Luchando para acabar con el capitalismo y sus crisis, el Comité por una Internacional de los Trabajadores (CIT) envía cálidos saludos este 1° de mayo a los trabajadores, los jóvenes y los oprimidos de todo el mundo.
El Primero de Mayo, el día tradicional para la celebración de la lucha internacional del movimiento obrero, este año se celebra en el contexto de la oleada revolucionaria en el Oriente Medio y los países del Magreb. Esto ha puesto de manifiesto la poderosa fuerza de la clase obrera que comienza a poner su sello en estos desarrollos. Pero también otros países, los EE.UU. con los tremendos desarrollos en Wisconsin y los movimientos de masas, por ejemplo, en Grecia y Portugal, muestran que la nueva ola de recortes se está encontrando con una creciente resistencia.
La revolución en el Magreb y Oriente Medio se sigue extendiendo de un país a otro. El levantamiento contra el régimen en Siria continúa. El régimen allí, se aferra desesperadamente al poder mediante la represión sangrienta, disparando a los manifestantes y encarcelando a activistas de la oposición. Pero los disturbios en la región por sobre la represión estatal y la miseria social, ha cambiado dramáticamente tanto las relaciones en la zona como internacionales – y sigue haciéndolo. Los manifestantes en Egipto han comenzado una segunda oleada de protestas para lograr los objetivos de su lucha: la democracia y un cambio social fundamental.
Incluso el régimen en China – en muchos aspectos, menos afectada por la crisis mundial – está temblando de miedo ante el contagio de Túnez. Los dictadores desde Sri Lanka a Kazajstán, temen los efectos de estos movimientos revolucionarios.
Defender la revolución! No a la intervención imperialista!
Tratando de utilizar el apoyo internacional para el pueblo libio, los EE.UU., acompañado por las potencias imperialistas europeas, comenzó su intervención armada en Libia. Sus objetivos en la guerra, en la que están cada vez más involucrados, son tratar de tomar el control de la situación, para recuperar un control sobre toda la región y para un cambio de régimen según sus intereses.
No tienen reparos en respaldar al brutal régimen de Arabia Saudita y su intervención en contra del movimiento en Bahrein. Los intereses de las potencias imperialistas no son los intereses de las masas trabajadoras y los luchadores por la democracia y el cambio social en Libia.
La solidaridad de los trabajadores en todo el mundo se necesita del lado de los que luchan contra el brutal régimen de Gadafi, pero también contra la intervención imperialista y la guerra.
Detener la destrucción del planeta!
En este Primero de Mayo, nuestra solidaridad es también con todos los trabajadores en Japón que luchan contra una catástrofe nuclear y con todas las personas afectadas por el terremoto, los tsunamis y el posterior desastre nuclear. La crisis del reactor de Fukushima deja claro una vez más que los gobiernos capitalistas ponen las ganancias antes que la necesidad de incluso un mínimo de seguridad para la masa de la población. Las ganancias de empresas como Tepco, el propietario de los reactores de Fukushima, General Electric (GE), Toshiba, Hitachi – estas 3 últimas involucradas en la construcción y el diseño de esta central nuclear – eran más importantes que los intereses de cientos de miles o más personas ahora afectadas por el accidente nuclear en curso.
Dado el historial de mentiras y la incapacidad de las empresas energéticas para garantizar nada más que ganancias para unos pocos, toda la industria debe ser nacionalizada bajo el control democrático y la gestión de los trabajadores. La necesidad inmediata de organizar un fin de la generación de energía nuclear no puede ser utilizada como una excusa para no cumplir con los objetivos de poner fin a las emisiones de carbono para frenar el calentamiento global. Un plan de energía socialista se necesita, basado en la cooperación internacional, para poner fin a la era de la energía nuclear y combustibles fósiles.
Sin una lucha de masas esto no será alcanzable. Sólo una transformación socialista puede garantizar el fin de la destrucción constante de los componentes vitales de nuestra existencia.
La actual crisis
Con los acontecimientos en el norte de África y Oriente Medio, este Primero de Mayo ve la primera ola de revoluciones como consecuencia de la crisis económica que comenzó en 2008. Tal como ocurrieron, reveló la incapacidad del capitalismo para ofrecer puestos de trabajo, seguridad y una vida digna para las masas trabajadoras.
