El gobierno, que esperaba que el movimiento estudiantil que precipitó una crisis ministerial — apenas a un par de meses que Michelle Bachelet hubiera accedido a la presidencia — se apagara con unas cuantas concesiones menores y promesas sin traducción efectiva, y una menguada participación de 6 estudiantes, de un total de 80 integrantes, en una Comisión Asesora para el estudio de la crisis en la educación, con carácter puramente consultivo. El cálculo del gobierno de Bachelet era que a medida que se acercaba el fin de año escolar en Chile, los estudiantes estarían más presionados por sus exámenes finales, especialmente los de último año que postulan a la Universidad, y que por lo mismo no podrían retomar las movilizaciones. Pero se equivocaron, los jóvenes quieren terminar lo que empezaron aún a costa de sacrificios en sus estudios, y a pesar de las amenazas de extender el año escolar de diciembre hasta enero, desde hace dos semanas nuevamente el movimiento comenzó a revivir y a extenderse por todo el país. Centenares de delegados, representantes efectivos y designados democráticamente de colegios de todo el país, se dieron cita el fin de semana en una Asamblea Nacional de Estudiantes Secundarios. Entre las conclusiones a las que llegaron está dar un ultimátum a Michelle Bachelet de dos semanas, para que muestre avances efectivos en sus demandas para la mejora de la enseñanza de acuerdo con las reivindicaciones contra la privatización y la municipalización de los alumnos, y después de este plazo retirarse de la Comisión Asesora, además convocaron a un congreso nacional de estudiantes secundarios para noviembre y a una movilización mañana miércoles.
El gobierno que cuando comenzó el movimiento en mayo se limitó a menospreciarlo, ahora reaccionó mostrando "fuerza y autoridad", tradicionalmente la única forma como saben responder los gobernantes chilenos, en un intento desesperado por ahogar la movilización en sus inicios, llamó a los alcaldes a ordenar el desalojo de los primeros colegios tomados por la fuerza pública. Es el resultado de su incapacidad para encarar seriamente el deterioro de la educación chilena, que ha ido a la par con la progresiva privatización. Hay que recordar que a principios de los años ’90 más del 70% de los alumnos de educación media estudiaban en colegios fiscales hoy día son cerca del 45%, pero la privatización – municipalización no se ha traducido en ninguna mejora en la educación, por el contrario las mediciones que se hacen a la calidad muestran que las cosas empeoran. Los más pobres se están quedando en la educación fiscal municipal, que es la que menos dinero recibe por alumno, pero se engaña quien crea que la educación privada subvencionada por el estado muestra algún nivel aceptable de calidad. Todo el sistema impuesto por la Ley Orgánica Constitucional de Enseñanza (LOCE), aprobada por la dictadura el último día — y cumplida a cabalidad por los gobiernos de la Concertación — es un completo fracaso.
Dime con quien andas y te diré quien eres.
El Alcalde de Providencia, Cristián Labbé, antiguo oficial del ejercito y de la CNI el aparato de inteligencia y terror de la dictadura militar, fue el primero en llevar adelante las instrucciones del gobierno de Michelle Bachelet, y mandó desalojar ayer lunes el liceo Lastarria en toma. No satisfecho con esto para castigar y amedrentar a los jóvenes Labbé anunció la suspensión inmediata y definitiva de los alumnos, el fin de su año escolar y la no renovación de sus matrículas el próximo año en ningún colegio de la comuna. De acuerdo con la radio de hoy día el Secretario Regional Ministerial de Educación, Alejandro Traversa, anunció que no se les permitirá matricularse el próximo año (¿se debe entender que en ninguna comuna de la región?) Si esto es efectivo estaríamos ante un caso particularmente odioso de una autoridad que se supone debe velar por la obligación de todo joven a la educación media, y que en lugar de esto amenaza con impedirles continuar su formación a los estudiantes que se movilicen.
Fuerzas Especiales de Carabineros como en los duros tiempos de la dictadura.
María Huerta, vocera de los estudiantes secundarios, está completamente segura de que los desalojos en varios liceos emblemáticos realizados por Carabineros tendrán una sola consecuencia: la radicalización del movimiento.
"Formalmente invitada a estar retenida en la Primera Comisaría", tras el desalojo al Instituto Nacional realizado esta mañana, la representante de la Asamblea Coordinadora de Estudiantes Secundarios (ACES) conversó con EMOL y advirtió que "esto lo único que provoca es que los alumnos no se tomen los colegios pero sí salgan a las calles. Y en las calles las cosas se complican".
Al ser consultada si esto implica una radicalización su respuesta es fuerte y clara: "absolutamente". Y explica que el estar en toma "era una forma totalmente pacífica de presionar. Ahora vas a tener a los alumnos sin clases, afuera de los liceos, haciendo destrozos y dejando la cagá. Entonces si ellos tomaron la decisión, ¡que asuman que los secundarios no van a estar tan tranquilitos!".
(Francisco Álvarez, El Mercurio On Line, Martes 17 de Octubre de 2006, 11:07 )
A partir de la noche de ayer fuerzas especiales de carabineros ingresaron a los otros colegios tomados, con una exhibición de fuerza totalmente desproporcionada respecto al número de estudiantes que habían pernoctado en cada establecimiento
El desalojo del liceo Lastarria fue el primero de una operación general, en la que se utilizó a fuerzas especiales.
