Las celebraciones por parte de la elite dominante en Venezuela y la Casa Blanca el sábado 14 de abril, luego del golpe militar que saca a Hugo Chávez del gobierno, fueron prematuras. En cuestión de horas el presidente recién instalado – Pedro Carmona – fue arrestado, y el populista radical Hugo Chávez Frías, volvió levantado por un masivo movimiento de la población más pobre que marcho desde los barrios populares al palacio presidencial. Uniéndose a los sectores mas radicalizados de las fuerzas armadas, específicamente la brigada 42 de la tropa de paracaidista – regimiento que Chávez integró en el pasado y que permaneció fiel a él.
Estos acontecimientos representan una gran derrota para la clase dominante venezolana y también para el imperialismo norteamericano que ha conspirado para derrocar a Chávez. El imperialismo teme al hecho de que Chávez sea el primero de un nuevo movimiento radical y popular en América Latina, que bajo la presión masiva de la clase trabajadora y los sectores más pobres amenacen los intereses del capitalismo y particularmente del imperialismo norteamericano. Bush y la Casa Blanca consideran a Chávez como ingobernable y un obstáculo a los intereses de EE.UU. en la región – sobre todo en Colombia. Las políticas de cambio reformistas llevadas a cabo por Chávez, y su simpatía para con las FARC Colombianas, y las relaciones con Castro en Cuba, se oponen a las políticas e intereses del imperialismo norteamericano. Además, Venezuela, como el cuarto productor internacional de petróleo en el mundo, y el mayor proveedor de EE.UU., es crucial para los intereses norteamericanos, dado la volátil situación existente en Medio Oriente.
Los límites de poder del imperialismo norteamericano
La derrota del golpe de estado dada por las masivas movilizaciones de las masas y los sectores más pobres, junto con el levantamiento en Argentina en diciembre del 2001, demuestra que el imponente poder del imperialismo norteamericano tiene sus limites. Se puede detener y confrontar a la clase dominante cuando enfrentan la movilización masiva de la clase trabajadora y los sectores mas golpeados por el capitalismo e imperialismo.
Sin embargo, siguiendo a esta derrota de la reacción ahora es esencial que la clase trabajadora y todos los sectores oprimidos en Venezuela tomen la iniciativa y de los pasos necesarios para derrocar al capitalismo y establecer un gobierno democrático de los trabajadores con un programa socialista revolucionario. Si esto no se hace, "la bestia herida" del imperialismo norteamericano, y la vengativa clase dominante de Venezuela golpeara de nuevo.
Hugo Chávez declara en diciembre del 2001 que el no se convertiría en un Salvador Allende Chileno, socialista que llego al gobierno y que fue derrocado con apoyo de la CIA en el sangriento golpe de estado de 1973. Aunque hay diferencias significantes con la situación que se desarrollo en Chile, existen también importantes paralelos y lecciones para la clase trabajadora de Venezuela.
Allende fue diferente, Chávez no se considera un socialista, y aunque su discurso va dirigido hacia los pobres, él se limita a luchar por el vago concepto de "la revolución Bolivariana", en la que no se plantea el socialismo, ni tampoco derrocar el capitalismo. Es más, en Chile durante los años de gobierno de la Unidad Popular, la mayoría de la clase trabajadora abrazó activamente la idea del socialismo, como alternativa al capitalismo. La fuerte presión revolucionaria de los trabajadores y la juventud – empujo a Allende a ir mas lejos de lo que Chávez ha hechos hasta ahora – nacionalizando sobre el 40% de la economía, incluyendo poderosas compañías multinacionales en manos del imperialismo norteamericano.
Debido al cambio en la situación internacional, que siguió al derrumbe de los regímenes estalinistas de la URSS y Europa Oriental, y la falta de una alternativa socialista sólida, la clase trabajadora aunque luchadora y fuertemente golpeada por el capitalismo, no han abrazado todavía las ideas del socialismo como alternativa.
Por consiguiente, la oposición masiva a las políticas neo-liberales de los años noventa y la las manifestaciones de rechazo contra la elite política, y corrupta que gobernó Venezuela durante cuarenta años se han expresado en el movimiento radical y populista llevado a cabo por Hugo Chávez.