En muchos países, la respuesta de los gobiernos capitalistas a la crisis más profunda desde la década de 1930 es ahora una intensificación de su política de austeridad y de privatización. Incluso en los países con algún tipo de recuperación, la práctica aceptada consiste en poner la carga del rescate de los banqueros sobre los hombros de las masas trabajadoras en el menor tiempo posible.
Sin embargo, la rebelión en contra de esta nueva ola de ataques ha visto una impresionante primera ronda de batallas en los Estados Unidos. Un movimiento de masas entró en acción en Madison, Wisconsin, para defender los derechos sindicales y las condiciones de los trabajadores del sector público. Como Michael Moore dijo; Scott, el gobernador republicano del Tea Party declaró "una guerra de clases" y "despertó a un gigante dormido", la gente trabajadora. En este pequeño estado de menos de 6 millones de habitantes, manifestaciones de hasta 200.000 personas mostraban la ira y la determinación que existen para defender los derechos sindicales.
Lamentablemente, la dirigencia sindical estaba más interesada en compromisos podridos que concretamente defender a la clase trabajadora. Hubo un amplio apoyo, tanto dentro como fuera de los sindicatos, para la convocatoria de una huelga general de un día. Alternativa Socialista, la sección del CIT en los EE.UU., abogó por medidas concretas para que el siguiente paso se hiciera realidad.
Hemos visto esto en muchos países, donde muchos dirigentes sindicales hacen protestas verbales y, a veces, organizan protestas masivas y huelgas simplemente como una forma de desahogar la presión desde abajo y no como medidas de movilización para una lucha seria. El CIT lucha por sindicatos democráticos y combativos. Siempre que sea necesario, tenemos que reconstruir los sindicatos para defender a la gente de la clase trabajadora.
Detener los recortes – defender el sector público
Amortiguado por los efectos económicos del auge de China, algunos países de América Latina y África esperan evitar ser arrastrados hacia el pantano de Europa y América del Norte. Pero el precio que están pagando ya es la re-colonización de sus economías, volviendo a la era de dependencia de la exportación de materias primas.
La base económica, se ha preparado, en tanto, para futuras erupciones y nuevas oleadas de resistencia.
Más aguda en la actualidad, es la situación en Europa. En lugar de resolver fundamentalmente la crisis, las esperanzas de los capitalistas y sus gobiernos se concentran en los planes para evitar, o simplemente para hacer frente a un incumplimiento por parte de Grecia o Portugal. Su único objetivo es evitar un mayor contagio – pero esto es cada vez menos exitoso. La crisis bancaria no se resuelve y la crisis de la deuda soberana esta creciendo.
Sin embargo, las políticas de recortes han provocado una respuesta en forma de resistencia masiva. En Grecia, el régimen de austeridad se ha encontrado con ocho huelgas generales. Una huelga general con diez millones en las calles paralizó a España. Cientos de miles protestaron en Portugal. En Gran Bretaña, donde la dirigencia sindical había pospuesto la protesta contra los cortes por meses, resultó finalmente en una demostración de la ira acumulada con 700.000 marchando el 26 de marzo en Londres.
Ningún gobierno en Europa es estable o inmune al creciente descontento. Si bien mucha confusión en la conciencia de los trabajadores sigue siendo heredada de las pasadas décadas de ofensiva neoliberal, los crecientes ataques de los capitalistas y sus estados están obligando a los trabajadores a la acción y a un nuevo debate en desarrollo, acerca de una alternativa al sistema basado en las ganancias.
Hasta ahora estas protestas no han bloqueado fundamentalmente los ataques a los niveles de vida. Por lo tanto, un claro plan de acción para detener el ataque inmediato y levantar una alternativa al sistema capitalista en crisis, es necesario. Esta es la razón por la que defendemos la nacionalización de todos los bancos y de la alta dirección de la industria bajo control y gestión de los trabajadores.
Como Joe Higgins, junto con Clare Daly recientemente elegidos al Parlamento irlandés por el Partido Socialista (CIT en Irlanda), han señalado: "Hay un enorme vacío en la izquierda. Hay una necesidad de un nuevo movimiento que represente a la clase trabajadora en su sentido más amplio".
En muchos sentidos, el movimiento obrero tiene que ser reconstruido para defender a la gente de la clase trabajadora, para luchar contra el capitalismo y luchar por una transformación socialista de la sociedad a nivel internacional.