En el liceo 1 de niñas, ubicado en el centro de la capital, más de cien escolares fueron detenidas, como resultado de la acción policial efectuado por Fuerzas Especiales de Carabineros, que se produjo poco después de las 22 horas, el lieco se mantenía ocupado desde la semana pasada por un grupo de alumnas.
Las Fuerzas Especiales de Carabineros desalojaron del Instituto Nacional, el liceo más antiguo y prestigioso del país, y detuvieron a cerca de 30 estudiantes.
En la mañana las fuerzas especiales de la policía irrumpieron violentamente en el Liceo de Aplicaciones con carros lanza aguas, llegaron a las puertas del colegio y las rompieron, junto con la cadena que la cerraba y entraron golpeando estudiantes. Desde el interior del liceo, los alumnos en toma respondieron al desalojo lanzado piedras, junto con pintura y basura, a los asaltantes. Junto al colegio se conjohnaron padres que llegaron a solidarizar con sus hijos, según los medios de comunicación hay al menos 15 estudiantes detenidos.
Pasadas las 11.00 a.m. Fuerzas Especiales de Carabineros ocupó el liceo "Manuel Barros Borgoño", en calle San Diego, para desalojar el establecimiento ocupado por sus estudiantes, era el último en toma en Santiago, pero después de una gran demostración de fuerza, las Fuerzas Especiales de Carabineros que llegaron al establecimiento marchando en formación militar, se vieron burlados por los estudiantes que salieron del liceo antes de la arremetida de la policía.
La Asamblea Nacional ha llamado a una movilización de advertencia para mañana miércoles, las acciones represivas de las autoridades, están caldeando el ambiente. Es cierto que a los estudiantes les queda poco tiempo para terminar su año escolar, cerca de un 25% de los alumnos están en riesgo de perder el año por inasistencia a clases, y un bloqueo comunicacional importante, todo lo cual se une a las diversas medidas del gobierno y los alcaldes para atemorizar a los jóvenes y sus apoderados, pero aún así al gobierno le podría salir el tiro por la culata, y encontrarse con una nueva ola de movilizaciones que demostraría su incompetencia.
…estamos estafando a los jóvenes de Chile.
Ha sido el propio ex ministro de educación, Martín Zilic, quien fue removido de su cargo por la presidenta Bachelet por su incompetencia para frenar al movimiento estudiantil secundario él que ahora justifica en declaraciones a la prensa el movimiento de los estudiantes: "El fondo de su discusión es absolutamente correcto. Chile no puede seguir con el nivel de educación que tiene hoy, eso es insostenible, especialmente para los más pobres.
Los jóvenes han exagerado la presión, pero hay que reconocer que la situación en la que están muchos de ellos es dramática y tremendamente complicada.
Por ejemplo, el tema de la educación media técnico profesional. El 45 por ciento de la educación media en Chile es técnico profesional y la evaluación que yo por lo menos hice como ministro es que es catastrófica, es tremendamente mala.
A mi juicio si seguimos con este nivel de educación técnico profesional estamos estafando a los jóvenes de Chile.
… El tema es que hoy día no podemos seguir entregándole 30 mil pesos a los más pobres de Chile para que se eduquen bien.
Cómo usted, con 30 mil pesos, le da movilidad a un joven que vive en La Pintana o en Alto Hospicio. Es imposible. " (Declaraciones a la Tercera, 17 de octubre de 2006)
No podemos dejar a los jóvenes solos.
Para derogar la LOCE y revertir la privatización que tanto ha dañado la calidad de la enseñanza, además de profundizar y eternizar las desigualdades sociales, no podemos dejar solos a los muchachos y chicas es necesario que los padres y trabajadores, con sus organizaciones, se involucren y participen en la lucha de los jóvenes, que han dado un gran ejemplo de capacidad a toda la sociedad. El problema de la educación no es de los estudiantes y profesores, es un problema del país.
Nadie puede decir que no hay dinero para la educación.
Bastaría nacionalizar el cobre para que hubiera suficientes recursos para financiar la educación de calidad para todos nuestros estudiantes, y muchas otras necesidades sociales.
El 20% de la población de mayores ingresos concentra en Chile cerca del 60% de la riqueza, los impuestos que pagan son muy bajos, bastaría llevarlos a niveles similares a los de los países desarrollados para contar con una enorme recaudación para el estado. Basta observar cualquiera de estos mecanismos para darse cuenta que lo que falta no es dinero sino voluntad política de acabar con la injusticia y la desigualdad social.
Si se logra esa voluntad de cambiar las cosas en serio, la mayoría de los colegios volverían a ser gratuitos y buenos, se acabaría esta enseñanza en que decenas de miles van por puro cumplir con la ley de enseñanza obligatoria a colegios inadecuados, con planes y metodologías añejas, a los verdaderos parkings de adolescentes, en los colegios municipales. Se acabaría la estafa de la educación privada subvencionada igualmente de pésima calidad, en que los propietarios sostenedores se embolsan el grueso de la subvención del estado y además cobran a los padres. Podríamos multiplicar por dos el número de estudiantes y egresados de la educación superior, un nuevo porvenir se abriría para las nuevas generaciones. Pero para ello hay que romper con la economía capitalista neoliberal que defienden los que se benefician, en primer lugar las multinacionales, los grandes empresarios y los dos bloques políticos a su servicio la derecha y la Concertación.
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