Estas afirmaciones no reflejan la realidad del trabajador venezolano
Desde la época de Chávez se nos ha vendido la ilusión de tener el salario más alto de América Latina y que según estudios de organismos internacionales, somos de los más felices del mundo. Todas estas afirmaciones no reflejan la realidad del trabajador venezolano, menos en una época de vacas flacas donde como siempre somos los trabajadores y el pueblo los que sufrimos las crisis que burócratas, demagogos, corruptos y empresarios parásitos y usureros crean.
El país está en una situación compleja, escasez de alimentos, largas colas por doquier de gente cazando artículos de consumo básico y masivo como alimentos, artículos de limpieza y aseo personal. Por otro lado la violencia y la inseguridad ya no solo afectan a los que vivimos en los sectores populares, tradicionalmente golpeados por las miserias del capitalismo, si no que ya llega a los más altos niveles de la sociedad burguesas. Pero con el agravante que la actual escalada de violencia está tomando niveles preocupantes de descomposicion social.
Ya parece ser normal los asesinatos a sangre fría en pleno centro de la ciudad delante de niños y de hasta de funcionarios policiales que antes de actuar prefiere resguardas sus vidas. Solo en la Gran Caracas en lo que va del año han asesinado 110 policías. Las prácticas de descuartizas a las víctimas ya no solo se ve como ajuste de cuenta entre bandas delictivas.
El país vive un clima más allá de los esfuerzos propagandístico del gobierno, de incertidumbre, inestabilidad, estrés y hasta signos de depresión y agotamiento ante un proceso de largos 15 años sin que los problemas estructurales heredado del pasado se hayan superado.
Los servicios públicos están en franca decadencia, el Metro de Caracas, en otrora un símbolo de la Venezuela soñada, hoy es un reflejo de la decadencia y el estado de ineficiencia del estado venezolano y de indolencia de la sociedad venezolana. Vagones sucios, retrasos a toda hora, escaleras mecánicas destruidas, inseguridad, robos y hasta tiroteos dentro de las instalaciones del subterráneo, son ya la cotidianidad.
La salud y educación que han sido bandera de la revolución bolivariana están en crisis, hospitales que no terminan de recuperase de sus remodelaciones eternas, un red de barrio adentro que cayó en la inercia de la burocracia ineficiente y de la falta de mantenimiento mostrando signos de deterioro y de retrocesos en material laboral para el personal que allí laboran.
La educación está en el piso, los niveles desde la inicial hasta la universitaria son mediocres, más allá de algunas nobles excepciones, fuga de capital humano hacia otras tierras y un posición política apátrida por parte de quienes se oponen a una reforma educativa moderna juntos a otros factores socio políticos, han traído como consecuencia que nuestra educación este en una situación de precaria calidad sin precedentes.
El alto costo de la vida, estimulado por las políticas ineficaces de controles burocráticos sobre el capitalismo atrasado y parasitario venezolano, la acción conspirativa de los empresarios de especular, acaparar, promover el contrabando en alianza con sectores corruptos del gobierno, etc. Han colocado la economía venezolana en una situación grave donde las grandes distorsiones económicas de los precios de los bienes y servicios y caída de la poca producción local y el ya insostenible gasto público sin retorno auto sostenido. Ponen una enorme presión inflacionaria a los bolsillos precarios de los trabajadores, dejándoles solo la opción de sobrevivir.
El próximo año es de elecciones al parlamento nacional, y está claro que las fuerzas políticas beligerantes que han secuestrado la participación del pueblo organizado y de los trabajadores, se están preparando desde ya para una batalla que sin duda de ser adversa para el actual gobierno, podría ser el golpe mortal y iniciar en menos de 2 años de la muerte de Chávez, en un nueva etapa y ciclo histórico donde las perspectivas podrían ser muy incierta, pero no tanto para los interés de los trabajadores y el pueblo. Ya que estos no pueden esperan nada bueno que nos venga de sus propias filas y esfuerzo.
¡65% vs 45% aumento al salario mínimo!
Ante estos contextos el gobierno ha dado en los últimos días dos anuncios económicos orientados hacia dos sectores que tienen peso a la hora de inclinar la balanza de las correlaciones de fuerzas en la confrontación actual. Por un lado el anuncio de 45% de aumento del salario para las fuerza armadas, que hasta ahora se han mantenido en apoyo al institucionalidad y reconocimiento del actual régimen, además de una incorporación a la gestión del estado como nunca antes en la historia contemporánea del país, ocupando importantes cargos de dirección fuera de su ambiente natural que es el campo militar. Hoy altos oficiales del ejército están asimilados y dirigiendo organismo como la finanzas y la administración general de seguridad y justicia como es el ministerio de Interior y justicia. Por otro lado un tercer aumento al salario mínimo nacional del 15% y del 50% al bono de alimentación con el que se llega a un 65.5% de aumento en el 2014.
