Como hacer avanzar la Revolución Venezolana
Este artículo fue escrito el Jueves 6 de Octubre de 2005. socialistworld.net
Traducido por Patricio Guzmán, Chile y Alec Johnson, EE.UU.
Hace menos de quince años filósofos reconocidos, comentadores y políticos capitalistas se apresuraron en celebrar el funeral y entierro de los estados estalinistas burocráticos de Rusia y del Este de Europa. Parados sobre el cadáver Estalinista, al unísono con los burócratas de solo ayer, declararon al Socialismo muerto para siempre. El capitalismo y el libre mercado iban a construir un imperio que duraría mil años, un imperio de paz y prosperidad, y un nuevo orden mundial, en el cual incluso los países subdesarrollados serían barridos por un huracán de desarrollo económico. Nunca más las masas pobres del mundo, ni pensar los trabajadores, Esperarían con anhelo una alternativa al mercado y genuinas ideas socialistas como un medio de mejorar sus condiciones de vida y ganar control sobre los frutos de su trabajo.
Pero si el socialismo fuera una persona, él o ella podría parafrasear a Mark Twain: "Se ha informado que estoy seriamente enfermo – era otro hombre; muriendo – era otro hombre; muerto – el otro hombre de nuevo." Como han demostrado los eventos en América Latina. Los rumores de la muerte del socialismo han sido ampliamente exagerados.
En América Latina hemos visto grandes levantamientos, luchas de masas y, en países como Bolivia, rebeliones abiertas contra el neo-liberalismo. El continente ha visto la emergencia de una conciencia anti-capitalista de masas. En Venezuela esto ha ido más lejos con amplios sectores mirando hacia el socialismo para defender y profundizar la revolución. Sobre la base de los acontecimientos y la experiencia de la clase trabajadora, las ideas socialistas están reemergiendo como una poderosa fuerza entre la gente de clase trabajadora. Esta es la anticipación de un proceso que encontrará desarrollos adicionales en las otras naciones de América Latina y a través del mundo. Lo que está pasando hoy en Venezuela es de importancia para todo sindicalista, socialista y revolucionario en los países del así llamado mundo en desarrollo pero también, y no menor, para aquellos en Europa y Norteamérica.
Las masas en Venezuela, como resultado de sus experiencias y participación en siete años de gobierno de Chávez, están discutiendo colmo avanzar el proceso revolucionario venezolano y resolver los problemas básicos de comida, agua, vivienda y educación mientras defienden las conquistas hechas por el gobierno" Bolivariano" de las amenazas de la reacción y el imperialismo. En una encuesta de opinión, cuyos resultados fueron recolectados entre Mayo y Junio de este año, el 48% de los consultados respondió que si les dieran la oportunidad preferirían vivir bajo un gobierno socialista. Solamente el 29% de la gente declaró su preferencia de estar en un gobierno capitalista.
Las reformas de Chávez
El régimen populista radical de Chávez, elegido, defendido y reelegido por las masas, ha implementado muchas importantes reformas sociales. Chávez concluyó su discurso ante la 60 Asamblea General de la ONU mencionando los logros de su gobierno en casi siete años. De acuerdo con Chávez, 1.4 millones de venezolanos que previamente estaban excluidos de la educación debido a la pobreza han sido incluidos en el sistema de enseñanza. 70% de la población venezolana ahora disfrutan del acceso a la salud gratuita y sobre 1.7 millones de toneladas de comida están siendo distribuidas a 12 millones Venezolanos a precios reducidos.
Esto, en completo contraste con las devastadoras políticas neo-liberales implementadas en el resto de América Latina en el mismo periodo, es un testimonio de lo que es posible, incluso sobre la base de los limites del capitalismo, cuando un gobierno está preparado para enfrenar los intereses del imperialismo y de las corruptas elites nacionales a su servicio. Mientras estas importantes reformas, basadas en la riqueza petrolera y la movilización de las masas, deben ser defendidas, es nuestro deber advertir a la clase trabajadora y los pobres que las reformas son insostenibles sobre la base del capitalismo.
Venezuela ahora es descrita por los representantes del gobierno de EE.UU. como la única amenaza de importancia a la hegemonía de los EE.UU. en la región. Una vez tras otras el gobierno de Chávez ha sido atacado por las fuerzas del imperialismo y de sus Quisling (1) en Venezuela. Todo el mundo sabe del golpe de estado apoyado por EE.UU., el paro empresarial y el llamado a referéndum. En todas estas confrontaciones el presidente Chávez y su gobierno han sido salvados por la movilización de la clase trabajadora y de los pobres de la ciudad y el campo. Como regla, después de recibir su victoria de manos de las masas, Chávez ha buscado tranquilizar a sus oponentes con llamados a la unidad nacional. En cada giro las masas han demostrado su tremenda determinación y audacia.
El Socialismo en el siglo XXI
La derrota del intento de golpe de estado a manos de las masas dio un gran impulso al proceso revolucionario. Fue el punto de partida de lo que caracteriza todo verdadero proceso revolucionario. Las masas entraron a la arena de la historia y salieron a las calles a hacer "política" , es decir, la lucha sobre que clase controla la sociedad.
Las movilizaciones, y específicamente la oleada de apoyo a Chávez en la convocatoria a referéndum de agosto del año pasado, ha impulsado al presidente, y a parte del gobierno, hacia la izquierda, resultando por ejemplo en la nacionalización de compañías como Venepal, ahora rebautizada Invepal, una de las industrias productoras de papel más importantes de Venezuela. Chávez declaró que su anterior postura de buscar una "tercera vía", sin tener que elegir entre el socialismo y el capitalismo, es una farsa y que la única alternativa al capitalismo es el socialismo. Este debate sobre el desarrollo del socialismo como una alternativa necesaria al capitalismo es crucial para el mayor desarrollo de la revolución Venezolana.