Las lecciones de Chile 1973
A pesar de estas diferencias, hay también sin embargo, lecciones importantes que necesitan ser sacadas de la derrota de los trabajadores chilenos en 1973. Antes de la victoria de la contrarrevolución el 11 de septiembre, un intento fallido para derrocar a allende era llevado a cabo por una parte del ejercito en junio. Este suceso -conocido como "el tancazo"- era una anticipación de lo que sucedería tres meses después. El tancazo no dio los resultados que los golpistas esperaban, pero era un reflejo de cómo todavía la mayoría del ejercito y los conspiradores aún no estaban en condiciones de tomar el poder.
La derrota del tancazo le daba a los dirigentes de la clase trabajadora y de los partidos de izquierda la oportunidad de aplastar la contrarrevolución. Cientos de miles de trabajadores se tomaron las calles en apoyo al gobierno de Allende, y hubo ocupaciones de fabricas. Medio millón de trabajadores se conjohnó en La Alameda exigiendo armas para defender a su gobierno, –"Allende, Allende el pueblo te defiende" – era lo que se cantaba en las calles de Santiago. Trágicamente los lideres del movimiento no respondieron a las demandas de las masas y un exitoso golpe derechista encabezado por Pinochet, fue lo que vino después.
Aunque será más difícil para la reacción recomenzar de inmediato los intentos golpistas contra Chávez, a partir de ahora las fuerzas divididas de la oposición intentaran reagruparse y minar indudablemente el camino a Chávez, e intentara nuevamente un golpe de estado en el futuro. Hay una diferencia importante entre el tancazo chileno y los recientes eventos en Venezuela, y es que probablemente la derecha retrazara otro intento de golpe.
El tancazo chileno fue realizado por un pequeño sector del ejercito, que actuaron prematuramente. El resto de los conspiradores se quedo en los cuarteles, para preparar y ejecutar su ataque tres meses después. En cambio el reciente golpe en Venezuela involucró a toda la oposición, y este fue derrotado. Sin embargo esto es solo una diferencia cronológica, y no disminuye por tanto la amenaza explicita de golpe que los sectores dominantes conflagran en contra de Chávez y contra el pueblo Venezolano.
La campaña para desestabilizar a Chávez
La situación previa a este intento de golpe de estado en Venezuela en abril pasado tiene similitudes y recuerdan los hechos ocurridos en Chile durante la Unidad Popular. Una fuerte campaña para desestabilizar al gobierno había sido organizada, en donde fueron los mismos sectores quienes conjugaron su accionar contra el gobierno; que incluye a la elite dominante, los altos mandos militares, la iglesia católica, la CIA y la secretaría de relaciones exteriores norteamericana.
El imperialismo norteamericano siempre ha mostrado desconfianza por la administración Chávez. Venezuela es la cuarta economía más grande en América latina, y el cuarto exportador de petróleo del mundo. Además geográficamente limita con Colombia. Por consiguiente el país es estratégicamente importante para los EE.UU., que quiere un régimen dócil en el poder. Chávez provoca la ira de Bush luego de los atentados del 11 de septiembre en Nueva York. Tras condenar el ataque a las torres gemelas, entonces el presidente Venezolano critico fuertemente a Bus por "usar el terror contra el terror". Esto llevo a la embajadora norteamericana a visitar a Chávez y a decirle "que cerrara su boca".
Ahora esta claro que en febrero de este año, el plan para hacer tambalear al gobierno estaba siendo aplicado. El 5 de febrero, la CIA emitió una declaración que "expresaba su profunda preocupación por la situación que se estaba desarrollando en Venezuela". Luego, el secretario de estado Colin Powell expresa abiertamente sus dudas acerca de si el gobierno de Chávez llegaría al final de su periodo. El 7 de febrero, el Coronel Pedro Soto fuel primero de una serie de altos funcionarios del ejercito, que exigía la renuncia de Chávez.
El 12 de marzo, el periódico derechista de caracas La Razón, pudo alardear en su editorial de "que todo estaba listo para la primera fase del cambio democrático, y constitucional del gobierno de Chávez, a quien la renuncia es exigida por la sociedad Venezolana, los trabajadores, los empresarios, los partidos políticos y sobre todo las fuerzas armadas":
Durante los últimos meses, una estampida de capitales había tenido lugar en Venezuela. 1,7 millones de dólares salieron del país en solo tres días a mediados de febrero. Esto reflejo que sectores de la clase capitalista retiraran sus capitales, debido a la situación inestable que en parte existía y también las acciones deliberadas por agudizar aun más la crisis económica. Un poderoso medio de comunicación hizo campaña contra Chávez para que renunciara, y llegó a calificarlo de "demente".