¿Qué hay detrás de la cifra del 65%?
En primer lugar el aumento real es del 55%, 10% en enero, 30% en mayo, 15% para ahora en diciembre. Esto suma 55%. Es un aumento al salario mínimo, es decir al salario base que debe pagar un empleador a su trabajador. Este aumento no tiene un impacto a los más de 15 millones de personas que según el INE somos la fuerza laboral activa en este país, en palabras de W. Rangel, de la central patronal gobierno CBST, el aumento solo beneficia a un 40% de la fuerza laboral del país.
Por otro lado, reconocer el aumento del bono alimentico es solo un acto de populismo y propaganda politica, ya que este en término formales no tiene incidencias salariales en la relación trabajador-patrón. Por ejemplo si un trabajador quiere solicitar un crédito a una institución bancaria, solo le tomaran como base su salario integral real, es decir su salario mínimo y las incidencias salariales como antigüedad, y otra primas, pero no el bono alimentación.
El aumento no compensa la precaria situación de poder adquisitivo de una gran mayoría de trabajadores de este país. La inflación acumulada, anualizada sept. 2013-sept.2014 según el BCV, era de 63,4%. Al mismo tiempo en el país existe una distorsión cambiara que afecta los precios de bienes y servicios, sobre todo en una economía que poco produce y depende de un 60% de productos importados o manufacturados con materia prima importando. En este sentido, existen en Venezuela de manera legal 3 tipos de cambios, 6,30, 12, y 49 bolívares por dólar. A estas tasas se le incorpora el dólar del mercado paralelo que esta inflado en este momento en unos 100 bolívares por dólar.
Adicionalmente la cesta basica según el INE en julio de este año estaba por los 8.900 bolívares, si esa cifra se mantiene, con el salario actual de 4889,11 bs (con el nuevo aumento). Es fácil percibir que no es suficiente y que una familia de trabajadores de salarios mínimos debería tener por lo menos el doble para acceder solo a la canasta básica, es decir que entre un 60 y 80% del ingreso de un trabajador hoy en Venezuela se le va en compra de alimentos.
¿Es el salario mínimo venezolano el más alto de América latina?
No lo creemos y no por ser apatridas, no es una cuestión de patrioterismo burdos sino de ver la realidad. Si el salario mínimo hoy es al cambio oficial de 6,30 Bs. por dólar, sin duda que lo seria ya que el salario mínimo venezolano seria de 776,04$ casi el doble del segundo más alto según las cifras que maneja el gobierno que es el de Argentina con 450$. Pero acá tenemos que considerar cual es la tasa de cambios, de los bienes y servicios que consumimos; y el del resto de los países hermanos, cual es la relación salario-inflación, acceso a la cesta básica para tener una ponderación real y honesta.
De igual forma, si tomamos en consideración los diferentes tipos de cambios que existen hoy en el país, más el que pondera el estudio hecho por la gente de eco analítica en días recientes en base a datos del BCV y el INE, es decir, a las tasa del sicad 1: 12bs x $, Sicad2: 49 bs x $, el paralelo de 100bs x $ y un promedio, que es el resultado del estudio de la gente de eco analítica de unos 27 bs x $. El salario mínimo en Venezuela en el primer caso sería de 407,40 $ sería el tercero más alto después de Argentina y Paraguay, con el sicad 2 estaríamos en 94,77 $, últimos por debajo, y de lejos con Bolivia que tiene el salario mínimo más bajo de la región en 208 $, si lo tasáramos al paralelo, serían unos 48,89$ y si lo tasamos al cambio promedio entre los 4 anteriores, serian 181,07$. Y seguiría siendo el más pobre de America Latina.
Ahora esta pueden ser cifras engañosa, dadas para diferentes interpretaciones pero sin contar con el paralelo y el promedio del estudio de eco analítica, tendríamos sin duda no el salario más alto de América latina si no el más bajo.
Fuera de lo productos regulados y subsidios por el gobierno nacional, productos que además son de difícil acceso por todo el entramado de corrupción etc. que existe. Todo los días bienes y servicios están liberados y tasados a precios que no se corresponde en muchos de los casos al cambio oficial de 6,30 con el cual el gobierno calcula el salario mínimo, basta con hacer comparaciones con un teléfono inteligente o una simple computadora de escritorio, que hoy están entre 10mil y 50 mil bolívares, o un par de zapatos deportivos que están entre los 3mil y los 7mil bolívares.