En su discurso para el desfile del 1° de mayo este año Chávez declaró que su gobierno Venezolano era de hecho un gobierno de trabajadores. En la sesión inaugural del Festival Mundial de la Juventud y los Estudiantes en Caracas este año los delegados fueron saludados con una banderola en la que se leía "Bienvenidos a la República Bolivariana Socialista de Venezuela".
Aunque la radicalización de la revolución Bolivariana es abrazada por los activistas, sindicalistas y representantes de los barrios, con el apoyo personal a Chávez alto en todo momento, muchos están preocupados por el futuro y ansiosos para que Chávez tome medidas más drásticas como de hecho un verdadero gobierno de trabajadores haría. Un gobierno de trabajadores daría los pasos necesarios para romper con el capitalismo y el latifundismo, incluyendo la nacionalización de la industria del petróleo y el gas, de los bancos y las instituciones financieras y de las empresas privadas más importantes bajo control y gestión de los trabajadores. El anuncio por Chávez a principios de septiembre que el gobierno ya no garantizaría concesiones privadas mineras, nacionales o extranjeras, sino que crearía una compañía minera estatal que se haría cargo de toda la actividad minera en el país es un paso en la dirección correcta. Por el momento no está claro si esto significa que el gobierno de Chávez está pronto a cancelar las concesiones garantizadas a las multinacionales norteamericanas por los gobiernos anteriores. Este no es solo un ejemplo de la política de crear compañías nacionales, de propiedad estatal o parcialmente de propiedad estatal, en competencia con el sector privado. Esta política financiada, con dólares del petróleo, no es una formula para romper con el capitalismo. En las últimas semanas Chávez ha anunciado que el gobierno Bolivariano enviará representantes a tomar lugares en los directorios de los bancos privados para supervisar sus operaciones. Esta política, aunque enfurece a la burguesía y al imperialismo y posiblemente hace más difícil para las instituciones financieras evadir impuestos y financiar el crimen, no garantiza ninguna influencia real o control sobre el capital financiero. Chávez puede terminar teniendo lo peor de dos mundos, una burguesía nacional e internacional enfurecida de una parte y trabajadores frustrados con la falta de progreso hecho por la revolución de otra. Este es el típico error del reformismo convencional ‘radical’ de solo herir al capitalismo, tratando de sacar los dientes del proverbial tigre uno a uno, mientras permite su control sobre fuerzas productivas y amplios sectores de sus aparatos permanecen intactos.
Crecimiento Económico.
La economía venezolana ha conocido un rápido crecimiento económico en 2004 y las perspectivas para 2005 se ven igualmente promisorias. De acuerdo con el Banco Central de Venezuela la economía creció cerca de 17.3% en 2004, aunque una parte de esto puede ser explicado por como una recuperación del lock out patronal de fines del 2002 y comienzos del 2003. Para 2005 se espera que el crecimiento económico alcance 7.9%. El petróleo y las exportaciones de petróleo juegan una parte importante en esto. La economía petrolera contabiliza un 80% de las exportaciones del país y Venezuela se ha beneficiado enormemente del alza en los precios. El precio del barril del crudo venezolano creció de $20.21 en 2001 a $42.25 en 2005 (las cifras son promedios anuales de los años mencionados). Esto ha significado un enorme ingreso extra de capital. En el primer trimestre de este año la compañía nacional de petróleo recibió $ 7.600 millones en ventas directas; sobre la base de estas cifras ingresaran $ 30.400 millones durante todo el 2005.
La reorganización de la compañía nacional de petróleo PDVSA bajo el control del gobierno de Chávez, después del papel central de la alta administración de la compañía en la organización del lock out patronal y el intento de golpe de estado, significan que por primera vez en la historia de Venezuela una parte significativa de las ganancias petroleras serán reinvertidas en la economía. De acuerdo con la información difundida por la gerencia de PDVSA $ 2.840 millones fueron invertidos en Fondespa, un fondo para regular los fondos del petróleo hacia diferentes proyectos de desarrollo. Al mismo tiempo los directores de la compañía se pagaron a si mismos un bonito bono de Navidad de 231 millones de Bolívares o US$ 122.500 para cada una de las 12 personas en el directorio durante el 2004.
La economía petrolera experimentó una tasa de crecimiento de 8.7%, el nivel más alto alcanzado desde que el Banco Central de Venezuela comenzó a llevar registros del crecimiento del PIB. Esto ha permitido al gobierno incrementar los gastos e invertir en la economía no petrolera. Sectores no petroleros como la construcción ( 32.1%), instituciones financieras y de seguros (26.6%), transportes y almacenamientos (26.4%), comercio y servicios de mantenimiento (25.5%), y manufacturas e industria (25.4%) encabezaron en 2004. En promedio el sector privado consiguió un crecimiento del 18% y el sector público un 11.0%.
Estos índices de crecimiento ilustran porqué parte de la burguesía venezolana, por primera vez, ha concluido una paz por separado con Chávez. Hay un montón de dinero a sacar del excedente venezolano de US$ 14.6 billones, un aumento de 3 billones de dólares desde 2003, cuando el gobierno está preparado para invertir en grandes obras de construcción, transporte y educación. Contratistas del sector privado pueden ganar una fortuna si son premiados con contratos patrocinados por el estado. Hay evidencia que sugiere que la clase trabajadora y los pobres no lo han estado tan bien en los dos últimos años. La inflación, en 2004, llegó hasta el 25%, incrementando el precio de la comida, el transporte y la vivienda. La clase trabajadora también fue la que más sufrió los efectos de los dos meses de la huelga petrolera. Entre diciembre de 2002 y febrero de 2003 que redujo un 7.7% el crecimiento económico.
Más aún, con el 53% de la población activa empleada en los sectores informales de la economía se puede decir con seguridad que la mayoría de la población de los venezolanos no se han beneficiado directamente con el crecimiento económico.