El CIT en Pakistán – Movimiento Socialista de Pakistán (MSP) – ha estado en la vanguardia de la construcción de una nueva confederación sindical independiente. En este Primero de Mayo, el MSP y la Federación de Trabajadores Progresistas de Pakistán participan en la organización de las celebraciones del 1° de Mayo en todo el país.
En Kazajstán, el CIT ayudó a formar una nueva federación sindical. Mientras este 1° de Mayo es también el día para recordar a los mártires del movimiento obrero, tenemos que honrar a todos los luchadores por la democracia y el socialismo que – por ejemplo, en Kazajstán – han sido encarcelados y, en muchos casos, torturados.
El partido capitalista dominante en Sri Lanka está tratando de apropiarse del 1|° de Mayo llamando a manifestaciones contra el reciente informe de la ONU, que los acusa de crímenes de guerra en una escala masiva. El Partido Socialista Unido (CIT en Sri Lanka) defiende el 1° de Mayo como el día del movimiento obrero y lo vincula a la lucha contra la dictadura de Rajapakse.
En muchos países, el CIT está involucrado en nuevas formaciones políticas para construir nuevos partidos de masas de la clase trabajadora.
En la reconstrucción del movimiento obrero el CIT pretende contribuir al desarrollo de la mejor forma de luchar, para organizar la resistencia y difundir las ideas marxistas dentro de estas nuevas formaciones – las ideas del CIT para acabar con el capitalismo y la dictadura de los mercados.
Luchando por el socialismo
La lucha en el norte de África y el Medio Oriente plantea la cuestión de cómo alcanzar un gobierno en interés de la clase trabajadora y los pobres, rompiendo con el marco de recortes y austeridad, nacionalizando los bancos y las grandes multinacionales que dominan la economía. Basados en los movimientos de masas, tales gobiernos podrían abrir el camino a la democracia y el socialismo a nivel internacional. Esto no tiene nada que ver con la dictadura de una privilegiada elite burocrática como se vio en la antigua Estalinista Unión Soviética y Europa Oriental.
En 1871, hace 140 años, cuando el pueblo de París tomó el poder en la Comuna, la clase trabajadora demostró su potencial para dirigir una lucha social para cambiar la sociedad. Los trabajadores de París establecieron un modelo de democracia obrera, basada en representantes elegidos sujetos a revocabilidad y con salarios de trabajadores. Se abolieron las fuerzas armadas del estado capitalista y se reemplazó con la clase trabajadora armada. Toda la burocracia del viejo estado fue reemplazada por estructuras democráticas en todos los niveles. "Fue esencialmente un gobierno de la clase trabajadora, el producto de la lucha de los productores contra la clase apropiadora, la forma política, al fin descubierta, que permitía realizar la emancipación económica del trabajo." (Karl Marx, La Guerra Civil en Francia)
Dada la incapacidad del capitalismo en desarrollar las fuerzas productivas para satisfacer las necesidades de la mayoría, los imperialistas se apoyan una y otra vez en dictaduras podridas y regímenes títeres para controlar a las masas. En la lucha por la democracia y la mejoría social, la revolución en el Magreb y Medio Oriente empuja más hacia las espontáneas conclusiones de la Comuna.
Pero la tarea – como habría sido hace 140 años en París – para completar totalmente las tareas revolucionarias, es por la toma del poder en manos de la clase trabajadora.
En 1871, un genuino partido socialista de masas faltó para dar a los combatientes militantes la dirección en esta lucha. Nuestra tarea hoy, sigue siendo el construir una fuerza capaz de ofrecer una forma de transformar la sociedad a escala mundial. Esta es la tarea que el CIT se ha fijado como objetivo, para ayudar a desarrollar a nivel internacional. Con sus miembros y secciones en más de 40 países por todo el mundo, el CIT invita a todos los interesados en las ideas socialistas a participar en la lucha por superar el capitalismo, el imperialismo, la guerra y la pobreza.
La crisis capitalista desde 2008 ha empujado a los trabajadores a una nueva era de agudos ataques desde arriba. Sin embargo, también es una nueva era de movimientos de masas que están crecientemente desafiando a las clases dominantes y el capitalismo en sí. Vamos a construir sobre estos esfuerzos para alcanzar una sociedad socialista.
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