Se levanto una campaña en contra de la decisión de Chávez para cambiar el directorio de la corrupta compañía estatal de petróleo, sacar a los ejecutivos anteriores y reemplazarlos con sus partidarios. En respuesta los gerentes se declararon en huelga, esta huelga fue similar a la que realizaron los gremios de camioneros en contra de allende durante su gobierno. Chávez intentaba cambiar el funcionamiento de la empresa de petróleo, a cuya gerencia califico de "un estado dentro del estado", debido al lujo en que estos funcionarios viven, frente a la miseria general de la población.
El callejón sin salida de la economia
Durante este ultimo año del gobierno de Chávez la oposición de derecha fortaleció su posición, debido al callejón sin salida de la economía. A pesar de introducir una reforma agraria, abriendo cursos de alfabetización y aumentar recientemente el salario mínimo en un 20%, las políticas de Chávez han permanecido dentro de los limites del capitalismo. Los terribles problemas sociales y económicos que enfrenta la población, 80% vive todavía en la pobreza. Porcentaje que se mantiene desde que Chávez llegó al gobierno en 1998. Esto sin duda le ha dado a la oposición la oportunidad de fustigar al gobierno, particularmente en sectores de la clase media y obreros calificados.
Las protestas y la huelga general días antes del intento de golpe, contó con el apoyo de la Central Venezolana de Trabajadores, la principal confederación sindical del país.
Sin embargo, dirección de la CVT esta conformada por dirigentes corruptos han apoyado a los partidos capitalistas, como a los Democristianos (COPEI), éstos se han visto desenmascarados bajo el gobierno de Chávez. Es mas, tienen una razón objetiva para oponerse al gobierno, la nueva constitución reformista del estado, adoptada en 1999, incluye una cláusula para la elección de los dirigentes sindicales y declara que el sueldo debe ser el recibido y designado por concepto de afiliación sindical. Estos mismos lideres se han negado a someterse a elecciones.
El plan original de los sectores dominantes estaba basado en la construcción de una oposición a Chávez y así sacarlo en el futuro por "medios constitucionales". Sin embargo, los acontecimientos se desarrollaron rápidamente, debido a los diversos actores sociales involucrados en este conflicto, lo que ha provocado una situación aún mas polarizada.
Dentro de la clase dominante, y aquellos que conspiraron para derrocar a Chávez, existieron dos sectores; "los halcones" y "las palomas". Los halcones incluyeron a generales de extrema derecha y al Opus Dei de la iglesia católica, que se agrupaban alrededor del General jubilado Rubén Rojas, yerno del ex presidente Rafael Caldera, fundador de la Democracia Cristiana.
Según los recientes informes, la CIA era conciente y estaba en contacto con esta agrupación, que estaba planeando un golpe para el 27 de febrero. El 14 de abril, STRATFOR (una organización de noticias de investigación estratégica en Internet, y que publica las maniobras de seguridad norteamericana) informo que el plan de golpe en febrero fue abortado debido a que Bush y la Secretaria de Relaciones Exteriores eran partidarios de fortalecer a la oposición contra Chávez para empujarlo "constitucionalmente" fuera.
Desde el golpe, se ha revelado representantes de la administración Bush, tenían contactos con el llamado sector de "las palomas", de la oposición Venezolana. Sin embargo los eventos se desarrollaron de manera diferente a lo anticipado por la Secretaria de Relaciones Exteriores. Los grupos armados que salieron a la calle durante las protestas del 11 de abril, y la muerte de personas, se usaron como pretexto por parte del alto mando militar, para justificar su intervención para derrocar a Chávez, culpando a sus partidarios de disparar a los manifestantes.
Los informes posteriores, revelaron claramente que los tiroteos fueron parte del plan provocador de la derecha. Se han identificado a los francotiradores apostados en las azoteas, como miembros de un grupo de extrema derecha llamado "Bandera Roja". Varias de las personas muertas en la manifestación eran partidarios del Movimiento para la quinta Republica, (MVR) de Chávez. Este juego tenia claramente la intención de permitir al General Efraín Velasco sacar mediante un golpe a Chávez. La iniciativa fue tomada por los sectores más derechistas de la oposición, que tenia el total apoyo e involucra directamente al alto mando militar.