El dinero del petróleo ha permitido al presidente Chávez adquirir la más valiosa de las mercancías en política: tiempo. El gasto creciente es una de las razones que han permitido a Chávez permanecer en el poder durante siete años mientras mejoran las condiciones de la vida cotidiana de las masas y extiende su base en la sociedad. Como dice José Cerritelli, un economista andino de Bear Stearns en New York: "Hay un momentum positivo, no solo en el petróleo, que se ha escurrido hacia otras áreas de la economía… Esto no hubiera sucedido si los precios del petróleo no fueran tan altos, permitiendo al gobierno incrementar el gasto." No, pero cuando los precios del petróleo se reduzcan como un resultado posible de la crisis económica del capitalismo esto tendrá el efecto contrario sobre la economía venezolana con un empeoramiento casi inmediato del empleo, los ingresos y las condiciones de vida de la clase trabajadora venezolana.
La manera como el gobierno de Chávez ha sido capaz de invertir en servicios públicos. Infraestructura y educación apunta a lo que sería posible sobre la base de una economía democráticamente planificada en lugar de la política actual, que trata y dirige fuerzas caóticas de mercado con regulaciones e intervenciones estatales limitadas. Sobre la base del control y la gestión de los trabajadores de las empresas decisivas de la economía sería posible planificar el progreso económico y social. La amplia mayoría de la riqueza petrolera se destinaría a reconstruir las vidas de los venezolanos comunes en lugar de llenar los bolsillos de los contratistas privados. Una economía democráticamente planificada podría comenzar a cambiar radicalmente la sociedad venezolana y las vidas de millones de trabajadores y gente pobre. Esta sucesión de progreso social tendría un efecto electrificante sobre las masas de América Latina y difundiría un nuevo lenguaje de socialismo, un lenguaje fluido de progreso social y económico, expresado en la cantidad de viviendas construidas, toneladas de alimentos distribuidos, empleos creados y democracia asegurada. Esta es la mejor garantía para asegurar la defensa nacional e internacional de la revolución venezolana.
Nacionalización y co-gestión.
Este verano Chávez anunció la nacionalización de cerca de 700 compañías y dio a conocer la lista de otras 1.400 empresas actualmente bajo investigación para futura expropiación. Desafortunadamente esas nuevas medidas siguen el patrón bolivariano. Esas son compañías ya cerradas por los empleadores y la lista para futuras expropiaciones está confeccionada con empresas que actualmente trabajan a menos del 50% de su capacidad. La burguesía venezolana es culpable de enorme negligencia y sabotaje económico. De acuerdo con una investigación de la organización empresarial Conindustria la mayoría de las compañías estaban operando al 56.7% de su capacidad en el segundo trimestre de 2005. Aún así Chávez declaró que la expropiación sería usada solamente como último recurso y pidió la colaboración de las autoridades locales y los gobernadores. El mensaje para los propietarios de las empresas bajo indagación fue que, a condición que permitieran una forma de co-gestión de los trabajadores, podrían reclamar su propiedad y solicitar subsidios estatales.
Una capa de trabajadores está llegando a la conclusión que, en términos de baseball, el gobierno no está echando bola y no está cubriendo todas las bases. Un activista nos dijo cuan frecuentemente tenían que presionar a los funcionarios para que tomaran acciones, en un caso el gobierno solamente intervino para nacionalizar su lugar de trabajo después que los trabajadores habían ocupado la fabrica por un periodo de dos años.
Además, la co-gestión como la ve el gobierno Bolivariano está lejos del control y gestión obreros. En algunos casos, como en el productor de Aluminio Alcasa, los trabajadores bajo la conducción de la central sindical UNT han introducido importantes elementos de control de los trabajadores. En Alcasa es la fuerza de trabajo la que elige a los gerentes y los gerentes están sujetos a revocación y la gente que acepta el puesto de gerente lo puede hacer solamente sobre la base de sus salarios anteriores. Carlos Lanz, recientemente nombrado gerente de Alcasa, dice que los resultados ya son visibles. En una entrevista difundida por el sitio de noticias en la WEB de la BBC (17/08/2005) es citado diciendo: "La planificación democrática es una palanca tan poderosa que incluso con tecnología más bien atrasada hemos conseguido aumentar la producción en un 11%."
Alcasa es la excepción. En general hay muchos reclamos por el sistema de co-gestión. Los trabajadores son aplastados entre la burocracia chavista de una parte, los antiguos gerentes de otra, y en algunos casos por su propia burocracia sindical. En Invepal, la papelera, los dirigentes sindicales decidieron desmantelar su sindicato y esperan comprar la participación estatal para transformarse en los únicos dueños. En la compañía de propiedad estatal CADAFE, por ejemplo, los gerentes de la compañía quieren limitar la ‘co-gestión’ de los trabajadores a aspectos secundarios de la producción. Los gerentes declararon que "no puede haber co-gestión de los trabajadores en industrias estratégicas". Hay unos pocos ejemplos para ilustrar los limites de la co-gestión. El gobierno Bolivariano junto con la parte del aparato que ha casado su futuro al del gobierno de Chávez, está promoviendo la co-gestión como el centro de una nueva clase de socialismo, haciendo de la economía venezolana en parte privada, en parte de propiedad estatal y en parte economía social, e.g. cooperativas de trabajadores y campesinos. En el presente, a pesar de la retórica radical de Chávez, esto es lo que el gobierno bolivariano quiere decir cuando usa la frase ‘socialismo en el siglo XXI’. Para las masas, sin embargo, la idea que en el siglo XXI Venezuela necesita ser socialista resulta de su propia experiencia practica y de la tarea agobiante de resolver los problemas cotidianos y tomar el control de los recursos del país. Desde el punto de vista de la clase trabajadora, la puesta en existencia de industrias de propiedad estatal, co-gestión y cooperativas es el punto de partida de una discusión sobre la necesidad del socialismo.
La convicción es que necesitamos el socialismo porque estas medidas son positivas pero no suficientes. En contraste, para el gobierno de Chávez y los vinculados con el aparato de estado este es un nuevo tipo de socialismo.
