Pablo Iglesias, líder de Podemos, Alberto Garzón, Coordinador de IU, y parlamentarios de En Comú Podem y En Marea, han anunciado en la mañana del jueves 27 de abril la presentación de una moción de censura contra Rajoy. Los argumentos que justifican esta decisión son claros. Un Gobierno anegado por la corrupción y que sigue aplicando una furiosa política de recortes y ataques contra la población no debe permanecer un minuto más. En palabras de Pablo Iglesias: “se vive un estado de excepción democrático, con un saqueo público permanente”. Desde Izquierda Revolucionaria manifestamos nuestro apoyo a esta iniciativa parlamentaria, pero señalamos que por sí sola es insuficiente. Hay que respaldar la moción con la organización de movilizaciones masivas en todos los territorios que culminen en una gran huelga general. Los motivos sobran y las condiciones para lograrlo están claras y maduras.
“La corrupción del PP es un virus”, ha afirmado Pablo Iglesias. En efecto, es un virus que recorre el organismo el sistema capitalista y del régimen político del 78, exactamente igual que en el resto del mundo. Pero la corrupción no es más que una expresión de la política neoliberal que ha devastado las condiciones de vida de millones de personas. Corrupción es meter la mano en la caja saqueando los recursos públicos y amasar fortunas personales, tal como han hecho decenas de altos dirigentes del PP, y muchos del PSOE y de Convergencia. Corrupción es financiar las arcas del Partido a costa de las comisiones pagadas por las grandes empresas que se lucran de los contratos públicos, como se ha probado que han hecho todos los que han garantizado la gobernabilidad capitalista en estas cuatro décadas. Y corrupción es pasar del escaño parlamentario a los consejos de administración de las multinacionales con salarios y pensiones obscenas.
Pero esta corrupción no es más que la punta del iceberg de otra mucho más amplia y sistémica: la que permite a los grandes capitalistas seguir obteniendo beneficios espectaculares a costa de la pobreza y la miseria de la mayoría. Esa es la corrupción legalizada, gracias a un sistema político y parlamentario en el que los políticos del PP y de la socialdemocracia legislan para que se destinen más de 500.000 millones de euros de los presupuestos del Estado a rescatar bancos, al mismo tiempo que promueven recortes salvajes en educación y sanidad pública. Son los gobiernos que desahucian a cientos de miles de familias mientras con miles de millones de euros se salva a las constructoras en quiebra o las autopistas fraudulentas. Los que aprueban reformas laborales que nos empobrecen y nos atan de por vida a la precariedad, los gobernantes que miran a otro lado ante el asesinato de cientos de mujeres víctimas de la violencia machista, y los que con sus leyes mordaza nos intentan tapar la boca y envían a la cárcel a raperos y tuiteras por criticar a la dictadura franquista o a luchadores sociales por protestar contra las injusticias. Eso es CORRUPCIÓN CON MAYÚSCULAS.
Todos retratados
El valor de la iniciativa de Unidos Podemos es evidente: ha colocado en su lugar a todas las fuerzas del Parlamento. La reacción de la gestora golpista del PSOE ha sido especialmente bochornosa. El portavoz del Grupo Socialista, Antonio Hernando, ha dejado más que claro en que lado de la barricada están. Con el gesto contrariado, Hernando compareció en el Congreso minutos después de que Pablo Iglesias hiciera el anuncio, y le faltó tiempo para decir que el PSOE votará en contra y apoyará a Rajoy para que se mantenga como Presidente del Gobierno. Para justificar su postura, Hernando señaló que el PSOE votará “no” a la moción de censura porque Podemos actúa de “mala fe” y con una total “falta de respeto”. ¡Lo respetuoso es seguir apoyando a un gobierno de corruptos y saqueadores! ¡La buena fe es traicionar a los militantes y a la base electoral del Partido Socialista!
Susana Díaz también respaldó ansiosa esta postura: “a Pablo Iglesias ya le tenemos muy calado” afirmó. ¡Faltaría más! Pero la realidad es justamente al revés: a ti si que te tenemos calada, Susana, y es obvio para millones de trabajadores, de jóvenes, de desempleados, incluidos votantes y militantes socialistas, que tú eres la candidata de la burguesía, de los señoritos y del orden establecido.