Un golpe manejado por la extrema derecha
El nuevo gobierno que rápidamente juraba, era encabezado por Pedro Carmona, líder de Fedecamaras – la principal organización de los empresarios-, los representantes de la extrema derecha, miembros de los viejos y corruptos partidos capitalistas y el Opus Dei. A quienes Chávez había barrido del poder. El Ministro de Defensa del nuevo régimen era el contralmirante Héctor Ramírez, un protegido del general Rubén Rojas. El Ministro de Exteriores José Rodríguez Iturbe era un miembro del Opus Dei.
La dirección de la CVT, que había apoyado servilmente a la reacción, fue excluida, mientras veían como la clase dominante comenzaba a tomar venganza. Dentro de los sectores del anti-Chávismo, la dirigencia de la CVT ya habia "negociado".
Otra de las similitudes con Chile en 1973, es que entre los conspiradores del golpe, existían aquí dos posiciones para derrocar a Allende; una eran los partidarios de un golpe "blando", y la otra apostaba por la de un golpe "duro". Se suponía que el golpe blando derrocaba a Allende y luego rapidamente se entregaba el poder a los democratas cristianos. Sin embargo, una vez que el golpe era puesto en marcha, los militares llevaron a cabo una de las dictaduras más represivas del continente, durante 17 años.
Carmona anuncia de inmediato una serie de decretos represivos, que negaban todas las reformas llevadas a cabo por Chávez. Suspendió la Asamblea Nacional, el Tribunal Supremo y el arresto de los diputados del MVR y de aquellos que participaban en el gobierno de Chávez. El Ministro del Interior, fue arrestado y encarcelado y según el periódico The Wall Street Journal (15/4/02), este fue golpeado por militares partidarios del golpe. Carmona cancelo también, las provisiones de petroleo que sé habian negociado con Cuba – medida que fue deshecha una vez que Chávez volvió al poder.
El imperialismo norteamericano, a pesar de su política publica de oponerse a los golpes de estado, esta vez permaneció silencioso, siendo el único pais que públicamente reconocía al nuevo régimen. Las clases dirigentes de Brasil, México y Argentina condenaron el golpe, debido a que un apoyo explicito a un golpe de estado, un método muy cercano y conocido por los trabajadores y los sectores populares de Latinoamérica, de parte del imperialismo y las burguesías locales, ya no serán aceptadas de buenas a primeras por la población. Además en este caso, el gobierno de Chávez fue elegido democráticamente.
Sin embargo la posición adoptada por el Gobierno Chileno fue totalmente disonante con la de los demás países importantes del continente. Lagos y su Cancillería, llegaron a justificar el golpe, según declaraciones del propio Lagos debido a "que la conducción que Chávez habian llevado a una situación de ingobernabilidad", paso seguido saludaron públicamente al nuevo gobierno de Carmona. El Embajador Chileno en Venezuela Marcos Abarres (PRSD), un personaje de fuertes vínculos con la oposición, el día del golpe entrego el apoyo de Chile al nuevo gobierno y cerro la embajada para impedir que partidarios del Chávez se asilaran (Venezuela fue en el pasado uno de los pocos países latinoamericanos que abrieron sus fronteras a miles de perseguidos por la dictadura de Pinochet. Días después en una ambigua y torpe declaración, Lagos se vio obligado – ante los hechos- a desdecirse y a pedir la renuncia del embajador Chileno en Venezuela.
Los alcances de esta reaccion.
La revolución a veces necesita el látigo de la contrarrevolución para provocar un salto hacia delante. El nuevo gobierno sub-estimo el apoyo de las masas a las reformas que Chávez impulsa, y la determinación del pueblo par defender las conquistas democráticas del ataque. Es más, ellos subestimaron el odio que todavía la población guarda contra la elite dominante que gobernó durante 40 años, antes de que Chávez barriera con esta. Las medidas represivas anunciadas por Carmona, provocaron una fuerte explosión social contra el nuevo gobierno y han hundido temporalmente a la oposición. Desde los barrios pobres de Caracas, y contra toda la maquina estatal, las masas populares se enfrentaron al nuevo orden. Incluso sectores de la sociedad opuestas a Chávez, no estaban dispuestos a apoyar al viejo orden.