En realidad la economía venezolana sigue siendo capitalista. Esto no significa que los pocos experimentos de control de trabajadores sean sin importancia. Los sindicatos, y de hecho todas las otras organizaciones de lucha de la clase trabajadora, deberían luchar por el control de los trabajadores en los lugares de trabajo individuales como un punto de partida para la extensión a todas las ramas de la industria. El control de los trabajadores debería permitir a los trabajadores dirigir la producción día a día en las fabricas y darles el control sobre las contrataciones y los despidos. Los trabajadores mediante sus asambleas generales y consejos en los lugares de trabajo, deberían tener completo acceso a los libros y a los otros ‘así llamados ‘ secretos de la fabrica, de industrias enteras y de la economía nacional como un todo. Así los trabajadores pueden empezar a descubrir la parte real de la economía apropiada por capitalistas individuales, sociedades y por los capitalistas en su conjunto. El diseño del más elemental plan de producción desde el punto de vista de los explotados es imposible sin control de los trabajadores, esto es, sin revelar todos los métodos abiertos y ocultos de la economía capitalista. En este sentido el control de los trabajadores, incluso bajo las condiciones generales del capitalismo, puede ser una escuela para la gestión de los trabajadores y la economía democráticamente planificada. Es la base sobre la cual los trabajadores pueden hacerse con la gestión de la industria nacionalizada.
La clase trabajadora necesita sus propias organizaciones independientes
La necesidad de la clase trabajadora, junto con los pobres de la ciudad y el campo y todos los explotados por el capitalismo, de desarrollar sus propias organizaciones independientes se está haciendo todavía más apremiante. La tarea más urgente del día es la construcción de una organización revolucionaria de masas de la clase trabajadora, armada de un programa de revolución socialista.
La tarea del partido revolucionario es armar a las masas con ideas y programa claros, sacar colectivamente las lecciones de la lucha de clases y de las revoluciones del pasado tales como las revoluciones rusa de 1905 y 1917 y la degeneración en el estalinismo, pero también las experiencias de luchas revolucionarias más recientes como Cuba, Chile y Nicaragua. Implementando su programa, un partido revolucionario debería elevar la conciencia de la clase trabajadora acerca de su papel y peso en la sociedad y en el proceso revolucionario. Un partido revolucionario debería canalizar la energía de la clase trabajadora hacia el acto conciente de derribar al capitalismo y la construcción de una sociedad socialista.
Una revolución no puede ser arrojada sobre las masas desde arriba. Requiere de la organización y actividad conciente de la clase trabajadora, implementando y probando su propio programa para romper con el capitalismo. Algunos sindicalistas ya están llegando a la conclusión que el principal partido político de la coalición de Chávez, el MVR o movimiento por la quinta república, no es un partido de trabajadores sino, por el contrario, es un vehículo carrerista en el que los funcionarios, en el gobierno o parte del aparato de estado, que están por hacer la paz con el capitalismo están ganando influencia. Activistas en el "Barrio 23 de enero", una de las áreas más pobres y densamente poblados de Caracas, se quejaron que el MVR estuvo envuelto en maniobras para impedirles presentarse en las elecciones locales.
Las elecciones locales del 7 de agosto estuvieron marcadas por la alta abstención y el comienzo de un proceso de diferenciación política. El 70% de la población eligió quedarse en casa, en muchos casos, esto puede ser explicado como una protesta contra los partidos políticos pro-Chávez.
Los campesinos de un pueblo en las afueras de Caracas explicaron que no votarían por el gobierno porque aunque las cooperativas campesinas habían sido reconocidas por el gobierno un año y medio antes, todavía estaban esperando el primer adelanto para comenzar la producción. Una capa de la población, convencida que la oposición burguesa no es una amenaza de momento, decidió enseñar al gobierno una lección quedándose en casa.
Al mismo tiempo, partidos que son vistos como en el ala izquierda de la coalición de Chávez y que se quejan abiertamente de la burocracia y la corrupción, como el Tupamaro y el Partido Comunista Venezolano, ganaron en votos y en influencia. En las semanas posteriores a las elecciones, periódicos burgueses informaron de confrontaciones entre miembros del MVR y activistas locales de Tupamaro y el Partido Comunista: Tupamaro organizó una marcha a los locales centrales de la institución supervisora de las elecciones para protestar contra el fraude electoral del MVR y otros partidos Chavistas dominantes. La acusación de fraude electoral y trampas con los de votos ha sido usada muchas veces en el pasado por la oposición burguesa. Este vocinglerio de la oposición burguesa no tenía sino un propósito, convencer a la opinión pública que Chávez es un dictador y que está preparando el terreno para un golpe. La oposición burguesa y el imperialismo nunca han conseguido producir una brizna de evidencia para respaldar sus alegatos.
El hecho que ellos llamaron a esta manifestación es el reflejo de un fenómeno enteramente diferente. Ilustra el enojo que sienten los trabajadores y activistas en los barrios pobres por la fuerte discriminación de los candidatos y funcionarios del MVR. Miembros del Circulo Bolivariano de Coche, otro barrio de Caracas. Contaron sobre el rencor existente entre los activistas locales acerca de las elecciones. Quizá estas criticas eran sobre asuntos menores (como el retiro de urnas por funcionarios sobre ansiosos, antes que todos hubieran tenido la oportunidad de votar), tal vez estas cosas son parte normal del proceso, pero de todas maneras coincide con una creciente división entre los activistas en la base y los funcionarios del gobierno y de los partidos del gobierno, una división creciente causada por el peso de la burocracia. La mayoría de los miembros de esta burocracia emergente y del oficialismo son conversos recientes a Chávez. Una mujer protestando por las acciones de un dirigente en el estado de Anzoátegui, resumió los sentimientos de una capa de activistas cuando dijo: "Presidente, abra sus ojos… muchos de los que están a su lado le están engañando. Escuche la voz del pueblo."
