bienes raíces van a reventar y la Corporación Federal de Depósitos de Seguros se quedará sin dinero. Cientos de municipalidades se irán a la quiebra. Los precios de las acciones en los EE.UU. y en el extranjero caerán mucho más profundos.

En una recesión típica de EE.UU, los precios de las acciones caen un 28% en relación a su punto más lato, pero esta no es una recesión típica en los EE.UU.. Los precios caerán un 40% por lo que apenas estamos en la mitad del camino de la caída de los mercados estadounidenses y globales.

El resto del mundo no está a salvo de la recesión de los EE.UU. Las 12 mayores economías están en camino de un duro aterrizaje en la recesión. Todas las economías del G7 están entrando actualmente en recesión, mientras que el resto del mundo experimentará una severa desaceleración del crecimiento. Esta crisis financiera señala el comienzo de la caída del imperio estadounidense.

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