La nueva administración enfureció a sectores del ejercito por su arrogancia y desprecio por las masas. La Guardia presidencial se mantuvo fiel a Chávez. Nicolás Maduro, un parlamentario simpatizante de Chávez citaba en el periódico ingles The Wall Street Journal: "La guardia Presidencial fue fiel a Chavez porque ellos vieron como Carmona y la oligarquía al entrar en el Palacio de Miraflores, destapaban botellas de champan y whisky. Los Guardias repudiaron este hecho" (15/4/02.)
El periódico español, El País, publica un reportaje que explicaba los sucesos el día en que Chávez fue arrestado. Mientras el presidente depuesto era encarcelado en la base militar de Turiamo, un soldado de la Guardia Nacional que espero hasta que los funcionarios dejaran el cuarto en donde tenían a Chávez, este se dirigió al detenido; "mire mi comandante, clarifíqueme una cosa, ¿es verdad que usted ha renunciado?". Chávez contestó: "No hijo, yo no he renunciado y no renunciare." El soldado se puso entonces inmediatamente bajo las ordenes del Comandante. El soldado le pregunta si quería escribir algo (negar la renuncia), le pidió que la nota la dejara en la caja de la basura, luego el soldado volvió, tomo la hoja y envió la nota hacia caracas vía fax, en donde miles de copias fueron distribuidas entre sus partidarios" (El País, 15/4/02. El propio Chávez ha revelado posteriormente, como un funcionario menor le dio un teléfono móvil, para que pudiera llamar a su hija, y conseguir que ella revelara que él no renunciaba.
Otro Argentina
Entretanto, miles de personas comenzaban a marchar al Palacio Presidencial. Con frases cantadas ilustraban su odio a la elite dominante, "Los mismos viejos regresan de nuevo" o "de nuevo arriba, los ladrones han vuelto". Los comentaristas de derecha intentaron describir las protestas anti-Chávez del jueves como otra Argentina. Pero éstas fueron parte del plan, por parte de los poderosos y el imperialismo norteamericano. Sin embargo la marcha de la población más pobre para apoyar a Chávez y oponerse al nuevo gobierno era lo que verdaderamente se acercaba al movimiento que saco a De La Rua en Diciembre del 2001.
Más sectores del ejercito declaraban su apoyo a Chávez, el General Baduel del 42ª regimiento de paracaidistas, con 2000 soldados de elite bajo su mando, se opuso al golpe. Tomo el mando de la guarnición de Maracay y se negó a reconocer al régimen de Carmona. La Secretaria de Seguridad Nacional y Concejo de Defensa, al mando del General García Montoya, también se opuso al golpe e hizo publica su decisión mediante un contacto telefónico en una entrevista con la Televisión Cubana. La intervención de las masas y la revuelta al interior del ejercito fue decisiva. Aseguro que el intento de golpe fuera derrotado.
La derrota de este intento de golpe, da a la clase trabajadora y a todos los oprimidos del capitalismo un nuevo respiro. Pero es necesario que a partir de ahora la revolución avance fuertemente y destruya al capitalismo.
Estos eventos revelan la actitud hipócrita de del imperialismo y los defensores del capitalismo. Ellos alardean demasiado en su defensa de la democracia, pero siempre están dispuestos a destruirla si un gobierno no sirve a sus intereses. The Wall Street Journal revela la cara real del imperialismo norteamericano frente a estos eventos, en una editorial: "los objetivos de una verdadera democracia son que existen libertades básicas, que incluso las mayorías aplastantes no pueden desconocer. La expropiación llevada a cabo por el señor Chávez a bienes de propiedad privada, las relaciones con Castro, la decisión de cambiar la dirección de la compañía estatal de petroleo (PDVSA), lo han hecho impopular y los manifestantes se han volcado a las calles para exigir su renuncia, este jueves, con la muerte de 16 personas. Esta carnicería precipita el golpe. (WSJ 15/4/02.
¡En otras palabras, un golpe esta justificado si la propiedad privada es tocada por algún gobierno radical!. Así es como el capitalismo, sus políticos y medios de comunicación responden al alza en los impuestos de las grandes compañías, la reforma agraria y los esfuerzos por cambiar a la privilegiada dirección ejecutiva de PVDSA. ¡ Imaginemos la reacción del comentarista del Wall Street Journal, si un gobierno elegido se comprometiera a derrocar el capitalismo!