Un partido revolucionario de trabajadores debería hacer suyas las cuestiones de la democracia y la representación y la necesidad de desarrollar y vincular los consejos locales electos que representan a los trabajadores y los pobres. Los funcionarios del estado no son sustitutos para el movimiento de masas. Es necesario adoptar medidas especiales para garantizar que cada trabajador o grupo de trabajadores que quiere participar en elecciones sobre su propia plataforma obtenga los medios para hacerlo; debería garantizarse la ayuda financiera en relación con la fuerza de sus seguidores y, excepto de tomar las armas contra un gobierno de trabajadores, todas las acciones y actividades políticas deberían ser permitidas. Solamente animando a las masas a participar totalmente en el proceso revolucionario, con todos los derechos democráticos, puede avanzar la revolución.
Mucha gente se queja de las llamadas ‘Morachas’ o acuerdos electorales. Estos son pactos pre-electorales hechos, en estas elecciones, predominantemente entre los partidos del gobierno para garantizar un acuerdo mayoritario y dividir ‘los apetitos’ entre ellos. Esto a expensas de activistas locales que fueron dejados fuera, porque si, debido a que a un partido o tendencia de un partido, que no era particularmente activa en el barrio, se le había prometido un lugar seguro en la lista electoral. Los trabajadores en general están en contra de estas ‘Morachas’ porque ellas sirven los intereses de la elite de ‘profesionales’ políticos e impiden la participación de los acivistas de base.
La realización de una genuina democracia de trabajadores solo puede ser conseguida sobre la base de la participación de la clase trabajadora en el proceso político y aquí es donde debe comenzar este viaje, la construcción de instrumentos de control, gestión y planificación de la economía y de los recursos disponibles. Se necesitaría establecer comités en cada lugar de trabajo, universidad y barrio. En estos cuerpos se elegirían representantes, sujetos a revocación y, si son pagados, no recibirían más que el salario promedio de un trabajador calificado. Los representantes se organizarían para reunirse sobre la base del distrito, la ciudad y los niveles nacionales.
Desafortunadamente, cuerpos como los Círculos Bolivarianos y las Unidades de Batalla Electoral (UBE), que fueron llamados a constituirse por Chávez y que podrían haberse desarrollado de esta manera, han desaparecido en su mayoría. Los Círculos Bolivarianos fueron formados inicialmente como grupos de comunidad locales en la cima de la lucha con la oposición pro-imperialista y jugaron un papel formidable en derrotar el intento de golpe. Las Unidades de Batalla Electoral eran grupos movilizadores en apoyo a Chávez durante la preparación y el llamado a referéndum.
En la vecina Bolivia por ejemplo la COB (Confederación Obrera Boliviana) lanzó un llamado a crear una Asamblea Popular Revolucionaria para unir a todos los sindicatos, movimientos populares y organizaciones estudiantiles con el objetivo de diseñar una estrategia para la toma del poder por la clase trabajadora, los pobres del campo y las empobrecidas clases medias. Por supuesto estos llamados necesitan ser traducidos en acciones e iniciativas concretas. La dinámica federación sindical venezolana, la UNT, que ha crecido masivamente en el último periodo, debería repetir el ejemplo de sus camaradas en Bolivia y crear sus propios comités de trabajadores y pobres en las fabricas y los barrios.
El sindicalismo
La UNT (Unión Nacional de Trabajadores) de Venezuela es una organización muy joven. Desde su creación en Mayo del 2003, fue acogida por los trabajadores como una alternativa a la CTV, la vieja y corrupta confederación sindical. Los líderes de la CTV habían cooperado con el programa de reformas y privatización del gobierno de Caldera a mediados de los ’90, y fueron de hecho considerados cómplices de la burguesía y del imperialismo. Es difícil encontrar pruebas definitivas de que la UNT ya ha pasado a ocupar el lugar de CTV como la principal federación sindical. Según el Ministerio de Trabajo, el 76.5% de los acuerdos colectivos firmados en 2003 y 2004 fueron con la UNT, y tan solo el 20.2% con la CTV. Esto se debe en mayor parte a la hegemonía de la UNT dentro del sector público, donde la preferencia oficial desempeña un importante papel. No obstante, incluso en el sector privado la UNT representó el 50.3% de todos los acuerdos colectivos firmados en 2003-2004, frente al 45.2% de CTV. La UNT es una organización sindical joven y está al frente del movimiento de la clase trabajadora dentro de la revolución bolivariana. El proceso dentro de las fábricas y en las comunidades es muy dinámico. Los trabajadores llevan la iniciativa para construir ramas de la UNT en sus lugares de trabajo, emergen líderes jóvenes y la experiencia de la lucha – pero también de las limitaciones del proceso bolivariano – los guía hacia conclusiones de profundo alcance.
Los líderes del sindicato regional de trabajadores de la construcción en Carabobo, que cuenta con unos 2000 miembros, presentaron el folleto del CIT a su Comité Ejecutivo y lo aprobaron por medio de una votación. Había sido nuestro programa político, nuestra llamada a desconfiar absolutamente de los representantes del capitalismo y nuestra insistencia en crear una organización independiente de la clase trabajadora los que los impactaron. Durante nuestra discusión con uno de sus enlaces sindicales, este declaró que "la MVR no es una organización de la clase trabajadora."
En general, los militantes de la UNT no son activistas tan solo en sus lugares de trabajo sino que también toman parte en todos los aspectos de la revolución bolivariana dentro de las comunidades y las cooperativas. Un miembro del sindicato de la construcción nos explicó que más de 50 cooperativas son activas en todos los aspectos de la vida diaria.
