Día de rebelión inspirado por Egipto
El 25 de Bahman (14 de febrero) fue un día de rebelión en Irán. Cientos de miles se manifestaron en Teherán y en otras ciudades. Ellos gritaron, "¡Abajo la dictadura!" y "Después de Ben Ali, ahora Sayed Ali [Khamenei]!"
Casi 50.000 personas respondieron a un llamado en Facebook para apoyar las protestas. Los líderes de la oposición oficial, Mehdi Karroubi y Mirhossein Mousavi, enviaron antes una carta al Ministro del Interior buscando la aprobación para una manifestación en apoyo a la revolución en Egipto.
El régimen estaba preparado para las protestas, con el despliegue de las fuerzas de seguridad, la milicia y la policía. Ellos atacaron a los manifestantes desde motocicletas, utilizaron gases lacrimógenos y dispararon directamente contra los manifestantes. Dos jóvenes fueron asesinados incluyendo a un estudiante universitario, y tres fueron heridos. Más de 1 500 personas fueron detenidas en Teherán.
Los jóvenes y las mujeres jugaron un papel importante en la protesta. Madres planearon participar en el Parque Lale, Teherán, llevando fotografías de sus hijos muertos en protestas anteriores. La mayoría de los manifestantes eran jóvenes y estudiantes. Activistas de muchos lugares de trabajo también fueron participantes clave. El líder del sindicato de conductores, Mansour Ossanlou, apoyó las manifestaciones.
Estos hechos demuestran que todo el Medio Oriente es como un volcán, y sobre todo Irán. Y que todas las dictaduras están aterrorizadas. Esto fue subrayado por el ’parlamento’ del régimen islamista cuando después de las protestas, los parlamentarios exigieron la pena de muerte para Musavi y Karroubi.
El régimen de Teherán ha intensificado su campaña de terror y ha ejecutado a cientos de trabajadores, activistas y opositores desde las protestas de masas del 2009. Pero esto no detuvo la protesta el lunes pasado.
Las protestas contra la teocracia de esta semana muestran que un nuevo período de movimiento de masas ha vuelto a empezar en Irán. Mousavi y Karroubi sin embargo, son políticos pro-capitalistas. Si la clase obrera se involucra en la lucha contra el régimen, este puede ser derrocado. La organización de una oposición de masas en los lugares de trabajo es necesaria para intensificar la lucha por verdaderos derechos democráticos y por un cambio fundamental en las condiciones sociales.
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