Esto ilustra la amenaza que enfrenta el pueblo Venezolano en el futuro. La cuestión crucial es como evitar otro intento de golpe de la derecha y como llevar adelante la lucha de las masas venezolanas. Una gran presión del imperialismo y de los sectores dominantes sobre Chávez llevara a Chávez a aprender de esta experiencia y a adoptar una posición moderada, aceptable. En su retorno Chávez apelo a la unidad nacional, y la reconciliación nacional, llamando a la gente a que se fuera a sus casas. También retiro el proyecto que proponía cambiar la dirección de PVDSA, y se comprometió a no realizar una casa de brujas contra los involucrados en el intento de golpe.
Es posible que estos anuncios de Chávez sean una estrategia para intentar calmar al imperialismo americano y la clase dominante Venezolana. Si entra en esta dirección, creyendo que con ello podrá neutralizar las fuerzas de la reacción, será un gran error. Un cambio en sus políticas hacia la derecha, le harán entrar inevitablemente en conflicto con los sectores mas oprimidos y los trabajadores de Venezuela, y si así sucediera, no habría tal calma por parte de los poderosos que no confían en él y lo quieren fuera del poder.
Las contradicciones sociales no se resolvieron.
La derrota de este intento de golpe no resolverá ninguna de las contradicciones sociales subyacentes en Venezuela. Chávez estará bajo la presión de las masas que lo han vuelto a poner en el poder, para adoptar políticas más radicales. El Financial Times advirtió: "en los próximos meses, es probable que bajo la presión de los partidarios más radicales, Chávez marche adelante con una agenda mas confrontacional" (FT15/4/02. La polarización se ha reflejado entre otros ejemplos con las declaraciones de Carlos Ortega, cabecilla de la CVT, que en torno a las propuestas de dialogo de Chávez contesto: "Nosotros no participaremos en nada". (El País 16/4/02.
También, se suman a los anuncios conciliatorios de Chávez, declaraciones que apuntan en la otra dirección. Esta contradicción indica la presión que hay bajo él. Aunque dijo que no perseguiría a los involucrados en el golpe, Chávez también habló de "un juicio claro, de acuerdo con las normas de derechos humanos internacional" (Folha de Sao Paulo 15/4/02.) Ochenta Funcionarios involucrados en el golpe están bajo arresto. Según el vicepresidente, Diosdado Cabello, serán los tribunales militares los encargados de llevar la investigación. El alto mando militar sé esta reestructurando, con los partidarios de Chávez en los puestos superiores, incluyendo a uno de sus partidarios más fieles, el General Julio García Montoya, que ha sido designado como Comandante en Jefe. Folha de Sao Paulo también especulo que la decisión de Chávez de cambiar a la dirección de PVDSA, aun no ha sido desechada totalmente por el mandatario.
Es probable, que en el futuro Chávez vacilara entre una posición más conciliatoria y una dirección más radical, bajo la presión de las distintas clases. Es posible que Chávez, tras esta crisis se vea obligado a continuar con una dirección aun más radical, y de golpes importantes al capitalismo. Este proceso, podría tener similitudes con lo que pasó en Portugal durante la revolución de 1975 -que siguió a un intento de golpe encabezado por Spinola en marzo de ese año. Como resultado de este ataque, se desarrollo rapidamente un proceso revolucionario. Los trabajadores bancarios se tomaron los bancos, el gobierno se vio obligado a nacionalizarlos. Sobre un 70% de la economía fue nacionalizada, e incluso el periódico derechista ingles The Times llegó a declarar "que el capitalismo estaba muerto en Portugal". Sin embargo, la ausencia de un programa socialista claro, dirigido genuinamente por un gobierno de la clase trabajadora, permitió al capitalismo y a la burguesía local. recuperar su posición en la sociedad Portuguesa. En esto, hay una lección importante para la clase trabajadora Venezolana.
Hugo Chávez ha hablado de la pobreza y ha denunciado las políticas neo-liberales del capitalismo. Por eso, él ha ganado el apoyo de la mayoría de la población de Venezuela, que vive bajo estas condiciones. Desgraciadamente, su "Revolución Bolivariana", y su programa populista, no trae consigo la ruptura con el capitalismo, y no tiene el objetivo de establecer el socialismo, ni un gobierno de los trabajadores.