Tienen innumerables historias sobre el sacrificio y el magnífico trabajo que está siendo llevado a cabo por los habitantes y activistas. Disponen de cientos de ejemplos que ilustran los límites de este proceso, la lentitud del gobierno y sus funcionarios, el sabotaje de la burocracia estatal y la oposición burguesa. Prestando un poco de atención, se pueden apreciar detalles de la lucha que, semana tras semana, la clase trabajadora lleva con el estado y la burocracia gubernamental. Por ejemplo, en la primera semana de septiembre un grupo de trabajadores de la planta PDVSA-Anaco sorprendieron a la opinión pública con una protesta de tres días frente al palacio presidencial de Miraflores. Una mañana temprano fueron expulsados por la Guardia Nacional pero decidieron trasladarse y asentar frente al Parlamento una "protesta sangrante" cortándose con trozos de cristales rotos en los brazos y en el pecho. Estos 500 trabajadores que protestaron contra sus injustos despidos, fueron héroes hace menos de dos años. La revista del PDVSA les concedió una sección especial por su resistencia heroica en la derrota del cierre patronal.
Más protestas contra despidos improcedentes, retenciones de pagos y otras irregularidades están teniendo lugar. La mayoría de estos conflictos forman parte del choque entre los trabajadores, que están comenzando a sindicalizarse y a cambiar las condiciones dentro de las fabricas, con las respuestas feroces de los empresarios del sector privado, algunos de los cuales mantienen muy buenas relaciones con parte del estado, los alcaldes, los gobernadores, etc.
La tarea del liderazgo de la UNT es defender los intereses de la clase trabajadora en la lucha de clases y promover su independencia. La política de la UNT no debería estar ligada con la del Estado o verse como una simple fuerza auxiliar en el proceso revolucionario. Del mismo modo que debe apoyar con hechos y palabras los aspectos positivos de la política estatal, la UNT tiene el deber frente a los trabajadores y la gente explotada en Venezuela de criticar y luchar contra todo aquello que perjudique los intereses de los trabajadores y el pueblo. Su tarea es llegar a ser la viva expresión de la lucha de las masas explotadas. De tener éxito, la UNT cumpliría su rol histórico y se convertiría a la vez en el centro organizacional de las masas revolucionarias en su lucha por el socialismo revolucionario.
La reforma agraria
En un articulo escrito para el COHA (Council of Hemispheric Affairs) por Seth DeLong, el investigador norteamericano utilizó una analogía para describir la enorme desigualdad rural y urbana que existe en Venezuela. "Imagine si en este país [Estados Unidos] unas pocas familias fuesen propietarias de todo el estado de California. Imagine que no existe la Comisión de Costas de California, ni hay límites sobre la cantidad de tierras que se puedan comprar, ni leyes de urbanismo, ni supervisión estatal, ni nada parecido. No obstante, nada de esto importaría al ciudadano medio porque California, una conglomeración de tierras grandes de propiedad privada, nunca sería visitada por la mayoría de los residentes de los EEUU (a excepción de los obreros itinerantes). En otras palabras, piense sobre uno de los más bonitos estados de la unión como una gigante comunidad amurallada. Mientras tanto, la oligarquía terrateniente posee la mayor parte de las tierras, que no están siendo explotadas porque sus propietarios prefieren especular con su valor a explotarlas para la producción agraria."
En Venezuela aproximadamente el 75%-80% de tierras privadas pertenece al 5% de terratenientes. La división de las tierras de cultivo es aún más desproporcionada. Apenas un 2% de la población es propietaria del 60% de estos terrenos a través de latifundios o holding agrarios. Y debido a que los terratenientes prefieren estar de brazos cruzados sobre sus terrenos y dejarlos para "engordar el torneo", Venezuela es el único importador neto de productos agrícolas de Latinoamérica. De hecho, el país se ve obligado a importar del extranjero más de dos tercios de sus productos alimenticios. El hecho de que el sector agrario representa tan solo el 6% del PIB de Venezuela demuestra la naturaleza improductiva del sistema latifundista.
En el 2001 el gobierno de Chávez presentó sus planes de reforma agraria con la Ley de Tierras y Desarrollo Agrario. Los objetivos de la legislación eran: imponer limites al tamaño de propiedades de tierras, imponer impuestos sobre tierras privadas sin explotar, redistribuir tierras estatales sin explotar a campesinos y cooperativas y, por último, expropiar tierras sin cultivar y en barbecho de las grandes haciendas privadas compensando a los terratenientes con el valor de mercado de dichas tierras. Hasta el momento el gobierno de Chávez ha redistribuido aproximadamente 2.2 millones de hectáreas de tierras estatales a más de 130.000 familias campesinas y cooperativas. Sin embargo, tierras privadas no habían sido objeto de expropiación para la redistribución hasta hace pocos meses.
Hoy, la tensión está creciendo dentro del país, principalmente debido a que en algunas zonas los campesinos, a veces con la ayuda del gobierno o el ejército, han empezado a ocupar tierras privadas. Como consecuencia de ello, el gobierno ha tenido que intervenir para acelerar el proceso de expropiación y redistribución, no solo de las tierras sino también de las empresas. En Gran Bretaña, el ejemplo de los ranchos Vestey, propiedad de Lord Vestey, ha sido destacado en los medios de comunicación. Se estima que el conjunto de los ranchos de Lord Vestey producen el 5% de carne de res de Venezuela. La Ley de Reforma Agraria del presidente Chávez y del gobierno bolivariano está intentando evitar cometer los errores de anteriores intentos de la misma reforma. En 1960, otro reparto de tierras benefició a 150.000 familias campesinas, pero debido a la ausencia de mercado para vender su producción y a la falta de educación y preparación, la mayoría de los campesinos acabó abandonando las tierras o vendiéndolas de nuevo a los terratenientes.
Aparte de eso, la reforma del 1960 no había sido diseñada para acabar con las haciendas de los grandes terratenientes, y mucho menos para destruir su poder financiero y político. Hoy, Chávez está intentando crear el mercado para dar salida a la producción de las pequeñas granjas con la ayuda de las cooperativas y el vínculo con los programas gubernamentales de subsidios de alimentación.