Si alguien albergaba alguna duda de que la gestora golpista del PSOE es la clave para sostener a un gobierno tan débil como el de Rajoy, ahora lo tiene blanco y en botella. Pero ojo, las consecuencias de estas decisiones pasarán una factura enorme a la socialdemocracia española. Primero fue el PASOK y ahora ha sido el Partido Socialista Francés, que ha perdido 8 millones de votos y ha quedado reducido al 6%, el que ha cosechado un batacazo de proporciones históricas. La dirección actual PSOE lleva el mismo camino, y lo más relevante es que les importa muy poco destruir al partido si eso significa cumplir con las exigencias e intereses de los capitalistas españoles y europeos, y asegurar el frente único con el PP.
En cuanto a Ciudadanos nada se puede decir. Como formación populista y demagógica ha cumplido cabalmente con el papel para el que fue creada: asegurar la continuidad del PP y sus políticas, tanto en el gobierno del Estado, como en todas las CCAA y ayuntamientos donde sean necesarios.
Como nota final, el falangista que actúa de portavoz del PP, Rafael Hernando, sabiendo que pisa terreno firme gracias a los servicios del PSOE, se ha entregado a lo que mejor sabe hacer: la provocación tabernera. Después de lo ocurrido estas semanas con Ignacio González, con Esperanza Aguirre y con tantos secuaces que conoce tan bien, Hernando ha apelado a ¡¡¡Venezuela!!! En su comparecencia en el Congreso de los Diputados, no se cortó al responder a la iniciativa Unidos Podemos: “¿Acaso pretenden instaurar un sistema judicial parecido al de Venezuela?”, se preguntó tras criticar que Jueces para la Democracia haya sido una de las organizaciones que Pablo Iglesias citó entre las que apoyaban su propuesta. Luego criticó la moción como una “charlotada” y “numerito” y, con tono de matón de patio, concluyó: “Están tardando”.
Organizar ya la movilización social para apoyar la moción de censura. Hace falta una huelga general
Al presentar su propuesta, los dirigentes de Unidos Podemos han señalado que iniciarán contactos inmediatos con organizaciones sindicales, sociales y fuerzas de la izquierda. Por supuesto que es correcto tomar cuantas iniciativas sean necesarias para dar a la moción de censura el máximo apoyo político y social. Pero la manera de crear las condiciones para que ésta prospere, y asestar un golpe definitivo a este gobierno de corruptos y ladrones, es organizar de una manera decidida la movilización más contundente en todos los territorios del Estado, y que esa movilización confluya en una gran huelga general. Hay que rescatar el espíritu y la práctica del 15M y de la gran rebelión social que sacudió el Estado español desde 2011 hasta 2014, empezando por organizar una participación masiva en las Marchas de la Dignidad del próximo 27 de mayo.
Los motivos para la movilización y la huelga general sobran. No sólo se trata de luchar contra la corrupción y por la depuración del aparato del Estado de reaccionarios. Es también combatir los recortes en sanidad y educación, y reclamar la nacionalización de las eléctricas para acabar con la pobreza energética; es poner fin a los salarios de hambre y la precariedad, anulando la reforma laboral; es terminar por ley con los desahucios, y derogar la LOMCE y el 3+2; es defender la libertad de expresión, de manifestación y de reunión, echando abajo la ley mordaza, o tomar medidas efectivas contra la violencia machista; es restituir todos los derechos sociales y políticos que nos han arrebatado, e imponer el que tiene el pueblo de Catalunya, Euskal Herria y Galiza a decidir su propio futuro.
No basta con comunicados de apoyo a la moción de censura. Hay que generar un gran movimiento de masas para apoyar esta moción, debilitar al máximo al PP y sus aliados, y promover una salida por la izquierda a la crisis del capitalismo. Los que piensan que la moción se gana en las instituciones se equivocan. La moción se ganará, como todo lo importante en el combate contra los poderosos, en las calles, en los barrios, en los centros de trabajo y de estudio. Por eso Unidos Podemos debe ampliar su iniciativa al terreno dónde la correlación de fuerzas nos es completamente favorable: la lucha de masas. Sí, moción de censura en el parlamento, y huelga general para lograr su triunfo.
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