Si Chávez permanece dentro de los márgenes del capitalismo, continuara teniendo serias limitaciones a las reformas que su gobierno pretenda implementar para mejorar las condiciones de vida de los pobres y de los trabajadores Venezolanos. La continuación del capitalismo lo llevara a quitar con la mano derecha, lo que ha dado con la mano izquierda. La incapacidad para resolver los graves problemas económicos que enfrenta la mayoría de la población, será usada por los sectores dominantes de Venezuela y imperialismo norteamericano, para renovar la campaña en su contra. Son limitadas las medidas tomadas hasta ahora por Chávez, para reformar el capitalismo y no lo han amenazado tanto, ni siquiera como el proceso de la Unidad Popular en Chile entre 1970-73. Bajo el capitalismo no será posible acabar con la pobreza y explotación a la que él se opone.
En la tarea por construir el socialismo, es necesario que sea la propia clase trabajadora, la que dirija conciente y democráticamente la sociedad. La clase trabajadora puede y debe jugar este papel en la revolución socialista, debido a su conciencia colectiva desarrollada y experimentada en los lugares de trabajo, bajo el sistema capitalista. Desgraciadamente, Chávez desconoce el papel de las masas, como palanca para hacer avanzar los cambios en la sociedad Venezolana. Los trabajadores y los sectores más pobres del país no son vistos como la fuerza impulsora para llevar a cabo la revolución. Esto se ilustro claramente en la biografía de Hugo Chávez, realizada por Richard Goot, "En la Sombra del Libertador". Donde él relata una reunión de Chávez con los otros oficiales que planeaban el golpe de 1992. Algunos participantes de este plan, planteaban la cuestión de sí llamar o no a una huelga general, y "la necesidad de que la sociedad civil tomaran un papel activo en el movimiento". Goot revela la declaración de un participante: "Que esto era lo que Chavez no quería, Chávez no quería que los paisanos participaran como fuerza concreta. Él veía a la sociedad civil, solo para aplaudir, pero no participar, que es algo totalmente distinto". (En la Sombra del Libertador, Pág. 64-65). Tal es la actitud hacia la clase trabajadora.
La necesidad de un programa revolucionario
La lección más importante de esta crisis, es la necesidad imperiosa de un programa socialista revolucionario, y pasos concretos deben ser dados en dirección a terminar con el capitalismo y la elite dominante. La tarea más urgente ahora, es establecer comités independientes, elegidos por los trabajadores de los barrios populares, urbanos y rurales, campesinos, juventud y soldados. Los delegados a tales comités deben ser elegidos por asambleas y sujetos a revocabilidad. Estos comités deben unirse en el ámbito local, de ciudad, región y a nivel nacional. Debiendo establecer unidades de defensas armadas rápidamente, para frenar cualquier otra intentona de golpe.
Estos comités de obreros, juventud, campesinos y soldados, deben ser la base para la formación de un gobierno de trabajadores y campesinos, con un programa para nacionalizar las grandes Empresas y los Monopolios, los bancos e instituciones financieras, nacionales y extranjeros. Para la introducción de un plan económico dirigido y controlado por los trabajadores. Bajo tal gobierno, todos los oficiales deben ser elegidos y sujetos a revocados, recibiendo solo el sueldo promedio de un obrero calificado. También deben establecerse tribunales populares que investiguen y juzguen a todos los implicados en el golpe.
Estos pasos, deben combinarse con un llamado a la clase trabajadora de todos los países de Latinoamérica, para la conformación de una federación socialista voluntaria de todo el continente. Esto debe ligarse al llamado de apoyo, a la clase trabajadora y la juventud de EE.UU. para que se opongan al hambre imperialista de su clase dirigente, encabezada por Bush.
La construcción de una organización independiente, de la clase trabajadora para luchar por este programa, es hoy una necesidad urgente en Venezuela. Solo con este programa se pueden dar los pasos para establecer el socialismo y llevar a la derrota del imperialismo norteamericano. Por otra parte, la amenaza de otro golpe de estado por parte de los ricos y el imperialismo se volverá a levantar. Es urgente que esta oportunidad no sea desaprovechada.
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