Como segunda medida, la mayor parte de las tierras permanecerá en manos del gobierno para evitar que termine en el poder de los grandes terratenientes.
Es imposible tener la seguridad de que esta estrategia vaya a dar fruto sin tomar el poder decisivo necesario y sin expropiar las grandes propiedades de tierras privadas. Se está haciendo especialmente difícil desde que la oligarquía rural se está preparando para la guerra contra los líderes campesinos y sembrando así el camino para una guerra civil contrarrevolucionaria. En casi todos los países latinoamericanos la contrarrevolución ha comenzado a organizarse alrededor de la burguesía terrateniente. Llevan tiempo organizando sus fuerzas para imponer su poder por medio de despiadadas campañas de torturas y asesinatos.
Una manifestación de 6000 campesinos tomó las calles de Caracas a principios del pasado mes de Julio para resaltar la grave situación en la que se encuentran los líderes campesinos y para exigir el fin de la impunidad de los responsables de más de 130 asesinatos. Desde que la Ley de Reforma Agraria fue aprobada por el parlamento en 2001, los conflictos entre los activistas de la reforma agraria y los terratenientes han resultado en el asesinato de al menos 150 campesinos. Desde el nuevo ímpetu dado por el presidente Chávez en 2005, ha habido otra escalada de violencia. Claudia Jardim, una periodista que sigue de cerca los acontecimientos en el entorno rural, ha declarado que la tasa de asesinatos en el campo se ha elevado hasta un líder campesino a la semana desde el mes de Enero.
De ser establecido, un gobierno socialista expropiaría las grandes haciendas y, con una combinación de cooperativas y de redistribución de tierras, incentivaría a los campesinos y a los pobres del campo a unir los pequeños lotes de tierra para así integrarlos en un plan agrario. Un gobierno de los trabajadores no solo implementaría un drástico programa de reforma agraria sino que también fomentaría las iniciativas de los campesinos a tomar las tierras y formar las organizaciones de defensa agraria, basadas dentro de las comunidades campesinas para defenderse de los escuadrones de muerte organizados por los patrones.
El impacto internacional
El gobierno de Bush, y con este la élite americana, están cada vez más preocupados por el efecto de la política exterior venezolana y su impacto dentro de la región. Sus oficiales siguen insinuando que Venezuela pretende desestabilizar o influenciar los gobiernos de la zona, y en particular los de Ecuador y Bolivia. El imperialismo estadounidense se enfrenta por primera vez desde el final de la Guerra Fría, con un gobierno que utiliza la retórica socialista y que es popular entre las masas de América Latina. Emulando a Simón Bolívar, el héroe de la independencia de Latinoamérica, Chávez está decidido a crear una alianza bolivariana antiimperialista de los países de América Latina. El embajador de EEUU en España, Eduardo Aguirre, ha declarado en una reciente entrevista para el periódico español La Vanguardia que "la política del presidente Chávez es preocupante puesto que ha expresado interés en extender su revolución a otras naciones de Latinoamérica."
Pero aunque los comentaristas de EEUU estén preocupados, la estrategia de Chávez es más adecuada para la exportación del petróleo que de la revolución. Hasta el 2002, el 57% del total de las ventas de petróleo y sus derivados en Venezuela tenían como destino a América del Norte. El 15% de las importaciones de los EEUU provienen de Venezuela y aunque los oficiales de ambos lados han declarado que no hay necesidad de cambiar esto, las estadísticas muestran otra cosa. En los últimos dos años las exportaciones medias de petróleo de Venezuela a América del Norte han caído un 24.5% mientras que las exportaciones petroleras de Venezuela a América Latina se han incrementado del 25 al 41 por ciento. Los acuerdos firmados por el gobierno de Venezuela en el 2005 con países como Brasil, Argentina, Uruguay, Cuba, Jamaica, España, India y China apuntan a un cambio aún mayor este año. Venezuela está ofreciendo a países latinoamericanos condiciones de pago más flexibles de las que encontrarían en cualquier lado. Los signatarios del Petrocaribe, acuerdo entre Venezuela y los países del Caribe, están disfrutando de un acuerdo en el que Venezuela financia hasta el 50% de las ventas del petróleo y el resto es pagadero en un período de hasta 25 años.
Las alianzas con los regímenes burgueses de América Latina, como el de Lula en Brasil – el nuevo favorito del FMI en el continente – están oscureciendo los problemas de clase para las masas de los países implicados. Muchos de los gobiernos latinoamericanos están encantados de llevar el manto radical durante unos días poniéndose temporalmente de lado de Venezuela. Sin embargo, una vez que los acuerdos llegan a su fin, no hay nada que impida que estos gobiernos se vuelquen de nuevo sobre sus programas dirigidos contra los trabajadores y los pobres.
Desafortunadamente, cuando Chávez fue a Brasil en medio del escándalo de corrupción, rechazó toda indicación de que el PT o algunos de sus ministros eran responsables de corrupción. Chávez no solo ignoró la avalancha de documentos y pruebas que llevaron a algunos líderes del gobierno y del PT a renunciar, sino que además declaró que el escándalo fue "una invención de los partidos de la derecha para difamar al gobierno de Lula." Chávez no ha hecho ninguna declaración en apoyo a P-SOL, el Partido de Socialismo y Libertad, formado en Brasil en reacción a la política neoliberal del gobierno de Lula.