Otro ejemplo, los costos de alquileres y venta de viviendas, hoy en Venezuela un alquiles esta entre 8mil y 50 mil bolívares al mes dependiendo la zona y con una limita, casi inexistente oferta. En el caso de la adquisición de vivienda, más allá del programa gubernamental, hoy solo se puede tener acceso al crédito vía Ley de política Habitacional la cual solo otorga un crédito tope de 578mil bolívares, en un mercado inmobiliario donde un apartamento en zonas populares está en 3millones de bolívares. Es decir que ni por salario ni por ley de crédito habitacional los trabajadores podemos tener acceso a una vivienda.
Lamentablemente la realidad nos bofetea, y el gobierno nos la pretende maquillar, estimulando créditos fácil a través de la banca pública, para que la gente en estas Navidades se endeude. Con esto reconoce que los ingresos son insuficientes, pero lo serán también para pagar estos créditos lo cual ya pinta un panorama turbio para el 2015.
En conclusión estamos ante un vil engaño más hacia el pueblo y los trabajadores con la triste ayuda y apoyo de seudos dirigentes sindicales que dicen ser revolucionarios y revindica el socialismo. También refleja el círculo vicioso en el que se encuentra la economía y la política del gobierno.
Por un lado la obsesiva y absurda política de seguir pretendiendo poner controles por arriba sin participación directa de los trabajadores y el pueblo sobre el capitalismo y la burguesía parasita. Por otra la política hipócrita de la derecha que critica al gobierno y lo denuncia pero que es cómplice de las acciones criminales de los empresarios.
Toda medida que ayude apaliar el sufrimiento de los trabajadores y el pueblo y les permita soportar con dignidad sus vidas, deben ser apoyadas y defendidas, pero no bajo el engaño y la manipulación de que son medidas heroicas, y menos socialista que solucionaran todos sus problemas estructurales.
El presidente Maduro dijo en su alocución del pasado 3 de noviembre, que la medida que ha tomado de aumentar el salario mínimo era parte del socialismo. Pues no, no lo es. Para que sea una medida socialista, debe estar acompañada con medidas más enérgica que responda a la urgencia de defender de verdad a los trabajadores y el pueblo.
¿Entonces qué hacer?
1. Marcaje de precios de los productos desde la fábrica antes de entrar a las redes de distribución.
2. Respeto a la autonomía e independencia de los trabajadores y el pueblo en su intento de merecer la contraloría social y el control obrero sobre empresas y fabricas cerradas fraudulentamente o que operan con clara intención de atacar los intereses del pueblo.
3. Nacionalización del comercio exterior bajo control democrático de los trabajadores y el pueblo organizado.
4. Iniciar un proceso de planificación de la economía partiendo de todas las empresa nacionalizadas y que están bajo control obrero. Esta bajo comités de dirección elegidos por sus bases sin interferencia de la burocracia gubernamental.
5. Nacionalizar la banca y todo el sistema financiero, acabar con los intemediarios y mafias de los mercados de valores y conexos.
6. Ni un dólar más a la burguesía.
7. Reforma fiscal, acabar con los tratados de doble tributación que facilitan la fuga de capitales a paraíso fiscales. Impuesto al lujo y eliminación del IVA, en alimentos, medicinas y servicios básicos.
8. Repatriar los capitales públicos y privados que están en su mayoría en paraísos fiscales y que según el BCV en el 2013 eran más de 260mil millones de dólares.
Estas medidas no las tomar el gobierno de manera automática, sabemos que en su seno hay pugnas de poderes que confronta diferentes visiones de como conducir al país y que han dejado claro que su perspectivas no son la de expropiar a la gran burguesía, sino buscar entre ella aliados con los cuales llegar a un pacto de coexistencia pacífica como lo ha caracterizado el propio presidente Maduro al inicio de las mesas de diálogos de Abril de este año. Por ello para que estas medidas y muchas otras que sirvan para acabar de una vez con la actual situación de crisis del país, solo serán posible si los trabajadores y el pueblo recuperamos la calle, nos movilizamos organizadamente y construimos nuestra propia plataforma política social que defienda nuestro intereses; y que ponga al gobierno en un encrucijada de una vez, o se la juega de verdad con los trabajadores y el pueblo o será cómplice de una nueva derrota del pueblo y los trabajadores en un intento histórico de cambiar de una vez para siempre la historia.
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