Durante la última semana de Agosto, el gobierno de Ecuador declaró el estado de emergencia en dos de sus provincias petroleras del Amazonas, Sucumbíos y Orellana. La razón de las enérgicas medidas fue una importante huelga de los trabajadores de las plantas de petróleo y los activistas de la comunidad que exigían la expulsión de una de las petroleras norteamericanas. Esta huelga aislada se convirtió pronto en una huelga general dentro de las dos provincias. Las comunidades locales pedían que las petroleras fuesen obligadas a invertir en las infraestructuras de la región y a tomar medidas para disminuir el desempleo. La huelga paralizó completamente la industria petrolera ecuatoriana. Cuando el gobierno ordenó la detención de los líderes huelguistas, explotó un insurgencia parcial y las comunidades locales atacaron las instalaciones petroleras, los cuarteles militares y las casas de familias militares en la región. El gobierno designó un nuevo ministro de defensa, el retirado General Oswaldo Jarrin, quien inmediatamente dio la orden al ejercito de "utilizar máxima fuerza si fuese necesario" para retomar el control dentro de las provincias en rebelión. El gobierno de Ecuador, que había suministrado petróleo a Venezuela durante el cierre patronal, pidió a Chávez el suministro de petróleo necesario para compensar la parálisis total de su propia industria. Increíble pero cierto, Chávez accedió a proveer a Ecuador con un préstamo de petróleo a ningún coste. En su programa "Aló presidente", Chávez declaró que "Venezuela cubrirá sus compromisos que el gobierno de Ecuador no ha podido cumplir en los últimos días. No tendrán que pagar un centavo." Después de Venezuela, Ecuador es el segundo más importante proveedor de petróleo de EEUU.
Desafortunadamente, Chávez no tiene posibilidades de extender una revolución socialista a otros países de América Latina. En el caso de Ecuador, la estrategia bolivariana de creación de alianzas con otros estados burgueses en Latinoamérica ha contribuido a descarrilar el movimiento de las masas.
Teniendo en cuenta el desorden y las tormentas económicas que nos esperan, la estrategia del gobierno bolivariano de Venezuela volverá a repetir incidentes como estos.
Un gobierno de los trabajadores, especialmente si es un caso aislado, puede que concluya temporalmente las alianzas con los gobiernos burgueses. Podría verse forzado a hacerlo para salvar la revolución pero lo habría de hacer a la vez que extiende la revolución a otros países y diga la verdad a la clase trabajadora y a los pobres de su propio país y a los trabajadores y pobres de otras naciones. Trataría de evitar a toda costa que sus acciones corten el progreso de la lucha de clases de otra nación o desempeñen un papel objetivo de aliado de la clase dirigente de otro país contra la clase trabajadora del mismo.
Desafortunadamente algunos líderes de las organizaciones de trabajadores ven futuro en las alianzas bolivarianas. Orlando Chirino, miembro del Comité Nacional Coordinador de la confederación sindical de la UNT declaró recientemente en una entrevista: "Es importante que Venezuela fortalezca sus alianzas políticas a través de toda América Latina. Existe un apoyo masivo por parte de las masas latinoamericanas a la revolución bolivariana. Por ello las amenazas al gobierno de Lula en Brasil son de mayor preocupación. Necesitamos defender a Lula y continuar trabajando para fortalecer la alianza Chávez-Kirchner-Lula-Tabare en América del Sur."
Los vínculos que el régimen chavista ha creado con Cuba son por lo general muy valorados por la clase trabajadora y pobre de Venezuela. Unos 20.000 médicos cubanos trabajan en los barrios pobres ofreciendo cuidados sanitarios gratuitos a venezolanos. De hecho, estas relaciones pueden ser de provecho mutuo para las clases trabajadoras y a los pobres de los dos países.
Al mismo tiempo, no hay que desechar sistemáticamente y quitar valor a todas las críticas a Cuba. Es deber de todo revolucionario defender los avances de la revolución cubana. La unión entre Cuba y Venezuela podría ser el primer paso para darle un impulso fresco a la revolución cubana y seguir luchando por el socialismo en toda América Latina pero esto debería ir acompañado de un programa para establecer una genuina democracia de los trabajadores que promueva la libertad de organización y de prensa para la clase trabajadora y que tome medidas contra la burocracia. Es cierto que existe un sentimiento de admiración y respeto hacia la revolución cubana dentro de la clase trabajadora y entre los pobres de Venezuela, pero también es cierto que se reconoce el hecho de que Cuba es gobernada por una casta burocrática. En algunos niveles de la revolución, se ve a Cuba como un aliado en la lucha contra el imperialismo pero no como un modelo a seguir para el desarrollo del socialismo en Venezuela.
Se necesita un programa socialista revolucionario.
Los acontecimientos en Venezuela son de trascendencia mundial. El régimen de Chávez sirve de ejemplo para las masas de América Latina, una alternativa a los implacables regímenes neoliberales que dominan en el resto del continente. El resurgimiento de la consciencia socialista es el precursor de acontecimientos en otros países en los años que vienen. Con los sucesos que han tenido lugar y la experiencia de la lucha, las masas llegaran a conclusiones de profundo alcance sobre la necesidad de un independiente partido de las masas trabajadoras, con un programa socialista revolucionario bajo el brazo.
Y aunque el gobierno de Chávez parezca una fuerza muy radical, y el mismo Chávez haya comenzado un debate nacional sobre el socialismo, las medidas tomadas hasta ahora por su gobierno no se pueden comparar con el alcance de acontecimientos similares en Chile y Portugal en 1970. Tampoco se igualan el nivel de autoorganización de la clase trabajadora y de su consciencia en general, que en aquel entonces era mayor que actualmente. Pero aún así, lo que hoy estamos presenciando demuestra que las ideas socialistas vuelven a estar una vez más a la orden del día.
Las fuerzas del CIT están creciendo en Venezuela. Estamos convencidos de que con un programa de lucha por el socialismo revolucionario y la independencia de la clase trabajadora podremos desempeñar un papel importante en el avance de los intereses de la clase trabajadora y el socialismo en el continente latinoamericano.
Quisling; político fascista que encabezó un gobierno títere en la Noruega ocupada por los nazis. Su nombre simboliza a los políticos dispuestos a vender su país a las potencias imperialistas agresoras. (ndt)
Este artículo fue escrito el Jueves 6 de Octubre de 2005. socialistworld.net
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